Trio con Yolanda N

Deseaba tener una aventura con un tipo que tuviera una gran verga, delante de mi marido.

Fantasía Realizada…de Yolanda

Hola este es mi primer relato y pido disculpas, por que me apoye en otros relatos para relatarles mi historia, espero no se molesten por ello, pero esto que estoy por contar es 100% verídico, y los que quieran tener las fotos de esta fantasía por favor escríbanme a yolanda1310hotmail.com. Y con mucho gusto les envió las fotos.

[ ACTUALIZADO: FOTOS INCLUIDAS AL FINAL DEL RELATO ]

Hola me llamo Yolanda y les quiero contar una experiencia que he tenido muy agradable, yo tengo 30 años y estoy casada.

Todo empezó hace unos ocho años cuando a mi marido en nuestros juegos en la cama se le empezó a meter en la cabeza que le encantaría verme con otros hombres, yo al principio no le hacia caso, pero tanta era su insistencia que yo incluso me calentaba pensando en ello pues a mi mente llegaban los recuerdos de otros amigos con los que había estado anteriormente y llegábamos a unos orgasmos increíbles, el seguía insistiendo e insistiendo pero yo no me atrevía aunque tengo que reconocer que cada vez me atraía la situación mas y mas.

Paso el tiempo y yo ya quería, tener otra vez la experiencia de compartir una noche de placer, no en pareja si no en trío formado por nosotros dos y otro caballero, sin embargo diversas circunstancias no nos lo había permitido e igualmente no habíamos logrado contactar la persona idónea.

De otra parte queríamos que para la ocasión se dieran dos condiciones: que yo no estuviera enterada de antemano de lo que pudiera suceder sino que pareciera que el contacto se diera de manera casual y surgiera en el momento y segundo, que de ser posible fuera con una persona joven que me permitiera tener el control sobre la persona, esto es, que no tuviera mucha experiencia.

Debo recordar que yo soy una mujer madura pero con un hermoso cuerpo y en especial con unas buenas tetas, con una energía sexual tremenda cuando me siento animada además de una gran dosis de coquetería y morbosidad que me permite fantasear, sintiéndome toda una puta de un cabaret de lujo.

Volviendo a la narración, hace un tiempo mi esposo había contactado a un joven estudiante de sexto semestre de medicina en Bogota, que nos llamó la atención por su discreción y por su manera respetuosa y diferente con que trataba a las personas y sus fotos que nos envió con una pareja que tuvo un intercambio, se apreciaba una hermosa y grande verga, contactamos con la pareja y nos regalaron el numero del celular y nos dieron su aprobación de que era un tipo serio y querido, por tal motivo acordamos con El que asistiríamos, a una cita para conocerlo….con mi esposo quedamos que seria en un cinema y que el iría 10 minutos antes para conocerlo personalmente y que diera su aprobación, ya que tuvimos una mala experiencia en el pasado con un acosador sexual llamado Iván que decía que también tenia pareja y bla…bla..bla un engaño y nos metió en problemas, ya que le dimos el numero de nuestro cel. Y como no queríamos nada con el siempre lo rechazábamos pero el insistía, un día contesto la mama de Yolanda por descuido y el le contó todo lo que nosotros hacíamos de los intercambios y tríos, se formo la de Troya, lo único que le dijimos a la mama es que eran puras mentiras, que tal vez se trataba de una mala broma de alguien desconocido, y así se lo creyó….la sacamos barata.

Abril 25 del 2003

Llego el día y nos fuimos para los cinemas de la 24 con séptima, yo me quede en una esquina y mi esposó entro al centro comercial; él me llamo al celular y me dijo que el daba su aprobación, que lo mirara desde lejos, y si me gustaba que me acercara, así lo hice, y me gusto…me acerque a ellos, mi esposo me presento con mi nombre real y el me dijo su nombre Daniel.

