Trío con dos chicas. R. interactivo (cap 12) FIN
Con este capítulo pongo punto y final a la serie con el fin alternativo que me habeis sugerido. Hasta siempre
OCEANO ATLANTICO 3:00
Hemos iniciado a última hora de la tarde el viaje al Caribe que nos han regalado mis amigos. En la silenciosa oscuridad de la noche del Océano solo rota por las luces de emergencia de la cabina y los ronquidos de varios pasajeros, contemplo el anillo en mi dedo anular con el nombre de mi esposa grabado en su interior que me recuerda que todo ha cambiado, que ahora el centro de mi vida es Aura, la misma Aura que hace apenas tres meses era una chica tímida y sin experiencia y ahora me está haciendo una extraordinaria mamada mientras simula dormir recostada en mis piernas. Me parece increíble que en tan poco tiempo haya experimentado una transformación tan grande.
En el momento en que eyaculo en su boca, se acerca una azafata. Pongo una manta sobre mi polla aún grande mientras Aura se incorpora torpemente. El bulto bajo la manta y los restos de semen en la comisura de sus labios no pasan desapercibidos.
La azafata nos mira de reojo, pasa de largo pero al poco regresa y ofrece a Aura una toallita húmeda mientras nos dice:
-Me gustaría hablar con ustedes si no tienen inconveniente. Por favor, pasen un momento por la zona de azafatas en la cola del avión.
Aunque su voz no expresa enojo, está claro, nos ha pillado y nos va a dar un sermón. ¡ Espero que no vaya a echarnos del avión ! Temerosos acudimos a la cola donde nuestra azafata y una compañera están preparando dos carritos para servir una ronda de bebidas.
-Perdonenos por favor - ruega Aura - estamos recién casados y a veces el deseo nos puede.
-No tienes que disculparte cariño, te comprendo perfectamente. Yo misma he hecho lo mismo algunas veces - le responde con una sonrisa mientras le acaricia la cabeza - Si os he pedido venir es para que tengáis un ratito de intimidad, para que podáis terminar lo que os ha quedado a medias. Vamos a servir bebidas y durante ese tiempo vais a poder estar solos aquí sin que nadie os interrumpa.
Saca el carrito al pasillo de la izquierda mientras su compañera lo hace en el de la derecha. Mientras cierra y asegura la cortina que aísla este espacio, nos guiña un ojo:
-Teneis unos 15 minutos. Que lo disfrutéis.
Acomodados en el puesto de la azafata, Aura se quita las bragas, se levanta la falda y si sienta sobre mi restregándome el culo y haciendo renacer mi erección. Cogiéndola por las caderas la penetro mientras la atraigo aún más profundizando en su cavidad. Ella mueve el culo al ritmo de mis sacudidas, y yo trato de aumentar su placer dando dos pasos adelante y uno atrás cada vez que nuestra excitación se dispara, para finalmente dejar fluir un delicioso orgasmo.
-Maravilloso - afirmo - y aún nos han sobrado 3 minutos.
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ISLA DE SAN ANDRES 8:00
Apenas salimos para descender por la escalerilla del avión, la ola de calor húmedo del trópico nos sacude como una gran bofetada.
El funcionario de migración del DAS revisa nuestros papeles con poca atención. Su mirada enrojecida y su voz pastosa delatan que la noche ha sido rumbera y las horas de sueño escasas.
-Todos correcto señores. Conocen sus obligaciones como turistas?
-Pues no. Cuáles son?
-Pasarla bien y gozar cada minuto que pasen acá, jojojoooo.
Nos devuelve los pasaportes y añade:
-Bienvenidos. Sigan por favor.
Llegamos a la puerta del hotel, situado en medio de un área comercial. Aura me propone:
-Cielo, mientras te registras y te dan las llaves yo voy a hacer unas compras. Me hacen falta unas cremas para el sol y también voy a preparar una sorpresa para tí.
-Para mi? Que…..?
-Sssshhhhhh, no preguntes. Es una sorpresa.
No insisto más y entro en el hotel. En el lobby una empleada me llama. Está reuniendo a los recién llegados. Nos lleva al patio y nos explica brevemente los detalles del hotel, horarios, servicios incluidos, etc. Luego nos invita a un cocktail, nos lo sirve y brinda uno por uno con todos nosotros.
-Bienvenidos, y les advierto, no quiero ver caras aburridas. ¡ Gocen de su estadía ! Al que vea que no se divierte lo saco de acá -añade con una sonrisa de oreja a oreja y se despide lanzandonos besos.
Me acerco a la recepción donde se ha formado una larga cola con un nuevo grupo de turistas que acaban de llegar. Me llama la atención una de las primeras de la cola, una hermosa silueta de espaldas, pero…. Esto es imposible !!! Reconocería ese culo entre un millón.
