Trío con María.
Pasito a pasito la amistad ambos con María se fue volviendo más íntima, más cómplice, hasta que un día no pudimos reprimirnos más y terminamos dejándonos llevar los tres... en una noche que sería el principio de una relación diferente entre los tres...
Después de la última cita con María, las cosas estaban mucho más avanzadas.
Esa noche habíamos hablado mucho de sexo, habíamos estado los tres muy acaramelados, sobre todo las chicas, que se fundieron en un abrazo tierno y morboso a la vez durante mucho tiempo, llegando al casi al límite de lo que es normal hacer en público, un paso más y alguien nos habría llamado la atención. Mientras tomabamos una copa en el fondo oscuro de un pub y nos poníamos melosos, se dió un abrazo entre ellas casi de forma natural. María y Sara estaban muy juntas, rodeándose una a la otra con los brazos, la boca de una en el cuello de otra, los pechos de ambas apretaditos entre si, las manos de María subían y bajaban la espalda de Sara acariciándola con mucho mimo; las de Sara en un principio hicieron lo mismo con María, incluso bajando hasta su culo y sin ningún reparo cogiéndole las nalgas y apretándolas fuerte; pero con el paso del tiempo y como el abrazo continuaba, cada chica notaba el aliento de la otra en su cuello, las manos de Sara tras recorrer todo el cuerpo de María que podían alcanzar, se encontraron de repente sobre sus enormes pechos, que apenas podían cubrir. Las dos chicas seguían abrazadas y acariciándose, apenas Sara tenia espacio para mover sus manos sobre los pechos de María acariciándolos sin ningún reparo y sin nigún impedimento por parte de ésta, que relajada, descansaba su cabeza sobre los hombros de Sara mientras seguía rodeandola y acariciándole la espalda.
Yo disfrutaba mucho con esa escena; me encantaba verlas así, ver a Sara atreviéndose a tomar la iniciativa, disfrutando del contacto directo con María, acariciando los pechos de otra mujer sabiendo que a mi me volvería loco hacer lo mismo, pero aún así disfrutaba de verla a ella hacerlo, verlas a las dos dejarse llevar, sentirse a gusto, me encantaba ver a María disfrutando de las caricias y los mimos que Sara le daba, relajándose cada vez un poquito más y sintiéndose cada vez más a gusto con nosotros, y sobre todo con Sara.
Me gustaba tanto verlas así a su rollo, a su ritmo, que apenas intercedía por miedo a interrumpir el momento, no obstante en ocasiones me acercaba a ellas y las rodeaba a las dos por la espalda, bajando luego mis manos hacia sus culos, y sin ningún reparo acariciando y disfrutando de los culitos de Sara y María a la vez. Ellas se dejaban hacer disfrutando del momento y de mis caricias. Mis manos subían en ocasiones acariciando despacio la espalda de ambas chicas, hasta llegar a su cuello y apartar su pelo. Acercando mi boca al cuello de María, rozaba mis labios sobre el para luego besarlo y lamerlo suavemente mientras mi mano se enredaba en su pelo. Ella apenas se inmutaba, no se movía, solo un leve suspiro hacía ver que disfrutaba de ese beso mientras rodeaba a mi mujer y ésta acariciaba sus pechos. Después de besar suavemente a María, dirigía mi mirada hacia Sara, que no se había perdido detalle. Sin decir nada acercamos nuestras bocas y nos besamos profundamente a escasos centímetros de la boca de María, y ante su mirada tranquila, parecía que disfrutaba de ver nuestro beso.
Acariciando el pelo de las dos chicas, me retiraba un momento para dejarlas disfrutar a solas, a su manera. Volvía a disfrutar del espectáculo de verlas tan juntas, tan mimosas, notando que ambas disfrutaban de ese momento. Pensaba que para María era excitante, pero a la vez reconfortante, estaba seguro de que disfrutaba sexualmente tanto de las caricias que Sara no dejada de darle en los pechos, como le reconfortaba el sentirse abrazada y protegida, mimada. Seguro que toda esta mezcla de sensaciones estaba produciendo en ella una sensación y un morbo que la tenía completamente entregada. Estoy seguro de que en ese momento su coño estaba empapando sus braguitas, ella lo sabía y lo disfrutaba, me hubiese encantado poder comprobarlo.
