Tres hombres y una cama king size

Dos amigos que descubren el amor y el sexo mas zafado, un veterinario con bella jeringa para vacunar, y una cama bien grande.

TRES HOMBRES Y UNA CAMA KING SIZE

Acomodá bien el culo que el viaje es largo, dijo Francisco , y Andrés se sentó comodamente en la cuatro por cuatro de su amigo, dispuesto a dormir durante todo el camino.

Se lo merecía pensó. En el último mes, lo habían despedido de su trabajo, había roto con su pareja y había comenzado a sentir una ligera depresión. El trabajo no le importaba, le pagaban una miseria y el jefe era un perfecto hijo de puta, perfecto porque efectivamente, habia averiguado que la madre de su ex jefe había sido prostituta en su juventud y con ese dato, y con perdón de las nobles putas. qué podía esperarse del hijo....

Puteó a su ex jefe y a la progenitora puta de su ex jefe , y se dispuso a dormir un rato. Eran las cuatro de la madrugada y el silencio del camino lo adormeció.. Abrió los ojos unas pocas horas después y aún no había amanecido o mejor estaba nublado e iba a llover..... Lo despertó la barba dura de Francisco, sobre sus piernas desnudas, miró a a todos los costados por temor a ser descubierto y notó que era un descampado oscuro y que Francisco lo había desnudado y le estaba acariciando la pija y dando besitos con su cara sin afeitar, en la sensible cabecita de su miembro viril .

De vez en cuando lo hacían. De vez en cuando esa amistad se transformaba en sexo , en sexo muy satisfactorio pero que se desvanecía en el olvido luego del último orgasmo. Era un intercambio muy conveniente, entre dos personas muy cercanas el uno del otro. Buscaban el alivio mas parecido a lo real y mas excitante que una paja solitaria. Pero nada mas. Eso es lo que los convencía y evitaba el arrepentimiento. Nada de compromisos ni de cuestiones sentimentales. Sólo sexo.

Francisco lo calentaba, con su cuerpo bien marcado, su piel maravillosamente suave, su culo masculino redondo y bien peludo, su boca de mamador, su lengua de chupador, su saliva de comilón, y además por sus habilidades y técnicas: su amigo sabía a que resortes recurrir para darle placer, para hacer de cada mamada un momento único y maravilloso , pero siempre fugaz y olvidado. Tirada de goma, o sexo oral o como quisiera llamársele pero sin compromisos ni ataduras..

Chupámela chiquito gritó...... Asi , asi como vos sabés con esa boca de puto ,trolo, comilón, marica, gay que me enloquece, agregó. Asi, si chupámela asi despacito, pero no pares mi amor, no pares, seguí que estoy cerca, si asi , no pares , ahhhh me muero , me muero , ya falta poco , chupámela mi puto, gritó.

Francisco se la chupaba con ganas , como no pudiendo evitar esa desesperación que lo llevaba a tirarse en el piso como una puta barata y chupársela a su amigo , mamársela hasta hacerlo acabar copiosamente, hasta hacerlo expulsar ese montón de leche que guardaban los huevos de Andrés. Los dulces huevos de su mejor amigo.

Ay puto que ya me vengo, gritaba Andrés, seguí mi vida asiiiiiiiiii, y en ese instante feliz del orgasmo, sintió que estallaba un trueno, el cielo era apuñalado por un relámpago y al rato se largo a llover copiosamente. Hasta relinchaban varios caballos.

Francisco bajó de la camioneta para hacerse la paja con urgencia contra un arbol añoso del lugar, apenas iluminado por los faros del vehículo, bajo la lluvia que lo empapaba y Andrés sintió la necesidad de bajar, y de apretar y sobar la poronga dura, húmeda y caliente de su amigo, para ayudarlo a masturbarse: dame esa pija gritó, dáme esa garcha gorda que quiero sóbratela y hacerte acabar toda la leche ahorrada agregó y cuando Francisco al cabo de un par de minutos acabó, con un grito que enmudeció aquel amanecer nublado, Andrés no pudo contener las ganas de darle un beso en los labios, algo que había sido un no, no entre ellos siempre antes.

Y en la lengua carnosa y húmeda de Francisco creyó adivinar el sabor de su propio semen. La amargura agri dulce de su esencia mas íntima. El beso los sorprendió y no se resistieron , fue largo , cálido , sentido, un beso que pareció ser el principio o el fin de algo. Les gustó, solo que terminaron muy mojados secándose en un parador de la ruta, para luego beber sendos cafés con leche bien calientes.

Mientras se secaban como podían , se miraron como si fuera la primera vez, Francisco más alto y peludo , con sus cabellos castaños y sus ojos oscuros, Andrés más bajo. lampiño y atlético, con su cabello negro y sus ojos medio verdosos. Pero no hablaron de lo que había pasado ni lo que significaría en el futuro. Afuera llovían mares.

