Tres no son multitud

Nuestro primer trío con un amigo. Algo espectacular.

TRES NO SON MULTITUD

Hola, este es nuestro primer relato, somos una pareja joven y espero que a los lectores les guste. En concreto, este le voy a escribir yo aunque con la participación de mi chica.

Me llamo Iker, tengo 27 años y vivo en Madrid. Soy moreno de pelo rizado, estatura media y delgado. Mi físico no es espectacular, pero tampoco me quejo. Me considero inteligente, y sobre todo, de unos años para acá, algo liberal.

Tengo novia desde hace varios años. Ella se llama Syra, tiene 24 años y es la mujer de mi vida, eso es algo que tengo clarísimo desde que la conozco.

Ella es una chica espectacular en todos lo aspectos. Físicamente es muy atractiva y muy guapa. Tiene el pelo negro con una melena larga y lisa que deja entrever su cara, mezcla entre gatita salvaje y dulce bombón. Su boca es grande y sensual, con una dentadura que parece haber salido de un molde. Sus ojos son grandes y con su mirada transmite seguridad, complicidad y erotismo a partes iguales. Su cuerpo tiene unas curvas maravillosas que me encanta recorrer con mis manos.

Pero además, interiormente es lo que todo hombre busca: dulce, cariñosa, romántica, salvaje, arriesgada y sobre todo, capaz de darme todo el amor que necesito.

Como ya he dicho, llevamos varios años juntos, y desde un principio en el terreno sexual nos entendimos a la perfección. Los dos vivimos experiencias súper excitantes, y locuras que aun hoy recordamos y hacen que nos sintamos vivos.

Pero como en todas las parejas, la monotonía en los últimos tiempos nos había invadido. Ya habíamos probado casi todo en el sexo y necesitábamos un "algo" que hiciese que la pasión desenfrenada retornase a nuestras vidas. Y gracias a Internet, ese "algo" fue destapándose.

Yo, por casualidad, descubrí una página en la que la gente cuenta sus experiencias sexuales y fantasías, TODORELATOS.

Nunca fui celoso, pero tampoco imagine que hubiese parejas que realizasen intercambios, tríos, etc. Y tras varios relatos leídos, la idea de un trio se iba afianzando en mi mente.

Al principio me deleitaba con relatos que tenían de fondo el trío de dos chicas y un chico, pero pronto comprobé que los que realmente me excitaban eran los que ocurrían entre dos chicos y una chica. Realmente me excitaba la idea de que esa chica fuese Syra y poder ver como disfrutaba conmigo y con otro chico en la cama.

Y así, con el tiempo, se lo hice ver a ella. Poco a poco, en nuestros momentos de pasión comencé a introducir a un "tercero virtual", sin cara, sin aspecto concreto, y sin voz. Y notaba como ella se excitaba mucho más.

Pasó el tiempo, y mi idea del trío se fue volviendo aun mas seria, hasta el punto de proponérselo directamente a Syra. Lógicamente por respeto hacia mi, y supongo que por miedo a traspasar las reglas morales establecidas, ella me dijo que estaba loco y que dejase de decir tonterías. Esa era la respuesta que yo realmente quería oír y así pude comprobar que ella a las primeras de cambio no me traicionaría con otro.

Comprobado esto, seguí insistiendo, y ella diciendo que no. Hasta tal punto que al "tercero virtual" le puse cara y nombre. Él era "Manu", uno de mis mejores amigos, el típico chico atractivo, moreno, delgado, y que a todas las chicas atraía por su físico. Y Shyra no iba a ser menos.

Ella no reconocía que la parecía atractivo, pero yo sabia que así era.

Mi insistencia fue tal, que al final en un momento loco, me acabó pidiendo que le convenciese para hacérselo con los dos a la vez. Yo en ese momento me hiper-excité. Sus palabras hicieron que mi locura se desatase. Pero también tenia miedo por ver si nuestros lazos seguirían fuertes como hasta la fecha o se romperían.

Ya comenté, que me considero suficientemente inteligente para distinguir el amor del deseo, auque a veces vayan unidos. Eso era fundamental, y así lo hice. Era evidente que Syra había empezado a ver a Manu como un juguete sexual y que la excitaba la idea de pasar una noche con su novio y un chico sexy.

