Trigonometría (I)

Hola! Soy Marcio y este es mi primer relato el cual escribí hace mucho tiempo y lo tuve guardado.. espero sea de su agrado. Digamos que es un "boceto" para ver si les gusta o no este tipo de narración, para recibir consejos, críticas, de todo y en el siguiente ya comenzar con el pie derecho ;)

El sol comenzaba a salir, un fuerte destello se habría paso entre las persianas que de noche servían para apartar al cuarto del mundo real.

La habitación, de color azul, con un estante al lado de la puerta y al lado del primero el ordenador. Las paredes llenas de posters de películas y bandas. Al otro lado se encontraba ocupada una cama por un joven de cabellos oscuros, cuyo rostro no expresaba emoción alguna y parecía estar perdido en el más profundo de los sueños.

Poco a poco, conforme avanzaba el destello por la habitación, iba acercándose al mudo rostro del joven, haciendo que este rompiera en muecas de enojo o fastidio, ciñendo su fina nariz y abriendo esos ojos… esos ojos tan incoloros, entre negros y plomos, era un color poco peculiar pero por alguna razón le daban un aire de viveza y al mismo tiempo de misterio.

El joven despertó por completo abandonando la tranquilidad y calidez de su cama tras lo que parecía ser una dura noche de trabajo. Avanzó hasta el ropero, el cual dicho sea de paso se encontraba al costado de su cama, abriendo uno de los cajones inferiores hasta ir sacando par en par el uniforme escolar.

-¡PAOLO!- la voz de una mujer se hizo clara en toda la habitación y parecía provenir del piso inferior- ¡PAOLO, VAMOS QUE YA SE TE HA HECHO TARDE! –cuando la mujer calló, se escucharon unos pasos que poco a poco se iban acercándo, haciéndose mas claros.

Al cabo de unos segundos la puerta se abrió haciendo rebotar una pelota por toda la habitación. Una mujer de mediana edad, no pasando de los cuarenta y cinco se encontraba de pie apoyada en el marco de la puerta.

-Paolo, tu hermana ya salió hace una hora a la universidad –decía- ella tiene la costumbre, como todos en la casa… bueno, casi todos  -dijo para sí entre murmullos-  el levantarse temprano y…  ¿Dónde estas?

-En el baño – respondió el chico- ¿decías?

-Sí, sí…- dijo la mujer mientras se apoyaba en la puerta del baño de mi habitación– Paolo tienes dieciséis años y no puedes estar…

-Lo sé madre, pero era por un trabajo. –Replicó Paolo desde el otro lado- Perdón, no volverá a ocurrir.

-Eso espero, eso espero…-terminó diciendo mientras se iba hacia el primer piso- Estos chicos de ahora, piensan que tienen todo el tiempo del mundo y terminan haciendo todo a última hora –decía entre murmullos mientras bajaba por las escaleras, pero su voz ya se había perdido entre el fuerte goteo de la ducha.

El chico terminó y salió a su habitación disponiéndose a poner los trapos escolares cuando su teléfono sonó. Agarró el teléfono que reposaba en su ya fría cama y leyó: “(1) Llamada perdida: Alex”. ¿Qué querría a esta hora…? Mierda –pensó. Se dio cuenta de que su madre no se equivocaba y no estaba exagerando esta vez, se había demorado demasiado y su hermana si había despertado hace una hora, eran las 7:45 de la mañana, si quería llegar al colegio debía apurar.

Se vistió lo más rápido que pudo y salió de la habitación, bajó las escaleras y llegó a lo que parecía ser el comedor de la sala. Era una habitación grande donde había una mesa para seis personas y al frente tres muebles junto con una mesita en el centro y el televisor colgado en la pared.

Un muro separaba la amplia sala de la cocina a la cual se dirigió. Su madre estaba vestida con un traje y lucía muy elegante con ese cabello y ojos marrones claros y esa piel tan clara que a primera vista uno se preguntaba si era realmente así o producto de los juegos que te hace el sol cuando está tan fuerte.

-Paolo, vamos que te llevo o sino no llegas a tu primer día… válgame dios, primer día de escuela y ya comenzamos con mal pie –decía- ¿Así le dicen ahora o es como antes?

-Con el pie izquierdo, madre –la corrigió mientras le sonreía- Pero vamos ya, que enserio es tarde.

-No te digo yo… vamos, te puse tu lonchera en la mochila y te prepare un par de sándwiches para el camino… ¡AH! Y tu jugo, vamos, rápido.

Paolo salió detrás de ella. Por primera vez en su vida se dio cuenta de cuan parecido era a su madre, hablando del color de piel, claro.

PAOLO:

Mi madre me dejo diez minutos después en la entrada del cole. Salí disparado del carro casi gritándole adiós a mi madre. El regente estaba parado detrás de la puerta pero no se inmutó al verme. Ventajas de ser el primer día, creo.

Las puertas de los salones estaban aún abiertas así que entré al mío sin más. El 5to “C”, mi último salón antes de ir a la universidad. Mis compañeros ya estaban cada uno en sus carpetas con un compañero que dudosamente fue asignado por el maestro. En la tercera y última columna, estaba Alex haciéndome señas para que me acercara.

-Hola Pao –me dijo- ¿Qué paso loco, te quedaste de amanecida corriéndotela? –sin duda, Alex no era uno de esos chicos que tienen morbo de hablar de… ciertos temas en público.

-Muy gracioso Alex –le dije mientras me sentaba a su lado-. Si no lo recuerdas, debemos presentar un informe de los libros vacacionales.

-Si no lo recuerdas yo no leo y me importa un bledo. Si no lo recuerdas, mi cara –se acercó más de la cuenta a mi rosto quedando nariz con nariz- me da ciertas ventajas…  ¡Luciana! –gritó volteando hacia atrás-.

