Trío con mi clienta.

Historia real vivida antes de la famosa pandemia que nos ha afectado a todo el mundo, es decir, en la primavera de 2019. Hechos reales, pero nombres no reales para la privacidad de ellas. Comencemos.

Como siempre hago cada semana, aparte de muchas cosas y trabajos, recibí en mi email de una de las páginas de contactos que tengo desde hace años y que son gratis, un email que me decía textualmente “has recibido un mensaje de una usuaria nuestra (omito el Nick porque nadie tiene que saberlo y también por política de privacidad de dicha página, así no tenemos problemas nadie) y quiere aparte de conocerte, saber más de ti”. Digamos que a diario recibo unos cuantos mensajes de dicha página como de otras, pero bien es cierto que en muchos de los casos son emails spam, es decir, creados por programas automáticamente que intentan llamarte la atención y sobre todo hacer que te abones para responder a dichos mensajes que siempre tienen un icono que indica que no te puedes poner en contacto con dicha persona, vamos, el truco más viejo del mundo de “si no te abonas o pagas, no tienes derecho a recibir un mensaje de dicho perfil, sea verdadero o falso”, por tanto, yo tengo un truco que mucha gente hace y es mandarle un favorito para que sepa que la he leído. A continuación ya es dicho perfil el que te puede mandar otro mensaje o no, depende de si es verdadero o falso, o también te pueden responder con un mensaje automático diciendo que necesitan sexo y que quieren que les contestes, pero cuando te mandan entre paréntesis sus emails, sabes que eso no un programa o mensaje hecho por dicho sistema, por tanto, en cuanto recibí ese mensaje les mande desde un email que tengo solo para contactos (hay que ser precavidos y mandar todo desde el email personal, internet es muy puñetero para estás cosas, mejor siempre tener al menos dos emails para estás cosas, que prevenir no es malo.

Entonces recibí un mensaje nuevo en mi email, respondiendo al mío en donde ya era más claro porque ponía lo siguiente “Hola, soy Paula y mi clienta Araceli está aquí a mi lado y queremos hacer lo que te puedes imaginar, un trio contigo, ya que hemos leído tu perfil, por cierto, muy descriptivo y muy interesante. No te vamos a negar que hemos intentado contactar con otros perfiles y si es cierto que algunos nos hay respondido, pero digamos que contigo hay algo que nos atrae bastante y es tu edad, así como tu experiencia, por eso hemos pensado ambas, más Araceli que yo, de hacer un trio sexual contigo. Ambas tenemos muchas ganas, y aunque no somos bisex, nos da curiosidad probar con un hombre con una experiencia que creemos nos satisfarás. ¿Qué te parece la idea?”

Obviamente cuando una mujer madura como es Paula con una clienta también madura como es Araceli que tienen ganas de sexo, no les falta hombres para ello, eso hay que saberlo de antemano, sobre todo porque Araceli está divorciada, gracias a Paula, que es su abogada y claro, entre ellas había surgido una amistad especial como me dijeron luego. Tras un par de mensajes por email sabiendo lo que deseaban y para cuando, ya que si lees los mensajes entre semana, sabes que la gente trabaja y no tiene tiempo apenas para montar una cita a tres bandas como era en este caso, además que me gusta programar mis citas y no ir a la aventura, aunque a veces la aventura es incluso más morbosa que la programada, pero también hay que pensar en que estas dos mujeres tienen vida y para un polvo siempre hay tiempo, pero para un trio hay que hacerlo con tiempo, por eso, cuando Paula me dio su número de teléfono en el último mensaje, pues le mande un guasapo (termino de mensaje de un programa más que conocido de mensajería gratuita de los móviles, sin publicidad de ellos, que no financian esta historia real, que no somos tontos) pues le mande un mensaje de voz para que notaran también como es la voz de ese hombre que ellas estaban catalogando para hacer su trio.

He de decir que es mi voz normal, ni fuerte ni brusca, ni ronca ni suave, vamos, una voz de un hombre normal y corriente. Automáticamente Araceli me llamo al móvil, yo sin saber quién era, pero pensando que sería una de ellas, por esas cosas que sueles pensar y resultan ciertas, en donde nada más descolgar y decir “buenas” como saludo, oigo la voz alegre y divertida de una de las dos, en donde me dice:

— Hola guapo, que voz más morbosa tienes, y quiero ¿qué intentes decir quién soy de las dos? — casi riéndose, pero sin llegar a hacerlo, es lo que note en su tono de voz, por lo que, esperando mi respuesta, pero yo en silencio, volvió a su pregunta, — Venga, que esto no es una prueba, sino que quiero ver si eres tan interesante y morboso como nos has dado a entender a Paula y a mí.