Para Sara la situación debía ser algo distinta: morbosa por el desenlace de la situación, por estar viviendo situaciones cada vez más íntimas con María, por ser la primera vez que le acariciaba los pechos; la primera vez que Sara acariciaba y tocaba sin reparos los pechos de una chica, y no solo eso, sino que la acariciaba y la tocaba por donde quería con total libertad... Sara sabía que María estaba disfrutando de la sensación, y eso ponía la cachonda porque era consciente de a donde podíamos llegar, su mente volaba imaginandose situaciones que podrían llegar en breve, llenas de morbo, atrevidas, donde los tres disfrutaríamos de nuestros cuerpos libremente, de nuestro sexo pero de una forma muy dulce, muy morbosa, muy mimosa... una experiencia de cariño, morbo y sexo que se iba a quedar entre los tres como algo nuestro, pero aún más, Sara sabía que lo que estaba cerca de pasar, además de lo que nos aportara esa propia noche, iba a enriquecer nuestra relación y nuestra vida sexual, sabía que a partir de entonces tendríamos algo más que compartir, que recordar, algo más que habíamos hecho juntos, atrevido, morboso y hasta cierto punto un poco prohibido. Y eso la llenaba aún más de morbo mientras seguía con su boca sobre el cuello de María, pegada a ella y sin dejar de acariciarla. Estaba convencido de que Sara estaba muy excitada en ese instante, y que también su coño había empapado sus braguitas.
Mientras yo disfrutaba de la escena, me imaginaba como estarían los coñitos de ambas chicas, me imaginaba pasar mis dedos por uno y por otro y comprobar que se deslizaban sin roce, casi introduciéndose dentro sin ningún esfuerzo. Imaginaba desabrochar el pantalón de Sara y tocar su coñito, coger la mano de María y llevarla a él y decirle - mira como la tienes de excitada - mientras ponía mi mano sobre la suya, y le dirigía dos dedos hacia la entrada del coño de Sara, y la invitaba a acompañarme dentro de ella, dos dedos mios llevando a dos dedos de María a lo largo de la rajita de Sara y sin darnos cuenta, desapareciendo poquito a poco dentro de su coño... Mientras María disfrutaba de meter sus dedos por primera vez dentro de un coño, Sara daba un grito de placer al sentir los dedos de ambos abrir su coño y llenarla por dentro... era el momento de bajar sus pantalones, arrodillarme y empezar a comerle el coño a mi mujer mientras María seguía moviendo sus dedos dentro de ella...
En esos pensamientos estaba yo mientras las veía abrazadas, moviendose lentamente pero sin dejar de apretarse fuerte una contra la otra... mi polla estaba super dura, la notaba tirante dentro del pantalón, tanto por lo que estaba viendo como por las situaciones que venían a mi cabeza.... Por eso a veces volvía a junto de ellas, esta vez poniéndome detrás de María, pegándome mucho a su culo y haciendo que notara entre sus nalgas mi polla dura presionarse contra ella. Con mis manos volvía a apartar su pelo y besar su cuello desde atrás, y el mismo suspiro que la anterior ocasión me hacía ver que lo disfrutaba. Levantando la vista tenía a Sara pegadita a mi.. así que apretándome más contra María, acariciaba la cara y el pelo de mi mujer para, por encima del hombro de María, comerle la boca muy dulcemente y transmitirle que yo también estaba disfrutando mucho de ese momento...
Así transcurrió la noche, una noche en la que Sara había dado un paso decisivo: había tomado ella la iniciativa dándole a entender a María que también a ella le apetecía que los tres estuvieramos solos, dejándonos llevar y disfrutando sin reparo alguno... Una noche en la que incluso Sara se atrevió a preguntarle si haría un trío con nosotros; su respuesta negativa no convenció creo que a ninguno de los tres, si se contesta sin pensar se tiende a no arriesgar, pero después de lo que pasó esa noche, Sara y yo estamos seguros de que sí le gustaría, porque sabe que con nosotros es diferente, sin prisas, tierno, mimoso, en definitiva, sabe que la tratamos muy bien, y disfruta con nosotros de eso... por eso en el fondo sabemos que le encantaría pasar una noche con nosotros, y ella también lo sabe....
