Trio con matrimonio de maduros

Este matrimonio deseaba hacer un trio con mujer de edad similar a la suya, pero al verme tan joven dudaron un poco al principio pero gozaron mucho al final.

Por conducto de una revista para adultos, empecé a tener correspondencia con una pareja que deseaba hacer un trío. Decían ser un matrimonio de 48 años el y 45 ella; deseaban experimentar sexo con otra mujer afín a su gusto por el sexo y en edad similar a la de ellos.

Yo cumplía con los requisitos exceptuando la edad, así que me puse en contacto por correspondencia con ellos omitiendo este pequeño dato.

Por fin se llego el día de nuestra cita, ellos me esperarían en un hotel de la ciudad y yo debía llegar a las 6 de la tarde, así que me aliste para ese momento, poniéndome un pequeño vestido muy corto que dejaba al descubierto mis piernas desnudas bajo el cual decidí que era preferible no llevar nada en absoluto.

Llegue ante la puerta que me indicaban, y un tanto nerviosa toque tres veces para identificarme. Enseguida la puerta se abrió y apareció el matrimonio, que se quedaron desconcertados ante mi presencia, era obvio que esperaban a alguien de mayor edad, el hombre reacciono primero y dijo: ¿Le podemos servir en algo Srita?

Entré a la habitación y les dije que me servirían en mucho, pues había esperado desde hacia tiempo ese momento.

Dije esto de la manera mas seductora que pude, el hombre de inmediato desvió la vista hacia mis piernas y me recorrió con la mirada, la mujer en cambio se mostraba recelosa y para confirmar que era yo pregunto mi nombre.

Leonor – respondí- y tengo una cita en esta habitación para precisamente esta hora con un matrimonio con deseos de experimentar cosas nuevas, al igual que yo.

Pero… eres casi una niña, ¿cual es tu edad?

Sin responder que apenas tenia 17, me acerque a ella y le dije que siempre había soñado con besar unos senos como los suyos, al decir esto metí la mano bajo su top y me apodere de un seno que saque para llevármelo a la boca, ella se estremeció aunque seguía mostrándose renuente, el hombre en cambio tenia una erección que se notaba a través de la bata de baño que tenia puesta y bajo la que adivine no había nada mas de ropa. Sabiendo que el no pondría objeción en mi edad, ya que por el contrario parecía agradarle que fuera tan joven; me esmeré por convencer a la mujer sacando su otro seno y succionándolo agresivamente. Le tomé una mano y la llevé bajo mi vestido para que sintiera lo mojada que estaba y lo apetecible, que, según me habían dicho, tenía la vagina.

Eso terminó de convencerla, pues de inmediato empezó a masajearme y a respirar entrecortadamente. La había excitado y ahora ya no se resistía.

El hombre me observaba, veía como mamaba los senos de su mujer y como ella me acariciaba la panocha y me apretaba las nalgas. No decía nada pero miraba y comenzó a masturbarse despojándose de la bata y quedando completamente desnudo. Se acercó a nosotras y de espaldas a mi comenzó a bajar el cierre de mi pequeño vestido para despojarme de el y desnudarme. La mujer al ver mis senos, se abalanzo sobre ellos y comenzó a lamerlos como si estuviera muy hambrienta y estos fueran su único alimento. Con las manos junto mis senos para meterse ambos pezones a la boca, el hombre me masajeaba las nalgas y me besaba el cuello y la espalda, en realidad los succionaba dejando unas bonitas marcas en ellos, lo sabia sin necesidad de verlas y me excitaban mucho, es evidente la experiencia de los maduros.

Lleve una mano hacia atrás para agarrar el pene del hombre y comencé a masturbarlo, con la otra mano, tome la panocha de la mujer y la sobé como a mi me gustaba hacérmelo, ella comenzó a gemir y el hombre me llevó a la cama me puso boca arriba y abriéndome las piernas le dijo a su mujer que ahí estaba, una panocha para que sintiera lo excitante que era tener una en la boca.