Siento decirte que acabas de darme la mejor pista, Araceli, pero te perdono por tu entusiasmo y si no fuera porque me lo has dicho, te hubiera indicado que tú eras Paula y tu abogada es Araceli, pero no te voy a mentir, así que, eres Araceli, una recién divorciada desbocada y alegre que sabe lo que quiere con quien quiere y las veces que quiere, y que obviamente ya has probado de todo en el tiempo que llevas libre de ataduras maritales, pero que te gusta tanto el sexo que quieres seguir probando, incluso metiendo a Paula, que la estás despertando, cosa que ella está también encantada de su despertar sexual. Aunque es posible que me equivoque en todo y haya metido la pata hasta el fondo, pero sino para que vamos a meternos en la piscina del sexo, si no nos atrevemos a tirarnos sin saber si hay agua dentro, ¿verdad?

Tras este primer contacto más real sin mensajes de email, sin mensajes de voz, sin nada más que oírnos las voces, yo al ser como soy, observe que al otro lado del auricular se oía manos libres, por tanto, no tuve que indicar nada, sabía que ambas estaban juntas, que estaba una calladita, Paula y la lanzada de Araceli era la que intentaba dirigir hacia su terreno la conversación, por eso solo le dije una cosa para que se abriera a la charla a Paula:

— Paula, cuando quieras puedes decir lo que desees, que veo que eres recatada en las conversaciones aparte de respetuosa, pero ya que ambas queréis un trio, porque no empezar hablando los tres ahora, total, al final vamos a acabar haciéndolo, porque no soy tonto y sé que tenéis una lista grande de posibles candidatos, tanto de los amigos que se ha tirado Araceli como de esos que os contactan por la pagina o que vosotras buscáis, así que, para no ir mareando la perdiz, hablemos los tres y así no tenemos dudas.

Claro que hablo, tanto que Paula respondió:

— Estás aquí al lado o eres de esos hombres que no se les puede ocultar nada, porque menudo oído tienes para saber que estamos con manos libres y además yo que he estado en silencio, no has podido saber si estaba con ella. La verdad es que me intrigas como eres, y Araceli es la que sabe más de hombres, como bien has dicho, está desatada, pero en mi caso no es que no lo este, pero si es cierto que soy más precavida, pero en tu caso me estás sorprendiendo para muy bien.

En ese momento entro en la conversación Araceli:

— Nene, si te puedo decir así y no te molesta. En serio que no nos estas espiando, mira que estoy mirando por la ventana y solo veo a mis vecinos mayores. ¿Cómo lo haces para saber lo que estamos haciendo? ¿Tienes cámaras ocultas? Jajajaja. No, es broma, pero tanto Paula como yo, hemos estado viendo otros hombres y la verdad, nadie nos había llamado tanto la atención como tú, no solo por tu perfil y esas fotos, que nene, vaya como estás para la edad tan fabulosa que tienes, sino lo que ahora mismo me estás trasmitiendo con esta charla, y es que sabes cómo tenernos totalmente enganchadas a esta interesante conversación, pero para no perder mucho el tiempo entre ambas partes, ¿quieres hacer el trio con las dos o buscamos a otro? Jejeje, te estoy poniendo entre las cuerdas y lo sabes, por ello también habrás notado que me gusta ser directa y muy juguetona, así que imagina lo que te vas a encontrar con las dos.

Sería una estupidez que, habiendo aceptado la llamada de ellas, de haber seguido la conversación juguetona que tenían y de las ganas que ellas querían de quedar, decirles que no podía, o que no era ni el momento, por eso, fui directo:

— Pues mira, Araceli, ya que eres directa y juguetona y Paula es discreta pero ardiente, diré la verdad, quiero follar con las dos. Más claro, el agua de la catarata que cae sobre vuestros cuerpos desnudos.

