Tres guardabosques, dos cazadores y una zorra

Salgo a vigilar con mis guardabosques y me llevo una sorpresa muy placentera

El domino por la mañana me desperté temprano. Los ronquidos de Javier eran insoportables y además hacía un calor horrible. El tío estaba boca arriba, espatarrado, con sus calzoncillos horrorosos pero muy sexy. Me puse un pantaloncito tejano roto por la parte de atrás, que dejaba entrever mi culo. Cuando salí de la tienda vi a Rafa sentado en la mesa, sin camiseta, solo con sus pantalones y tomando un café.

  • Buenos días - saludé.

  • Buenos días nene, has dormido bien? - me preguntó.

  • Muy bien hasta que ha empezado a roncar el oso.

  • Nos dejaste reventados, Raul también ronca.

  • Yo tengo el culo dolorido también, pero encantado.

  • Déjame ver - me dijo. Me giré y él vio mi pantalón roto.

  • Ya vas provocando de buena mañana? - y me dio tres o cuatro azotes. Me levantó un poco el pantalón que al estar roto dejaba al descubierto mi culo. Separó mis nalgas - si que lo tienes rojito - y empezó a pasar su dedo índice por mi ano.

  • Ahora me pondré vaselina.

  • Tráela, que te la pongo yo.

  • Valeee.

  • Te preparo un café?

  • Por favor, con leche.

Volví de la tienda con la vaselina. Rafa estaba de pie, me cogió por la cintura y me hizo doblarme hacia adelante, apoyando mi cuerpo en la mesa. Me quitó los pantalones y levantó una de mis piernas y la apoyó en el banco. Se untó dos dedos con vaselina y empezó a extenderla por mi raja, de arriba a abajo, deteniéndose en mi agujerito y haciendo círculos empezó a meter los dos dedos.

  • Oooh qué alivio - dije mientras reposaba más mi cuerpo sobre la mesa. Rafa se puso un buen chorro de vaselina ahora en la mano y volvió a restregarla lentamente por mi raja. Empezó a masajear mi culo mientras me acariciaba la espalda.

  • Qué bien lo haces - le dije.

  • Tómate el café con leche que se enfría. Es que también soy masajista de un equipo de fútbol.

  • Ahora entiendo porque me tocabas tan bien la próstata - bebí. No sé que me supo mejor si ese café o el masaje de Rafa en mi culo.

  • Era el primer culo de tío que tocaba, pero es que lo tuyo es un culazo, mejor que el de una tía.

  • No pares aaah - seguí tomando café y Rafa siguió metiendo y sacando sus dedos de mi culo. Con un mano separaba mis nalgas y con la otra me follaba el ano.

  • Me estoy poniendo como una moto - me dijo. Cada vez hundía más sus dedos en mi recto hasta hacer una presión que me provocaba un placer extremo. Se puso un poco más de vaselina y me metió tres dedos. Presionó fuerte hasta hacerme retorcer. Yo me acabé rápido el café por miedo a que se cayera todo, mientras Rafa sin compasión empezaba a meter un cuarto dedo y después el quinto y así con todos sus dedos juntos empezó a follarme con ganas, con tantas ganas que mis gritos despertaron a Raul.

  • Joder, ya estáis liados - estaba de pie en la puerta de la tienda en calzoncillos, mostrando su anatomía a la madre naturaleza y sobándose el paquete - voy a mear.

  • Méame a mí - le pedí entre gemidos.  Estaba tan cachondo que era capaz de cualquier cosa. Rafa flipó con mi propuesta y vio como Raul venía hacia nosotros.

  • No-me-jo-das - exclamó Rafa. Raul se bajó el gayumbo y su polla morcillona empezaba mear sobre mi espalda, subiendo hasta mi cara y mi cabeza, mojando todo mi pelo. Después volvió a bajar por mi cara y apuntó a mi boca. Su chorro caliente me inundaba la boca. Yo tragaba y escupía pero era una gran cantidad, aún así lo disfruté como estaba disfrutando el fisting de Rafa, el cual ya había bajado la velocidad por estar atento al espectáculo del orín.

  • Menuda guarrada - dijo.

  • Pues a mí me está encantado - dijo Raul y siguió merándome hasta acabar. Sacudió las últimas gotas en mi cara y me metió la polla en la boca.

  • Venga, límpiala - me ordenó. Y fui lamiendo su polla poco a poco notando todo el gusto de meado en mi boca.

