Tres heteros en un piso de estudiantes (I)

Primera parte de una trilogía que tengo más o menos en mente. Si tiene buena aceptación la seguiré. He intentado ir al grano, poniendo antes un poco de contexto.

Fabián se dirigía en metro a la facultad de geografía e historia. Eran poco más de las ocho de la mañana y los párpados aún le pesaban. Iba, como es costumbre en él, un poco mal peinado, con una sudadera gris y unos pantalones vaqueros. Escuchaba con sus auriculares una playlist de Rock alternativo apoyado en la ventana cuando notó un tirón de uno de los auriculares. Giró rápidamente la cabeza y se tranquilizó al ver que se trataba de Jorge.

  • Hey tío, estás en las nubes- dijo Jorge con una sonrisa.

  • No se como puedes estar contento por las mañanas- le replicó Fabián

  • Me alegra verte yendo a clase a primera hora, ¿qué raro que no te pille durmiendo sentado otra vez?- contestó en tono jocoso, y Fabián volvió a apoyar la cabeza en la ventana.

Jorge era un año mayor que él, tenía casi 20 años pero asistía a algunas clases con Fabián debido a que tenía que recuperar un par de asignaturas de primero de carrera. Tenía el pelo rizado, de color castaño claro y los ojos verdes. Llevaba puesta una camisa y unos pantalones negros con unas Vans.

  • No te duermas otra vez, eh- dijo Jorge mientras pasaba la mano por el pelo de su amigo. Este le aparto el brazo con su mano, pero Jorge apoyó su cabeza sobre la suya.

-¿No te cansas de molestarme?- preguntó Fabián.

  • Sabes que no.

Una vez finalizada la primera hora de clase Fabián abandonó su asiento para ir un momento al servicio aprovechando el cambio de clase, aunque se les permitía salir cuando quisieran. Cuando vovía a su asiento se percató de que Jorge se había sentado justo detrás suya, sin embargo se sentó sin darle ninguna importancia, pues estaba seguro que eso era lo que Jorge buscaba. Justo entonces comenzó la clase.

  • Esta tarde hemos quedado Pablo y yo en su casa antes de ir a la fiesta- susurró Jorge- ¿te vienes?

  • No creo que vaya ni a salir por la noche.

  • Sabes que puedo ser muy insistente, queda con nosotros y después vamos viendo... -insistió Jorge

  • No voy que luego me lias y no quiero estar de resaca mañana.

  • Que sí hombre, eres más joven y seguro que te levantas perfecto.

  • Solo eres un año mayor que yo- replicó Fabián. Sin darse cuenta habían elevado el tono gradualmente, lo suficinte para que el profesor se percatara y llamara la atención a la clase en general, pues no sabía de donde provenían las voces.

  • Entonces vienes, ¿no?- siguió insistiendo Jorge

  • Cállate ya, tío. Sí, voy.

  • Eso está mejor.

Llego junto a Jorge al piso de Pablo y llamaron a su puerta. Vivía en un piso de estudiantes a pocos minutos de la facultad, pero como era habitual, Pablo no había asistido a clase. Pablo les abrió. Era un poco más bajito que Fabián, pero tenía un cuerpo más fibrado (que se notaba incluso con ropa puesta) ya que entrenaba y competía en un club de natación. Tenía unas facciones realmente atractivas, pues así lo demestraba su éxito con las chicas, de hecho era el único de los tres que tenía novia. Pablo les invitó a pasar y se acomodaron en el comedor. Pablo se retiró un momento y regresó con tres cervezas. Estuvieron un buen rato hablando y bebiendo tirados en el sofá.

  • ¿Queréis?- dijo Pablo, ofreciéndoles un porro.

  • Venga va- respondió Jorge. Fabián lo miró un poco extrañado.

  • Yo no, gracias- contestó Fabián-. Luego con tu novia no se te pondrá dura. Bueno, tú Jorge no tienes ese problema, fuma lo que quieras.

  • Pues ligo más que tú, payaso- dijo Jorge

  • ¿Os puedo contar una cosa?- preguntó Pablo-. Pero es serio, así que fuera coñas.

  • Claro tío, por quien nos tomas- respondió Jorge.

  • Creo que mi chica no disfruta conmigo- dijo tras una pausa.

  • ¿Qué te hace pensar eso?- preguntó Fabián.

  • Creo que muchas veces finge cuando estamos teniendo sexo.

  • Pero si tú ligas un huevo, tienes que tener experiencia- dijo Jorge

  • Sí, bueno. Solo me he tirado a un par de tías, sin contar a mi novia. Creo que al tener ella más experiencia salgo perdiendo en la comparación. No se, también he visto a otros chicos en los vestuarios y no es que la tenga muy grande.

  • No te preocupes por eso tío, seguro que no es por eso- dijo Fabián.

  • A ver, sácatela- dijo Jorge.

  • ¿Qué dices?- preguntó Pablo.

  • Lo que digo, estamos entre colegas. Será que no te han visto más tíos desnudos en natación.

  • Vale, pero sin bromas.

Pablo se colocó de pie delante de ellos y se quitó el pantalón, tenía unas piernas muy bonitas, con los cuádriceps bastante marcados. Se bajó los calzoncillos hasta las rodillas y se levantó la camiseta un poco, dejando ver unos abdominales bien trabajados. Estaba depilado. Tenía un pene de un tamaño normal, sin circuncidar.

  • Tienes un pene normal, tío. Enserio- dijo Fabián.

  • Bueno, habría que verlo cuando está empalmado- dijo Jorge.

  • No, no. Por ahí no paso- contestó Pablo.

  • Tú mismo, así me parece normal- dijo Jorge.

  • A ver, enseñame la tuya- dijo Pablo.

  • Ningún problema, ya ves- contestó Jorge. Se puso de pie delante de Pablo y sin ningun pudor se bajo los pantalones y calzoncillos de golpe. Tenía un pene mas largo que el de su amigo, y un culo del que Fabián no pudo apartar la mirada.

  • Joder, es más grande que la mía. ¿Qué opinas, Fabián?- preguntó Pablo.

  • Sí, es un poco más grande, pero no quiere decir que la tengás pequeña- contestó.

  • Sácatela- dijo Jorge.

  • Yo no entro en vuestro juego.

  • Va tío, necesito referencias- suplicó Pablo.

  • Eso, hazle un favor al pobre- dijo Jorge.

  • Joder tíos. Que no salga de aquí nada de lo de hoy.

  • Que no hombre- dijo Jorge.

Fabían se quitó los zapatos y se desabrochó lentamente los vaqueros, con un poco de vergüenza. Se los quitó completamente y los dejó a un lado del sofá. Después se puso entre sus dos amigos y se bajó el boxer con ambas manos.

  • Joder, ¿como vas con eso por ahí?- preguntó Pablo.

  • Ya ves, el Fabián como calza- dijo Jorge. Tenía un pene bastante más largo y ancho que el de Jorge, que colgaba más abajo que sus testículos. Como estaba más delgado que sus amigos, incluso parecía más grande.

  • ¿Ya estaís contentos?, ¿me puedo vestir?- preguntó Fabián.

  • Que dices, yo quiero ver esa cosa empalmada- dijo Jorge riéndose.

Continuará.