Trío con dos chicas. Relato interactivo (cap 3)
Se presenta el fantasma de la infidelidad, Tengo dos chicas maravillosas y eso debería bastarme pero ¿qué hacer cuando aparece una tercera?
SABADO 17:00
Tengo un par de horas hasta que lleguen las chicas así que te cuento, estimado lector lo que me ha pasado esta mañana. Basta que no busques nada para que de repente te salgan planes. Puedo decir a mi favor que he intentado evitarlo hasta el último momento y en parte lo he conseguido pero solo en parte y ahora no me siento especialmente bien. No pretendo tu indulgencia, solo que no me juzgues con mucha severidad.
En el gimnasio hemos hecho un grupo de running y los sábados por la mañana salimos a correr en grupo. Hacemos rutas largas divididas en etapas, en cada una los que no pueden seguir se van retirando y para darle más aliciente, en la última etapa el ganador se lleva un premio que suele ser algún producto o servicio del gimnasio o su tienda o del spa vecino. Hoy es un bote de proteína whey. Para evitar que siempre se lleven el premio los mismos, los ganadores de los últimos 4 sábados quedan excluidos (del premio, no de correr).
Hoy hemos hecho una ruta por las zonas verdes del oeste, prado de San Isidro, cuña verde, Casa de Campo hasta Somosaguas y vuelta hasta el lago de la Casa de Campo. Los 4 sin opción a premio somos Federico, María, Judith y yo. Voy a contarte un poco más sobre estos compañeros.
Federico suele ser mi pareja en el entrenamiento con pesas. Como levantamos el mismo peso, alternamos las series para que mientras uno trabaja el otro se recupera. Es un cachondo y me gusta salir de fiesta con él. Con las mujeres no le va mal, con ellas es muy romántico y en la cama rinde bien.
María está muy buena, aunque tengo que decir que en el gym esto es habitual. La mayoría tenemos un físico superior a la media gracias al deporte.
Pero lo más sobresaliente es el caso de Judith. Está mucho más allá de lo que definiríamos como estar buena. Podría describir cada uno de sus atributos pero tengo una palabra que los resume todos: perfección. Todas sus características corporales, sus medidas, talla, busto, cintura, caderas…..¡Todo!... coincide con una precisión casi milimétrica con los cánones y proporciones atribuídos a la belleza femenina en todos los tiempos, desde las esculturas clásicas y renacentistas de Venus o Afrodita hasta los más modernos estudios antropométricos. Las únicas mujeres que pueden competir con ella son las que se crean en el ordenador con un procesador gráfico pero esas son un poquito inexistentes.
Y esto no es una opinión personal. Puedes comprobarlo tu mismo. Si buscas en internet “Mujer perfecta” y haces click en “Imágenes” podrás ver su foto de cuerpo entero. Por desgracia, vestida.
Como es lógico, explota lo que tiene y vive de su cuerpo. No, cabroncete, ya se lo que estás pensando, pero no es una puta. Es modelo y trabaja sobre todo para agencias de publicidad de toda Europa.
En el gimnasio es el blanco de todas las miradas. Es un delirio tenerla delante en las sesiones de spinning, cada vez que se pone de pie sobre la bicicleta con esas caderas perfectas enfundadas en sus mallas apretadas, balanceándose al ritmo de la música. Y otra de sus facetas es su velocidad en la carrera, suele dejarnos atrás y llegar siempre hasta el final de la ruta. Y hoy no iba a ser una excepción en esto pero sí en otra cosa como voy a contarte enseguida.
A media mañana nos hemos puesto en camino, éramos unos 20. En las primeras etapas fueron claudicando la mitad y una hora después ya cubiertos de sudor y habiendo superado el ecuador de la ruta, quedábamos solo 5. Al llegar al final de la Casa de Campo hubo otra retirada y quedamos Ramón, Federico, Judith y yo. Puesto que Ramón era el único premiable, le proclamamos campeón y despidiéndose de nosotros se retiró. Federico dijo:
-Bueno, pues ya no hace falta que sigamos, la verdad es que estoy reventado.
Iba a darle la razón porque yo no estaba mucho mejor pero Judith tenía otros planes:
-Vaya par de mariquitas estais hechos. Para lo poco que queda ¿no vais a llegar al lago?
-¿Para qué? -le dije- desde aquí puedo coger el autobús de vuelta y ya tampoco tenemos el incentivo del premio.
Ella nos lanzó una mirada al mismo tiempo pícara y determinante.