A unos cien kilómetros del parador, fueron a un pueblo a buscar a Gustavo , el veterinario, que iba al campo para vacunar el ganado contra la aftosa. Cuando Andrés lo vió emerger de la casa precedido por un perro, por poco se desmayó de la emoción : qué bombonazo pensó y eso que acabé hace un rato, estoy super sexuado pensó, pero ese muchacho me la hizo parar de nuevo.. Gustavo era tan alto como Francisco, pero mas esbelto con pinta de nadador, rubio de cabellos bastante largos y ojos claros entre verdes y grises, cejas pobladas, piel bronceada por el sol, piernas musculosas y largas, caderas finas, un culito chiquito y levantado y un paquete que parecía con moño para regalo y todo.

Quiero que me vacunes veterinario , vacuname cuando quieras, pensó Andrés mientras miraba al recién llegado , sentado en el asiento de atrás de la camioneta.

Poneme la jeringa, esa jeringa de carne que tenés cuando te parezca, que me dejo , yo me dejo sin protestar se dijo sin hablar. mientras el veterinario, hermoso y fresco, sonreía sin oir ni entender nada. Francisco que manejaba le dio un codazo a Andrés para que dejara de mirar la pasajero de atrás con tanto interés. Gustavo era uno de esos hombres jóvenes inconscientes del atractivo que tienen y del efecto que producen en otros hombres, por eso se abría de piernas con sus shorts tan cortitos y su enorme miembro se apretaba a la tela como quieriendo reventarla. Andrés caliente como perra en celo nunca cogida , lo miraba , lo miraba y no podía evitar que su propia pija creciera y por eso la acariciaba con cierto disimulo. En un momento Francisco pegó un frenazo violento de la rabia .

Quiero que me la pongas . pensaba Andrés en silencio, ponémela por favor..... Guau que papito..... el veterinario. Tan rubio, tan lleno de cejas y pestañas, tan pijudo , tan macho, tan bien plantado.

Cuando llegaron al campo , todo era barro , agua , lodazales. Los perros estaban nerviosos, los caballos relinchaban, hasta las gallinas protestaban histéricas en el gallinero.

Al bajar de la 4 x 4, Francisco por poco se cae en el barro , si no fuera por la ayuda de Gustavo, quien lo sostuvo y le ofreció su mano para bajar. Se sintió ridículo , fuera de estado , un citadino no acostumbrado a las inclemencias de la naturaleza en pleno campo argentino.

Siguió lloviendo toda la mañana , y luego de comer, salió un sol tímido por lo que Francisco y Gustavo se fueron a ver el ganado y Andrés se tiró en la cama king size del dormitorio de huéspedes. Estaba rendido, enfriado por la mojadura de la madrugada, confundido con lo que había ocurrido con Francisco, y caliente, inusitatadamente cachondo por ese veterinario rubio y bronceado. Que puto soy se dijo, me calienta cualquiera, se me para a cada rato, todo me excita, soy un calentón pajero, y sin embargo, nada me conforma. Nada es suficiente para mi.

Pensó en hacerse una buena paja para paliar esa angustia y comenzó a acariciar su pija grande y gorda , acariciando sus huevos fríos y húmedos , pero estaba muy cansado , agotado por el estres. Se acordó de su ex pareja y de la pelea final y se le bajó la erección, pensó en su ex jefe y en su madre flor de puta y ya no tuvo ganas . Tenía pereza, estaba triste..... Se tocó las nalgas blancas y lampiñas y las sintió heladas, como ajenas a toda emoción humana.... Quiso llorar y no pudo . Se quedó dormido, con el culo al aire, completamente desnudo y pensando en sus 35 años....

Durmió varias horas, hasta que lo despertó el ruido de la ducha que venía del baño de huéspedes. Cerró de nuevo los ojos y luego los abrió para ver al veterinario envuelto en una toalla amarilla que cubría su cuerpo tostado y brillante.

Se saludaron y el veterinario le dijo que se quedaría a dormir en el campo, pues los caminos estaban intransitables. En la oscuridad del cuarto no se había percatado que Andrés estaba en bolas, pero luego de acostumbrarse a la penumbra lo advirtió y se puso algo nervioso. Sin encender las luces, se vistió y bajó al comedor..