Ese día yo me puse mi ropa interior más sexy un body de tigresa y encima un vestido rojo de flores que tiene una falda corta, tenía un escote impresionante y se me veían las tetas que se marcaban incitantes bajo el vestido corto. El contoneo de mis caderas hacía bailar el vuelo de la faldita mostrando unos muslos preciosos silueteados por unas medias de color piel que sabia le gustaban a mi marido, Entramos a los cinemas que quedan abajo del terraza Pastear compramos boletas e ingresamos a una sala y nos sentamos, estaba vacía, Me senté en el centro de ellos. Sus ojos se iban hacia mis piernas, pero el intentaba disimular. Empezó la película. Yo estaba nerviosa, Al cabo de un rato, en la oscuridad vi como la falda de mi vestido empezaba a subir muy despacio. El estaba tirando suavemente de ella. Yo le susurre que se estará quieto, pero yo note en su cara un gesto entre el reproche y la excitación. El me susurró que me tranquilizara deje de frenarle su mano, en un momento mi vestido descubría mis muslos casi por completo, deseaba como nada en el mundo que el vestido subiera un poco más hasta descubrir mi chochita. De repente vi como su mano me levantaba la falda de una forma descarada. Vi como se me veía la tanga resplandecer bajo la transparencia de mis medias. El se incorporó ligeramente y metiéndose las manos, bajo su pantalón hasta la mitad de muslo y se volvió a sentar. Le miré a él se estaba masturbando en la oscuridad, y de repente paro y pude apreciar una potente verga de unos 23 cm. gruesa y rica. Esta vez fui yo la que me subí la falda otra vez hasta desnudarme hasta la cintura. Mis medias se ajustaban con su licra brillante a mi sexo. Llevé una mano hacia él y le acaricie esa hermosa verga, no la podía coger toda con mi mano, mientras le acariciaba su verga le separe un poco las piernas, me paso la mano por toda la entrepierna. Se notaba mi humedad aún por encima de las medias. Su pecho se agitaba por la respiración bajo su camisa. Me apretó la mano contra mi sexo haciendo que la suave licra de mis medias se entremetiera en mi raja.

De repente apoyo su mano y rompió las panty medias yo me incorpore ligeramente, mi esposo se sorprendió, y yo le dije que en un rato volvería, me levanté y salí de la sala, fui hacia los servicios. En el baño me quite las medias y la tanga, aprecie la tanga estaba lavada de mis fluidos era tal la excitación que rompí un poco mas mis medias y me las coloque sin la tanga regrese a mi silla lo mas pronto posible y me senté y descaradamente me subí la falda y le dije a Daniel en que íbamos….el me bajo la mano y comenzó acariciar los pelos del coño que rico se sentía… en eso sentí como unos dedos me penetraban el coño me puso súper excitada y me moje mucho mas de lo que estaba, me removí en el asiento intentando facilitarle la labor y al poco tiempo sentía como entraban y salían dos dedos de mi hermoso coño, yo me abrí de piernas poniendo mis manos sobre la falda y ayude al muchacho a que siguiera en su labor, le miraba de vez en cuando y le notaba muy nervioso y excitado, el me acariciaba , yo estaba muy súper excitada pase disimuladamente mi mano sobre su mano y me la apreté sobre mi chocho muy fuerte e inmediatamente le puse mi mano en su verga que note durísima y muy gorda, no pudiendo aguantarme mas, le susurre al oído al muchacho que me siguiera cuando me levantara, en ese momento me gire a mi marido y le dije que nos cuidara la espalda el me pregunto si me pasaba algo y yo le dije que no que estaba todo bien y que estuviera tranquilo que le iba a complacer en lo que quería, estábamos en la parte superior del cine y tiene un lugar donde no hay sillas, con Daniel me dirigí a el, el cinema estaba oscuro ,yo me arrodille en la esquina le desabroche el pantalón sacándole la verga dura y gorda me puse a mamar, mi marido estaba de lado mirando si algo o alguien nos podía descubrir, Daniel me levanto, y me besó, su lengua entro en mi boca, me explotó el sabor delicioso de su saliva, una de sus manazas me apretó las nalgas, intente separarme y no pude su beso se prolongo y sin recato le correspondí, me beso en la boca. No me pude resistir. Su contacto me agradaba. Mis labios se separaron dejando que su lengua saboreara mi paladar. Le rodee el cuello con los brazos y le retribuí el chupón, con mucho mas fervor todavía.

Estuvimos ahí un buen rato, besándonos tan solo, reconociéndonos con nuestras lenguas, degustándonos.-¿Sabes una cosa?. Lo primero que me gusto de ti fueron estas- me confesó a la vez que me aprisionaba las tetas a través de la ropa.

-¡Date gusto, entonces!- le dije, y tendiéndome en el piso lo invite a que fuera el mismo quién descubriera mis voluptuosos atributos.