-Pues vamos a poneros otro aliciente. Resulta que no tengo planes para esta noche, así que al que primero ponga el pie en la boca del metro de Lago, le invito a la primera copa en un garito y si se porta bien, a la última en mi casa. Bueno, a quien pretendo engañar, será para el segundo porque la primera voy a ser yo.
Nos quedamos de piedra mientras ella se lanzó a la carrera sin aparentes muestras de fatiga. Se diría que esta chica tiene alas en los pies.
Pero esto me creaba un problema serio porque yo ya estaba comprometido para esta noche. Era una prueba titánica tener que renunciar a una diva como esa pero ya tenía tomada la decisión.
Me puse a correr sin mucho ánimo pero inexplicablemente Federico se fue quedando atrás. Esto no tenía sentido, yo no estaba apretando y ante la perspectiva de una noche con Judith cualquier hombre sacaría fuerzas de donde no las tuviera. Aminoré el paso para dejar que me alcanzara pero él también empezó a ir más despacio. Judith ya se había perdido dejándonos muy atrás.
Tenía que aclarar esto ya. Me detuve completamente y le esperé con los brazos cruzados hasta que me alcanzó.
-¿A qué estás jugando?
-¿Qué quieres decir?
-No te hagas el tonto. Me estás dejando ganar. ¿Por qué?
Puso cara de decepción y me dijo:
-Es que no puedo quedar hoy con Judith. Me he echado novia, voy en serio con ella y esta noche hemos quedado. No puedo hacer otra cosa - y como dandose cuenta de repente me espetó- Pero oye, tú tampoco estás haciendo nada por ganar. ¿que pasa aquí?
-Pues verás, es que yo también acabo de empezar una relación. Me pasa lo mismo que a tí.
-Manda huevos. También es casualidad. ¿Lo has pensado bien? ¿Esa relación es tan importante para tí como para renunciar al mejor polvo de tu vida?
Ciertamente había que tener una templanza de acero para dejar escapar una oportunidad como esta.
-¿Y tú?- le pregunté
-Pues sí, yo también. Esto es inaudito. Un tía como esa está completamente fuera de nuestro alcance. Nunca se fijaría en tipos como nosotros y nunca va a volver a hacerlo. Lo de hoy puede ser por una conjunción de los astros, porque tiene las defensas bajas o yo que sé, pero es hoy o nunca.
-Entonces me temo que va a ser nunca.
-No se si has pensado en las implicaciones de esto. Si semejante diosa nos abre las puertas y nosotros la rechazamos ¿sabes lo que va a pasar?
Me lo podía imaginar. Las diosas no están al alcance de los mortales y cuando por casualidad se encaprichan de uno no aceptan un no por respuesta. Ni siquiera tienen que coquetear. Te dicen “Ven” y tu vas como un corderito entre el deseo de gozarla y el temor de que te fulmine con uno de sus rayos.
-Pues supongo que nos mandará a tomar por el culo y más allá.
-¡Si solo fuera eso! Empezarán a correr por el gym bulos sobre nuestra homosexualidad. ¡Vamos a ser la comidilla de todas las conversaciones! Más nos vale cambiar de gimnasio.
-No lo había pensado. Pues ya me dirás qué hacemos.
-De momento seguir corriendo antes de que sospeche. Y si quieres vamos a empatar para ganar tiempo a ver si luego se nos ocurre algo. Pero no me hagas trampas.
-Claro que no. Vamos a ello - le dije chocando las palmas con él.
Cinco minutos después llegábamos al metro donde ya Judith nos esperaba. Llegamos con la lengua fuera después de un sprint de 500 metros y con precisión cronométrica pisamos los dos a la vez el pavimento de la entrada del metro ante la atónita mirada de ella.
-¡Vaya por Dios! Habeis empatado, vaya casualidad - dijo no muy convencida.
-Y no creo que te apetezca mucho invitar a los dos ¿no? - dijo Federico sabiendo que a Judith no le gustan los tríos.
Nos miró de arriba abajo intentando adivinar nuestros pensamientos.
-A ver, esto aún no ha acabado. Estamos a menos de 2 kilómetros del gym. Os espero allí y espero que esta vez no haya otra “casualidad”.
Dicho esto salió corriendo. A esas horas de mediodía el gym está cerrado pero algunos clientes especiales como Judith tienen llave y se les permite puntualmente acceder fuera de horas. Tuvimos que buscar nuevas energías para este último trecho que pareciera interminable pero finalmente llegamos sin preocuparnos de quien lo hacía antes. La puerta estaba entornada. Se me ocurrió algo que comenté a mi compañero:
-Tengo una idea. Desesperada pero es que no tenemos más opciones. Si le damos lo suyo ahora en el gimnasio, puede que libremos esta noche.