Así que me puse manos a la obra. No fue fácil poner en marcha mi plan. Yo vivo con Syra en Madrid, nos hemos trasladado desde Toledo por motivos laborales. Y tan solo podíamos llevar a cabo nuestra locura un fin de semana en que Manu nos visitase, y lo hiciese solo. Y ese era un gran problema, ya que llevaba unos meses saliendo con una chica, de la que no estaba enamorado, pero se dejó llevar y ella no le dejaba ni a sol ni a sombra.

Por fin un día suena el móvil, y la oportunidad vino sola.

Iker, este fin de semana tengo un compromiso en Madrid y cuando acabe pensaba quedarme el fin de semana. -dijo Manu.

¡Cojonudo tío!, quédate todo lo que quieras, ya sabes que mi casa es tu casa. -le respondí yo.

Llegué a casa y se lo conté todo a Syra. Ella se quedo abstraída, pero estoy seguro que junto con la sensación de miedo, también tenía unas ganas inmensas de que llegase el viernes por la tarde.

Y el viernes por fin llegó, y aunque entre nosotros no habíamos hablado casi del tema, los dos sabíamos que si la oportunidad surgía no la íbamos a desaprovechar.

Manu llegó a las 7 de la tarde y Syra y yo ya habíamos hablado de ir los tres a comprar la cena y algo para acompañarla, vino y güisqui.

Así fue, después de los saludos de rigor nos fuimos a hacer la compra.

Syra se había puesto muy guapa. Unos pantalones vaqueros desteñidos que la quedan como un guante, un jersey fino de rayas con tan solo un sujetador debajo, botas altas y perfectamente maquillada y peinada. No quería parecer vulgar, pero quería estar guapa y que Manu se fijara en ella.

Volvimos a casa con los deberes hechos y tras comenzar con unos vasitos de vino pronto comenzamos a cenar.

Yo empezaba a notarme desinhibido por el alcohol, mientras que Syra y Manu llevaban un ritmo lento pero continuo. Tanto mi chica como yo, no queríamos forzar las cosas, no era cuestión de incomodarle, al fin y al cabo él no sabia lo que habíamos planeado.

Pero como iba diciendo, el vino de la cena iba destapando nuestras ideas, y los temas de conversación se centraban en el sexo.

Tras la cena Syra se fue a la habitación y volvió con la parte de abajo del pijama y una camiseta, ella quería estar cómoda. Nosotros ya nos habíamos sentado en el sofá y el whisky estaba en nuestras copas.

Después de un rato conversando entre los tres, por mi perversa cabeza paso la idea de jugar a algo, y Syra como si leyese mi pensamiento dijo:

¿Un poker chicos?

Vale. -respondimos los dos.

¡Pero yo no se jugar! -exclamo Manu.

No te preocupes, es muy fácil, en un par de partidas ya nos pules. -dije yo.

Eso tranquilo, si somos muy malos. -dijo Syra.

¿Y por que no jugamos un stripoker? -dije yo.

Mi pregunta, lejos de sonar descabellada, pareció normal. Y mientras que Manu dijo un sí rotundo, Syra incluso ya se dedicaba a poner sus propias reglas.

Sois dos chicos y tenéis ventaja, así que si yo gano la prenda os la quitáis los dos a la vez.

Vale. –respondimos sin mucha oposición.

Las primeras partidas fueron tranquilas, había que enseñar a jugar a Manu. Luego nos fuimos despojando entre risas de la ropa complementaria. Que si las botas, los calcetines, el cinturón,

Después de unas partidas Manu y yo tuvimos que quitarnos los pantalones con mucha vergüenza. Menos mal que tan solo la televisión estaba encendida y apenas se nos notaba el empalme que los dos teníamos.

Las siguientes dos partidas las ganamos nosotros. En la primera Syra, se sacó el sujetador como pudo por una manga de su camiseta sin que pudiésemos ver sus maravillosas tetas. Pero en la segunda ya no tenía más remedio que elegir entre quedarse solo con el tanguita y la camiseta o bien enseñarnos sus tetas.