Sin rodeo alguno me desabrochó el vestido, hizo a un lado el siempre molesto sostén del body agarrándome una con cada mano, me las chupó con arrebatado entusiasmo y frenesí. Tremendamente impactado saltaba de un pezón a otro, mordiéndomelos, sorbiéndomelos, recorriendo con su ávida y atenta lengüita cada centímetro de mi suave y aterciopelada piel.

De pronto deslizó una mano hacia abajo y la encajó entre mis piernas, acariciándome el sexo a través de las medias veladas rotas, las cuáles, ya a esas alturas, estaban completamente empapadas.

Por supuesto que él supo darse cuenta enseguida de tal situación.

-Ahora me toca a mí darme con el gusto- le dije entonces y volviéndome a sentar en el piso hice presa de la tentadora verga que ya vibraba en su entrepierna.

En un abrir y cerrar de ojos ya lo tenía entre mis manos, últimamente me he vuelto bastante ducha y aplicada para tales menesteres, palpando con entusiasmo y dedicación una rubicunda y fragante verga de proporciones exageradas, muy deliciosamente apetecible.

Se la sostuve con una mano y mientras se la meneaba con firmeza le chupé las bolas.

Ahora fue él quién se recostó en el piso para permitir que me expresara libremente.

Le baje el pantalón y el calzoncillo hasta los tobillos y puse manos y labios a la obra.

El olor, intenso, envolvente, subyugante que emanaba de aquella zona me motivaba mucho más todavía.

Mirándolo incitante a los ojos, recorría con la lengua ese tremendo par de huevos rebosantes, peludos, cargados hasta el tope, presionando con la puntita por aquí y por allá, enloqueciéndolo con esos leves aunque fatales toquecitos que tanto lo enardecían.

Abrí la boca y le chupe uno, luego el otro, le chupe ambos a la vez, reteniéndolos en mi paladar, saboreándolos, sorbiéndolos, empalagándome con ellos, degustando la acuciante calentura que los inflamaba más y más a cada instante.

El miembro ya estaba duro, sobriamente erecto, empinado y expectante, tentándome desde luego con sus vigorosas y erguidas formas. Relucía, como un tesoro escondido recién descubierto.

Ascendí entonces con la lengua, lamiéndolo todo a lo largo, empapándolo de saliva, para que al llegar al grueso reborde, esa costura invisible que separa el tronco principal de la corona suprema, volver a la base, a la raíz del encanto, y subir por el otro lado, así una y otra vez, de arriba abajo, envolviéndolo con mi aliento, deslizándome ida y vuelta por todo su rubicundo contorno.

Luego le bese la cabeza, le di un sonoro y jugoso beso justo ahí, en el glande, aplastándolo contra mis labios, saboreando ya ese líquido salobre y viscoso que fluía profusamente por el agujerito de la punta.

Entonces separe los labios y me la engullí poco a poco, pedazo por pedazo, mirándolo siempre, sin perderme ningún detalle de sus reacciones, comiéndome un buen trozo, algo mas de la mitad.

Me gustaba su sabor, tenía un encanto especial. Era la verga del escogido por mi esposo, eso la hacia mucho mas atractiva, mucho mas rica.

Cerré la boca, atrapándola en mi paladar y se la chupe, casi no me cabía de lo grande que la tenia sorbiendo ávidamente cada porción, mordiéndola, masticándola, succionando con ahínco, volviéndome a empalagar ahora con el banquete principal. Las bolas solo habían sido el aperitivo, apenas un delicioso entremés para lo que representaba aquella verga gloriosa, suprema, de tales proporciones.

Me movía sobre ella, arriba y abajo, frenéticamente, acaloradamente, devorándomela casi entera, ahora con los ojos cerrados, bien concentrada en tan deleitable labor. Los suspiros cada vez más entusiastas y complacidos de Daniel me incentivaban para hacer uso y abuso de todas y cada una de mis artimañas orales.

Se la agarré por la base y moviendo acompasadamente la mano al ritmo que imprimían mis labios, acrecenté la succión, chupándosela con más fruición todavía, comiéndomela entera, con la sola excepción de lo que retenía con la mano.

Encantado de la vida Daniel expresaba un sinfín de jubilosas exclamaciones.

Ya con el miembro en su álgido estado de erección, me la saque de la boca y la refregué entre mis tetas, eso termino enloqueciéndolo por completo.