Directo, siempre hay que ir así cuando sabes que te puedes meter en la boca de las lobas o en sus vaginas, pero en este caso sabía que ellas deseaban que dijera eso, además, que mejor aliciente tras una temporada solo siendo el amante de alguna casada que se aburría de la monotonía de su vida conyugal que tener un trio con dos pedazos de mujeres que solo querían eso, sexo, del bueno claro, pero sexo, con un hombre algo más maduro que ellas al menos en edad y que además les iba a dar juego. Por eso, continúe con la respuesta, pero dejando bien claro mi propuesta, porque ya que vamos a ser directos, ¿para qué ocultar las actitudes que vamos a dar, no?

— Pero una condición señoras Araceli y Paula y no me vale que intentéis discutirla, es así u os buscáis a otro pardillo que os destroce sexualmente a las dos a la vez. La condición es la siguiente, estar atentas. Primero, no voy a quedar con las dos ni hoy ni mañana, ya que estamos a martes, supongo que Paula tendrá una agenda algo ocupada de casos o clientes, por tanto, es tontería estar la noche de antes o la tarde de antes follando como locos, nadie se concentra con el cuerpo agotado, aunque se puede hacer, pero no es la cuestión. No sé en que trabajas tú, Araceli, pero supongo que te pasara lo mismo, por tanto, no quedamos por vuestros trabajos entre semana, y no es discutible. Por otro, incluso más importante que vuestros trabajos, y es que si tenéis hijos, no rompo la monotonía de una casa por echar unos polvos salvajes, es decir, aunque tengáis canguro para dejarlos, no es cuestión de ir corriendo y aceleradas para conseguir que ese día follemos los tres mientras pensáis si están bien o no vuestros hijos, por tanto, vamos a quedar para el fin de semana, me da igual que empiece el viernes por la tarde o noche o el sábado o el domingo, en eso no os voy a programar nada, pero eso si, ahora tenéis que decirme donde lo haremos, y os propongo dos sitios, bueno, el tercero seria la habitación de un hotel, pero es incluso muy frio, así que, la opción A es en mi casa cerca de la playa, que no sé si os gustaría, porque puede que no os guste follar al lado del mar o la opción B, que es en mi casa cerca de la montaña, con piscina climatizada y jacuzzi grande, eso sí, la casa del mar no tiene piscina, es tontería, teniendo el mar a cuatrocientos metros, por eso, si queréis ahora que hace buen tiempo, estar en la piscina o en la playa y que nos multen por estar desnudos o en bañador y bikini para follar, ya os digo yo que no es nada morboso hacerlo sin esperar que nos multen, y además no quiero que me prohíban acceder a la playa por escándalo público, jejeje. Y la otra opción que cierra la condición para hacer el trio con las dos es que vengáis con ganas de disfrutar horas y horas, yo no me bajo la bragueta para un polvo rápido, es más, si estáis pensando que voy a tardar poco, entonces, lo dejamos y que os vaya bien en la vida.

Solo oi un silencio, pero sabía que estaban allí, hasta que entonces Araceli dijo:

— Lo tenías preparado o es que eres así de generoso y de atento con todas las mujeres que contactas o quedas para follar? Porque a día de hoy, ningún hombre me ha dicho que la condición importante son mis hijos y con quien dejarlos, que entre semana no altere mi agenda profesional y que además tiene dos casas, así que, como bien me dice Paula, si y si y si, es decir, si a quedar contigo con esa condición, si a estar a gusto contigo y tú con nosotras, es lógico y si no lo estás, entonces no vamos, y si a hacer el trio contigo, pero no queremos molestarte mucho, así que, tú eres quien decide el sitio, aunque lo del jacuzzi los tres nunca lo hemos hecho, y además suponemos que en la casa de la playa habrá vecinos y en la de la montaña aunque lo haya no es lo mismo, suponemos que hay más discreción, así que, como me dice Paula, a la casa de la montaña, pero la comida la llevamos nosotras, te vas a comer dos cuerpos calientes para ti y nosotras te vamos a comer a ti hasta dejarte seco, jajaja.

Y así, entre risas y entre otros comentarios, quedamos para el viernes por la noche, diciendo yo como llegar y a partir de qué hora podrían venir, que yo estando solo pues me daba igual, así que, llego el viernes, las siete de la tarde, casi las ocho, mientras entraba un vehículo Suv o lo que llamamos antiguamente, un vehículo alto y robusto sin llegar a ser un cuatro por cuatro, de color blanco a la entrada de mi casa, haciendo que la verja se abriera para que entrara, y tras cerrarse, ver cómo estas dos preciosas mujeres enfundadas con sus gafas en sus rostros y unas pamelas veraniegas para conjuntar sus atuendos primaverales, las vi alegres y algo nerviosas, ya que era el primer encuentro real y físico.