Entonces ella muy hábil, dio un giro al juego y dijo:

¿No preferís que me ponga más sexy y baile para vosotros?

Los dos nos miramos y dijimos un pícaro "SI".

Syra, se fue directa a la habitación. Fueron unos minutos interminables, ¿Qué se estará poniendo?, ¿en qué consistirá su baile? Manu y yo estábamos nerviosos y excitados y el güisqui cada vez nos hacia desinhibirnos mas, así que la situación podía ponerse al rojo vivo.

Entonces la puerta del salón se abrió y tras ella apareció una diosa.

¡Estas espectacular! -exclamamos los dos a la vez

¿Os gusto? -dijo Syra.

Como para no. -respondió Manu.

Syra se había puesto unas botas altas de tacón fino y una mini falda, ambas de color negro, mientras que en la parte de arriba se la transparentaba el sujetador debajo de una camisa blanca abrochada solo en el botón central. Se había pintado los labios de un color rojo fuego y sus ojos tenían un aspecto sombrío, un color negro de vampiresa que hacia que la mezcla fuera perfecta: mitad colegiala, mitad debora hombres.

Entonces Syra dijo:

¿A ver si os gusta como bailo?

Y dirigiéndose hacia el ordenador, puso un CD de reggeton y empezó a bailar de una manera sensual ante nuestros atónitos ojos.

Manu al principio estaba cortado, pero poco a poco se fue relajando y empezó a piropearla y a tocar con sus manos los muslos de mi chica. Mientras tanto Syra encendía más la hoguera y restregaba su culo por las pollas de ambos. Los tres estábamos a mil!!!.

La cosa se encendió más si cabe cuando Syra nos cogió de la mano y nos levantó del sofá. Quería bailar con los dos a la vez, y nosotros queríamos que bailase, así que Manu se puso detrás de ella y yo de frente, formando un sándwich explosivo.

Después de unos minutos intensos de baile en donde ella se restregaba por nuestras pollas, yo no pude aguantar más y la planté un apasionado beso en la boca, ella me besaba con fuerza metiendo la lengua en mi boca, y yo la respondía de la misma manera.

Al verlo Manu, empezó a recorrer suavemente con sus manos la cintura de Syra para luego besarla en la nuca y cuello.

Yo estaba seguro de que la polla de Manu se clavaba entre sus nalgas, porque ella abría ligeramente las piernas.

Syra se giró hacia nuestro amigo y le dio un apasionado beso en la boca. Estaba probando ahora su sabor, lo cual, aproveche yo para desabrochar su camisa y su sujetador.

Sus tetas quedaron al aire, eran espléndidas, sus pezones duros y rosados me han vuelto loco desde siempre.

Manu entonces bajó su cabeza, y mientras con una mano la tocaba con suavidad una de sus tetas, con su boca se dedicaba a chuparla y lamerla el pezón de la otra. Syra se dejaba llevar y se la veía ida, entregada al placer de tener a dos chicos para ella solita.

Mi mano derecha se dirigió hacia su tanga, ¡estaba empapado!, nunca la había visto tan mojada, así que quise ver como tenia su coño y metí mi mano por debajo del tanga. Comencé a mover mis dedos despacio y suavemente, de arriba abajo a lo largo de su raja, como a ella la gusta. Así estuvimos un buen rato hasta que los gemidos y la respiración entrecortada de Shyra eran cada vez más fuertes.

Me puse de rodillas y la bajé su tanguita negro de hilo al tiempo que la besaba su culito jugoso. Mientras Manu subía su falda para quitársela por encima de los hombros.

Syra estaba espectacular, totalmente desnuda entre los dos y nosotros la llenábamos de halagos y piropos acerca de lo buenísima que estaba.

Ella volvió a cogernos de la mano y se tumbó en el sofá abriendo sus piernas. Manu se acerco a ella y bajando su cabeza, comenzó a mamarla el coño. Las mejillas de Syra estaban encendidas y me miraba con lujuria mientras con sus manos se pellizcaba ligeramente los pezones. Yo no lo podía creer, parecía una autentica película porno.

No pude aguantar más mi excitación y me bajé los gallumbos. Mi polla salio disparada como un resorte. Syra la cogió y la empezó a mamar con fuerza, mientras Manu seguía pasando la lengua por su coño.