-Si tuviera esto en mi apartamento sería el tipo más feliz del Mundo- dijo con suma convicción.

No se que paso pero mi marido, comenzó hacernos señas, y era que la película se había terminado, nos arreglamos y nos dirigimos hacia las sillas, estaba tan arrecha les comente que nos dirigiéramos a una discoteca a bailar un rato, ellos dieron su aprobación, y salimos del cine.

pasamos por un centro comercial que se llama terraza pastear, y mi marido se acordó que tenia la cámara, pero que en el cinema no la había podido utilizar por el flash, pero me dijo que si posaba para Daniel y el, así lo hice, y me tomaron varias fotos en las escaleras eléctricas (de las fotos publicadas), tenia la choca bien caliente….no encontramos lugar, solo habían lugares para tomar cerveza….así que decidí decirles que nos fuéramos para una residencia…ellos me siguieron el juego.

Al llegar al estacionamiento me tomaron mas fotos y estaba tan empapada de semen mío que recordé que tenia unas medias y tanga del conjunto del body entonces les pedí disculpas y fui al baño para colocármelas era una sorpresita.(ve fotos), y nos dirigimos ala residencia…. nos montamos en el carro por lo tanto los dos en el asiento trasero, con una mano me levanto la falda y empezó a acariciarme la chocha, mientras tanto Julio solo se limitaba a mirar por el espejo retrovisor de reojo, entonces yo le cogí la mano y se la coloque sobre mis tetas al tiempo que lo besaba y me abrazaba a el, de esta manera me fui entregando al goce y empezó a preocuparme que estábamos todavía muy lejos del motel a donde íbamos ya que Daniel estaba que me culiaba haciendo incomodo el manejar de julio, en esos momentos me acorde que hacia poco tiempo habían inaugurado un nuevo motel por el sitio en que transitábamos y nos dirigimos allí inmediatamente.

Afortunadamente no pusieron problema al ver que ingresábamos tres personas y tuve que calmar a Daniel mientras entrábamos pues estaba que no se aguantaba las ganas de culearme.

Una vez nos cerraron la puerta de el garaje, me baje del carro y empecé a subir los escalones, coloque a Daniel contra la pared y yo de espaldas a el y subiéndome el vestido le restregaba el culo contra la verga de el ayudándome de las manijas de la escalera para hacer mas presión sobre su verga, luego decidimos subir pero lo hizo con las manos posadas en mi culo y yo con el vestido levantado por detrás.

Ya en la habitación, me desnudaba solo dejándome con el body y me ubique en la cama restregándome contra el al tiempo que lo iba desnudando, luego el se acerco a los pies de la cama y me acariciaba el culo, notando lo empapada que estaba, entonces se recostó encima mío luego metió su verga entre mi boca y empecé a mamármela, así me fui corriendo hasta la cabecera de la cama mientras se lo mamaba, con la ayuda de julio, y abriéndome de piernas me corrió la tanga para acariciarme la chocha con su verga sin metérmelo, Daniel me clavó la verga en la chocha haciéndome dar un respingon de placer, mi chocha que parecía una piscina, afortunadamente Daniel a pesar de su juventud resultó un buen culiador y aguanto lo suficiente hasta hacerme venir en un orgasmo que me hizo brincar de placer al sentir toda su hermosa verga adentro de mi chocha, En ese momento nuestra felicidad, la dicha que sentíamos no podía ser mas completa.

Me monté, entonces, a horcajadas sobre él y sosteniendo yo misma aquel supremo artefacto de placer, me lo empalé lenta y plácidamente, disfrutando cada pedazo, gozando tan imperioso avance, la consentida invasión a la que somos tan afectas las mujeres (ver Fotos).

Cuando lo tuve todo adentro, lo abracé y lo besé de nuevo, siempre con exacerbada pasión, y así, aferrada a su cuerpo, empecé a subir y bajar, como loca a medida que aumentaba el ritmo (ver Clip de video).

Daniel me agarraba de la cola, firmemente, con ambas manos, una para cada cachete, acompañando mis enérgicos y certeros movimientos. Yo me deshacía del gusto. Me estremecía hasta lo más íntimo. Mi cuerpo era una brasa ardiente, un volcán en erupción, a causa de mi desaforada cabalgata, mis pechos se bamboleaban frenéticamente delante de los ojos del escogido por mi esposo, por lo que, cada vez que estaban a su alcance, él me los chupaba con deleitable fruición.