Indico que estaba nervioso, por una parte, ya que son dos preciosas mujeres, de cuerpos creados para ser devorados, pero claro, yo no soy un adonis ni un cuerpo gym, así que, también estaba nervioso por si no era lo que ellas querían, así que, como salí con un pantalón corto y una camiseta recién comprada, de color gris marengo, pues digamos que mi vestimenta no era para que se les mojarán sus bragas o tangas, así que de ahí mi nerviosismo.

El beso en las mejillas digamos que es el natural para cuando te presentas por primera vez a una mujer, pero Araceli digamos que venía directa a comprobar algunas cosas sobre mí y en vez de darnos un beso en las mejillas junto sus labios con los míos metiendo incluso su lengua dentro de mi boca, cosa que respondí de la misma manera, mientras mi mano acareaba su culo tras ese vestido largo que llevaba, notando que al menos no llevaba braga, aunque podría llevar un tanga, y acercando mi otra mano a la cintura de Paula, para darle el saludo de bienvenida que ella quisiera, por eso cuando me separé de la boca de Araceli fui a darle el beso que Paula quería, y realmente fue más tímida que su amiga, simplemente en las mejillas, pero cuando Araceli suspiro y dijo que le había gustado el beso, pues entonces puso sus brazos alrededor de mi nuca y junto también sus labios contra los míos, por tanto, jugamos su lengua y la mía un rato, solo que a ella no me hizo falta comprobar si llevaba o no braga, porque iba con unas mayas negras que dejaban ver claramente que si había algo de ropa interior en su culo sería un tanga, o eso creía yo.

Tras los besos de bienvenidas de ambas, les hice que entrarán en la casa, incluso les dije que se pusieran cómodas, aunque Paula dijo de bajar las cosas que habían traído, pero les dije que no, que realmente lo haríamos luego, primero y muy importante, una visita turística por la casa, para que supieran donde estaba todo y como acceder a lo que desearán, ya que eran mis invitadas.

Tras entrar, lo primero, a mano izquierda, una puerta que daba a una cocina grande y muy iluminada por unos ventanales que daban justo al parking de piedras blancas finas que tenía en la entrada de mi casa, así estaba hecha la casa desde hacía más de cien años, una herencia que había tenido antiguamente. Esa cocina además daba por el fondo hacia el patio o jardín, en donde en medio tenía el jacuzzi techado, para evitar que en otoño e invierno le cayera agua cuando llovía, pero sin estar cerrado del todo, para poder ver las estrellas en primavera y verano. Luego, tenía también la piscina climatizada, casi al final del jardín, y todo cubierto por un césped bien cuidado, para eso tenía contratado una empresa de jardinería que la mantenía todo el año en estado correcto. Podíamos entrar en la casa a través del jardín por el salón que tenía unos paneles grandes de puertas que ahora estaban abiertas para ellas, en donde tenía dos sofás de cinco plazas cada uno para poder incluso estar tumbados y no tener problemas de espacio, con una chimenea activa en las noches de frio, tras esos sofás estaba el comedor con una mesa grande de metacrilato, en donde luego les daría un repaso a ellas, pero donde comeríamos si querían, y tras esa comedor, estaban cuatro puertas blancas, tres eran habitaciones pequeñas y la otra un cuarto de baño, grande, con plato de ducha, muy amplio. Tras salir de dicho baño, había una escalera larga que daba a la planta de arriba en donde hay tres dormitorios, grandes, con camas grandes, ventanales grandes y sobre todo, muy iluminadas por el día. Y una puerta cerrada con llave, en la que les abrí para que vieran mi despacho, pero solo ver por la puerta, nada de entrar en el sitio en donde uno se concentra.

Hecha la visita turística, nos fuimos a por las cosas que habían traído, algunas fueron a la cocina, otras a uno de los dormitorios de arriba, en donde las dejaros ellas y fue cuando les dije que se pusieran lo más cómodas posibles, ya que podrían incluso darse un baño tanto en la piscina como en el jacuzzi, mientras yo preparaba unos cocteles con poco alcohol pero muy dulces o amargos, como les gustaran a ellas, haciéndolo en la pequeña cocina que tenía entre la piscina y el jacuzzi, casi como una barra de chiringuito, pero en este caso si estaba cerrada por paredes y techo, menos una pared en donde podría servir con una barra de mármol blanco egipcio, porque venía así en la casa.

