Trilogia, Mi Fantasia realizada
Un buen día me desperte con los animos de tener relaciones con tres hombres diferentes. Era una fantasia y una meta por cumplir.
Sábado, Febrero del 2005
Estado de México
07:00 a.m. hoy estoy decidida realizar mi fantasía, que es la de acostarme con tres o mas hombres en un mismo día. Me levanto temprano, algo inusual por estar en temporada de vacaciones. El baño es reconfortante, depilo perfectamente mi osito (que es así como yo le llamo), Soy de tez clara, mis labios vaginales, se muestran apenas de un color rosado, mi vaginita esta muy cerradita, me imagino como va a terminar el día de hoy.
Termino de bañarme y perfumo mi cuerpo, por mi edad debo utilizar ropa juvenil, pero quiero que sea atrevida, que invite a poseerme. Me decido por una blusa negra de lickra que deja uno de mis hombros descubiertos, lógicamente no uso bra, tengo que aprovechar que mis senos son medianos, debajo una falda es lo mas indicado para mis planes, es una falda de mezclilla tableada, con vuelo y me llega a medio muslo, no es muy corta pero si sugerente y si me siento entonces si se sube mas. Unas zapatillas con tacón discreto terminan mi atuendo, me pinto ligeramente los labios en un tono rosa metálico, el pelo lo llevo suelto apenas con dos broches al frente lo que me hacen ver un poco mas ingenua (eso digo yo).
09:00 a.m. ya estoy en un centro comercial, pero la verdad no hay mucha gente, no se si en realidad cumpliré mi propósito. Me dirijo a donde están los cines, las funciones empiezan hasta las once de la mañana definitivamente es muy temprano, pero me doy cuenta que durante todo el trayecto me ha estado siguiendo un hombre, se ve bastante maduro unos 50 o algo así, no creo que sirva, en realidad no quiero que terminen rápido. Pero probablemente me sirva para trasladarme a otro lugar. Me le acerco y pregunto la hora iniciamos una conversación trivial. El me invita a tomar, un café; yo acepto, nunca se sabe en que pueda terminar algo.
10:30 a.m. Llevo ya bastante tiempo platicando con Roberto, efectivamente tiene 48 años, viudo, con tres hijas ya adultas; vive solo en un departamento. Siempre le gusto la buena vida y al ser pensionado de una paraestatal vive hasta cierto punto con tranquilidad económica.
Es muy amable, sencillo, y sobre todo ocurrente, hemos estado contando chistes y hablando de sus vecinos, que son casi de su misma edad y situación. Casi sin darme cuenta por lo agradable de la conversación me ha invitado a su depa, con la clara intención de que sus vecinos generacionales, lo vean llegar con una chava de mi edad. Paga la cuenta y abordo su automóvil, dirigiéndonos a unos edificios cercanos. Durante el trayecto no deja de observar mis piernas, halagándolas con piropos muy respetuosos. Cuando bajo de su auto el me abre la puerta y me ayuda, que claro estoy segura de que pudo ver que no llevaba ropa interior. En fin subimos al depa tomados del brazo, el no pierde la oportunidad de saludar a todos los que encuentra a su paso.
Ya en el depa nos sentamos en la sala y ahora si mi falda se sube un poco mas, el me comienza a acariciar las piernas y a besar en la oreja y cuello, yo la verdad me saco de onda, pero no pasa mucho para que sus caricias surtan efecto. Definitivamente vale mucho la experiencia; sigue besando mi cuello, mi oreja y me da pequeñas mordidas en el hombro que queda descubierto por la blusa, su mano ya se encuentra acariciando mis labios vaginales, me doy cuenta que he abierto las piernas y es muy fácil el acceso, también noto que empiezo a jadear; el introduce un dedo, luego otro y con el pulgar masajea mus suave mi clítoris, mientras que con la otra mano acaricia muy suavemente mis senos, logrando que mis pezones se pongan duros.
Me pide que me quite la blusa, lo hago sin que el deje de acariciar mis clítoris y mover sus dos dedos en mi interior, es maravilloso, jamás pensé que a su edad fuera tan formidable con la mano. Ahora ya sin blusa el se dedica a morder ligeramente mis pezones, lo cual provoca en mi gran placer, entre el cuello, los hombros y los senos, sus mordiscos logran que mis jadeos sean mas fuertes; son mordiscos muy ligeros pero firmes, no dejan marca pero si una sensación de dolor muy agradable. Finalmente sus dedos logran su cometido y tengo un orgasmo, arqueando mi cuerpo y exclamando un haaaaaaaaaaaa, que definitivamente me delata. El se pone de pie y me deja en el sillón respirando copiosamente.
Cuando me doy cuenta el ha regresado, se cambio de ropa, lo que hace que yo me de cuenta de que estoy en un depa, con un señor de 48 años que tenía menos de tres horas de conocerlo, sin blusa con las piernas abiertas y mi falda en la cintura. Me pongo de pie, me visto y pido permiso para entrar a su baño, cuando salgo me a ofrecido un vaso de refresco, debajo un sobre. Me pide que por favor acepte el sobre; nos despedimos con un beso en la mejilla y me acompaña a la esquina donde paga un taxi que me regresa al centro comercial de donde salimos. En el sobre, esta su teléfono, una petición de regresar cuando quiera y dinero. Vaya nunca me lo espere, la verdad me siento muy satisfecha y contenta. Es mi primer experiencia de orgasmo sin ser penetrada, ni siquiera me beso en la boca o toque su pene.
12.15 a.m. De regreso en el centro comercial, ya hay mas actividad, pero para ser sábado es muy poca la gente.
No quiero extenderme en mi escritura por motivos de espacio, y por que es la primera vez que escribo, depende de los comentarios a este primer relato me decidiré a terminarlo o no.
Espero sus comentarios, sinceros, OK, un beso a todos.