Me mojé, me empapé en ese momento, cálida, profusamente, irradiando sensualidad y placer por cada poro de mi piel.

Gemí, suspiré y jadeé exaltadamente a medida que la trepidante y voluptuosa oleada nacida allí, en mis entrañas, crecía y se expandía por todo mi cuerpo, envolviéndome con sus enardecidas sensaciones gritaba como loca.

Nos besamos de nuevo. Aquel decididamente fue un día de muchos besos.

Luego me levanté y me apoyé en el borde de la cama, dándole la espalda, moviendo seductoramente mi colita.

Comprendiendo mi propósito, se levantó, se colocó tras de mí, la verga enhiesta, resplandeciente, y me la metió con exquisita ternura, moviéndose ahora él a su antojo, a su propio ritmo. Levemente inclinada hacia delante yo lo recibía con beneplácito, completamente entregada a él, disfrutándolo, gozando como nunca, más que nunca, ya que siempre el último polvo es el mejor. No importa cuantos hayas disfrutado antes ni con quién, el ahora es lo que realmente importa, lo que sentís en este momento, ya sea con tu novio, con tu esposo, tu amante ó algún levante casual, esto es lo que vale. Lo demás son solo gratos, muy gratos recuerdos (ver Fotos).

Bien aferrado a mí cintura Daniel me daba duro y parejo, ininterrumpidamente, cambiando el ritmo de vez en cuando, lento a veces, rápido otras, acelerando de repente, surtiéndome de verga con sumo deleite y empeño.

Aunque ya estaba preparada para cualquier cosa, logre sorprenderlo realmente cuándo, agarrándole con una mano la verga, me la saque yo misma y sin dilación alguna la enfilé hacia el otro agujero, el posterior, el más pequeño, pero, aún así, igual de confortable y complaciente que el principal.

-¡¡¡Sos la amante perfecta, Yolanda, entonces trato de meterme la vergota en mi culo pero no pudo, era muy grande, en eso mi marido se acerco y me dijo déjame ayudarte y empezó a culearme, acompasada, sostenidamente, conmoviéndome, estremeciéndome con cada ensarte, metiéndomela hasta lo más íntimo y sagrado.

Todo mi cuerpo vibraba a su ritmo, siguiendo la cadenciosa y fluida melodía que él dictaba desde atrás. Una melodía celestial, sublime, incomparable.

Quien no haya disfrutado jamás de las voluptuosas sensaciones de una buena culeada, quizás no me entienda, pero en ese momento me sentía completamente suya, sentía que éramos uno, un solo ser, indivisible, insoluble, yo era de él y él era mío. Lo deseaba mas allá de todo y de todos, sin que importara ni el antes ni el después.

En ese momento no existía nada ni nadie mas en el mundo que nosotros, el uno fundido en el otro, acoplados, rebosantes de placer, exultantes, complementándonos a la perfección, engarzados como dos seres mutuamente dependientes que se necesitan con precipitada, irrevocable urgencia, mas que al aire, mas que a todo, como a ninguna otra cosa sobre la faz de la Tierra.

Acabamos al unísono, en medio de una orgía de plañideros y exaltados gemidos, mi marido realmente estaba arrecho, me había follado por el culo como nunca lo había hecho, me perdonaran, y me da pena exponer estas fotos en las cuales se puede apreciar que hasta me saco la mierda de severendas envestidas que me dio, fue fabuloso y doloroso pero que rico la pase, pido disculpas por las fotografías y de cómo me expreso pero es una historia muy real….ustedes me sabrán comprender

Agarrandome los pechos desde atrás, sobándomelos, Daniel me penetro por la choca se había excitado viendo como mi marido me enculaba, y comenzó a darme cadera como loco, se vació caudalosamente en el interior de mi receptiva chochita, quemándome hasta las entrañas con ese torrencial caudal de leche bien caliente y espesa, ese desborde natural que me inundaba, me rebalsaba en una forma por demás profusa y subyugante.

Durante un buen rato estuvimos echados ahí, en el borde de la cama, él encima de mí disfrutando, emocionándonos con las apocalípticas sensaciones que todavía estremecían nuestros cuerpos.

Nos besamos, efusivamente, acariciándonos, disfrutando el uno del otro.