Araceli se subió a la habitación que habían elegido las dos, mientras Paula se sentaba en una de las sillas mientras veía como preparaba dichos cocteles, y cuando bajo Araceli, no me sorprendió, aunque a Paula creo que si, por la cara que puso.

Vino totalmente desnuda, vamos, no llevaba ni las gafas de sol, por lo que dijo a su amiga:

— Yo es que estoy muy cómoda desnuda y hemos venido a hacer un trio, ¿no? ¿Pues qué mejor que quitarnos todo y empezar con ello? Venga, Paula, súbete y quítate todo lo que quieras, que yo voy probando el coctel que tiene este hombre tras ese pantalón corto, creo que va a ser el mejor coctel que me tome desde hace mucho tiempo.

Paula se fue bastante rápido mientras se quitaba la parte de arriba de su atuendo, porque las mayas no eran cuestión de quitárselas mientras andaba, no es nada cómodo, jejeje.

Araceli ni se cortó un pelo, entro en la cocina donde estaba yo preparando los cocteles, se agacho un poco de cintura, bajo mi pantalón corto hasta mis rodillas y viendo como estaba creciendo mi herramienta, se la metió directamente en la boca, haciéndome una mamada lenta y profunda, tragando lo que deseaba y notando que mi miembro se ponía duro no solo por verla a ella desnuda y natural, sino también por como hacía que su boca se tragará el trozo de carne que estaba poniendo dura por momentos, tanto que hubo un momento que deje de hacer los cocteles, uno no se concentra bien cuando le están haciendo una mamada tan profunda y tan húmeda, así que, por la postura que ella tenía, solo podía tocar su culo y sus labios, pero ella con una mano me quito la mía, y separándose de mí me dijo:

— Tranquilo, disfruta que te lo has ganado con creces. Luego te daré mi coño para que lo toques y te lo comas, pero ahora déjame que disfrute de este regalo que me voy a comer, mientras baja Paula.

Paula ya estaba abajo, también desnuda, y marcando unos pezones duros y puntiagudos. Me pregunto dónde estaba Araceli, mientras yo le señalaba con mi mano, que estaba algo ocupada, por lo que entro también en la cocina, que, por cierto, es pequeña para tres personas, para dos es cómoda, pero cuando vio cómo su amiga movía su cabeza de adentro para fuera entonces se acercó a mí y agarrando mi mano la llevo a sus labios y clítoris, mientras me metía su lengua en mi boca.

¿Placer? Nooo.

¿Morbo? Nooo.

Esto es lo que se llama empezar un trio como tiene que ser.

Pero yo quería comer coños, esos dos coños ticos y jugosos y solo estaba comiendo la boca a Paula, metiendo mis dedos entre sus labios y notando lo húmeda que estaba su vagina así como lo duro que estaba su clítoris, como oía los jadeos que salían por su comisura de labios y ese sonido indiscutible de como Araceli estaba haciendo una de las mejores mamadas que le puede hacer a un hombre, tragando casi hasta la garganta, salivando tanto que cuando se la saco de su boca, giro su cabeza y vio mis dedos jugando en el coño de su amiga, paso la lengua entre mis dedos y sus labios, notando Paula esa lengua y entonces digamos que se puso más caliente pidiéndome solo con sus jadeos que empezáramos ya a follar.

Estábamos metidos los tres en la cocina del jardín, teníamos sitio de sobra por todo el jardín, dentro de la casa, y estábamos empezando el trio en el sitio más pequeño de todos, por eso, en cuanto pude, me separé de la boca de Paula, con mi otra mano separé la boca de Araceli de mi miembro y las invité a seguir en otro sitio que tuviéramos más espacio. Riendo y relamiéndose las dos optaron porque saliéramos de ese habitáculo para irnos a tumbar en el césped y tumbándome boca arriba, Araceli se recogió el pelo con una goma elástica, para seguir saboreando mi polla, dura como una pata de la mesa, mientras Paula se ponía de cuclillas casi sentada su culo en mi cara, para hacer lo que más me gusta a mí, comerme su rico coño.