Ella se arrodillo ante la cama y suavemente acerco su cara a mi panocha que escurría de excitación, primero la beso con los labios pero de inmediato abrió la boca y comenzó a chuparla como si fuera una naranja. El hombre también se arrodillo sobre la cama y poniéndome frente a la cara su verga me dijo: quiero ver que tan buena eres en realidad. Yo la tome con una mano y la llevé a mi boca, la mamaba como si fuera una rica mamila y el gemía y me decía que siguiera así. Le agarre los testículos y comencé a lamerlos, y alternaba entre su verga y sus testículos, estaba tan caliente viendo a su mujer mamarme la panocha y viéndome a mi mamándole la verga que se vino llenando mi boca de esperma. Yo me incliné hacia enfrente y comencé a besar a su mejer en la boca, invitándole de esta forma el sabor de su marido, que seguro debía conocer a la perfección.

Ella continuó el beso poniéndose sobre mí y poco a poco se fue subiendo hasta dejarme sobre la cara su panocha que estaba caliente y mojada, yo la bese como si estuviera besándola en la boca, y ella se retorcía y decía a su marido que justo así era como lo había deseado siempre.

El continuo entonces lo que su mujer dejo y se llevo mis senos a la boca, y después bajo a mi panocha, estaba tan caliente como su mujer, ella empezó a gemir y le pidió que se la metiera toda, que estaba muy caliente y deseaba una buena cogida. El hombre se dirigió a un cajón y sacó algo que no alcancé distinguir y tomándome de la mano me llevó con el y su mujer a un gran sillón. Se sentó en el al tiempo que me entregaba un consolador, me dijo que el se la cogería pero ya que no podía hacérmelo al mismo tiempo esperaba que me gustara probar el juguete. Lo tomé y antes de que se la empezara a meter me acerque para darle una rica mamada a su verga, lo que me agradeció con un gesto, la mujer estaba frenética, se sentó en la verga del hombre y comenzó a cabalgar como poseída mientas yo le mamaba los senos y me masturbaba con el consolador metiéndolo a intervalos en mi vagina pero aguardando la verga del hombre que tan rica se veía. No tardo mucho en venirse ella por lo excitada que estaba entonces cuando se hubo levantado, el hombre me tomo por la cintura y me acomodó en ella sentándome de espaldas a el y abriendo mucho las piernas invitando a la mujer para mamármela al tiempo que su marido me tenia bien ensartada y masajeaba mis senos apretándolos y diciéndome al oído lo buena y sabrosa que estaba. Yo me sentía verdaderamente cachonda y deseaba algo mas, el hombre pareció adivinar y poniéndose en pie me llevo hacia la cama, se acostó boca arriba y al parecer lo había planeado con la mujer, porque ella saco un tubo de lubricante y me dijo que deseaban probar conmigo sexo anal, yo solo había experimentado una vez por atrás y estaba tan excitada que de inmediato sentí el deseo de volver a ser penetrada por el ano. Ella me unto el lubricante el ano y me indico que me sentara el la verga de su marido guiándome hacia ella. Al principio costo trabajo que entrara y me dolía por la falta de uso, pero era mas grande la excitación que el dolor y pronto estaba bien ensartada moviéndome en círculos y la mujer estaba arrodillada ante la cama y mamando mi clítoris que estaba crecido de tanto placer. Yo me había acostado por completo sobre el hombre, sintiendo los bellos de su pecho sobre mi espalda, sus manos sobre mis senos, su lengua entre mis orejas diciendo de cuando en cuando lo rica que me sentía con su verga perdiéndose entre mis nalgas en ese ano tan apretado que hacia gozar tanto a su verga, y por ultimo la mujer con su cara entre mis piernas mamándome como nunca lo habían hecho y acariciando mis piernas, todo eso me hizo explotar y contorsionarme de placer al tiempo que sentía mi cuerpo tan caliente como una brasa sintiendo un delicioso espasmo que abarcaba desde mi ano hasta mi clítoris. El hombre empezó a gemir también diciéndome en un susurro que no había probado un ano tan delicioso como el mío y sentí como una vez mas llenaba mi cuerpo de un liquido caliente que lo hacia estremecerse al igual que me estremecía yo.