Sus labios entonces comenzaron a recorrerme, saboreándome, degustando mi piel todavía húmeda, todavía encendida. Se paseó por mis pechos, me los besó, me los lamió, me mordió los pezones, suave, dulcemente; con la lengua descendió por la línea del vientre, dio un par de vueltas en mi ombligo y continuó su camino hasta mi sexo, hasta mi conchita.

Sin prisa alguna, con toda la delicadeza mundo, me chupo los labios, me los succionaba con irresistible avidez.

Lo agarré de la cabeza y lo empujé aun más hacia mi fogosa entrepierna. Su lengua se introdujo dentro de mí y comenzó a moverse, a reptar entre mis profusos y espesos fluidos.

El espejo ubicado estratégicamente en el techo, encima nuestro, devolvía mi propia imagen, agitada, convulsionada, siendo devorada en una forma por demás ávida y gustosa.

Mi sexo se deshacía entre sus labios, en su paladar, en su garganta, me corría en su boca, estallaba de gozo, me estremecía y explotaba alrededor de su lengua.

En vista de esta nueva situación Daniel se colocó encima mío, entre mis piernas, la verga otra vez enhiesta, nuevamente gloriosa y esplendorosa, sublime en toda su rubicunda magnitud, y me la metió deliciosamente, haciéndomela sentir pedazo por pedazo, centímetro a centímetro, trozo a trozo, para dejármela un rato ahí adentro, bien acomodada, impregnándose con mi deleitable y fluida humedad interior.

Nos besamos, mas apasionadamente que nunca, devorándonos, comiéndonos a chupones.

Entonces me hizo el amor, penetrándome a intervalos regulares, intensa, enérgicamente, sumiéndome en un éxtasis mayúsculo, arrollador.

Todo mi cuerpo se acoplo al suyo, siguiendo sus movimientos, acompañándolo, fundiéndome con él en un mismo goce, un único disfrute.

Con él sentía no solo que estaba cogiendo, sino que también hacíamos el amor, con todo lo que ello significa.

Nos deseábamos y así lo expresábamos, en esa cama, en ese lujoso hotel, nos entregábamos el uno al otro, sin renuencia, sin reservas, sin guardarnos nada, en cuerpo y alma, utilizando todos los sentidos para amarnos tal y como lo sentíamos.

Me levanto y me acostó en la cama, de espaldas, su mirada me recorrió toda, instintivamente abrí las piernas y le mostré mi Chocha abierta, llena de jugos vaginales como me gusta tenerla siempre.

  • Que panochita mas rica tienes Yolanda, se ve riquísima, debes estar bien mojadita! Me dijo al tiempo que me pasaba la mano entre mis labios vaginales, me abrió las piernas y acomodándose entre mis muslos su lengua me entro en el coño, un gemido anuncio su triunfo, empecé a gemir mas y mas, hasta que a punto de correrme le pedí entre gritos entrecortados

–Cómeme Daniel! Métemela ya ¡te lo suplico! Meteme tu verga! Desde luego no se hizo del rogar, tomándome las piernas y abriéndome al máximo aproximo su verga a mi entrada, me jalo de las nalgas y de un golpe me ensarto hasta el fondo, haciéndome gritar de tan ruda metida, pero al tiempo le jale con mis piernas y me entregue a ese bruto que me lastimaba pero me hacia sentir mi panochita deliciosamente expandida, sus movimientos de clavarme empezaron, primero rápidos y al poco tiempo lentos y deliciosos, me estaba disfrutando y yo me le entregaba entera (ver Fotos). Me besaba y acariciaba todo el cuerpo mientras me ensartaba una y otra vez, acomodándose me besaba el cuello y chupaba mis tetas sin dejar de penetrarme, sus fuertes manos me tenían atrapada por las nalgas y a cada embestida me jalaba y me las apretaba con fuerza (en las fotos se puede apreciar que las tengo coloradas), parecía adivinar lo que esto me fascina, moviéndose logro ponerse mis piernas en sus hombros y con esto sus penetraciones se hicieron mas profundas, yo sudaba y el me poseía a su antojo.