  • La verdad es que tiene su morbo - dijo Rafa - pero yo no me estoy meando.

  • No importa, me gustan las pollas secas también - le dije a la vez que sacaba su mano de mi culo y me arrodillaba. Empecé a sobarle el paquete con una mano mientras con la otra masturbaba la polla de Raul que ya empezaba a estar dura. Rafa se sacó el rabo y me lo metió en la boca, su sabor era puro sexo. Le lamí el capullo y poco a poco me la fui tragando hasta el fondo, sin dejar de masturbar a Raul, para después cambiar papeles y pasar a masturbar al barbudo y comerme el rabo gordo de Raul. Después junté los dos rabos y me los metí a la vez en la boca. No conseguí meter mucho trozo pero lo poco que me comí los dejó alucinados.

  • Joder, qué mamona - dijo Raul y empezó a follarme la boca intentando meter más trozo. Rafa le imitó y mientras se reían más empujaban su carne en mi boca. Al final paré de golpe porque me ahogaba.

  • Qué me matáis capullos! -  me quejé.

  • Es que eres irresistible. Quiero follarte - me dijo Rafa y se fue a por los condones, mientras yo me quedé comiéndole la polla a Raul. Cuando volvió el barbudo me subí a la mesa, me estiré de espaldas, abrí mis piernas y le mostré mi agujero. Empecé a darme unos golpecitos en el agujero plas plas plas…y empecé a abrir y cerrarlo.

  • Has visto como mi coño te pide que te lo folles? - le pregunté a Rafa mientras él nervioso, bufaba e intentaba ponerse el condón. Cuando por fin lo consiguió, se escupió en los dedos, me mojó la entrada de mi agujero y empezó a clavarme la polla. Raul volvió a meterme la suya en la boca, me cogió la cabeza por detrás y me follaba lentamente.

  • Qué buenos los polvos mañaneros - dijo Rafa a la vez que cerraba mis piernas, las estiraba y cogiéndome por los tobillos siguió culeándome. Yo notaba como su polla entraba hasta el fondo de mi ser, la dejaba un rato y volvía a sacarla lentamente para meterla de nuevo despacio hasta el final. Despacio también me follaba la boca Raul, intentado que tragara su rabo entero pero una vez más no lo pude conseguir.

  • Se me ha ocurrido algo. Vamos a follar a la tienda de Javier a ver si lo despertamos. Rafa se salió de mi culo y fuimos despacio hasta la tienda donde Javier seguía roncando.

  • Ponte a cuatro patas - me dijo Raul. Yo me arrodillé y abrí la cremallera del todo, la puerta de la tienda quedó abierta completamente. Fui metiendo mi cuerpo hasta la mitad. Mi culo quedaba expuesto fuera. Javier estaba completamente dormido. Raul se puso el condón y empezó a meterme poco a poco la polla. Gracias al masaje con vaselina mi culo se adaptó bastante bien, aunque aun dolía. Cuando tuvo toda la polla dentro empezó a moverse.

  • Cómele el rabo - me dijo Raul. Yo alargué mi mano hasta el bulto de Javier y por la parte de la bragueta del calzoncillo saqué su polla la cual estaba pequeñita. Me estiré y empecé a chupársela. Estaba sabrosa aun con restos de lefa de la última mamada que le hice. Javier empezó a moverse y Raul no paraba de hacerlo. Por su parte Rafa se metió en la tienda y bajándose el pantalón puso su culo en la cara de Javier.

  • Shhhhhhh - nos dijo mientras reía.

  • Hijoputa - dijo Raul mientras seguía metiendo y sacando su rabo de mi culo. Yo me lo estaba pasando genial con aquella broma. Seguí chupando la polla de Javier y haciendo que creciera en mi boca, hasta que un momento Javier abrió los ojos y al intentar levantar la cabeza para ver qué pasaba en su entrepierna se dio de golpe con el culo peludo de Rafa.

  • Mecagoen… - y empujó al barbudo, levantándose de golpe haciendo que mi boca se despegara de su polla. Todos reímos pero Raul no dejó de darme por culo.

  • Te lo pasas bien con estos cabrones? -  me preguntó Javier.

  • Por lo menos ellos no me roncan - le dije entre cortando mis palabras por los empujones que me daba Raul.

