Trio con mi amante y una compañera de trabajo
Trio con mi amante y una compañera de trabajo. Mis primeras experiencias en bdsm.
Soy una chica normal. Mi nombre es África . Soy algo inquieta. Me gusta experimentar cosas nuevas. Las cosas hay que probarlas, no?.
Soy joven y tengo pareja desde hace varios años.
Pero la verdad es que mi novio es muy aburrido. No le gusta probar cosas nuevas. Para el el sexo solo es penetrar y eyacular. Es muy egoísta.
Soy bisexual, me gustan también las mujeres pero solo para sexo. Las considero como una parte mas en el rol del juego sexual. He tenido buenas experiencias con algunas. Mejores que con mi novio. Necesito mas caricias mas sensualidad para mis relaciones.
Aprovechando que mi novio estaba fuera una temporada, empece a relacionarme con otros hombres y otras mujeres. Y la verdad que tuve buenas relaciones con ellos y ellas. Encontré sobre todo hombres mas cariñosos, menos egoístas.
Yo como otras mujeres había leído las 50 sombras de Grey y visto las películas. Y siempre estuve curiosa por probar algo así. Pero siempre topaba con el mismo problema, mi novio. No le gustaban las experiencias nuevas.
Uno de los hombres que conocí mientras mi novio estaba fuera de la ciudad era mas maduro y muy liberal. A el le importaba mas que disfrutara yo que su propio placer.
Hablábamos mucho de sexo sin tapujos.
El nunca había tenido experiencias de BDSM, tampoco era una practica que le apasionara, quizás por la idea de la violencia que ello implicaba. Pero hablando con el le fui explicando que a mi tampoco me gustaba la violencia, que se trataba solo de la estética, del morbo, que en realidad no era violento, simplemente era un juego mas, hacer trabajar la imaginación de la mente.
De esa forma fuimos imaginado juntos como podría ser un encuentro sexual en esas condiciones y la verdad es que nos gusto a ambos.
Decidimos que íbamos a intercambiarnos los roles alternativamente. Un día seria el el que marcara el camino y otro día sería yo.
La primera vez le toco a el. Ya me dijo que me iba a tapar los ojos y atarme a la cama. Osea no era mucha sorpresa. Pero bueno. No sabia lo que podía pasar después.
Quedamos una tarde noche en mi casa. Era invierno y hacia rato que había anochecido. El llego a casa tranquilo. Nos sentamos y hablamos un poco. Yo solo de pensar en la nueva experiencia estaba excitada como una gata en celo. Pero no quería hacérselo notar. Quizás el también estuviera igual y tampoco quería decirlo.
Como he dicho el aparentaba normalidad aunque a veces se despistaba un poco, seguramente por que su perversa mente estaba pensando en lo que me iba a hacer.
Al cabo de poco empezamos a besarnos y a acariciarnos. La verdad es que los besos eran muy acelerados, se notaba que los dos estábamos muy excitados sin apenas tocarnos. Enseguida las caricias suaves empezaban a convertirse en mordiscos de ambos. Mordiscos que por mi parte empezaban a ser muy fuertes. Casi con si realmente le quisiera arrancar un trozo de aquella carne que sudaba sexo por todos sus poros
Entre besos caricias y mordiscos fuimos andando hacia la cama, tropezando con todo lo que había por el camino hasta que caímos en la cama.
Bueno le pregunte ¿cuando empezamos?, sino me voy a correr casi sin empezar.
El asintió y me dijo: Esta bien ve desnudándote que yo voy a buscar algunas cosas que llevo en la bolsa.
Tardo apenas un minuto, tiempo que yo aproveche para desnudarme por completo.
Volvió con un antifaz y unas cuerdas especiales para atar en la cama.
Me eche larga en la cama boca arriba y le ayude a atarme. De la excitación no acertábamos a hacer los lazos en las manos. Pero al final lo logramos.
Bien dijo el. Estas cómoda. Pregunto.
Le respondí que si.
Ok. El dijo. Ahora voy a tensar un poco las cuerdas. Si te hago daño me lo dices.
Fue estirando una a una las cuerdas hasta dejarme los brazos y las piernas bien abiertos. Casi no podía moverme.
Mi coño estaba totalmente desprotegido por las piernas, y sentía una ligera sensación de frio y soledad en mi rajita.
Volvió a preguntar si estaba cómoda Y asentí. Joder si estaba cómoda Notaba como el flujo de mi vagina caía hacia mi culo por la excitación.
Vale ahora voy a taparte los ojos. Dijo
Me los tapo con un antifaz elástico y grande. No veía absolutamente nada.
Se produjo un silencio. Supuse que se estaría desnudando. Oí como cogía y manipulaba cosas de la bolsa.
Le dije casi enfadada, “bueno cuando empiezas”. El contesto enseguida.
Después oí el tono del bips del wasup
Hostia tío, ahora se te ocurre hablas por was. La madre que te pario.
El contesto, tranquila.
Por fin se acerco. Me beso en los labios con suavidad. Siguió besándome. Lamiéndome por el cuello mientras jugaba con mis tetitas.
Luego fue a los pies, a las piernas, mi torso. Y al final bajo a mi vulva abierta.
Hasta entonces nada nuevo. La única diferencia era que al no poder ver no sabia cual era el próximo punto de contacto cada vez. De forma que cada vez que cambia de posición en mi cuerpo yo experimentaba un respingo entre placer y sorpresa.