–Estas apretadísima linda Yolandita, deliciosa, que bien cojes, muévete rico mamacita! Yo cerrando los ojos no hacia mas que entregarme a ese bruto pero hermoso hombre, me movía como se que les gusta a los hombres, cuando me embestía yo salía a su encuentro moviendo mi cadera, haciendo mas profunda la invasión de su verga a mis entrañas, bombeando con furia y rapidez me hizo explotar, mi coño se contrajo rítmicamente como chupando esa verga rica que me ensartaba hasta el fondo y haciéndome gritar y gemir de gusto le di mi octavo orgasmo intenso y prolongado como pocos, al tiempo que lo incitaba a que siguiera

-Sigue mas mi vida! clávame toda! Cógeme mas duro, Daniel mi vida, penetramela toda, me estoy viniendo, así, ayyyy , massss!!!

Daniel enfurecido me entraba mas duro, mas rápido, se acomodó de nuevo y me aplasto con su pesado cuerpo haciéndome abrir mis muslos al máximo, me besaba las tetas, me chupaba los pezones con fuerza y me los mordisqueaba, mis talones le pegaban en las nalgas pidiéndole mas verga, me hizo venir de nuevo y mis grititos entrecortados se lo hacían saber, mis piernas lo rodearon por la cintura totalmente abierta de mi coño y me le entregue moviendo mi pelvis, sintiendo en mi clítoris los golpes de sus embestidas, contraje mi coño con todas mis fuerzas y goce como una puta , mis brazos lo apretaban y mis uñas se prendían a la piel de su espalda enterrándolas y rasguñándole ( ver fotos) pero disfrutando como nunca lo besaba con mi lengua y gemía de la rica cogida que me estaba regalando…hasta que por fin, sus chorros de leche caliente me inundaron, pero el seguía bombeando, enloqueciéndome y su verga dura batía por dentro mi estrecha chochita convulsivamente pegada a su miembro, finalmente me afloje, me sentí desvanecer y el dejo poco a poco de moverse, quedando encima de mi jadeante y besándome tiernamente en los labios, pasando su lengua y encontrando la mía, mojada y ofrecida, salivosa para ese Hombre que me había gozado como nadie. Tembloroso se dejo caer a mi lado tratando de no pesarme tanto, pero sin sacar su verga que poco a poco iba Perdiendo su erección, al salirse un escurrimiento de su leche se hizo presente bajando entre el canal de mis nalgas y parando en la colcha en presencia de mi marido había sido cogida como nunca, estaba yo gozosa, me sentía transformada, estaba encantada con ese tipo, y se lo demostraba acariciándolo y abrazándome a él., me tenia rendida.

Sin hablar, sin decirnos nada, nos quedamos en brazos uno del otro, recuperándonos ambos.

Haciéndolo a un lado me levante y sentí escurrir entre mis muslos su leche caliente, el me jalo de nuevo a la cama, me besaba, me acariciaba…Ven Yolanda, te quiero coger de nuevo! –Espera mi vida tengo que ir a hacer pipi…!ahora vuelvo!

Al regresar el estaba de pie, su verga semierecta se veía aun mojada, que rico espectáculo para mi, yo completamente desnuda, salvo mis sandalias, me sentía sudorosa y caliente aun me acerque insinuante y le dije –Ven papi, cógeme en la salita, me senté en el sofá y abriendo las piernas le dije insinuante –Quieres comer mi coñito? Ya lo lave muy bien! Sin hacerse del rogar se inclinó ante mí y levantándome las piernas se dio a lamer mi panocha, yo estaba dándole mi coño a la lengua de ese bruto. –Ahora ven, le dije, Siéntate en el sofá, yo te voy a chupar la verga como nadie te lo ha hecho!

Muy obediente Daniel se acomodo, yo le chupaba su verga, como si el fuera mi marido y yo la puta de la casa, su verga dura me prometió más placer…-?

Empecé a mover mi trasero.

-Se ve que no te han cogido en mucho tiempo verdad Yolandita?

-le volví a mamar su verga y el se estremecía, le di mis mejores mamadas, y un rato después me le monte empalándome su pieza enorme en el coño y moviendo mi cadera me lo seguí cogiendo muy sabroso moviendo mi pelvis y sintiendo su verga en mis entrañas, suave, rico, mientras el me estrujaba las nalgas, y me chupaba las tetas, al tiempo uno de sus dedos me invadió mi apretado ano haciéndome gemir…-Te gusta por el culito verdad puta? Coges muy sabroso Yolanda. Y me imagino tu culito bien estrechito y apretado! me dijo Daniel.

