Tres mujeres y un viudo (10)
Mi sobrina vuelve para recibir nuevas lecciones.
Tras recibir mis indicaciones teóricas y practicas sobre como tratar a su recién estrenado novio, mi sobrina se fue muy ilusionada con la clara intención de practicar todo aquello que yo le había sugerido. Me sentí muy honrado al ver que mis explicaciones eran tenidas en cuenta, al tiempo que al utilizarme como cobaya de sus experimentos recibí como daño colateral una buena paja.
A la mañana siguiente, durante el desayuno y aprovechando que su madre no está cerca, Andrea me recuerda nuestra cita de la tarde y me adelanta que me contará como le fue ayer con su novio. Por el tono de su voz, deduzco que está contenta y que vuelve a mí con deseos de aprender alguna cosilla nueva, de manos de su tío que tanto la consiente.
A media tarde mi cuñada y su marido se van de compras por lo que Andrea y yo nos hemos quedado solos en la casa, es una oportunidad excelente para continuar allí donde lo dejamos.
Se sienta poniendo tímidamente su culito en el borde del sofá, parece avergonzada como si se sintiese bien por lo que cree puede suceder a continuación. Ella misma se anuda un pañuelo de seda sobre los ojos y empieza a relatar lo que sucedió el día anterior con su querido novio.
Me acerco al sofá, me bajo los pantalones y me siento a su costado. Me recuesto y dejo a su disposición mi sexo bien expuesto. En cuanto me percibe sentado a su lado, a tientas busca con la mano hasta encontrar mi polla. Ya sabe que vamos a continuar con las lecciones teórico-practicas sobre como seducir a un novio a través de unos buenos meneos. No le cuesta ningún esfuerzo encontrarla pues está a tope.
Yo estaba impaciente por ser su maniquí, así que no tiene que hacer la fase de precalentamiento. Otro día le enseñare como conseguir buenos resultados incluso si la polla no se quiere levantar.
Con una cierta destreza adquirida entre ayer y hoy, la coge justo por el medio y sube y baja el pellejo lentamente. Luego la coge de más arriba y baja la piel hasta el fondo liberando el capullo con toda su amplitud. Mientras ella inicia sus caricias, alargo la mano para tocarle las tetas por encima de la ropa.
- Igual que mi novio, has hecho lo mismito que él - dice ella contenta.
- Ayer cuando estuve con él me hice un poco la tonta, no quiero que sepa que estoy aprendiendo por mi cuenta - me confiesa continuando con sus meneos que cada vez encuentro más acertados.
Le pongo mi mano alrededor de la suya y la acompaño en sus movimientos, así le voy enseñando las cadencias, las presiones, los ritmos…para hacer una buena paja.
- Enséñame las tetas - le digo en voz baja.
Ella, diligente deja por un instante mi polla y con presteza se saca la camiseta y se desabrocha el sostén. Tiene unos senos medianos, en forma de pera, con el pezón pequeño, oscuro y puntiagudo.
Extiendo mi mano para sentir la suavidad de su piel y acariciarlos. Se acomoda para facilitarme el acceso y mantener su posición de privilegio sobre mi sexo. A continuación se moja la palma de la mano con saliva y vuelve a la carga.
- Así…así… que se deslice bien suave - le digo con voz entrecortada, mientras observo como su mano se desliza arriba y abajo.
- Cuando tengas mas confianza te compras unos sobrecitos con lubricante que van muy bien, le va a encantar -
En un alarde de osadía, se deja resbalar hacia el suelo, se pone de rodillas en el suelo quedando entre mis piernas. La vuelve a coger con ganas y sigue con el frote, acerca su pecho y hace que mi capullo golpee levemente sobre sus pezones. Levanta la cabeza y me dice:
- Esto le gustó mucho a mi novio - dice con un cierto entusiasmo.
- A mí también me gusta, sigue por favor no pares, lo estás haciendo muy bien -
Se vuelve a ensalivar la mano y a restregarla por mi piel.
- Dale una chupadita - le digo, mientras me mi placer crece.
Después de titubear un instante, acerca su boca semi abierta hasta el capullo y lo engulle lentamente. Después de llenarlo de saliva se retira y me la menea bien alegre. Siento como mis pelotas se endurecen y se aprietan contra el troncho. Ella las golpea en sus movimientos algunas veces poco cuidadosos, a pesar de todo, me da tanto gusto que me da hará correr pronto.
- Ya , yaaa, me viene, ufff que gustooo! - le digo sintiendo que el orgasmo ya está cerca.
Ella se quita la venda de los ojos, quiere ver mi corrida. Sigue acariciando el capullo y bajando y subiendo el pellejo con animado ritmo. Espera impaciente mi explosión, yo estoy deseando de que se produzca de una vez y salga un buen chorro de leche que libere mis huevos de tanta presión.
- Dale, dale….así…así….- la animo a seguir.
- ¡Uy!...cuanta leche sacas…mucho mas que mi novio – dice sorprendida por los escupitajos de leche que salen disparados de mi pene.
- ahora suave, sin apretar… mira como lo hago yo…es muy, muy importante - le digo mientras mi mano le acompaña la suya dejando salir las ultimas gotas.
- Ufff que bien lo haces - le confieso.
Ella me sonríe complacida, se pone la camiseta y da por terminada la práctica de hoy. La verdad es que en menos de quince minutos me ha vaciado por completo el depósito.
- Estoy deseando encontrarme con mi novio para practicar eso que me enseñas – dice antes de darme un par de besos en la mejilla e irse dando saltitos a su habitación.