Por eso hemos vuelto a quedar. Lo sucedido la última noche no podía quedarse ahí, no había sido más que el preámbulo de lo que quedaba por disfrutar, como el visto bueno de los tres para dar un paso más. Aquella noche llena de morbo, Sara y yo volvimos a casa super excitados y morbosos, y sobre todo más unidos que nunca. Por eso nada mas llegar a nuestra cama, compartimos fantasías e hicimos el amor suavemente, contándonos al oido todo lo que se pasaba por nuestra mente sin nigún filtro, excitándonos con nuestros pensamientos mientras suave la penetraba metiendo la polla hasta el fondo de su coño... hasta llegar a un estado de excitación y morbo que no pudimos aguantar sin corrernos juntos, notando los espasmos de su coño en mi polla mientras se corría y yo vaciaba toda mi leche en su interior.
La siguiente cita con María por fin llegó. Sin decirle a donde íbamos a ir, solamente que se pusiera guapa y que no tuviera prisa por volver. Ella se dejaba llevar por nosotros y en el fondo eso nos encantaba a los dos. La recogimos y pusimos rumbo a la capital. Una vez aparcado el coche y en la zona monumental, empezamos a recorrer los bares tomando tapas y vinos, a medida que las copas se vaciaban, la conversación se iba animando. Recordamos lo sucedido la vez anterior, y tanto nosotros a ella como ella a nosotros, nos acabamos confesando que había sido algo genial y que nos había encantado esa sensación. Por eso, le dijimos, hemos venido hoy hasta aquí. Si nos apetece abrazarnos y acariciarnos como la vez anterior, no queremos que ningún conocido esté cerca o que nadie nos vea, aquí lejos somos más libres... A María también le pareció buena idea.
Una vez terminada la ronda de tapas, buscamos un local más nocturno para tomar una copa. Ibamos por la calle sin prisa, hablando, llevaba a Sara cogida de la mano y María a mi otro lado. En un momento decidí coger a Sara por la cintura y pegarla más a mi.. mientras con la otra mano busqué y encontré la mano de María, que cogí entrelazando mis dedos a los suyos, y ambos nos apretamos, la acerqué a mi como diciendole que quería que fuese cerquita mio, y mientras nuestros dedos se deslizaban sin dejar de soltarnos la mano, una mirada suya hacia mi me dio a entender su complicidad, le gustaba el juego y me lo había demostrado con esa mirada. Miré hacia Sara que no se había perdido detalle, y su respuesta fue un beso en la boca profundo, tan largo que me hizo detenerme y besarla a fondo, sin soltar la mano de María , que aproveché para acercar más a mi y pasar mi brazo por su espalda, apretándola también contra mi. Cuando el beso con Sara hubo terminado con un suave pico, me dirigí hacia María y le di un sencillo beso en las mejillas, inocente, pero como agradeciendo poder compartir estas cosas con ella; sonrió y en cuanto empezamos de nuevo a caminar, fue su mano esta vez la que buscó la mia y entrelazó sus dedos en los mios. Llevé nuestras manos cogidas a mi espalda, donde Sara pudo comprobar que íbamos agarrados, y a la vez se cogió a nosotros, caminando un rato los tres agarrados acariciándonos las manos, algo totalmente inocente pero que demostraba que la complicidad estaba servida... y eso era ya decir mucho.
Entramos en un pub y pedimos de beber. Mientras las copas iban bajando, hablábamos de lo bien que nos sentíamos los tres juntos, nosotros le decíamos que teníamos algo especial con ella, que nos encantaba su compañía, que le teníamos un cariño especial y nos gustaba mucho mimarla y acariciarla.. y ella confesaba que se sentía super agusto con nosotros. Mientras hablábamos sobre esto, se sucedian las caricias, los abrazos, los besos, y todos disfrutábamos de ello. Volvimos a recordar lo sucedido la noche anterior como algo especial entre los tres, y comenté que las huiera acariciado y besado mucho más a ambas si no llegamos a estar en público, pero que me hubiera encantado comerlas a besos a las dos. Entonces, fue Sara quien nos cogió de las manos a ambos y nos acercó a ella, me dió un pico mientras me mostraba una sonrisa de complicidad, luego dio un beso suave a María en la cara, muy pegado a sus labios... y acercándose a nuestros oidos nos dijo - los tres queremos repetirlo, pero aquí volvemos a no estar solos- . - Que quieres hacer - le pregunté. Mirando a María para buscar su aprobación, le acarició el pelo y nos dijo - me gustaría tomar una copa donde estuvieramos los tres sin que nadie nos mire ni nos moleste - Llevé una mano a la mejilla de María acariciándola y le pregunté... - te apetece que vayamos a donde estemos más tranquilos- María nos miró a los dos con dudas, tenía ganas pero no se atrevía, sabía lo que eso quería decir. Los dos la abrazamos, Sara le preguntó - te sientes a gusto con nosotros? - ella respondió que si, - entonces no tienes que temer nada- le dijo cogiendo su mano y apretándola - solo queremos disfrutar de este momento, abrazarnos, acariciarnos, sentirnos bien, hacerte sentir bien, sin que nadie tenga por qué saber nada...
