Tres mujeres y un viudo (14)

Los planes empiezan a dar sus frutos

Mi mujer y su amiga Marga se han pasado la mañana charlando como dos viejas amigas. Se llevan muy bien, han disfrutado como niñas recordando todas sus andanzas de la adolescencia. Al llegar a casa mi esposa me anuncia que ha invitado a cenar a Margarita.

Su amiga este fin de semana no tiene compromisos, por lo que puede ser una ocasión excelente para emparejarla con Tono. Organizar una cena donde estemos los cuatro, mi esposa, su amiga, mi cuñado y yo, es una buena forma de juntarlos para que puedan intimar y pasar un buen rato.

Margarita y Carolina tiene la misma edad, superan los cuarenta, cada una a su estilo conservan un indudable atractivo, que Marga trata de realzar. Quizás desde que se divorció hace unos meses hoy es su primera salida como mujer libre que quiere reafirmarse y sentirse atractiva nuevamente.

- ¡Que hermosas estáis las dos! ¿qué delicia de mujeres nos acompañan hoy! — dice mi cuñado Tono, tan zalamero como siempre al verlas venir por el pasillo.

- Gracias hombre, por fin un hombre que se da cuenta — responde Marga dedicándole una enorme sonrisa.(esto puede funcionar)

Venia muy llamativa. Una falda demasiado corta para su edad, una camisa bien escotada y bajo ésta un buen par de tetas que se le movían con cada paso que daba. Creo que se nos notó en la cara nuestra admiración, por lo que nos soltó luciendo una amplia sonrisa:

- Me han dicho que por aquí hay dos carmelitos y que uno de ellos está disponible para una chica golosa como yo – jajaja …no me hagáis caso, me gusta mucho la broma – dice moviendo las manos como si actuase.

Tiene el pelo rubio recién tintado, cortado con un estilo atrevido, unos ojos marrones bonitos y unos labios carnosos bastante apetecibles de besar. Medirá 1,70, de buena figura, anchas caderas y un culo de un tamaño considerable. Los pechos son grandes pero no exagerados. Debió ser una mujer que provocaba miradas cuando joven, y ahora con el maquillaje ha recuperado el buen tono que no tenía en los últimos años.

Durante la cena he observado las reacciones de Carolina y Marga. Enseguida he comprendido que además de la antigua unión que hay entre ellas, hay una extraña complicidad que las hace disfrutar de las frases con doble sentido o con posibilidad de crear malentendidos.

Carolina se muestra muy animada, cuando está con Marga las dos parecen hechas una para la otra, ríen y se les ve felices. Esto se traduce en que nosotros dos también disfrutamos de su buen humor y de un ambiente distendido. Mi cuñado Tono y yo nos dejamos arrastrar para disfrutar de estas dos mujeres que son como diosas, una de ellas es mi mujer y quiero recuperarla.

Comemos y bebemos…bebemos mucho…más que suficiente para desatar nuestras lenguas y liberarnos de nuestras inhibiciones…. Que velada tan deliciosa. Sus risas han ido creciendo a medida que el alcohol ha ido haciendo su efecto. Cuando ha salido el tema de la rapidez y la velocidad, nosotros hablando de coches, ellas no lo sé.

Las dos utilizaban un lenguaje en clave que solo ellas conocen…por eso son amigas. Sus risas se han desatado de nuevo cuando la rapidez se ha asociado con la pericia del piloto. Nosotros no hemos entendido bien el chiste y ninguna de ellas ha querido explicarlo.

- ¿Queréis saber de qué nos reímos? –

- ¡Claro! - respondo casi inmediatamente sabiendo que por el tono empleado, se anuncia la confesión de otro secretillo de mi esposa y seguro nos hará pasar un buen rato.

Acierto de pleno y Carolina empieza su confesión.

- Cuando nos conocimos, teníamos poca confianza entre nosotras…pero poco a poco nos fuimos contando cositas…Marga me explicaba que se masturbaba a menudo…yo le decía que también…que me gustaba mucho…que ella lo hacía de esta forma…—

- Un día me contó que lo había hecho tres veces seguidas…en menos de quince minutos…, yo le dije que yo también y que me había corrido cuatro veces en veinte minutos…—

- Ante la esta rivalidad decidimos comprobar quien era más rápida. Así que nos pusimos una frente a la otra y empezamos a masturbarnos simultáneamente…- aclara Marga haciéndose la interesante.

- Creo que es la vez que más orgasmos seguidos he tenido…no pude ni contarlos…— nos cuenta convencida mi esposa.

Revivir aquella experiencia nos ha excitado a los cuatro. Le pongo la mano encima de la pierna de mi mujer, ella la toma bajo la suya y la acerca hasta dejarla cerca de su entrepierna. Uhmmm creo que algo se está recomponiendo.

- Ahora os vamos a contar como fue nuestra primera relación — dice Carolina captando nuestra atención por el tono empleado.