-Puede funcionar. Déjame hablar a mí primero ¿vale?
Entramos y encontramos a Judith recogiendo su bolsa de deporte de una taquilla.
-Ya era hora de que llegarais. voy a darme una ducha y luego hablamos.
-Espera - dijo Federico - ¿Por qué no aprovechamos y nos damos antes un baño de vapor? No he traído bañador pero entramos en ropa interior y listo.
Nos miró indecisa. luego sacó de su bolsa un bote de exfoliante y otro de aceite corporal que nos lanzó y cogimos al vuelo.
-Vamos a ver si valeis como masajistas. Voy al vestuario. Ir encendiendo el turco que en cinco minutos estoy allá.
Lo encendimos, fuimos al vestuario y guardamos la ropa en la taquilla quedando ambos en calzoncillos. Federico llevaba un bóxer y yo un slip ajustado. El calza una polla un poco más larga que la mía así que confiaba en que si finalmente Judith elegía por tamaño yo me libraría.
Entramos en el baño turco donde ya empezaba a formarse una densa y cálida neblina. Es un baño de vapor espacioso para unas 25 personas. Está decorado como un hammán oriental y en el centro hay una plataforma donde se puede tender una persona o hasta dos un poco apretadas. Al poco llegó Judith. Nada más verla sentimos un latigazo en la polla. Llevaba puesto un conjunto de bragas y sujetador blancos y la entrada fue espectacular, una beldad como aquella emergiendo entre la niebla contoneando sus curvas y con la humedad del ambiente cubriendo su tersa piel. Se tendió boca abajo en la plataforma y se desabrochó el sujetador al tiempo que apartaba a un lado su melena dejando descubierta la espalda en su totalidad. Sobre la plataforma se dibujaba su esbelta silueta.
Nos pusimos manos a la obra. Primero yo con el exfoliante empezando por el cuello y bajando poco a poco por la espalda mientras Federico me iba a la zaga aclarando con agua los restos y con el aceite frotando por donde yo ya había pasado. Ella no dejaba traslucir la más mínima emoción por lo que no se si lo hice bien o no. El corazón empezaba a acelarseme cuando llegué a la cintura y con mucho temor bajé unos centímetros las bragas para frotar también la parte cubierta por los elásticos. De momento no me atreví a llegar más lejos, aparté la vista de aquel maravilloso culo y me centré en las piernas, largas y firmes como columnas de alabastro.
Pero ella no quería dejar ninguna parte sin tratar. Se recogió hacia el centro la parte trasera de la braga dejandola a modo de tanga y exponiendo a la vista aquellas redondas y robustas nalgas que nos ocupamos en masajear con insistencia.
Cuando acabamos por el lado trasero, ella se dio la vuelta dejando caer el sujetador. La imagen fue impactante, ver aquellos voluptuosos senos firmes, bronceados, con sus aréolas perfectamente circulares. La erección era brutal y por supuesto no le pasó desapercibida.
-Chicos, ya os había visto empalmados pero no tanto.
-¿Cuando nos habías visto así? - preguntó Federico.
-Pues en la sala de fitness. A vosotros y a todos. ¿Creeis que no noto cada vez que me comeis con los ojos? Pero ahora vais a reventar el calzoncillo. Mas os vale quedaros en pelotas si no quereis que os duelan los huevos.
Obedecimos de inmediato, nos quitamos el calzoncillo y ambos miembros saltaron acompasados, erguidos y puestos a disposición de Judith. Ella los contempló divertida.
-¿A qué esperais? Os falta la mitad del masaje.
Empezamos a exfoliar y embadurnarle el pecho rodeando aquellas dos preciosidades donde no nos atrevíamos aún a poner las manos, algo que ella notaba y le producía ligeras risitas, luego el vientre, la parte delantera de las piernas. La cercanía hacía que con la punta de nuestros penes la rozaramos cada poco la piel creciendo aún más nuestra masculinidad.
Finalmente dí el paso y le pasé suavemente el exfoliante por sus pectorales a lo que me dijo:
-Un poco más fuerte, no tengas miedo que no muerdo.
Finalmente solo quedaba por tratar la parte más íntima de su cuerpo, aún cubierta por aquella última defensa. Estabamos paralizados, dudabamos si seguir adelante, entonces nos dijo:
-Me vais a fundir con la mirada ¿Sabeis lo que guardo aquí debajo?
No sabíamos qué responder a una pregunta tan obvia así que añadió:
-Es un trofeo. Un premio para el ganador que aún no sé quien es así que decirme ya: ¿cual de los dos llegó antes al gimnasio?