-Me fio de vosotros - dijo, mientras hacía el gesto de coger las chaquetas... salimos del pub camino del coche. Sara y ella iban cogidas de la mano, aunque luego Sara le pasó la mano por la espalda agarrándola contra ella y fue corresondida por María, de forma que ambas iban abrazadas caminando. Sara subía y bajaba la mano por la espalda de María como para reconfortarla, para decirle que había tomado una buena decisión y que lo íbamos a disfrutar, nuestro momento. Al subir al coche las chicas se sentaron detrás ambas.. Sara sabía que no podía dejar que María se enfriase ahora, en ese ratito de coche, así que sabiamente se sentó a su lado, y en cuanto arrancamos, le puso una mano sobre sus muslos acariciándola, tranquilizándola. Notó la mano de María sobre la suya, entrelazaron los dedos, sus manos acariciaban el muslo de María, para luego pasarse al de Sara y así sucesivamente...
Luego Sara subió ambas manos hacia su boca y suavemente empezó a besar y chupar los dedos de María, mientras con la otra mano le acariciaba el brazo en la oscuridad de la carretera. Al final del brazo de María, Sara encontro su carita, que acarició durante un rato suavecito, hasta dar con su boca y pasar sus dedos sobre sus labios, hasta que ésta los separó un poco permitiendo que metiese un dedo en su boca, que María empezó a chupar al igual que Sara lo hacía con ella. Así entre caricias y besos, y quizá más cosas que desde delante no pude ver, llegamos al parking de un motel. Bajamos del coche, dí un beso a Sara y otro a María, en la mejilla a ella, no quería presionarla. Subimos y encontramos una habitación en penumbra, íntima, acogedora... Dejamos bolsos y carteras y en seguida abracé a Sara y nos dimos un fuerte y profundo beso. Alcanzamos a María con la mano atrayéndola hacia nosotros, fundiéndonos los tres en un abrazo fuerte, presionando nuestros cuerpos uno contra el otro... empecé a acariciar la espalda de ambas chicas, subieno y acariciando su pelo, besé suavemente a Sara en el cuello, e hice lo mismo con María, que giró su cabeza suavemente para permitir y disfrutar el beso. En cuanto me separé, fue Sara quien continuó besando su cuello... Me puse detrás de María, con mis manos en sus caderas, para subirlas hacia su cintura y luego rodearla, meterlas bajo su camiseta y acariciar su vientre... mientras una de mis manos continuaba la labor, la otra subió a su pelo, para apartarlo de su oreja y permitirme besarle la zona, mientras Sara seguía besando su cuello por el otro lado, había cogido las nuñecas de María y dirigía sus manos (de María) sobre su propio cuerpo (de Sara), subiéndolas y bajandolas por su cintura, para luego llevarlas a su culo y decirle a María al oido - aprietame fuerte contra ti- . Mientras yo seguía acariciando el ombligo de María, besando toda su nuca fuí a encontrarme al otro lado con la boca de Sara, que lamía suave el cuello de nuestra amiga. Me uní a ella, nos tocamos las lenguas, nos besamos, con mi otra mano empecé a acariciar el pelo de Sara mientras a ratos nos besábamos, a ratos comíamos y lamíamos el cuello de María. Me acerqué su oido y le pregunté - estás a gusto, te sientes bien?- Su respueta medio suspirada fue un simple -estoy muy bien- con los ojos cerrados y dejándose besar.