  • yo seguía cogiéndolo más caliente que nunca, subiendo y bajando montada en su verga, mientras seguíamos con la charla caliente, aunque me dolía ya la chocha de tanto culpar

-Nos acomodamos en la cama y le ofrecí mis nalgas abiertas para que me culeara, dirigiendo su cabeza gruesa de su verga a mis pliegues de mi culito, me untó algo de saliva y se dio a penetrarme por primera vez, fue un suplicio, pero finalmente me entró, poco a poco su verga ganaba terreno, yo sufría mi esfínter dilatado me dolía, pero lo alentaba a que me culeara mas, me entro de un golpe seco toda su verga, grite y me jalo, entrándome toda, haciéndome pujar y llorar, pero no dije nada, el siguió con su verga adentro, me salio un poco y vuelta, me entro de nuevo y me la sacaba hasta que empezó el rico movimiento de entrada y salida de mi distendido ano, me ardía terrible, le pedí que me la sacara, no hizo caso, a cambio me dio unas fuertes y sonoras nalgadas, enrojeciendo mis nalgas, me estaba culeando el maldito de una manera terrible, salvaje pero yo estaba encantada, lo deseaba así, con furia, y el cumplía a la perfección, me hondaba el culo una y otra vez, hasta que no pude mas y sentí desmayarme del dolor, al mismo tiempo yo sentía delicioso, un dolor tremendo, sucio y humillante pero delicioso, me entregue a el y le empecé a gritar..-Más ¡mas! Así cabrón ábreme el culo! Es tuyo papi! Y el lo hacia, me entraba con rudeza, me la sacaba casi hasta la punta y me la dejaba ir de golpe, mis pliegues del ano se expandían a cada metida, me explotaba, me sentía morir pero allí estaba aguantando hasta que por fin no pude mas, y le suplique que me la sacara, creo que sintió lastima por mi, y lo hizo, al salirse tenia muestras de mi, olía a mi, también tenia un poco de sangre y tuve que ir corriendo al baño a defecar, me habían sacado la mierda por segunda vez y corrí al retrete, termine pero con mas ganas de seguir, usando una pequeña manguera me lave el interior del recto y si que dolía me ardía hasta la madre, quede prácticamente limpia, Salí del baño y fui hasta el, que se había aseado la verga en el otro baño, lo vi. Limpio, y se me contrajo el culo, fui a mi cartera y tomando algo de crema me unte el ano, regrese y me le ofrecí de nuevo, Daniel no lo podía creer, estaba yo ofreciéndole descaradamente mi culo adolorido, pero el entendió mi deseo y sin decir nada me apunto la verga y me la entro de un golpazo, me hizo gritar, pero la crema evito la fricción con mis tejidos, así me estuvo culeando, diciéndome lo puta que era y yo sollozando y jadeando me entregué a su verga de nuevo con mi culo abierto, disfrutando de ese animal que me culeaba, sus manos me tomaban por las nalgas y me apretaban con gran fuerza, me entraba y salía a un ritmo veloz hasta que una de sus manos se fue hacia mi panocha y empezó a dedearme al tiempo que me culeaba haciéndome gritar y explotar en un orgasmo doloroso y terrible al tiempo que él ya no aguantando mas se vino en mi culo, en el interior de mi recto, ahora lleno de su leche, todo fue terrible , me entregue por el culo y el me gozo, al terminar me saco su verga y su leche con mi sangre confundidos gotearon, me limpió el culito y me lo besó , me agradeció lo rica que había sido con el y me enterneció, lo bese y recostados en la cama empezamos a besarnos y a acariciarnos como dos amantes , me decía que le encantaba, y que nunca pensó ni en sueños que pudiera tenerme y menos con mi marido presente sin embargo esto había sido para el lo máximo, mi marido besándome me dijo que le encantaba verme así y que había disfrutado tomando fotos, que ya que, yo lo había hecho cuando y donde había querido que la próxima vez lo quería hacer el con una amiga, a lo cual yo acepte, el final de la noche fue excelente con otro polvo interminable con mi marido y después hemos tenido otras experiencias, que en otra ocasión se las contare, por que de esta historia me toco pedir permiso en el trabajo de 3 días por la ultrajada que me dio Daniel para recuperarme, de mi ano y mi vajina que quedo grandemente dilatada y quemada de aquella gran culiada.

Su amiga Yolanda N y Julio………….Besos para el grupo de Relatos

Abril 25 del 2003