Una chica morena, un poco alta, delgada y de pelo oscuro muy bonito acercó corriendo con un pequeño folder en entre sus manos.

-Hola Alex, hola Paolo –nos saludó con una sonrisa-.

-Hola Luciana, ¿trajiste lo que te pedí? –le preguntó Alex.

-Oh, sí, si –le decía sin ocultar su emoción-, toma espero que te sirva.

-Claro que sí, muchas gracias Luciana –dijo Alex terminando la conversación con una sonrisa-.

Cuando Luciana se fue no dudé en preguntarle: ¿Qué le has ofrecido a cambio?

-Mejor dicho “Qué le ofrecí a cambio” mi querido Pao –me respondió hablando como Sherlock Holmes.

-Y bien… -le dije ya perdiendo un poco la paciencia.

-Salí con ella al cine en vacaciones de verano, nada especial –me dijo haciendo un gesto con la mano restándole importancia-.  En fin, Alexandra hará una fiesta este sábado, me dejó tu invitación –sacó un sobre largo y rosado de su mochila y me lo tendió- ¿Vamos?

-Eh…

-Si no vas ella se pondrá mal, la conoces –era cierto, Alex es una chica muy sentimental y por cosas como estas era capaz de quitarme el habla por varios meses, no me quería arriesgar-.

-Muy bien, iremos –sentencié.

El resto del día fue lo típico de cada inicio de curso, los maestros y alumnos se presentan, dan una breve introducción del curso y luego nos dan lo que queda de la clase para charlar. Tocó el timbre de salida y el patio se llenó, como de costumbre.

-¡Alex, Pao! –voltee a ver quién nos llamaba pero no podía ver a nadie, mejor dicho, veía a todos pero no reconocía quién gritaba.

Entonces apareció Victoria detrás de mí, una chica de mi tamaño –por cierto, mido un metro ochenta, así que se puede decir que soy medianamente alto-, de ojos verdes , cabello rubio… la típica chica de la que todos andan detrás.  Podría decir que está bien “dotada” pero, gracias a mis preferencias, no es algo en lo que me fije mucho. No me percaté de su acompañante hasta que lo presentó.

-Están despistados el día de hoy, ¿no es así? –Nos dijo sonriendo moviendo la cabeza de lado a lado- Este es Nicolás, un chico nuevo de nuestro curso, está conmigo en el 5to “A”. Es buena onda.

Nicolás… vaya que era simpático. Un poco más alto que yo por un par de centímetros, de ojos azules, tez blanca, se ve que estaba en buena forma, el cabello marrón claro, una nariz que al no ser respingada le quedaba muy bien. Sin duda, Alex tendría competencia este año con las chicas.

-Hola, mucho gusto, me llamo Alex –le dijo tendiéndole una mano- y este es Pao, un buen amigo mío.

-Hola, al parecer no soy capaz de presentarme solo así que, guíate de lo que él dijo –terminé diciendo, pero sonriendo al fin y al cabo-.

-Ah, mucho gusto… -vaya que era tímido el pobre chico.

-¿Qué les parece si salimos el día de hoy? –por alguna razón el cole había decidido que el primer día de clases sea un Jueves ¿se imaginan? J.U.E.V.E.S, por lo que la idea de salir era tentadora.

-Eh… vale, pero mis padres no llegarán hasta tarde y no les he pedido dinero… -comencé a decir-.

-¿Si vamos a tu casa? Ya sabes, aprovechando… -me dijo Victoria en son de burla-

-Claro, me parece genial –dijo Alex-.

-Vaya, a Alex le parece genial, creo que está bien, como el decide y habla por mí… -le dije en broma-.

-Vale, vale, lo siento Pao… -me agarró del cuello y me sobó la nuca con sus nudillos.

Me escapé de sus brazos y le di un pequeño golpe en su hombro. Noté que Nicolás estaba algo incómodo así que le dije: Puedes ir, si quieres. Victoria confía en ti, así que yo puedo confiar en ti. Quiero decir, no creo que robes nada ni nos mates, ya sabes, lo típico.

-Vale, gracias. –parecía estar más cómodo, aliviado, ya saben, relajado.

-Entonces, esta tarde en tu casa ¿de acuerdo? Mira, son las doce del día, nos vemos a las tres en el parque de enfrente. –Victoria es una de esas chicas que hace planes y saca horarios muy rápido, y por alguna razón nadie se suele negar.

-Vale, entonces voy yendo para arreglar las cosas… Nicolás, si quieres ven conmigo y Alex para que conozcas la casa. –debo resaltar que Alex vive cerca  mi casa por lo que cada día, después de la salida regresábamos juntos. – Puedes almorzar ahí, no te preocupes.

-Eh… ¿cómo sé que ustedes no me quieren raptar a mí? –era un buen punto. Me encogí de hombros y le respondí.

-A veces uno tiene que hacer un acto de fe…

-Eso es de Superman –se apresuró a decir Alex-.

-El punto es –proseguí sin darle importancia a su comentario- que quien no arriesga no gana...

-¿Ya comenzamos con las frases? –uno de los dotes de Alex era poder sacarme de mis cabales rápidamente.

-Solo… si quieres ven para que te ahorres el viaje de tu casa a la mía –terminé diciendo ya con una mano en la cabeza-.

-Vale, voy con ustedes –aceptó entre risas-.

-Bien, ¿a las tres entonces? –preguntó finalmente Victoria.

-A las tres –asentimos Alex y yo al mismo tiempo-.


Espero les haya gustado este relato, es el primero que hago y espero poder recibir sus consejos para mejorar para el próximo que será pronto :)

¡Muchas gracias por leer!

Si tienen alguna duda estaré feliz de responderles :)