Me separé un momento de ellas dejándolas abrazadas, acariciandose y besándose, y pregunté que querian tomar. Me di un respiro, pedí las copas y cuando volví la vista hacia ellas, Sara había empujado a María contra la pared, ambas tenian las manos cogidas a la altura de los hombros, Sara la besaba por el cuello, por un lado, por otro, y por delante hasta el inicio del canalillo. Me puse detrás de Sara rodeándola con los brazos, presionando mi polla que ya estaba dura contra sus nalgas. Acaricié su vientre y fui subiendo las manos suavemente arrastrando hacia arriba su camiseta. Llegué a la altura de sus pechos, seguí subiendo su camiseta mientras mis manos seguían ascendiendo acariciándola y cogiendo las tetas de Sara en mis manos, mientras que al otro lado de las manos notaba el contacto con las tetas de María a través de su ropa. Cuando la camiseta de Sara estuvo subida al máximo, cogí sus manos para levantarlas y permitirme quitársela. Levantó los brazos y yo cogí las manos de María para que me ayudase. Sin ningún impedimento fue María quien levantó la camiseta de Sara hacia arriba, sacándosela y tirándola a un lado... Cogí las manos de María y las llevé suavemente sobre el sujetador de Sara, apretándolas para que María pudiera sentir las tetas de mi mujer en sus manos, Sara puso sus manos sobre las de María como dándole permiso para que se las acariciara, indicándole como debía hacerlo.... ambas chicas se miraron un segundo, mientras con las manos cogidas disfrutaban de acariciar los pechos de Sara. Yo seguía detras de mi mujer, rozándome con ella, apretándola contra María con mi polla... Sara soltó las manos de María dejandolas libres sobre sus tetas, y sólamente dió media vuelta a las palmas de las manos para poder sentir en ellas los pechos de María, que empezó a acariciar suavemente.
Mientras ambas chicas se acariciaban los pechos mutuamente, yo desde detrás de Sara metí mis manos entre ambas y desabroché el pantalón de mi mujer, tirando de él hacia abajo hasta dejarlo a la altura de sus muslos... mientras tanto, acaricié su pelo, y apartándolo, le besaba el cuello. Ella se giró y nos besamos en la boca muy profundo, a la vez que una de mis manos entraba dentro de sus braguitas y conseguía llegar a su coño y comprobar que estaba empapado. Mi otra mano acariciaba el pelo de María rodeando a Sara, a quien volví a besar el cuello hacia atrás hasta llegar a la nuca. Esto provocó que ella se girase poquito a poco hacia María, y de repente se encontrasen casi rozándose los labios. Mientras yo seguía acariciando el coño de mi mujer, ésta seguía recorriendo los pechos de María con sus manos. Mientras bajó sus manos y las volvió a subir hacia las enormes tetas, esta vez bajo su camiseta y acariciando directamente la piel, ambas chicas acercaron sus bocas y comenzaron un suave beso en los labios, muy sutil, lento, disfrutándolo... hasta que Sara alcanzó de nuevo las tetazas de María solamente con el sujetador de por medio... , en el momento en que se las cogió enteras en sus manos y empezó de nuevo a acariciarlas, el beso entre ambas se volvió más profundo, donde la lengua de una entraba a explorar la boca de la otra y viceversa..... entonces fue Sara quien cogió la camiseta de María y se la quitó, dejandola de cintura para arriba solamente con el sujetador, como ella misma estaba.. Sara volvió a besar a María pero ahora el beso continuaba por su cara, por su cuello ,bajaba por su pecho hasta llegar a sus tetas... el coño de mi mujer chorreaba en mis dedos, me encantaba notarlo y verla disfrutar de las tetas de María... Sara se apartó un momento para dejarme ver el espectáculo que ofrecía María en sujetador... me quedé impresionado, miré a María y le dije -me encantan- y sin mediar palabra, esta vez fui yo el que alcanzó la boca de María y ambos por primera vez nos besamos profundo... me puse a un lado entre las dos, rodeándolas por la espalda, viendolas ahí con sus tetas apretadas las de una contra las de la otra... no pude resistirlo y metí la boca en medio de las dos dedicandome a comerle las tetas a ambas chicas, mientras mis manos acariciaban sus culos, el de María sobre el pantalón, y el de Sara bajo sus braguitas, que ya había conseguido bajar hasta sus muslos.... Mi boca fue subiendo por los pechos de ambas hasta llegar a sus bocas, acariciandolas en el pelo besé a Sara y luego a María - me volveis loco - les dije. Ellas sonrieron, se miraron y se volvieron a besar, para luego volver a besarnos María y yo, y luego Sara y yo. Entonces ya perdimos los turnos y simplemente juntamos las tres bocas y las tres lenguas, besándonos a la vez...
