Trio Bisexual HMH (II parte)

Lo prometido es deuda

Mientras que de una forma frenética, Laura y Yo, por tal de saborear el néctar de Rubén , nos fundíamos en un profundo beso. Al mismo instante Laura dejaba caer su cuerpo sobre la cama, al que yo seguía mientras nuestras lenguas se buscaban locamente.

Cuando lo recuerdo, me sorprende la reacción que provocó en mi pene, estaba brillante, espectacularmente duro, como jamás y creo que algo más grande incluso.

Laura comenzó a decirme lo que había disfrutado y lo mojada que estaba, a lo que siguió el deseo que se la metiera, creerme que no acabo la palabra, que de una sola vez, se la metí hasta el fondo, sin dejar un milímetro fuera, lo que provocó la expresión en Laura y dijo “joder, fóllame”.

Aquello me puso bastante frenético y comencé a sacar y meter fuertemente mientras le preguntaba si le gustaba que se la metiera tan fuerte. Ella gemía, y no paraba de decir “si, toda, que gusto”. Laura comenzó arqueando su espalda y respirar mas rápido y fuerte a lo que siguió un grito sinónimo de que estaba corriéndose. Acto seguido la saqué y baje a lamer aquellos jugos que tan ricos me sabían, aunque Laura le costaba soportar lametazos en su clítoris, se retorcía de lo sensible que estaba. Sin más, gire a Laura dejando su culo hacia arriba, abrí sus nalgas y comencé a lamer su ano, su respuesta fue un gemido profundo, yo le dije que lo estaba preparando para penetrarlo.

Rubén nos acariciaba mientras se masturbaba y viendo que comencé a lamer el ano de Laura, Rubén se puso por detrás mío y abriendo mis cachetes, hundió su lengua en el mío. Jamás me habían hecho eso, pero el gusto que me proporcionaba era tal, que tuve que parar para gemir y chillar que esa lengua me estaba volviendo loco.

Comencé a introducir un dedo y luego dos en el ano de Laura para dilatar un poco. Rubén hacía lo mismo con el mío, y aunque una parte de mi pensaba que solo me metería los dedos, otro lado de mi, comenzó a desear que me la metiera todo ese miembro, hasta lo más hondo y notar su corrida dentro de mi.

Esa sensación me puso a mil, y decidí metérsela a Laura, la excitación me superaba y reconozco que se la metí toda a la primera, suerte que Laura está experimentada y no la lastime.

Rubén seguía metiendo y sacando sus dedos, cosa que me hacía gemir del gustazo, jamas hubiera pensado. Mis ganas de ser penetrado por Rubén crecían, los dos dedos me parecían ya poco, quería algo más grande.

Rubén dejó mi ano y puso su pene algo flácido a la altura de mi boca, no hacía falta invitación, comencé a chupar y lamer como un poseso, resignado a saborear de nuevo su corrida pues parecía que no tenía intención de penetrar mi culo y yo no me atrevía a pedir.

A todo esto, yo seguía con mi pene dentro del culo Laura, y Laura gimiendo y expresando de tanto en tanto como disfrutaba del sexo anal, que ya había eyaculado 2 veces. Mi sorpresa fue cuando Laura sugirió a Rubén que me penetrara a Mi, a lo que Rubén contestó que la tenía dentro de mi boca para que la pusiera dura, pero que mi culito no se escapaba. Yo no pude contenerme y contesté que tenía muchas ganas.

Acto seguido la saco de mi boca, note como me puso vaselina y la punta del glande se rozó con mi ano. Estaba hecho un flan, Rubén dio un pequeño cachete y mi indico relájate, note como el glande se comenzaba a introducir.

Lo estuvo haciendo un par de minutos hasta notar mi ano se relajo y poco a poco cada vez se introducía más. La sensación era extraña, a veces gustaba y otras me molestaba. De repente note como de una envestida la metió entera, y que al sobrepasar cierto punto el dolor se transformó en una explosión de placer, jamas vivido. Mientras penetraba a Laura, Rubén me penetraba a mi. Mi placer era tal, que gemía totalmente descontrolado y le pedía a Rubén toda, hasta el fondo. De vez en cuando me la metía de un golpe seco y notaba como sus testículos tocaban los míos. Estaba a su merced, y eso me gustaba y mucho. Laura no paraba de decirme lo caliente que le ponía verme tan entregado al pene de Rubén, exactamente me decía “cabrón como te gusta que te la meta”. Yo solo atinaba a contestar “no pares, quiero mas fuerte”. En una de estas envestidas mi gustazo era tal, que empecé a eyacular dentro del ano de Laura, al ritmo de la envestida de Rubén, al que le pedía más fuerte, toda. Quede sorprendido de la cantidad de semen que llenó el ano de Laura, dándose ella cuenta y me provocaba con comentarios referente a ello. Uno de sus comentarios hizo referencia a lo que se siente en el primer chorro de semen, pues ella notaba como calor comenzaba a rellenar su interior y que la sensación inexplicable.

Como ya he dicho, me hubiera gustado que la penetración que me hacia Rubén durase hasta la eternidad, pero en una envestida donde me agarro de la cadera para mayor fuerza, al llegar al fondo note como calor inundaba mi interior, en varios segundos varías expulsiones de semen me llenaban lo que me hacía gozar con aquella nueva sensación y pedirle que la quería toda, que me volvía loco lo que sentía.

Aquella noche lo hicimos alguna vez más y en los descansos no podía para de tocar y lamer el pene de David.

Puedo asegurar que mi erección era espectacular aquel día, que me excite como nunca, que mis eyaculaciones eran tremendas y que tener el miembro de Rubén en la boca mientras notas su corrida o como me envestía el culo hasta notar su calor, me atrevo a decir, que fue de lo mejor en mi vida.

Repetimos alguna vez más, hasta que Laura marcho de la ciudad. Después de un tiempo Rubén y yo, hemos decidido buscar una cómplice para hacerlo otra vez.