Con sus manos empezó a tocarme mi clítoris de forma rotativa. Estaba ya tan excita que apenas del roce acabe corriéndome gritando e insultándole por el placer.
Joder que rápido tío esto no vale.
El me contesto, “tranquila esto solo acaba de empezar”. “ahora descansa un poco, enseguida vuelvo.
Oí como sus pasos se alejaban de la habitación. Tardo un poco y volvió a entrar. Oía movimiento en la habitación pero no adivinaba que era.
Empezó a hacerme cosquillas con unas plumas.
Hostia, para le dije que no aguanto las cosquillas.
Me dio un azote en el culo. Escocia un poco. Y me dijo “tu callate, las putas no tienen derecho a protestar. Continuo un rato haciéndome cosquillas con la pluma, por mi cara, mis brazos, mis tetas y luego se acercaba a mis labios del coño. Lo alternaba con pequeños azotes en las mismas zonas.
Hubo otra parada.
Oí como encendía un juguete. Oí su zumbido.
Lo acerco a mi clítoris Pero sorpresa no vibraba a penas como otros. Era una ligera vibración acompañada de pequeñas succiones.
Dios no sabia que era eso pero me dio tanto placer que me volví a correr. Todo mi cuerpo se retorcía en la cama sin poder mover los brazos ni las piernas. Mi cadera saltaba y se retorcía de gusto. Estaba exhausta
Pero apenas me pude recuperar y note como me chupaban en coño secándome todo el fluido que derramaba mi vagina
Mientras una hábiles manos de tocaban las tetas, me las chupaban y luego subían hasta besarme con pasión los labios.
Hostia pero eso no podía ser. Había una tercera persona. No eran sus manos, no eran sus labios.
¿quien cojones estaba allí?
Grite ¿a quien has traído cabrón?
No hubo respuesta. Solo seguían chupándome, besándome todo mi cuerpo.
No podía mas. Que pasaba allí
Hubo otra parada.
Note como alguien subía en la cama y se situaba en mi cara.
Una voz familiar femenina me grito “ahora so puta me vas a comer el coño”
Me pusieron un coño en la cara y ella me gritaba “chupalo guarra, chupalo y no pares”
Y lo chupe con ansia. Si me paraba ella se sentaba en mi cara y metía su agujero del culo en mi nariz. Hacia que le follara el culo con la nariz. Me ahogaba y no podía respirar. Su vulva en mi boca y mi nariz en su agujero negro. Cuando no podía mas ella se levantaba, me dejaba tomar aire y volvía a restregar su coño por mi cara. Luego a golpes volvía a meter mi nariz en su ojete.
Mientras tanto el había puesto una almohada debajo de mi culo. Se había subido en la cama. Había pasado sus piernas por debajo de las miás entrelazándolas.
Su polla golpeaba mi clítoris, Luego la restregaba por todo mi sexo. Desde el ano pasaba por el perineo, mis labios vaginales y acaba golpeándome mi clítoris
Estaba todo muy mojado y resbalaba con facilidad.
De vez en cuando su polla se escapaba dentro de mi vulva y volvía a salir.
Hostia me moría. Me estaban follando por abajo. Yo me follaba a una tía con mi cara. Y oía como los cabrones se estaban besando, comiéndose, tocándose encima mio. Y yo no lo podía ver. Tenia celos de la tía que estaba con mi hombre.
Me moría de rabia, de placer, de impotencia de no poder moverme y participar.
Empece a insultarle, le llame de todo, gritaba, no podía mas.
Entonces uno de los dos decidió quitarme el antifaz.
Me cagé en ellos.
Ella era una ex compañera de trabajo, con la cual había jugado y tonteado alguna vez.
Un día se lo había dicho a el y el cabrón había hablado con ella, lo habían pactado todo.
Hijos de puta. Encima lo estaban grabando todo con una pequeña cámara de vídeo
Pero ahora ya no podía parar. La visión de aquella escena me hacia perder la cabeza, el sentido. No tenia control de mi misma. Pasaban los segundos que parecían horas, eran tan intensos, difíciles de explicar.
Mi amiga empezó a gritar y se corrió en mi cara. Le salia un liquido espeso, blanco, mucha cantidad, me lo derramo sobre mi boca. Sobre toda mi cara.
Seguido me corrí yo con la polla de el frotando y golpeando mi sexo.
Estaba todo como si hubieran echado un cubo de agua.
Solo faltaba el. El estaba sudando, jadeando. Yo tenia mi culo elevado por la almohada, mis piernas y y mi sexo abiertos. El también se iba a correr. Pero no podía hacerlo en mi vagina. No podía y se lo dije, se lo recordé. No quería quedarme embarazada
Estocen el dijo “no puedo en tu coño”. Pues vas a ver ahora.
Siguió refrotandose de abajo arriba y en uno de los pasos empujo fuerte sobre mi ano. El cabrón me la metió por detrás, sin contemplación. Solo metió el glande y explosiono. Sentí como su leche caliente entraba en la entrada de mi culito. Y se quedo allí un ratito.
Me gustaba tenerla allí, pensaba que me haría daño, pero no fue así, solo la primera impresión.
Después la saco y salió todo el semen fuera.
He visto muchas veces el vídeo y cada vez que lo hago a solas es lo mejor que he visto. Me masturbo como una loca y me corro salpicado hasta la mesilla de delante de la televisión.