Noté una mano acariciar mi polla, y comprobé que Sara había cogido la mano de María y la habia invitado a tocarme.... - mira que dura la tiene - le dijo. Mientras María seguía acariciandome la polla, Sara se giró y me desabrochó el pantalón.... bajándomelo hasta las rodillas, para a continuación meter su mano por dentro de mi calzoncillo y agarrar mi polla entera. ----- mmm - le dijo a María, que seguía acariciándola a través de la tela - está dura y caliente - para a continuación coger su mano, e invitarla a cogérmela directamente, mientras el calzoncillo descendía hasta las rodillas.
María tenía agarrada toda mi polla en su mano, dura, caliente, yo sentía su mano apretármela y de vez en cuando menearla un poco como queriendo masturbarme, mientras Sara se giró hacia mi y empezó a besarme la boca... María se puso entonces detrás de ella quedando de esta forma Sara entre ambos. María pudo notar el contacto con el culito de Sara que hacía rato que estaba desnudo. Rodeé a Sara con mis manos y alcancé el cierre de su sujetador, desabrochándolo. Solo con dar media vuelta a mis manos, pude de nuevo tener los pechos de María agarrados, y comencé a acariciarlos mientras ella retiraba el sujetador a Sara y abrazándola desde atrás agarraba sus tetas.. Entonces fue Sara quien agarró mi polla y mientras besaba mi vientre y bajaba, me masturbaba... A medida que Sara bajaba hacia mi polla, María y yo estábamos más cerca... lo cual aprovechamos para comernos la boca, para acariciarnos, para comerle las tetas y para meter mis manos por dentro de su pantalón y tocarle el culo apretándola contra mi... En ese momento noté la boca de Sara sobre mi polla, y sus labios recorrerla entera.. -María, ven - le dijo Sara.. María se agachó a su lado, y Sara le enseñó mi polla, que estaba super dura y mirando al cielo... Sara cogió una mano a María invitándola de nuevo a acariciarla en toda su longitud y luego a acariciarme los huevos. Sara se volvió a meter mi polla en la boca para empezar una suave mamada que me estaba volviendo loco.. en una de estas, sacó la polla de la boca y le dijo a María -- Pruebala, me encantaría ver como te la metes en la boca - María no dudó y acercó sus labios a mi polla, primero la besó hasta la base, luego de nuevo hasta la punta, para a continuación meterla un poquito en la boca y empezar a jugar con su lengua alrededor, cada vez metiéndola mas a fondo... Sara miraba mientras disfrutaba del momento, de que otra chica me chupase la polla, para luego dedicarse también a hacer lo mismo, mi polla entraba en la boca de una y luego en la de la otra... la sensación era increíble, puro morbo, puro placer, dos bocas que se sentían distintas pero tan placenteras ambas.. cuando María la tenia en la boca, Sara besaba mis huevos, y viceversa, para luego dedicarse ambas a lamerla todo a lo largo.
Después de un rato de una doble mamada que me estaba volviendo loco, noté que Sara paraba y le decia a Miriam. - Quiero que me folle, estoy super cachonda- Si - respondió María, quieero veros follar - . Ambas chicas se pusieron en pie, Sara me dijo - fóllame - y María repitió - fóllala, quiero ver como se la metes toda en el coño -
María nos ayudo a Sara y a mi a desnudarnos completamente. Sara desabrochó el pantalón de María y asi, como estaban las dos delante de mi, me permitió cogerles el culo a ambas, comerles la boca alternativamente y rozar mi polla contra ellas.
María, vamos a comprobar si Sara tiene el coñito listo para follar - y diciéndole esto, cogí su mano y la llevé al coño de mi mujer. María notó el coñito empapado y me dijo... está a punto para que la folles... Cogí la mano de María en el coño de Sara y le dije... - no dejes de acariciarla - , mientras puse a María detras de Sara... les hice retroceder un paso de forma que María, con el pantalón en los tobillos y en sujetador, se sentó sobre el puff, y Sara se sentó como en su regazo de medio lado, sobre uno de sus muslos, María rodeaba a Sara con sus manos y tres de sus dedos no dejaban de jugar en su chorreante coño. Las chicas se giraron y se comieron la boca... el espectáculo era increíblemente morboso. Luego me miraron, María separó los muslos de Sara dejándome su coño bien abierto, y me dijo, ven, yo te ayudo a metérsela..