Tras un rápido cruce de miradas con mi colega le contesté
-Ha sido él. Por poco pero me ha ganado.
-Lo siento tío - respondió Federico aprobando mi respuesta con la mirada - has luchado bien pero yo he sido un poco más rápido. Espero que la próxima vez lo consigas.
Ambos sabíamos que no habría una próxima vez. Le levanté el pulgar en señal de Ok y me dirigí hacia la puerta y entonces sucedió, escuché la sensual voz de Judith:
-Espera un poco. No soy tan mala como crees. Para el segundo puesto hay un premio de consolación. Acercate.
Regresé junto a la plataforma aún con el rabo tieso. Ella se incorporó, alargó una mano y enseguida noté la suavidad de su tacto cubriéndome el miembro. Su tacto y algo más, las diosas emiten una energía que aumenta todas las sensaciones. Una descarga de electricidad me recorrió todo el cuerpo. No tuvo que esforzarse mucho, en pocos segundos un chorro de lefa fue a parar al suelo.
-Ahora ya puedes retirarte y no te comas mas la cabeza. Esto solo ha sido un sueño.
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Termino de apuntar mis notas y llamo a Raquel. Tras confirmar que puede hablar sin que Aura escuche, me sincero con ella y le cuento lo de esta mañana. Al principio se enoja pero cuando se lo explico bien suaviza un poco su postura.
-Bueno, al menos lo has intentado. La verdad es que tampoco hemos hablado sobre fidelidad aunque es un tema que deberíamos tratar entre los 3. De momento ni una palabra de esto a Aura. Ya se lo diremos en el futuro cuando eso no la destroce. Deja que yo me ocupe.
Aliviado por esta descarga, preparo todo para su llegada.
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SABADO 19:00
Mis dos chicas acaban de llegar. No se que han hecho y de qué han hablado en todo el día pero la Aura que acaba de llegar no es la misma que ayer se fue. La veo más decidida.
Pasamos al salón y beso apasionadamente a cada una de ellas. Entonces Raquel comenta:
-Creo que el problema de Aura empezaba precisamente aquí, con los besos. Hemos creado un espacio de intimidad de cada una contigo por separado, olvidando que somos 3 y esa intimidad debe existir también entre nosotras.
-Creo que no te sigo- digo
-Una imagen vale más que mil palabras - responde Aura
Y dicho esto ambas acercan sus bocas y se dan un largo beso. Me quedo de piedra pero no voy a negar que me encanta lo que veo. Nos abrazamos los 3.
Después de cenar temprano lo que nos quedó de ceviche y carne, sirvo café y nos sentamos ante la mesita. Saco un juego de dados de póker y empezamos una partida de póker mentiroso. Ya lo había hablado antes con Raquel quien ahora se lo explica a Aura. Ayer vimos lo que le cuesta desnudarse así que vamos a hacerlo despacito y con el morbo que da un juego con tintes sexuales.
-Cielo, vamos a ponernos más cómodos con este jueguecito. Cada vez que uno pierda debe quitarse una prenda. Pero antes dime si estás completamente segura.
-De acuerdo - responde Aura con determinación.
Media hora después Raquel está casi desnuda. Solo mantiene el tanga. Aura tiene bragas y sujetador. Yo conservo el pantalón y calzoncillo y tengo mi torso descubierto.
En la siguiente ronda pierde Raquel. Se levanta y se baja despacito el tanga dejandonos ver ese coño que ya ayer estuve masajeando.
-Bueno, pues supongo que aquí acaba el juego ¿no?
-Para nada - respondo - solo acaba de empezar. Si vuelves a perder y no tienes prendas con que pagar tendrás que hacer lo que te diga el jugador de tu izquierda o sea yo.
Puedo ver como sus mejillas se colorean ante la excitación de sentirse presa de una voluntad ajena, de tener que obedecer una orden que sin duda será sexual.
Volvemos a jugar y esta vez pierde Aura. Se quita el sujetador mostrándonos sus tetas, mas blancas y no tan grandes como las de su amiga pero muy apetecibles.
A la siguiente vuelve a perder Raquel.
-Bueno, pues espero tus órdenes.
Empiezo por algo no muy fuerte:
-Quiero que me des un masaje con las tetas
Se pone frente a mi, se acerca presionandome con sus tetas en mi pecho. Las va moviendo despacito a ambos lados, bajando y subiendo rozandome con sus endurecidos pezones.
Volvemos a jugar y vuelve a perder. Voy un poco mas lejos:
-Ponte en el suelo a cuatro patas y abre las piernas para que pueda hurgarte con los dedos mientras seguimos jugando.