Mientras Araceli se daba un banquete con la mamada que me estaba sacando brillo a mi herramienta, Paula estaba empezando a disfrutar de lo que toda mujer disfruta cuando se pone casi sentada en la cabeza de un hombre, y que para mí es uno de los mayores placeres sexuales que pueda tener con una mujer, en este caso iban a ser dos, pero mi lengua y boca solo podían dar un merecido y sabroso reconocimiento a su clítoris cuando ella se echaba hacia atrás o metiendo mi lengua dentro de su cueva uterina cuando se erguía. Ella ya movía su cuerpo dependiendo del gusto y placer que deseaba recibir, tanto fue así que pronto dijo que tendría su primer orgasmo, cosa que para mí no es nada del otro mundo, es como si me dijeran que no parara y siguiera haciendo lo que le estaba dando en su cuerpo, pero es que de todas formas como me gusta mucho comer coño pues digamos que ni le hice caso, si note como vibraban sus piernas cuando ya no aguanto mucho la posición y se puso de rodillas pero entonces empezó a jadear tanto y tuvo que agarrarse en la espalda de Araceli que seguía trabajando con su boca de una manera que para mí incluso me hacía pensar que más que una mamada lo que estaba era absorbiendo para sacarme la leche, vamos sentía casi como intentaba sacar de mis huevos ese néctar que tengo escondido, pero como buen amante, uno no debe de dar tan rápido el premio que pide una mujer cuando se pone en faena de extraer el líquido de la gloria o el premio blanquecino de su trabajada maniobra, por eso cuando noto que su amiga ya había tenido un fuerte orgasmo, porque lo grito mucho, entonces quiso cambiar de sitio, es decir, yo seguía tumbado, pero ahora no comía el coño de Paula, sino el de Araceli y su amiga en vez de seguir sacando brillo a mi estaca pues decidió que ya era hora de metérsela dentro, como estaba tan lubricada con su orgasmo reciente, pues se sentó encima de mí, y se la clavo literalmente, hasta el fondo, vamos que solo se lo oyó gemir del placer de meterse a su antojo. Se quedó un rato sentada en mí mientras empezaba a besarse con Araceli, mientras yo seguía en mi vicio de lamer, chupar, jugar con mi lengua y el clítoris y relamer todo lo que podría salir del coño que me estaba comiendo pero entonces sin yo haber hecho mucho juego note como empezaba a agitarse el cuerpo de Araceli, tanto fue así que entre el morreo que se daba con Paula y mi comienzo de comida de coño, se corrió fuertísimo, estaba claro que estaba súper cachonda por la mamada que me había hecho antes, pero también es verdad que yo note sus labios muy jugosos, abultados y si clítoris casi erizado, por lo que la mezcla de todo hizo que estallará de nuevo, pero no se quitó de mi boca, siguió mientras yo me tragaba poco a poco, como salía su orgasmo y seguía jugando.

La escena era casi de película porno, pero en este caso estábamos en mi jardín, yo tumbado y dos mujeres de cuarenta y tres años Paula y de cuarenta y cuatro años Araceli, con un hombre de cuarenta y nueve, desnudos, ellas disfrutando de sus primeros orgasmos, yo gozando de sus coños, ellas moviendo sus cuerpos y jadeando, yo con ganas de seguir mientras me alimentaba de ese rico néctar del orgasmo, Paula empezando a mover su cadera a su antojo de lento a más rápido y Araceli moviendo su cadera para dirigir mi lengua mientras incluso mi tabique nasal rozaba su ano, cosa que pude comprobar que no era virgen, yo siguiendo mi manjar delicioso y erótico aunque algo guarro porque no paraba de tragar lo que salía de su coño, Paula moviendo solo su cadera, sin subir ni bajar, solo restregando su clítoris contra mi pubis depilado y moviendo su cuerpo para que su vagina tragara o saliera un poco mi polla, Araceli volviendo a gemir y jadear casi diciendo que iba a por un segundo orgasmo, yo en mi labor de recibir y dar placer sexual, Paula acelerando su meneo contra mi cuerpo mientras jadeaba y sus pezones se ponían incluso más duros de lo que ya estaban, Araceli tocando los pechos pequeños de su amiga, Paula intentando aguantar su orgasmo pero sin parar de mover su cadera que a veces os gusta mucho a las mujeres aguantar por dentro lo que vuestro cuerpo no puede evitar y yo notando como me aprisionaba por un lado la vagina de Paula con sus movimientos, mientras mi cara, casi ahogándome por las piernas y cadera de Araceli me estaba haciendo mientras le comía su coño, tanto fue la situación que no sé quién de las dos se corrió primero en este segundo asalto, pero si note como chillaron, gritaron a la vez, que para mí, en mi vida era la primera vez que hacía que dos mujeres tuvieran un orgasmo a la vez, y yo empezaba a tener ganas de correrme, pero no quise aún hacerlo, hay que demostrar a las hembras que te montan que lo mejor de mí es eso, el aguante, por eso deje de concentrarme en mi pene y dedicarme al coño de Araceli que volvía a relamer ese líquido blanquecino.