Me acerqué y María cogió mi polla... me masturbó un momento, me acercó la polla al coño de Sara y me rozó el capullo por toda la rajita de ella.. mientras le preguntaba a mi mujer si le gustaba. Ambas chicas se besaban a menudo, para luego centrarse en el roce de mi polla con el coño de Sara, hasta que María decidió que era el momento y la puso a la entrada del coño de Sara, y fue haciendo que se la fuera metiendo totalmente a mi mujer hasta lo mas profundo.. La mano de María no se fue en ningún momento y mientras yo empecé un lento movimiento follando a Sara, María seguía acariciando el clítoris de mi mujer con tres de sus dedos, con los cuales a veces notaba mi polla entrar y salir del coño de Sara.
Penetrandola a fondo, me acerqúe a su boca y comencé a besarla... mientras le preguntaba si le estaba gustando que la follara así, sobre el regazo de María mientras ésta la masturbaba... Sara se estaba volviendo loca de morbo, pero aún se excitó más cuando le dije - ayúdame a comerle las tetas a María- y mientras la seguía follando, María se puso un poco más de lado y ambos empezamos a comerle las tetas, me encantaba compartir esto con mi mujer... María se iba excitando más y mas... me pareció que estaba a punto de correrse solo con que le comieramos las tetas... la verdad es que el morbo de la situación no era para menos... aunque luego adiviné que Sara había colado una mano entre sus piernas y por dentro de sus braguitas, le acariciaba el clítoris y le metía un par de dedos...
La situación era super morbosa: María sentada sobre el puff, ya sin sujetador y Sara y yo no parábamos de comerle las tetas. Sara sentada sobre uno de sus muslos, recostada a su lado, totalmente desnuda y con una mano de María rodeándola por atrás y estimulando su clítoris. Yo desnudo metiéndole la polla a Sara hasta el fondo delante de María, notanado su mano en el coño de mi mujer, mientras le comía también junto con Sara , la tetas.. Y mientras todos esto, Sara metiendole los dedos a María...
Normal que en unos minutos los tres estuvieramos a punto de corrernos.. la primera en avisarlo fue Sara, a lo que María aceleró sus movimientos mientras la animaba - córrete Sara, quiero ver como te corres con la follada que te están dando y mi dedito - A medida que Sara estaba a punto de correrse, aceleraba el dedo que le estaba haciendo a María, con lo que ésta cada vez estaba más cerca también del orgasmo. Con las manos que le quedan libre, ambas chica me cogieron por el culo y me apretaron contra el coño de Sara invitándome a que me la follara lo más profundo y que le dejara la leche bien dentro....
Sara anunció su orgasmo, que sentí mediante los espasmos de su coño en mi polla... saber que mi mujer se estaba corriendo en esta situación de morbo, me excitó todavía más y como pude, con una mano acompañé a Sara masturbando a María y metiéndole los dedos..
Ésta al notar los dedos de ambos sintió un morbazo repentino y de tal subidón anunció que se corría de gusto... Evidentemente, estar follándome a mi mujer y masturbando a María, ver a ambas chicas correrse con uno, me dió tanto tanto tanto morbazo la situación que no pude aguantar ni un minuto más, y mientras los tres juntábamos las bocas, descargué toda mi leche bien al fondo del coño de Sara, mientras los tres nos besábamos a la vez, nos quedábamos exhaustos así un rato... mirándonos y pensando en lo que acabábamos de hacer. Antes de que nadie dijera nada más, Sara miró a María, la acarició y le dijo.... ahora quiero ver como te folla a tí. Y dicho esto, ambas se fundieron en un beso largo, húmedo y tierno mientras yo acariciaba el pelo de las dos chicas... para luego rodearme a mi e invitarme a su beso, super morboso... mientras Sara le preguntaba María.. - Quieres follar con él? - Y María solo nos miró a ambos sonriendo y contestó - Fóllame-.