Trio con Carlos primera parte

Ahora apoyó la entrada de su coño sobre la verga de Carlos y se la fue metiendo lentamente hasta lo más profundo de su ser, sintiendo perfectamente su calor, su grosor y como se agitaba dentro de ella.

Conocí una pareja liberal por internet. Ella se llamaba Sara y Carlos.

Después de intercambiar varios correos con Carlos, quedamos con él para hacer un trió.

Fuimos un fin de semana a Madrid.

Allí nos vimos con él, tomamos unas copas como habíamos hablado y la verdad es que era muy simpático. Llevaba un vaquero con zapatos modernos y una camisa blanca subida las mangas, era el mes de junio.

Isabel iba preparada para la ocasión, con un vestido que insinuaba todos sus encantos. Se le marcaban claramente sus pechos.

Después de hablar sobre nuestros gustos sexuales, nos invitó a acompañarlo a su casa. Vivía en un piso bastante grande del centro de Madrid.

El piso era precioso, tomamos unas copas sentados en el salón y nos comentó que su mujer estaba fuera con unas amigas.

Estaba Isabel sentada junto a mí en el sofá mientras charlábamos y el enfrente. Sería por el alcohol que mi mujer cada vez hablaba más y le llegó a decir que desde el primer momento que vio la foto suya le gusto y que ahora en persona le gustaba más, que era muy guapo y un sueño poder disfrutar con él, delante de mí.

Me quedé petrificado oyendo sus palabras.

Acto seguido, Isabel se levanto y fue hasta donde estaba el y dijo.- ya no puedo más, llevo todo el rato pensando en cuando voy a poder disfrutar de este bombón. Estoy toda mojada de deseo. Lo puso de pie, bajo sus tejanos y el bóxer a media pierna dejando al descubierto su verga.

Aquella verga nos era familiar, pues la habíamos visto 20 veces en la foto que nos envió.

Ella se puso detrás de él y mientras con una mano le acariciaba los pezones con la otra, agarraba su polla masajeándola con delicadeza, para que poco a poco se fuera poniendo grande, que era lo que ella quería.

Mientras lo masturbaba le besuqueaba el cuello y apuntaba hacia mí con aquella estaca ya eréctil para que no me perdiera un detalle.

Me levanté y mientras ella agitaba la polla de Carlos yo por detrás la desnudé.

Le acaricié el coño y lo tenía empapado. Mientras le metía dos dedos dentro de su sexo deseoso, le acariciaba el clítoris para ponerla aún mejor.

Ahora, Isabel se arrodilló ante él y le chupaba la polla y los huevos como solo ella sabe hacerlo.

Yo tenía mi verga a punto de estallar y ella me colocó al lado de Carlos y alternaba indistintamente entre uno y otro chupando la polla de los dos. Consiguió que nos corriéramos al mismo tiempo.

Ahora los dos desnudos estábamos a su merced. Ella mandaba y teníamos claro, tanto Carlos como yo que era la protagonista.

Nos pusimos en el suelo sobre la alfombra y mientras Isabel a cuatro patas, pajeaba y chupaba la polla de él, para ponérsela dura otra vez, yo le comía el coño por detrás lubricándolo con mi lengua para facilitar la follada que vendría después.

Cambió de postura y mientras me la chupaba a mí para conseguir ponerla erecta otra vez, Carlos que ya la tenía inmensa, se colocó un condón y frotando con su capullo sobre la entrada del coño de Isabel apretó enérgicamente y ella se encogió un momento al sentir como la polla de Carlos se abría paso entre sus labios vaginales follándola por detrás.

El la tenía agarrada por las caderas y se ayudaba con las manos acercándola y alejándola, para meterla hasta dentro. Mientras que con este movimiento de adelante atrás, golpeaba sobre su clítoris con el balanceo de sus huevos.

Después de un rato, de chuparme la polla y viendo como la follaba Carlos, conseguí empalmarme nuevamente.

Pero estaba claro que ella solamente quería ser penetrada por Carlos.

A mí me tenía siempre y esta era una oportunidad única.

Ahora se colocó el, boca arriba e Isabel retiró el condón y dijo.

Quiero sentir de verdad tu hermosa verga caliente dentro de mí, sin ninguna barrera.

Abrió sus piernas agachándose sobre su miembro para metérsela toda dentro de su vagina húmeda y deseosa.

Puso una cara de viciosa, que tantas veces había visto yo, cuando algo le agradaba mucho.

Antes lo besó metiéndole la lengua hasta las entrañas y retozó con el deseando sentir nuevamente dentro de ella su miembro vigoroso.

Se notaba que le gustaba mucho Carlos, yo conozco a mi mujer.

Me miró y me dijo.- cariño esto es lo que toda mujer sueña. Tener a dos hombres para una sola, gracias por permitirlo.

Yo le contesté tranquila y disfruta sin pudor que a mí me encanta verte disfrutar. Aprovecha el momento.

Isabel se puso frenética de deseo y lo besaba y chupaba por todos lados. Por el cuello, en los labios, por el abdomen y le pasaba la punta de la lengua por toda la extensión de su polla hasta los testículos y la entrada de su ano.

Carlos se volvía loco de gusto y yo también viéndolo todo.

Ahora apoyó la entrada de su coño sobre la verga de Carlos y se la fue metiendo lentamente hasta lo más profundo de su ser, sintiendo perfectamente su calor, su grosor y como se agitaba dentro de ella.

Yo con una mano me acariciaba los testículos y con la otra me pajeaba ante ellos.

Ellos aceleraban el ritmo consiguiendo unos gemidos cada vez más fuertes.

Ella lo cabalgaba galopando sobre toda la extensión de su pene, a la vez que agitaba la cabeza de un lado a otro poseída por el placer.

El decía, que coño más rico, caliente y húmedo tienes Isabel, mientras mi mujer le decía a él, no pares, me gusta mucho sentirte dentro…sigue follándome.

Carlos apretujaba y pellizcaba los pezones de mi mujer con delicadeza, potenciando su placer.

¡Que manera de follar tenía Carlos!

Era incansable y cada vez conseguía gritos más fuertes de mi mujer.

Ella me atrajo hacía sí, y meneándomela vigorosamente hizo que me corriera otra vez.

Ella se había corrido varias veces antes.

Por fin vi como los dos llegaron al clímax a la vez.

Carlos la inundó toda por dentro con su leche abundante y caliente y ella emitió un suspiro largo y entrecortado, descargando toda la tensión.

Se dejaron caer el uno al lado del otro atenuados.

Isabel relajada nos besó a los dos y nos dio las gracias por darle tanto placer.

Después nos duchamos y despedimos de él quedando para repetir la experiencia ahora con su mujer…