-¡ Raquel ! Pero qué estás haciendo aquí???
Su cara de sorpresa me indica que ella quiere preguntarme lo mismo.
-Esta es la última escala de mi crucero. Pero ¿Y tú? No me digas que este es tu viaje de novios.
-Pero es mucha casualidad. Cómo es posible que tus compañeros de trabajo y mis amigos, que no se conocen de nada nos hayan mandado al mismo lugar y en el mismo momento.
-Yo tampoco lo entiendo…..
Entre tanto le llega el turno y el recepcionista le saca de sus pensamientos.
-Siguiente por favor.
-Buenos días. Soy Raquel Fuentes. Tengo una reserva.
-Sí, aquí la tengo. Suite “Perla del Caribe”. Señores Diego Fernández y Raquel Fuentes.
Oír mi nombre unido al de Raquel me provoca un escalofrío y a la vez un hormigueo en la verga.
-Perdone, debe haber un error. Yo soy Diego Fernández pero no hemos venido juntos.
-Espere que reviso…… lo siento señor pero aquí están sus nombres, vea.
-¿Hay algún problema? Pregunta la supervisora del hotel que ha acudido a la llamada del recepcionista.
-Estos señores aparecen en la misma reserva pero no sé conocen. ¿Cómo hacemos?
Miro a Raquel cuya cara es un interrogante.
-Raquel, no sé lo que puede haber pasado pero ahora mismo soy incapaz de averiguarlo. Solo puedo pensar en una cosa.
-Lo sé, a mí me pasa exactamente lo mismo. Solo puedo pensar en lo mismo que tú.
No hace falta decir más. Igual que es imposible mantener dos imanes separados, no hay ninguna posibilidad de que Raquel y yo mantengamos las distancias. Enseguida sucumbimos a un torbellino de deseo. Ni podemos ni queremos valorar las consecuencias. Me abalanzó sobre ella, la abrazo, ella se aferra a mí frenéticamente, nos besamos como si no hubiera un mañana ante la mirada de incredulidad de los empleados del hotel. Un carraspeo nos recuerda que no estamos en el sitio más apropiado para dar rienda suelta a nuestras pasiones.
-Oigan, pero ustedes no es que no se conocían? Tengan la llave de la suite. Si de verdad quieren habitaciones separadas - añade con ironía - tendrán que esperar a que acomodemos al resto de huéspedes.
-Raquel, si subimos a esa habitación sabes lo que va a pasar. Nada volverá a ser lo mismo.
-Ya lo sé. Pero quiero hacerlo aunque sea lo último que haga en mi vida. Te deseo. Pensé que podría apartarme de tu vida pero es imposible. Me has llenado de tal modo que ya no podría vivir sin ti.
Ni siquiera nos acordamos de la existencia de Aura. Nos autoconvencemos de que de algún modo hemos pasado a un universo paralelo, una existencia en el que solo estamos nosotros dos y yo soy soltero.
Franqueamos la puerta de la suite sabiendo que es un punto de no retorno. Ni siquiera conseguimos llegar a la cama, apenas en el sofá de la antecámara nos desnudamos nos abrazamos y follamos como locos, no podemos detenernos, los dos nos corremos, sin ni siquiera descansar volvemos a la carga, una y otra y otra vez mientras nuestras manos recorren el cuerpo del otro y nuestras bocas se unen en besos amorosos sin palabras innecesarias.
Mucho tiempo después exhaustos y sudorosos descansamos abrazados, ni aún descansando queremos separar nuestros cuerpos.
Poco a poco se abre paso en nuestras mentes un recuerdo, el recuerdo de que vivimos en un mundo en el que yo estoy casado y Raquel es la mejor amiga de mi esposa. De pronto y al unísono exclamamos:
-¿Donde está Aura?
A poco que lo piense descubro una pista:
-Aura es el único punto en común entre mis amigos y tus compañeros. Parece obvio que ella está detrás de todo esto.
-Pero ¿Eso significa que quiere ser ella la que se retire y dejarnos vía libre a nosotros? Eso no puedo permitirlo de ningún modo.
-No creo. Si fuera eso ¿Para qué iba a casarse conmigo? Voy a llamarla.
Lo intento pero no tiene cobertura. No lo entiendo. Donde se puede haber metido?
-Estoy empezando a preocuparme - dice Raquel - no es normal que nadie desaparezca durante horas en un lugar desconocido. ¿Y si acudimos a la policía?
-Claro, imagínate la conversación, “Buenas, quiero denunciar que mi mujer ha desaparecido hace 5 horas”, “¿Y por qué no ha venido antes?”, “Es que me he pasado la mañana en una maratón sexual con su mejor amiga”.
-Sí, la verdad es que no suena muy bien.
-¿Por qué no vamos a dar una vuelta a ver si la encontramos?
-De acuerdo, este lugar es pequeño, no puede estar muy lejos.
