Tribunal

- “Qué está sucediendo aquí?” le pregunté en confidencia susurrando directamente al oído del gordo. “Dígame por favor que todo esto es una de mis peores pesadillas.”

TRIBUNAL.

Cómo pude estar metido en semejante embrollo, sin siquiera haberme dado cuenta de la rapidez con que se sucedieron los acontecimientos?

El hecho era que sin percatarme, estaba en medio de un tribunal y enfrentado a un fiscal con cara de muy pocos amigos, aunque en realidad estoy siendo bastante generoso con ese comentario, ya que debería haber dicho "con cara de ningún amigo".

No me servía de consuelo tener como aliado a un gordito bonachón, que cargaba con una sonrisa eterna que hasta a mí mismo me parecía incómoda en grado sumo.

Claro, él sonreía... y por más que la sonrisa me parecía totalmente

sincera, me rechinaba en lo más íntimo, porque el que estaba siendo enjuiciado era yo!!!

El tipo parecía el ser más bueno del mundo... claro, eso era excelente, pero no para tenerlo como el abogado encargado de tu defensa.

Estaba tan confuso, que ni siquiera tenía bien en claro los motivos que me habían llevado al banquillo de los acusados; aunque sin ningún lugar a dudas, yo era totalmente inocente de absolutamente todos los cargos que se me quisieran imputar.

Pero... qué cargos???

Pregunté una y otra vez y se me llamó a silencio.

Supongo que estaba siendo una cruel víctima de alguna broma pesada, pero me crispaba los nervios estar con esa incertidumbre tan preocupante.

Delante de mis ojos y como pruebas contra mí, desfilaban en forma vertiginosa, fotografías y tramos de filmaciones; algunas de ellas, captadas quizás con alguna cámara escondida y desde ángulos que hacían imposible el poder adivinar su procedencia.

  • "Pero... cómo lograron filmar eso???" pregunté perdiendo por momentos el control tras verme en la pantalla en una situación un tanto comprometida.

  • "Silencio!" solicitó el anciano con voz omnipotente, luego de hacer golpear su martillo con fuerza para enfatizar su pedido y no dejar de hacer prevalecer su autoridad.

Anciano al que trataban de "su señoría" en toda oportunidad en que se referían a él.

Esto era como en las películas!

La sala atestada de gente, el juez con su toga antigua y pelo platinado que lo usaba ondulado hacia los costados, el fiscal que parecía el mismo demonio y como su contrapartida, mi abogado defensor, que solo faltaba que de improviso le crecieran un par de alas, ya que parecía el más bueno de los angelitos.

Pero no se podría hacer una excepción y trocar los roles tan sólo por esta vez?

Sinceramente quería a ese voraz y punzante flaco de traje oscuro como defensor y a este gordito bondadoso y por momentos ingenuo, como mi propio fiscal. Si el que tuviera la oportunidad de verlo, hasta apostaría de que nunca habría matado ni siquiera una mosca.

Creo que sin ser culpable, era totalmente consciente de que yo estaba realmente perdido. Debía reconocer que mi defensa no era escasa, sencillamente carecía de ella en forma total. Me estaban presentando como el ser más malévolo del planeta, y no quiero decir con esto que todo lo que decían fuera mentira; pero qué tiene que ver en este juicio que por una única vez en mi vida había cometido el desliz de ser infiel?

Eso es totalmente irrelevante!

Y lo peor de todo era que mi abogado defensor no protestaba!

Nunca!!!

Dejaba transcurrir el juicio como si nada...

  • "PROTESTO!!!" grité yo mismo ante la impavidez del gordito que se supone que era mi aliado.

  • "Orden!" gritó nuevamente su señoría. "No voy a permitir nuevamente una interrupción de este tipo."

Esto era demasiado! Creí desmayarme... y de repente, un par de bofetadas me sacudieron. Sin importarme de dónde venían, ya que yo estaba más preocupado por el transcurso de ese juicio que tenía toda mi atención secuestrada, tenía posada la vista fija sobre el gordito que no dejaba de mirarme y sonreír, esperando aunque más no fuera una explicación que nunca llegó.

Pero de qué mierda se ríe este tarado?

Me estará tomando el pelo?

En el preciso momento en que mi abogado defensor comenzó a acercarse hacia mí, escuché la voz de mi esposa a mis espaldas que gritaba: "Está perdido... alguien que haga algo por él..."

  • "Orden en la sala!!!" gritó nuevamente el juez bajando repetidamente el martillo. "Silencio!!! Si llega a haber otro exabrupto similar, no voy a tener más remedio que hacer desalojar la sala."

Desesperado, sujeté fuertemente el brazo del gordo y sentí un shock eléctrico. Lo extraño fue que a continuación se sucedieron un par de sacudones más, y decidí soltar al abogado que no dejaba de sonreírme mientras pensé que en esa oportunidad, realmente iba a morir electrocutado.

  • "Qué está sucediendo aquí?" le pregunté en confidencia susurrando directamente al oído del gordo. "Dígame por favor que todo esto es una de mis peores pesadillas."

  • "Ojalá lo fuera! Pero, no... lamento decirle que no es así" contestó con su voz ronca pero melosa.

  • "Por lo menos, dígame de qué se me está acusando, por favor!" le rogué.

  • "Sus testigos, por favor!" interrumpió nuestra atención el juez, dirigiéndose hacia el fiscal.

