Tres son multitud (2)
Segunda y...¿última? parte del relato.
Pero Frank no sabía lo que se le vendría encima en apenas unas horas. Annie y Laura habían salido de la casa, pero no al sitio donde Annie esperaba; ella había esperado verse en un bar, una cafetería o un simple banco del parque. Pero se vió repentinamente en el salón de Laura.
Annie: ¿Qué...porqué me has traído aquí? (Estaba nerviosa, por eso aferraba con fuerza un nuevo cigarrillo) Laura: Para hablar, naturalmente (Sonrió de manera espectacular, no tenía ella esa idea precisamente) Annie: ¿Hablar...de qué? (Le parecía increíble cómo se habían desarrollado los hechos: nada que tuviera medianamente planteado) Laura: Hablar sobre lo del beso, sé que te gustó tanto como a mí (Comentó sentándose a su lado y cruzando las piernas, lo cual produjo que el pequeñísimo vestido se subiera por encima de los muslos y callese gloriosamente. Annie apartó la mirada unos segundos después) Annie: No sé de qué hablas, estás loca si crées que soy lesbiana (Dijo con firmeza) Laura: Yo no he dicho que seas lesbiana, ni que lo sea yo (Nueva sonrisa marcada) Pero me parece que eso es mejor a satisfacer a ese cerdo cabrón Annie: Sí, puede que tengas razón pero... (Iba a seguir, enumerar los motivos por los que jamás se prestaría a algo así, pero Laura la cortó con un beso con lengua al tiempo que sus manos le recorrieron los pechos) Annie: ¡Déjame, loca! (Se separó de ella. Tenía pensado salir corriendo pero la imágen de Frank gozando salvajemente de la mamada que le acababan de regalar las dos la paralizó. No prestaba mucha atención al acto en sí, sino a lo excitada que la dejó aquél beso. Volvió a sentarse y le pasó una mano por los muslos a Laura tratando de tomar el control) Está bien...sólo por escarmentarle (Dijo con nerviosismo, temblándole la voz) Laura: Claro, tonta, verás cómo nos reímos...(Sonrió y volvió a besarla)
Los besos duraron tan poco como las ropas de Annie en su sitio. Laura, entre besos y mordiscos, la desnudaba con la facilidad de un mago. Pronto quedó Annie desnuda y ésta decidió tomar la iniciativa desnudando a Laura. Finalmente acabaron en la habitación.
Laura: Vaya, tienes un cuerpo muy bonito (No se equivocaba: Annie tenía unos pechos no demasiado grandes, pero sí estaban bien puestos y nada caídos, cinturita de avispa y un culo que no era nada del otro mundo pero provocativo) Annie: Tú...tú también eres bonita (Estaba nerviosa y no quería reconocer que aquella mujer era espectacular: Aquellos enormes pechos ligeramente caídos, una cintura bien marcada y un buen culo, aparte de los labios grandes y siempre rojos. Sí, Laura era toda una seductora)
Al final, tras algunos nervios, se fundieron en un cálido beso sobre la cama. Annie, que estaba debajo de Laura, se dejaba besar y acariciar; al principio tímidamente pero luego fue ganando confianza y comenzó a tocar aquellas dos enormes tetas que se bamboleaban un poco a causa de las caricias que ella le proporcionaba en el estómago. Laura se cansó de tonterías y lanzó la mano hacia el pubis unos segundos antes de acariciar por completo la entrepierna de Annie, quien tuvo que besarla con más pasión y lujuria para evitar regalar un quedo gemido. Al final la rubia dejó los besos y se hizo un poco hacia abajo para lamer los pechos de Annie al tiempo que le acariciaba el coño cada vez con más intensidad.
Annie: Jod...joder...qué bueno (Susurró entre jadeos) Laura: Ahora verás lo que es bueno (Sonrió)
Efectivamente Laura se metió uno de los pezones de Annie en la boca y lo recorrió con la lengua por la aureola antes de morderlo con suavidad. Sus dos manos se dedicaron por entero a jugar con la vagina. Con una acariciaba el clítoris y con la otra introducía un dedo en la vagina...hasta que susodicho dedo abandonó el puesto para introducirse sin avisar en el ano de la morena.
Annie: Para...para que me corro (Gimió alto y separó las manos de la espectacular rubia de su cuerpo) Laura: ¿Qué te pasa...? (La miró con fastidio) Annie: Juguemos las dos (Le dedicó una sonrisa)
Al final Laura comprendió y le ofreció la visión de su coño entreabierto y excitado en un morboso 69. Las dos mujeres lamieron, chuparon, recorrieron cada centímetro con sus lenguas, y mimaron cada parte del coño de la otra. Annie aprovechó a devolver "el favor" metiéndole un dedo por el culo a Laura cuando finalmente notaba que el orgasmo acechaba cerca. Ésta sólo pudo susurrar un "Qué zorra...sí, no pares" antes de volver a 'comer y callar' con fruición. Al final cada una se corrió y quedaron así las dos, extasiadas y desnudas, una junto a la otra...¡la visión perfecta!
Annie: Podríamos ir a decírselo a Frank Laura: Sí, no es mala idea
Antes se ducharon...juntas, por supuesto. Jugaron la una con la otra alternativamente a acariciarse. Annie tomó un cepillo de mango redondo y sentó a Laura en el borde de la bañera...pero ésta se negó.
Laura: Aprovechemos que el mango no es muy grande para jugar de otra forma (Sonrió) Annie: Pero...yo nunca lo he probado por detrás..(No parecía muy segura de querer hacerlo) Laura: Te juro que si te duele, lo saco en seguida
Así la medio convenció. Laura se puso en cuatro dentro de la bañera y Annie comenzó a introducirle el mango del cepillo, que ciertamente no era demasiado gordo, en el ano. Al principio se resistió, pero finalmente se hizo hueco y mientras lo metía y sacaba con mayor rapidez se comenzó a tocar igual que lo hiciera Laura desde el principio. Ambas gemían y Laura alcanzó el orgasmo con un soberano grito. Al final, tras unos segundos de placenteros calambres en las piernas, se levantó y limpió el cepillo)
Laura: Te toca, cariño Annie: No sé...¿y si me duele? Laura: Ya te he dicho que no dejaré que te duela
No muy convencida se puso Annie en la misma posición que Laura. Ésta lamió un par de veces el trasero de Annie y luego chupó y chupó el mango del cepillo antes de introducirlo lentamente. Annie comenzó a masturbarse mientras Laura lo hacía por detrás y comenzó, poco a poco, a sentir el placer)
Annie: Sí, me gusta... Laura: Te lo dije
Sonrió, el cepillo viajaba hasta el fondo y al cabo de unos minutos Annie lanzó un triunfal grito de placer. Acabaron de bañarse y volvieron a casa de Frank.
Lo que pasara allí...quizá sea otro relato.