Tres piernas (V)
Cansado de la capital, nuestro protagonista se marcha a la costa... a descubrir otros placeres.
Siempre he sido culo de mal asiento, a los veinte años Madrid me asfixiaba, lo extraordinario se habia convertido en monotonia y estaba cansado de ser el juguete de pijos, pijas y gente con pasta, me largue a la costa, mi situacion economica era muy buena, monte un chiringuito playero a la americana, desde mediodia hasta las doce tapeo y comida y a partir de las 12 de la noche copas, esta vez me lo tome con calma, Silvia, enamoradisima de Raul, un mulato cubano fibroso y simpatico se encargaron del negocio, yo me dedicaba a tomar el sol, ingresar pasta y beber Perrier en mi mesa.
Asi fue como Shi entro en mi vida. Shi era de Formosa y huia de su familia, propietaria de un chino que la tenia en regimen de semiesclavitud, un dia aparecio pidiendo trabajo en el chiringuito y se quedo, era pequeñita y hermosa, delgada pero absolutamente proporcionada, verla de mesa en mesa, trotando agil con sus shorts y la parte de arriba del bikini fue mi ocupacion principal durante un par de semanas.
Aquel dia le tocaba a Shi cerrar el garito y yo estaba haciendo caja, eran casi las cuatro de la mañana cuando termino y me ofreci a llevarla a su apartamento, ella acepto y me dijo donde vivia, fuimos en mi yamaha flamante, era un edificio asqueroso repleto de hooligans y gente de paso por el que le cobraban un paston, cuando llegue, sabiendo que me complicaba la vida, le ordene:
-Recoge tus cosas, te vienes a casa, este sitio es para cucarachas y borrachos-
Shi agacho la cabeza seria y la levantro para sonreirme:
-Lo que tu digas jefe¡
En cinco minutos aparecia por la puerta con una bolsa tremenda, se montaba en el cacharro y se vino a vivir conmigo en la casa de la playa, una virgueria de sitio que aun conservo. Tarde una semana en dar con la clave para manejar a Shi, con ella no valia el baboseo, su cultura, la cultura de muchas mujeres de oriente es la de la sumision, solo atendia a los imperativos, a las ordenes, cuando domine esta clave mi vida en la costa fue mucho mas agradable. Cuando me mostraba tierno y cariñoso Shi pasaba un monton de mi, si me veia cabreado y con mi mal genio apoderandose de mi se mostraba como una corderita obsequiosa y complaciente, la verdad ahora que lo pienso y para ser la mujer que ocupo casi dos años de mi vida afectiva los comienzos no fueron especialmente romanticos. Fue un viernes, el chiringuito habia estado a tope, eran casi las siete de la mañana y yo tenia una mala leche que te mueres, habiamos tenido que echar a media docena de borrachos impresentables y acabar a ostias con un par de conatos de pelea, me planteaba si merecia la pena tener abierto hasta esas horas, se ganaba pasta pero los disgustos me amargaban el dia, cuando llegamos Shi, como siempre que me veia cabreado se mostro cariñosa y se ofrecio a darme un masaje, accedi, lo hizo, yo tumbado boca abajo y ella sobre mi, me excite, levaba varios dias tramando como me la iba a follar, me excite y me empalme, me di la vuleta y Shi se quedo quieta y estupefacta viendo como mi polla se marcaba en el slip:
-Te vas a quedar asi toda la noche o vas a terminar de relajarme- le dije con tono serio y cortante.
Shi bajo mi slip y libero mi polla tiesa e inmensa, sus manos pequeñitas acariciaron y menearon mi polla, le ordene que me la chupara pero tenia serias dificultades en metersela en la boca, asi que continuo pajeandome, cosa que hacia con energia, delicadeza y maestria, comenzo una de las tonicas de nuestra relacion, Shi se podia estar horas jugueteando con mi polla, acariciando mis huevos, lamiendome la punta, subiendo y bajando suavemente el pellejo y recibiendo toda mi corrida en la cara, cosa que le gustaba especialmente, con el tiempo obtuve (aun la conservo) una magnifica colecccion de polaroids de la cara de Shi inundada de leche.
Shi era diminuta y muy manejable, tumbado boca arriba la puse sobre mi, mi polla en la entrada de su coñito oscuro, repleto de negro y espeso pelo negro, con algunas muecas de dolor se la clave enterita, ella subia y bajaba su trasero, empalandose entera, entrecerrando sus ojos oblicuos cada vez que mi polla le llegaba al cuello del utero, con cierta sensacion de sacrificio (con el tiempo adivine que era lo que realmente le excitaba), sin sacarsela y dando y dandole la vuelta la puse a cuatro patas sobre la cama, nunca habia follado con una chica tan diminuta, parecia que estaba violando a una menor, pero la sensacion de meterle toda la tranca mientras la levantaba en peso era tremenda y su vagina que rezumaba un espeso jugo especialmente lubricante era apretada y rica, posiblemente el mejor coño que habia follado hasta el momento (y llevaba un buen numero de ellos), jamas olvidare su peculiar chillido corriendose cuando sentia como mi leche inundaba su coño (un chillido agudo al que me hice adicto).