- Durante las vacaciones de verano, en casa de Marga la hora de la siesta, fui hasta su cama y me acosté junto a Marga. Las dos intercambiamos en voz baja nuestras opiniones y gustos sobre los chicos. A continuación, fantaseamos un poco de cómo sería nuestra primera relación —

- A medida que íbamos hablando la excitación cada vez era más irresistible —

- Nos íbamos vamos diciendo una a la otra lo que nos gustaría que nos hicieran y como -

Inmediatamente surge la necesidad de explicar con hechos lo que las palabras no detallan y de probar si lo hemos entendido bien.

- A mi me gusta que me toquen el pelo, me acaricien el cuello y los hombros— dijo Marga.

- Pues a mí lo que más me gustaría es que abrazasen fuerte mientras me aprietan en el culo— añadió Carolina sorprendiendo un poco a Tono — …y también me gustaría que me besaran en los pezones".

- Pues a mi…— se anima Marga a decir —me gustaría que me dieran un masaje por todo el cuerpo, sobre todo en los pechos y las piernas...y por aquí— señalando la entrepierna.

Mi mujer hace una pausa, para comprobar como mi polla ha ido creciendo bajo su mano. Estos últimos comentarios hacen volar mi imaginación y me seduce la idea de que mi esposa quiera compartirme a mi con su amiga Marga. Imaginar mi goce con las dos simultáneamente me pone muy cachondo. Contenta del efecto que me ha producido con su relato, se propone intensificar las emociones con nuevos estímulos.

Mientras continua con la narración de sus andanzas de adolescentes con Marga, se acaricia con disimulo aunque delante de nosotros tres. Marga la imita y deja que Tono la vea como se esta poniendo cachondisima.

Los dos nos sentimos muy seducidos por tan estimulante visión, dos mujeres que gozan de sus cuerpos sin pudor ni vergüenza. Ejecuta diversas variantes de estimulación, con la yema de los dedos, despacio o deprisa, suavemente o con intensidad, restregándose todo el dedo de punta a punta, metiéndolos dentro de la braga o dándose pequeños golpecitos sobre el clítoris.

- ¿Vosotros no tenéis ninguna historia que contar? ¿os habéis asustado al vernos? ¿quereis hacer alguna propuesta? – Dice Marga dirigiéndose sobre todo al pbre Tono que no se esperaba una situación así.

- Parece que mi cuñado es un poco tímido…¿Por qué no te lo llevas a la habitación?... — dice mi esposa haciendo de Celestina improvisada.

Los cuatro andamos un poco tocados por el alcohol, por lo que ahora se antoja imposible echar el freno. Es divertido, somos “muy adultos”, sabemos que hay que hacer y nos apetece mucho hacerlo.

Tras abrirse la camisa de par en par para que salgan a la vista sus hermosas tetas, Marga se contonea delante de mi cuñado y cuando cree que ya lo tiene convencido, lo coge de la mano y lo arrastra por el pasillo hacia el dormitorio en medio de nuestros sonoros aplausos.

Carolina dice:

- Vamos a la cama nosotros también…tómame como tú quieras…no quiero esperar más…soy tuya…”.

Esta confesión me estimula, acerco mi boca hacia su cuello como un vampiro deseoso de chuparle la sangre. Carol la cabeza dejándomelo libre para que cumpla con mis besos, saco la lengua para lamerle el cuello en línea recta, mientras, mis dedos juegan con la rajita y los pelillos del alrededor.

Me encanta su perfume, paso los dientes por su cuello y la garganta, hasta que mordisqueo sobre la barbilla. Carol se deja hacer dando muestras de que le encantan mis juegos y caricias.

- Venga vamos al cuarto…estoy empapada como hacia tiempo que no estaba… vamos a recuperar el tiempo perdido — me pide

- ¿No te apetece ir a espiar como lo hace tu amiga y el cuñado? Vamos y los “molestamos un poco”?... ¡será divertido! — le propongo con cierto temor a que no se lo tome bien y echar por la borda lo que ya hemos conseguido.

- Siiii, siiii…es una idea genial…después de tantos años voy a ver como mi amiga de adolescencia folla… y además con alguien tan cercano como mi cuñado—

- ¿de verdad quieres que vayamos? Mira que es muy fuerte …y si les sienta mal que vayamos a mirar — le digo fingiendo un poco de cordura a pesar de la medio borrachera que llevamos los dos.

- No, no seas tonto…que ya somos mayorcitos… y estas cosas hay que vivirlas…ya veras que bien lo pasamos — dice convencida y relamiéndose antes de dar su bocado.

Con cuidado de no hacer demasiado ruido abrimos la puerta y nos colamos en la habitación que están Marga y Tono. Ella echada bocarriba sobre la cama, él encima en la postura del misionero, con los brazos extendidos y dando empujones con sus caderas como si la quisiera empotrar. Los dos dando resoplidos como dos toros bravos… vaya ímpetu él y como encaja ella.

Antes que se den cuenta de nuestra presencia, mi esposa y yo cruzamos una mirada de complicidad y de satisfacción. Es la puntilla que necesitábamos para estar perfectamente preparados para volver a follar juntos como dos adolescentes.

Deverano.