Nos vestimos y nos disponemos a salir cuando llaman a la puerta. Es un botones del hotel.
-Señor, tengo una carta para usted.
Me tiende un sobre. Lo abro y encuentro un mensaje manuscrito con la letra de Aura:
“Espero que te haya gustado mi sorpresa. Te quiero”
Se lo muestro a Raquel, no entendemos nada ni parece que podamos entenderlo hasta que la propia Aura nos lo explique.
Solo vemos con claridad que Aura quiere que lo hagamos. Y en vez de salir a buscarla volvemos a desnudarnos y entramos en el dormitorio. Es espectacular. Un gran ventanal nos da una vista sobre el mar y en el centro hay una enorme cama con dosel y rodeada de pétalos de rosa. Nos acostamos y Raquel me pide:
-No sé cuánto tiempo voy a tener contigo, porque eso depende de Aura. No sé si serán horas, días o toda mi vida, pero quiero aprovechar hasta el último minuto follando contigo.
-No Raquel, ya hemos follando demasiado. Ahora vamos a hacer el amor.
La cojo entre mis brazos y la besó apasionadamente en los labios, el cuello, los pechos. Ella no deja un solo beso sin respuesta, después la penetro profundamente, se produce una perfecta unión de nuestros cuerpos y nuestras almas, llegamos más allá del sexo a un éxtasis divino que nos deja claro que no queremos volver a separarnos jamás. Mientras tanto pasamos por varios orgasmos que percibimos como sensaciones lejanas, nuestra atención está ya a otro nivel.
-Te quiero Raquel.
-Yo a tí también.
Volvemos a besarnos, tratando de no pensar en qué va a pasar después, vivimos un eterno presente donde el futuro aunque sea inmediato no deja de ser una utopía.
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A mediodía, aún sin noticias de Aura, bajamos a comer al restaurante del hotel. El camarero nos dirige a la mesa que previamente hemos reservado.
Nos sirven un plato típico de pescado con arroz. La preocupación por el paradero de Aura parece haber disipado mi apetito. Apenas como con desgana dos o tres bocados.
-Ya es demasiado tiempo, necesito saber algo más.
-Yo también, apenas comamos vamos a hacer una ronda por el centro comercial.
Apenas terminamos de comer comenzamos nuestras pesquisas. Empezamos preguntando en las tiendas donde venden cosméticos, dándoles una descripción, mujer europea, 22 años, pelo castaño, etc. Por fin alguien nos confirma que estuvo aquí pero salió hace muchas horas. No parece útil seguir por este lado.
Damos un paseo por la ciudad, no tanto por la esperanza de encontrarla como por despejarnos y ordenar nuestras ideas. Y sigue sin recibir mensajes ni llamadas.
Cada vez va cobrando más fuerza la idea de que nos ha dejado por decisión propia y no conseguimos entenderlo.
Cuando ya el sol está a punto de desaparecer tras la línea del horizonte en el mar, regresamos al hotel. No nos damos por vencidos, mañana seguiremos intentandolo pero ahora se impone la realidad, estamos atrapados en estas circunstancias en las que tenemos vía libre para liberar todas nuestras pasiones, no lo hemos elegido nosotros pero vamos a aprovechar un tiempo que se nos ha concedido y no sabemos hasta cuando durará.
Entramos de nuevo en la antecámara de la habitación. Aparentemente todo está como lo dejamos pero ambos notamos un aroma que nos trae los mismos recuerdos. Con cara de incredulidad avanzamos hacia el dormitorio, mientras escuchamos por fin la voz que durante todo el día hemos tratado en vano de oír:
-Bienvenidos de nuevo a mi vida. Me han bastado unos pocos días para descubrir que os necesito a los dos. Y sé que a vosotros os pasa lo mismo. No volvamos a separarnos nunca más.
Sobre la cama, se nos ofrece la visión más hermosa del mundo, vestida con el conjunto de lencería verde que le regalé, Aura nos espera. Nuestros rostros se iluminan como nunca, ahora sabemos que aquí no sobra nadie, que los tres nos amamos y nos necesitamos.
Cojo a Raquel de la mano y caminamos hacia la cama, hacia Aura, hacia el destino que ni siquiera nos hubiésemos atrevido a soñar.
Nos desnudamos, nos besamos los tres y está vez sí, nos sumergimos en una pasión infinita. Ellas unen sus cuerpos, yo las penetro repetidamente, exploramos todas las maneras posibles de amarnos y ahora sí que puedo decirles mirándolas a los ojos:
-Os amo. Sois todo para mí.
El amanecer nos sorprende tras la noche mágica en la que hemos consumado completamente nuestra unión. Hasta hoy éramos tres, desde ahora somos un solo cuerpo y un solo corazón. Desde ahora hasta la eternidad. Y ahora sí:
FIN