Andrés encendió la luz, se tomó un baño y bajó a cenar, y entre vino y vino , se dio cuenta que si el veterinario lo calentaba, Francisco también y que no podia apartar los ojos de su amigo. Se habló de muchas cosas pero el solo pensaba en sus problemas y no participó del diálogo. Para demostrar cierta cortesía con el dueño de casa, levantó la mesa y se dispuso a lavar la vajilla. Francisco lo ayudó y llevó algunos cubiertos faltantes y los depositó en la pileta de la cocina. Andrés de espaldas, sintió como su amigo se paraba tras suyo y apoyando todo su cuerpo contra el de él , lo abrazó y besó en la nuca. Su culo indefenso sintió el calor de la pija dura de Francisco y la urgencia de su abrazo. Todo su cuerpo tembló por el contacto, y por la certidumbre que algo había cambiado entre ellos, se dio vuelta y acercó su boca a la de Francisco y notó en este una emoción desconocida que le hacía temblar de deseo y se dieron un beso de lengua electrizante y largo.

Francisco volvió al comedor, pero antes de irse le dijo muy suavemente " Esta noche no me engañes".

Andrés entendió. Su amigo estaba celoso del veterinario. Se había dado cuenta de su evidente atracción por el rubio de las vacunas. Encima , iban a compartir esa noche la famosa cama king size......

Andres se acostó como a la una de la mañana y sin sueño. A la media hora entró Gustavo que se había quedado viendo televisión y sin decir nada se desnudó y se acostó en la misma enorme cama. Andrés se hizo el dormido pero su piel recibió el calorcito de la piel del otro, la fragancia de la piel del otro, o quizás todo sería su calentura . Se desplazó hacia el otro extremo de la cama y trató vanamente de dormirse.

Se olvidó de su trabajo, de su ex jefe hijo de puta y de la madre meretriz del ex jefe. Se olvidó de su anterior pareja a quien no tuvo ni ganas de maldecir. Tampoco pensó en el bombonzo alto y bronceado que aparentemente dormia a su lado. A cada instante la figura tranquila cariñosa y gentil del Francisco de hoy aparecía. El sabor del último beso, la apoyada de la cocina, el beso en la nuca previo resbalando por su espalda como la lluvia de aquella mañana. El episodio en el descampado de la mañana regresó como un relámpago.

Se destapó, tenía calor, y estaba al palo pero no en bolas, usaba un boxer ajustado, y sudaba copiosamente. Los amigos no se hacen amantes pero si los amantes pueden hacerse amigos y Francisco era un amigo. Si la cosa pasaba a mayores dejarían de ser amigos y serían amantes pero difícilmente volverían a sentirse amigos......

Sus movimientos despertaron al rubio que creyéndose provocado, acercó su cuerpo al de Andrés y comenzó a apoyarlo en las sombras. La calentura pudo mas y terminaron en bolas, besándose y acariciándose. Y el rubio pidió que se la mamara y Andrés lo hizo y la pija de Gustavo era enorme como el había imaginado y tenía un olor fuerte a leche , a líquido preseminal y Andrés comenzó chupándola con ganas pensando que era la de Francisco pero no era y cuando se percató que estaba haciéndolo con uno pensando en el otro le dijo a Gustavo , muy suavemente y sin ofender que aunque era un tipo muy lindo, aunque se moría por hacer el amor con el , quería ser fiel a alguien que se había apropiado de sus sentimientos. El veterinario con la pija midiéndole medio metro, putenado para adentro y con los huevos doloridos se levantó para darse una ducha fría,

Cuando envuelto en el mismo toallón amarillo de antes Gustavo pretendió acostarse en el otro extremo de aquella cama gigante, advirtió dos culos, cuatro piernas y dos pijas inmensas y erectas: eran dos hombres desnudos abrazados y haciendo el amor , y tomando una revista se dirigió nuevamente al baño.

Quiero sentirte dentro mio para que nunca mas te vayas, dijo Francisco y Andrés, caliente y desesperado se la fue poniendo despacito despacito y paso a paso ante los gemidos desvergonzados de Francisco, y mientras invadía centímetro a centímetro el orto de su amigo, gritaba te gusta asi mi puto, te gusta ??. Yo de este ojete no me iré nunca........

Lo penetró suavemente para no hacerle doler, del modo como lo haría un amante y desde el culo hermoso y peludito de Francisco le pareció escuchar palabras de amor nunca dichas, frases sexuales de alto voltaje, tremendos requerimientos de lujuria y carnalidad, y bombeó y bombeó hasta que su pija tantas veces usada ese dia bautizó el orto de su viejo y nuevo amor.

Mas tarde, cuando el último vestigio de aquella noche de guerra fue disimulado el veterinario se acostó en el otro extremo de la cama, sin esperar nada de aquellos dos que dormían entrelazados su primera noche de bodas.... Pero no fue lo que pasó: por algo el veterinario recordaría esa cama por muchos años mas. Una cama de tres.

galansoy

Escríbanme a mi mail y valoren mis relatos. Gracias a todos . Abrazos de g.