Entonces de repente se cayeron las dos a cada lado mío, Paula saliendo de su coño mi polla, totalmente lubricada y casi blanca por su orgasmo, por cierto, muy intenso según ella dijo porque como bien me dijo:

— Nene que polla tienes, me encanta, me he sentido llena completamente y eso que no es de las largas, pero chico, no sé qué tienes que me ha hecho tener un fuerte orgasmo.

Mientras Araceli intentando recuperar el aliento de su segundo orgasmo le respondía a su amiga:

— Pues que va a ser, que hemos descubierto uno de los pocos hombres que tienen lo que toda mujer desea tener, un pollón, pero ahora me toca a mí follármelo, que me ha hecho tener dos solo con su boca y a esté lo dejo seco yo como que me llamo Araceli.

Riendo casi sin poder hacerlo por el cansancio que tenían ambas de sus orgasmos, se montó encima mía Araceli, se soltó la melena que antes se había recogido con la goma elástica y con un fuerte galopar casi como si estuviera encima de un caballo, se metió una follada dura y fuerte, tanto que grito varias veces, no sabíamos si era porque volvía a tener otro orgasmo o porque estaba tan cachonda y caliente que le dolía en su coño pero no paro de follarme en esa postura durante un buen rato, tanto que empezó a anochecer, y en primavera anoche sobre las nueve de la noche, por eso cuando yo ya no pude más le dije que si lo quería fuera.

Pero Araceli, entre jadeos, gritos y con la respiración casi entrecortada nos dijo a los dos:

— ¿Fuera? Jajajaja. Todo dentro, todo, te voy a dejar seco nene, que esto se merece un final muy guarro, córrete dentro que voy a por otro yo.

Y si una mujer madura que sabe lo que desea te pide que te corras dentro, pues no te andas con tonterías. Le llenas el coño y listo.

Por eso cuando mis piernas empezaron a temblar, Araceli acelero más, incluso ayudada por su amiga mientras le sujetaba de sus caderas y entonces estalle dentro de su coño. Yo no sé cuánto semen se puede descargar dentro de una vagina, pero para mí me pareció que me dejaba seco los huevos, tanto fue esa sensación que cuando acabe de vaciarme, mi polla empezó a ponerse flácida y se salió sola de su cueva, mientras se iba resbalando y mientras le iba saliendo un líquido blanco mezclo de mi orgasmo y de los suyos, cosa que Paula no se lo pensó ni una sola vez, metió su cabeza entre las piernas de su amiga y empezó a relamer todo el semen mío y de ella que iba saliendo, incluso relamió mi herramienta desinflada y me la dejo limpia, agotada eso sí, pero muy limpia.

Cuando Paula tuvo todo el semen en la boca, se tumbó junto a su amiga y se empezaron a morrear, y no hay que decir que ambas se tragaron ese elixir sexual que habíamos tenido los dos.

Yo volví a excitarme de ver como se relamían ellas sus bocas, como sonreían y como me guiñaban los ojos, diciéndome que les había gustado mucho el primer asalto sexual de nuestro trio. Primero, sí, porque hubo más, ya que habían venido a follar toda la noche y estar todo el día del sábado entero, digamos que casi todo el fin de semana conmigo, pero el domingo, como buenas anfitrionas se irían a sus casas. Por eso este es el relato del primer polvo con un trio muy peculiar. En el segundo polvo será en el jacuzzi, tras cenar y mirando las estrellas, pero eso siento decir que será en el relato de “Trio con mi clienta. Jacuzzi” que pronto os lo publicaran.

Indico solo que esta historia es real, como todas las que he tenido en mi vida, aunque por culpa de la pandemia que hemos tenido todo el mundo no ha habido tantas como me hubiera gustado, pero si es cierto que he seguido viendo a estas amigas tan especiales, solo para sexo, que es para lo que ellas quieren tenerme de amigo, total, para que vamos a ser para otras cosas, ¿o no?

Gracias por leer y por disfrutar del sexo.