Unos minutos después Syra ya estaba suplicando que la follara, que no aguantaba más.

¿No prefieres que te folle Manu?

SIIIII, él también, pero FOLLARME DE UNA VEZ!!

Manu entonces levantó la cabeza y rápidamente se bajo los gallumbos. Tenia una polla gorda y larga, más incluso que la mía, y su capullo brillaba de los fluidos que Syra le había echo soltar.

Ella no daba crédito al tamaño de aquel rabo y lo miraba con deseo.

Entonces Manu se sentó en el sofá y la pidió que se subiera sobre el. Pero Syra quería probar aquella polla. Se arrodillo y fue directamente a mamársela. El capullo apenas cabía en su boca, y mientras le mamaba, con sus manos le agarraba la polla y los huevos. Le estaba haciendo una mamada de campeonato, y se notaba porque la cara de Manu estaba desencajada de placer.

Cogí a Syra y la puse en el sofá y mientras ella seguía chupando y pajeando la polla de Manu, comencé a acariciarla el coño desde atrás. Ella separo las piernas, así que sin pensármelo aproveche para metérsela por detrás, como a ella la gusta que la follen.

¡Estaba mojadísima! Y mi polla resbalaba sin problemas por su caliente coño. De repente note como su coño se tensaba, soltó la polla de Manu y comenzó a gritar como una loca

¡¡ME CORROOOO!! ¡¡DAME MÁS FUERTE CABRON!!

Se había corrido con una intensidad como pocas veces.

Hazto seguido de su tremenda corrida, sacó mi polla y se subió sobre Manu. Cogió con una mano el pollon de mi amigo y mirándole a los ojos la puso a la entrada de su coño. La polla de Manu entraba sin dificultad. Después apenas dos segundos, el coño de Syra estaba lleno totalmente de polla.

Uff, que polla tienes cabrón!!. –decía Syra

Te gusta? –preguntaba Manu

¡¡SIIII, dame fuerte, que Iker vea como me follas!!

Yo estaba fuera de mí. Era alucinante verla con otra polla dentro de su caliente coño.

Ella se movía con fuerza y luego paraba y se dejaba la polla enterita unos segundos dentro de su coño, como si quisiera engullirla y quedársela para ella. Así continuaron durante unos minutos hasta que Manu grito.

¡¡ME CORROOO!!

Entonces Shyra volvió a dejarse caer sobre aquella inmensa polla y mientras se corría Manu, ella le besaba en la boca metiendo su lengua como queriendo chuparle entero.

Syra se desmonto y la lefa de mi amigo comenzó a chorrear por sus muslos. Mirándome a los ojos dijo.

Ahora quiero que me folles tú, quiero que sientas mi coño lleno de lefa de tu amiguito.

Entonces yo la agarre con fuerza y la tire en el otro sofá. Metí mi polla y pude comprobar como su coño ardía, estaba jugoso por la gran corrida que mi amigo le había echado. La leche de Manu salía impregnada en mi polla a medida que yo clavaba mi polla.

No llevábamos ni cinco minutos follando, cuando una gran sombra se acercó a la cara de Syra. Era la polla de Manu de nuevo que estaba inmensa como al principio. Shyra la agarro con una mano y la engullo mientras yo seguía dándola cada vez mas fuerte.

Manu se la estaba follando por la boca mientras yo se la metía hasta el fondo por el coño.

Manu volvía a estar ido, y eso solo podía ser síntoma de que se iba a correr, mi chica lo sabia, y mientras le mamaba le agarraba los huevos. Yo también estaba al límite, mi polla iba a reventar de un momento a otro.

¡Y así fue! Los dos nos íbamos a correr a la vez. Syra no apartó su boca, y mientras Manu se corría, ella sacaba su lengua para que la lefa de mi amigo callese sobre ella. Yo no pude más y me corrí. Estaba teniendo un orgasmo como pocas veces y ella lo sabía, por eso mientras me corría siguió limpiando con su boca la polla de Manu llena de lefa.

Después de esta primera experiencia el fin de semana continuó, pero eso es otra historia.

Espero que os haya gustado, para cualquier comentario: 2de2@live.com