Al día siguiente…
- Hoy es un día muy especial. Hace tres meses que salgo con mi novio - me dice mi sobrina mientras se sienta de medio lado en el borde del sofá, con las piernas bien juntas con postura pudorosa.
- Mis padres se irán al cine, y le he invitado a casa. Me gustaría darle una sorpresa. ¿a ti que te parece? ¿qué podría hacerle? ¿algo nuevo?, me dice clavando sus ojazos en los míos, mientras pone sus manos rodeando las rodillas.
Siento envidia de su novio y pienso que a mí personalmente me encantaría cualquier cosa que esta linda mujercita quisiera hacerme. Además, si las alternativas son tan placenteras como el pajote que me hizo ayer, cualquiera de ellas sería suficiente.
- A ver, a ver…déjame pensar… podrías hacerle un streptease muy sensual - le propongo.
Después de vacilar unos instantes, decir que no sabe cómo hacerlo, y que se siente algo torpe, acepta con la condición de que yo la oriente.
Se pone de pie delante de mí, adoptando una postura pasiva y perezosa, nada atractiva ni estimulante.
- Ve y elige una música que te guste para bailar – le ordeno
Al volver junto a mi le voy diciendo lo que a mí me parece más estimulante.
- Baila...baila para él... así... muy sensual... tocándote las caderas, los muslos...el culito –
- Con mucha sensualidad... muy picante... con los movimientos muy insinuantes... mucho más que en la discoteca...-
- Después te desabrochas el pantalón y le enseñas un poco las braguitas, te das la vuelta, mueves el culo delante de él, y te bajas el pantalón...moviendo las caderas... uhmm muy bien, creo que le va a encantar tanto como a mí - le digo mientras ella se sigue quitando los jeans.
Lleva unas braguitas estrechas. largas de tiro con una cinturilla con brocados. Por delante apenas cubre su rajita y por detrás le parte los cachetes en dos mitades.
- Ahora debes hacer que te arreglas las braguitas enseñándole un poco mas, metiendo los dedos por debajo de la tela y pasando la mano por encima para alisarla, le digo mientras ella reproduce fielmente mis indicaciones.
- Vuelve a bailar... ahora mientras ondulas tu cuerpo y mueves las caderas debes pasar las manos sobre el pecho. Primero levemente y luego cada vez con más intensidad, ofreciéndolos como un rico fruto que quiere ser comido.
- Estira de la camiseta ajustándola a tu cuerpo...juega con ella y haz que desee que te la quites de una vez.
- Quítatela y se la echas encima, para que sienta tu olor cerca, le digo mientras me froto por encima del pantalón el enorme bulto que ha provocado.
Me la tira a la cara y a continuación se apretuja los pechos haciéndolos salir hacia delante. Con mucha parsimonia se baja los tirantes y saca los brazos. Sujeta las copas con las manos para evitar que las tetas salgan hacia fuera. Me da la espalda y me muestra como deshace el cierre del sostén, este cae a sus pies.
Se tapa los pezones con las palmas de la mano y se gira dándome la cara. Culea alegre como una perrita que agita su colita y me lanza un beso por el aire.
- Ufff que caliente me estoy poniendo, le advierto al tiempo que me bajo la bragueta y hurgo dentro de ella hasta agarrar con fuerza mi pene.
- ¿crees que lo hago bien?- pregunta con la inocencia de una jovencita
- mira…mira lo que has conseguido - le digo mientras me bajo el pantalón y el calzoncillo hasta los tobillos. Al mismo tiempo que cojo la polla y le doy unos meneos para que vea lo grande que se ha puesto.
- Uhmmm que bien! - dice ella descubriendo sus preciosas tetas que se bambolean de un lado a otro siguiendo el ritmo del baile.
- ¡Eso es!¡eso ...eso! - le digo mientras me froto cada vez con más ganas.
Mi joven sobrina mira con cierta curiosidad como me masturbo excitado por la contemplación de su cuerpo rumboso.
- Que roja se te pone -
- Enséñame el culito, le digo sin dejar de frotar –
- Bájate las bragas y enséñame la conchita... así…así... poniendo el culo en pompa... - le digo.
Ella me obedece muy contenta al oír mi voz presa de la excitación y vuelve la cabeza para ver cómo me masturbo mientras la miro. Cuando ya estoy próximo a correrme, la llamo y le digo que continúe ella, para practicar lo aprendido en los días anteriores y lo que ha visto hoy.
Se hinca de rodillas y lo primero que hace es darme una buena chupada... lo llena todo de saliva y luego la agarra con la mano. Después de verla bailar desnuda delante de mí solo deseo que me la chupe otro poco más y que me la menee hasta explotar. Apenas le cuesta unos minutos conseguir que corra en su mano.
- Estoy convencido que vas a conseguir una celebración fuera de lo común - le pronostico.
- Eres una diosa, un sueño, una delicia hecha mujer - la piropeo.
Ella se sonroja y me sonríe. Sabe que está aprendiendo mucho y que está en deuda conmigo y que llegará el momento de compensarme por este esfuerzo que estoy haciendo por ella.
- Con mucho gusto te puedo ir enseñando cosas lindas, para él para ti y para los dos juntos – le anuncio para que se vaya haciendo a la idea que estoy dispuesto a ser su mentor.
Se viste y aleja dando saltitos de alegría al encuentro de su novio para practicar todo lo que ha aprendido hoy.
Deverano.