Trescientas palabras - por Trazada30

Un grupo de autores de TR hemos decidido escribir una serie de microrelatos como ejercicio. Esperamos que sean del agrado de los lectores.

¿Trescientas palabras para un microrelato? Sobran muchísimas. El microrelato no es plato en que servir historias, ni cuento o novela en telegrama. No narra. Sugiere o sorprende. Es –aroma, sabor o sonrisa- cuanto más corto, más redondo. La ilusión del microrelato es ser haikai: esbozar una idea, colgar de ella farolillos de colores y dejar, en quién lo lea, un poso, una sensación, un no sé qué. Se puede escribir:

"Recuerdo la primera vez que acaricié los pechos de una muchacha. Latían, pájaros cálidos e inquietos, en mis manos. El tacto de las areolas se hacía música en mi sangre, el de los pezones me cosquilleaba el alma.

Aquel día descubrí que existen los milagros."

Si estas cuarenta y cinco palabras te han hecho revivir lo que sentiste en idéntica situación, el microrelato ha resultado un éxito. Otras veces busca sorprender. Un ejemplo:

"Te has detenido dejándome anhelosa, el sexo hambriento, los muslos latiendo a sacudidas rítmicas. Has parado cuando mis sesos se volvían gemidos de placer al sentirte tan vivo, tan dentro de mí. Entonces has parado.

Estoy sola en casa. Maldigo y corro al cuarto de mi hijo, rebusco en los juguetes, y encuentro, en las tripas del supercoche, dos pilas de voltio y medio que te devolverán la vida, consolador mío, para que acabes ese repaso tan guapo que me estabas dando."

Buscaba provocar una chispa de sonrisa. ¿Lo conseguí?

Trescientas palabras son muchas para un microrelato. Hay tiempo de filosofar, de escribir dos microrelatos y sobran palabras todavía.

Casi cincuenta.