Lo hace poniendo ante mí la redondez de su culo y debajo, su coño vulnerable y al lcance de mi mano. La alargo y le voy introduciendo un dedo. Noto como se retuerce de placer mientras su intimidad empieza a calentarse. Además le cuesta cada vez mas concentrarse en el juego mientras mi mano bucea en su entrepierna no dejandole pensar.
La siguiente mano la pierdo yo quitandome el pantalón. mientras tanto continúo frotando el ya humedecido chocho de Raquel, entrando y saliendo con suavidad medida para evitar que se corra. Creo que no aguantará mucho así que me detengo aunque le dejo un dedo dentro. Pero ella ya no puede esperar, su necesidad es más fuerte que su voluntad.
-Por favor, Diego, no puedo resistir. ¡Follame! Lo necesito.
-Verás, no funciona así. Si quieres que yo haga algo, tienes que ganarme al póker.
-Pero es que no puedo, no lo voy a lograr. Por favor, te lo suplico.
-¿Quieres que te folle sin habertelo ganado? Entonces vas a tener que ofrecerme algo a cambio. ¿No te parece?
-Sí. Lo que quieras. Haré lo que quieras pero por favor, follame.
-¿Lo que quiera? Vale, pues vas a hacer todo lo que yo quiera. Vas a ser mi esclava. ¿Te parece bien?
-Sí
Ha llegado el momento. Su coño parece un lago. Aura nos mira asombrada pero sonriente. Me pongo detrás de ella y me quito el calzoncillo. Siento la mirada de Aura recorriendo cada centímetro de mi robusto culo y de mi polla que empiezo a frotar contra el culo de Raquel hasta que termina de crecer. Entonces de una sola embestida se la meto hasta el fondo sin ninguna dificultad puesto que está más que lubricada.
-Aquí tienes mi primera orden: quiero que estalles en un orgasmo escandaloso. Quiero oirte gritar y ver el vivio dibujado en tu cara.
No hace falta que le insista. Tras unas pocas sacudidas se arquea y explota en un extasis absoluto. Yo saco la polla sin llegar a descargar porque ahora tengo otros planes. Ella se levanta temblorosa y con cara de decepción por no haber recibido mi corrida.
-Raquel, vete a la cocina y traenos las fresas con nata. Están en la nevera.
La he sorprendido, creo que no esperaba que mis órdenes llegasen a esto. Nos las trae, las pone en la mesita y se sienta enfrente. Entonces le recrimino:
-Las criadas comen después de sus señores y desde luego no en la misma mesa. Retirate que ya te llamaré cuando te toque.
Abre los ojos asombrada, duda un momento y finalmente se va a la cocina dejandonos por fin solos a Aura y a mí.
Aura se pone a mi lado y me abraza.
-¿No te estás pasando un poco con Raquel?
-No me negarás que ella lo está disfrutando tanto o más que yo. Pero ahora quería quedarme solo contigo. Aunque acabe de follar, tengo unas inmensas ganas de tí.
-Yo también, mi amor.
Se quita las bragas y por primera vez puedo contemplar su hermoso chochito. su piel es más clara y el vello púbico liso y castaño como su cabello. La tomo en mis brazos y la siento sobre mis piernas frente a mí. pecho contra pecho, pene contra vagina. le recorro la espalda con mis caricias, ella me besa el cuello, no hay prisa, le doy tiempo para que su excitación vaya creciendo en sus entrañas.
Mis manos se desplazan a sus tetas, magreandola a conciencia mientras mi polla vuelve a alzarse como ariete ante la batalla que ya se avecina. Llega el momento.
Con mis manos le abro un poco más las piernas y voy empujando, introduciendole los primeros centímetros con suavidad, temiendo hacerle daño.
Poco a poco voy profundizando. Ella gime, tanto de placer como de dolor, comprendo que es la primera vez y le duele.
Salgo un poco y vuelvo a entrar ganando algunos centímetros más a medida que se va lubricando. Finalmente llego demasiado pronto. Ha sido un error no correrme con Raquel, si lo hubiera hecho ahora habría aguantado más.
Aura recibe mi semen que se mezcla con la sangre de su rasgado himen resbalando por sus piernas una mezcla rojiblanca.
-Lo siento - digo - necesitabas un poco más de tiempo para llegar tu también.
-No importa - dice besandome - estoy muy feliz de que tu lo hayas disfrutado y además la noche es joven. Pero ahora voy a darme una ducha. Estoy toda pringosa.
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Aprovechando que me he quedado un ratito a solas, termino de escribir estas lineas. Como ha dicho Aura, la noche es joven. ¿Tienes alguna sugerencia para exprimirla un poco más?
Gracias por tu atención