Trio con desconocido
Queria sentir dos pollas dentro de mi, y aquel deseo de mi marido me lo permitio.
Mi nombre el Virginia, y os contaré la aventura en la que me metí por culpa de mi marido, aunque pensándolo mejor gracias a mi marido.
El se llama Pablo y tenia esa fantasía que tienen todos los hombres de hacerlo con dos mujeres, alguna que otra vez lo comentaba al verlo en películas, pero nunca me lo pidió.
Un buen día, después de insinuarlo se me ocurrió la valentía de proponerle una cosa, yo aceptaba compartir una noche de sexo con otra mujer y el, pero a cambio el tenia que primero ceder a que me follaran dos hombres, el claro está y otro. Lo hice mas bien pensando que no aceptaría, pero cual fue mi sorpresa que acepto.
Yo siempre me imaginaba como seria eso de sentir dos pollas dentro de mi, pero mi imaginación no llegaba ni de lejos a lo que fue la experiencia que viví aquella noche.
Estábamos de vacaciones en un hotel de playa en Galicia, por la tarde conocimos a una pareja en la playa que también pasaban una semana en el mismo hotel.
Habíamos conectado bien y por la noche quedamos para tomarnos una copa en el bar del hotel.
Por la noche apareció solo Marcos, su novia se había quedado en la cama con jaqueca y el bajo a tomarse una copa con nosotros y a disculpar a su novia.
Yo tenia puesta una falda por la rodilla y una camisa con un generoso escote, escote que no dejaban de mirar ni mi marido ni Marcos. Tanta mirada hacia que me sintiera un poco caliente, mis pezones se empezaron a marcar en la camiseta y note como mi vagina comenzaba a humedecerse, era mi oportunidad para poner en practica nuestra apuesta.
-"Me estoy poniendo cachonda" le susurré a mi marido al oído,
-"Recuerdas nuestro trato, necesito que me folléis ahora mismo"
Así que me acerque a Marcos, rozándome los pechos con su hombro mientras le contaba al oído mis deseos.
Acepto, no sin una mirada extraña a Pablo, que le indico con la cabeza el camino hacia el ascensor.
Teníamos una planta alta, y mientras en el trayecto les cogí la polla a los dos, una en cada mano. Llegamos a la habitación, tenia mis bragas muy húmedas y la polla de mis dos hombres muy duras.
Me puse de rodillas, les baje el pantalón a los dos y comencé a hacerles una mamada, mientras a uno le chupada la polla, al otro se la acariciaba con las manos, y viceversa hasta que los dos se corrieron sobre mi.
Después de limpiarme un poco, me quitaron la ropa, me tumbe sobre la cama y me deje masturbar por los dos, uno me chupo mi coño húmedo y deseoso de lengua, el otro me masajeaba y mordia los pezones. Mi clítoris estaba muy caliente, mi vagina chorreando, necesitaba que me la metieran, pero Marcos primero se empeño een hacerme un cunilingus. Me abrió con los dedos los labios, mientras me metía la lengua dentro de la vagina, acariciaba mi clitoris, con la punta de la lengua húmeda y ágil, con otro dedo me acariciaba el ano hasta reblandecerlo y ponerlo a punto para la penetración.
Marcos se sentó sobre la cama, yo me puse de espaldas a el y me senté sobre su polla dura, que fui introduciendo en mi ano, mientras me agarraba las tetas, me pellizcaba los pezones.
Una vez tenia dentro de mi la polla de Marcos, nos echamos hacia atrás, enseñándole todo coño a mi marido que estaba frente a mi, acerco su pene a mi coñó y me lo introdujo poco a poco.
Nunca había gemido tanto mientras me follaban, como cuando sentí aquella dos pollas dentro de mi moviéndose de fuera a dentro.
No tardamos mucho en corrernos los tres. Me sacaron la polla los dos y se las acaricie para ponerlas en marcha de nuevo, apoye mis manos sobre la cama, enseñandole mi culo a Pablo, que me la me la metió por la vagina, mientras le chupaba el pene a mi marido que estaba tumbado sobre la cama, luego intercarbiaron la posición, hasta que mi coño exploto de placer, y mi boca se lleno de semen.
Una maravilla de noche.
Cuando Pablo se Marcos se marcho le prometí la aventura con otra mujer, pero esta os la cuento en otro relato, o que os la cuente mi marido.