Lentamente comenzaron a desfilar delante de mí, una gran cantidad de personas que hacía bastante tiempo que no veía. Muy lejos de ponerme contento, sus dichos continuaban dejándome en aprietos. Parecía como que se hubieran unido para confabular contra mí.

  • "Por favor, abogado..." le dije al gordito en un estado de desesperación total. "Termine con esta farsa... haga algo... todo eso que están diciendo no tiene ningún sentido... dígame por favor de qué mierda se me acusa?"

  • "Cálmese, amigo... no desespere" me dijo con su imborrable sonrisa. "No pierda la paciencia."

Cómo podría?

Estaba viendo cómo me estaban triturando con pruebas que no venían al caso, tan sólo para demostrar algunas travesuras que había cometido con anterioridad.

Pero qué tenía que ver todo eso con el presente?

No creí que nadie me fuera a ayudar en absoluto. Estaba seguro de que todos esos testigos tenían como meta arruinar mi reputación y sinceramente debía reconocer que lo estaban logrando.

  • "Tiene alguna pregunta para formular, abogado defensor?" le preguntó el juez al gordito.

  • "No, su señoría!" respondió con esa sonrisa que ya me parecía estúpida.

Estaban a punto de condenarme por haber hecho... no sé que mierda, y él seguía sonriendo y evitando decir siquiera una

palabra a favor de mi defensa; y no se tomó la molestia en ningún momento de por lo menos llamar a un sólo testigo para que hablara en mi favor.

  • "Entonces, el jurado debe retirarse para deliberar" ordenó.

Los aludidos se retiraron a una sala contigua y mi nerviosismo se acrecentó.

Cuál era el delito por el que se me acusaba? Cuál sería mi condena si llegaban a encontrarme culpable?

Por qué mi propia defensa no movía un dedo para probar mi inocencia?

Al jurado no le tomó demasiado decidir mi destino.

  • "Por Dios, hagan algo... está perdido!" gritó nuevamente mi mujer a los gritos.

  • "Orden en la sala!" repitió por enésima vez la máxima autoridad. "O me veré obligado a desalojarla por desacato."

Puse la mano sobre el hombro de mi defensor que estaba sentado a mi lado y nuevamente sentí un par de choques eléctricos que me sacudieron hasta los huesos.

  • "Tienen un veredicto?" escuché preguntar al juez que en ese momento se dirigía al jurado.

  • "Sí, su señoría! "contestó el ujier, mientras le hacía llegar un papel conteniendo mi destino.

  • "Muy bien..." dijo el anciano después de leer el contenido.

  • "Un momento, su señoría" interrumpió de pronto mi abogado defensor con una parsimonia que era irritante, quebrando por primera vez el silencio al que parecía estar alimentando y sin quitar su sonrisa de ese mofletudo rostro.

  • "Qué sucede?" preguntó el juez.

  • "Este juicio debe quedar nulo" dijo ante la sorpresa de todos los presentes.

  • "Y... eso por qué?" preguntó el hombre enfundado en su larga toga.

  • "Su señoría... tengo suficientes argumentos para comprobar que mi defendido no debería estar aquí en este momento."

  • "Pero... por qué dice eso?" preguntó la máxima autoridad, sin ocultar su sorpresa.

  • "Porque mi defendido es víctima de un error burocrático. Repito, él no debería estar en estos momentos en este sitio" repitió con total seguridad.

Ya estaba comenzando a amar a este tipo.

  • "Usted tiene pruebas para argumentar lo que dice?" preguntó el juez.

  • "Por supuesto! Si su señoría permitiera que me acercarara para mostrárselas, verá que son irrefutables y entenderá finalmente a qué me estoy refiriendo con exactitud."

  • "El fiscal tiene alguna objeción?"

El flaco negó con la cabeza visiblemente resignado y ambos abogados se acercaron al estrado.

Mi abogado mostró una carpeta blanca conteniendo unos papeles, que el juez miró con sumo cuidado.

En determinado momento, el anciano levantó la vista y me clavó una mirada penetrante como si fuera un dardo.

El gordito giró su rostro, me miró a los ojos y tan sólo, sonrió.

Creí que me desmayaba en ese preciso instante; tuve como un mareo que me obligó a cerrar los párpados por dos segundos y de repente...los abrí abruptamente.

  • "Hola!" me dijo la voz de un hombre enfundado en una túnica blanca que me miraba a centímetros tan sólo de mi rostro.

  • "Dónde estoy?" pregunté aturdido.

  • "Pensé realmente que esta vez, sí te nos ibas" dijo y me sonrió.

  • "A dónde?" pregunté en forma estúpida.

Volvió a sonreír.

  • "Tuvimos que darte unos choques eléctricos. En verdad no reaccionabas a las inyecciones. Se te pararon todos los signos vitales por unos momentos."

  • "Está vivo! Está vivo!" comenzó a gritar mi esposa por detrás del hombre.

  • "Supongo que tú serás una de esas personas que podrá contar a tus amigos que has estado muerto por espacio de un minuto y medio." dijo el doctor. "Has visto también la gran luz al final del famoso túnel?"

  • "No... sinceramente no" dije susurrando, sin salir aún de mi asombro y sin poder dilucidar si todo el juicio que había presenciado había ocurrido realmente, o todo había sido fruto de mi imaginación.

FIN DE ESTE RELATO FICTICIO.

Si te gustó este relato, no dejes de leer alguno de los 82 anteriores del mismo autor, por ejemplo: "Trabajo a Dúo":

http://www.todorelatos.com/relato/34815/