Pero la eclosion de nuestra relacion, cuando esta tomo su verdadera dimension fue pasado un par de semanas de comenzar nuestras aventuras sexuales, una relacion marcada por su actividad para complacerme y su pasividad y sumision para satisfacerme. Dos veces habia intentando follarmela por su culo virgen, poniendome zalamero y cariñoso y dos veces Shi habia rechazado mi propuesta con respuestas de tipo:
-Estas loco me mataras si metes esa tranca por mi culo-
Aquel dia habia tomado algunos chupitos en el chiringuito y como ultimamente bebia poco me habian puesto mas ciego de lo normal, jugo con mi nabo como hacia habitualmente y follamos, con esfuerzo ya conseguia meterse mas de media polla en la boca, cuando le plantee follarle el culo, pero esta vez mi tono fue tajante, se lo ordene y ella como una corderita lista para ser degollada no rechisto, se levanto y fue al cuarto de baño por vaselina, estuvo mas de diez minutos pajeandome y embadurnando mi polla con la crema, hasta que en plan borde le dije:
-Asi podemnos estar hasta mañana-
Se subio sobre mi, como hacia habitualmente cuando me cabalgaba, solo que esta vez mi polla no apuntaba a su sedoso coño oriental, sino a su cerradito y virginal culo, y poniendo en juego todo su sacrificado espiritu se empalo toda mi polla en el culo mientras yo acariciaba sus diminutas tetitas y las lagrimas de esfuerzo y dolor asomaban en sus ojos rasgados, el proceso fue largo, varios intentos para meterse la cabeza de mi polla hasta que consiguio la adecuada dilatacion y se la acomodo bien, bajaba su trasero y mi polla ganaba terreno dentro de su culo para perderlo de nuevo porque le molestaba, casi veinte minutos llevabamos con esta operacion y le habia encajado casi la mitad de la tranca (unos 12cm), cuando cansado de tanta historia abri sus piernas, la deje sin punto de apoyo y todo su peso cayo sobre mi polla entrandole hasta las pelotas, grito, vaya si grito, y se quedo en silencio y con los ojos cerrados un par de minutos hasta que de pronto, y como si un espiritu la hubiera poseido, comenzo a moverse sobre mi, primero en circulos sin mete y saca y a los pocos minutos cabalgandome sacandosela un poco y hicandosela entera, estaba en el cielo, su esfinter poseia una especial elasticidad, me tenia en la gloria y el caracteristico chillido agudo de su orgasmo se hizo continuo, me levante, con ella en peso y sin sacarsela un solo centimetro y la lleve al escritorio que tenia en la habitacion, quite con el brazo todo lo que habia, la coloque sobre la mesa y con sus piernecitas sobre mis hombros procedi a follar su culo a tope, culeandola bien duro mientras ella se masturbaba y se pellizcaba sus oscuros pezoncitos, podia ver el agujero de su culo superabierto tragandose toda mi polla, la parte que rodeaba a la entrada de su culo estaba roja e irritada por la friccion de mi polla, su culito era diminuto, era como si enculara a una muñequita, y me volvia loco de placer, el alcohol hacia que me costase trabajo correme y que me empleara a fondo, era como un juguetito complaciente que ponia todo su empeño en que su culo diera placer a mi polla, a mi cuerpo, mente y espiritu, y su grito agudo de placer no cesaba, cerre los ojos y senti toda la plenitud de mi corrida, que fue prolongada y copiosa, cuando sintio el calor de mi leche en sus entrañas apreto mis brazos con todas mis fuerzas, justo la ultima gota de leche brotaba de mi polla cuando Shi, con su peculiar acento me dijo:
-Soy tuya, eres mi hombre¡
Observar y fotografiar su diminuto trasero, con el ojo del culo abierto mas o menos como la circunferencia de mi polla y rezumando leche ha sido uno de los momentos mas gratificantes de mi vida.
Jamas tuve que volver a insistir en follarle el culo, las mujeres a las que he enculado siempre acabaron prefieriendo mi polla y su leche en su esfinter, ahora los juegos preliminares eran largos y dentro de esos preliminares tambien estaba el de meter mi polla en su coño, Shi me pajeaba, lamia y chupaba la polla, despues se la metia un ratito en el coño y cuando ella creia conveniente decia:
-Ahora tu tranca esta en el punto adecuado para mi culo- y sin lubricantes ni aspavientos Shi se la clavaba entera mientras su gritito agudo no cesaba (por las mañanas tenia serios problemas de afonia).
Con el tiempo he follado a otras mujeres de origen occidental, a todas les asombro las dimensiones de mi polla y todas se mostraron en su punto de sumision pero muy participativas en materia de sexo, creo que debe de ser una cuestion cultural mas que racial, aunque el tema de la raza tambien añade su punto de morbo no creais.