  • Toma que esta tampoco ronca - me dijo mientras cogía mi cabeza y volvía a meter su polla en mi boca. Yo empecé a chuparla con ganas y Javier se relajaba. Rafa también se acercó con su polla en mano para que se la comiera. Volví a alternar una y otra, después las dos a la vez en mi boca. Estas entraban con más facilidad que con la de Raul. Así que pude chuparlas a la vez un buen rato. Hasta que me avisaron que se corrían.

  • Darme leche venga, llenarme la boca - les pedí. Casi a la vez Javier y Rafa explotaron y cantidad de lefa de ambas pollas se mezclaron en mi lengua,. Las embestidas de Raul fueron dismnuyendo. Saco su pollón de mi culo, se quitó el condón, se pajeó unos segundos y todo su corridón fue a parar a mi espalda y mucha de ella en mis nalgas. Era mucha y caliente. Cogí un poco de ese semen para saborearlo.

  • Buah qué cantidad de leche! - exclamé - pensé que ayer os habíais vaciado.

A la hora o así, después de haber desayunado bien y lavarnos un poco, recibieron en la emisora un aviso de cazadores por su zona.

  • Quieres venir en serio? -  me preguntó Javier. Le dije que sí y nos pusimos en marcha. Ellos se equiparon con sus cinturones y yo con mis pantaloncitos rotos, una camiseta de tirantes y mis botas de montaña. Caminamos durante media hora siguiendo los disparos que cada vez se hacían más cerca. Yo iba entremedio de Rafa y Raul, Javier iba el primero. Mientras caminaba Raul me iba tocando con su porra el culo de vez en cuando y yo lo meneaba cada vez que lo hacía.

  • Dejar de hacer el tonto que nos oirán y saldrán corriendo - dijo Javier. Al poco rato vimos a los dos cazadores. Eran dos chavales jóvenes de no más de 21 años. Ambos altos y delgados.

  • Buenos días - los asustó Javier y enseguida ellos se giraron y bajaron las armas y las dejaron en el suelo. Me fijé mucho más detallado en ellos. Eran realmente muy monos. Uno llevaba el pelo peinado hacia arriba, con barba fina y bien arreglada y los ojos claros. El otro el pelo más rapado, la cara más fina sin barba y los ojos así como achinados que lo hacían muy guapo.

  • No sé por que no me extraña que fuerais vosotros dos - siguió Javier.

  • Lo sentimos Javi, solo estamos practicando, te juro que no hemos disparado a nada - habló el de la barbita con una voz muy grave.

  • Siempre estáis practicando Rubén y ya es la cuarta vez que practicáis. Alguien os ha devuelto el permiso?

  • No nadie - contestó el otro, con una voz menos grave, tipo gallosa. A mí me parecieron asustados y a la vez más monos todavía. Me fijé en sus cuerpos. Iban ambos vestidos con pantalón multibolsillos caqui, camiseta de camuflaje y botas de montaña. Fui subiendo la vista desde sus pies hasta parar en sus bultos los cuales no parecían estar mal.

  • No tienes remedio - me dijo Raul mientras me daba un codazo. Ellos se dieron cuenta del gesto y se me quedaron mirando entre extrañados y curiosos.

  • Sabéis que a la tercera era multa y os la perdonamos el domingo pasado. Esta vez la pagáis y os requisamos las armas hasta nueva orden.

  • No Javi tío porfa, os entregamos las armas pero no nos multes, mi padre me mata si le pido pasta para esto - el tal Rubén parecía acojonado de verdad.

  • Mira si te mata, un trabajo menos que tenemos nosotros para perseguirte - dijo Javier.

  • Hacemos lo que nos pidas - dijo el amigo lampiño.

  • No tenéis permiso Cristian, ya os hemos avisado muchas veces. Si ahora no os paramos los vecinos que os han denunciado se nos tiran al cuello.

  • Javi venga, que han dicho que harán lo que queramos - intervino Raul mientras se tocaba la barbilla. Javier miró extrañado, lo mismo que Rafa. Entonces Raul me miró a mí y ellos se dieron cuenta qué quería decir. Yo también entendí que me querían usar para divertirse con los dos chavales. No entendí muy bien qué clase de castigo sería ese para ellos si al final iban a disfrutar más que sufrir. Pero como yo soy tan golfa pues no me importó. Raul se acercó a ellos de forma chulesca.

  • A vosotros os han limpiado el sable a fondo alguna vez? - les preguntó. Ellos alucinaron con la pregunta. Raul se acercó más a ellos.

-Qué si os han hecho una buena mamada alguna vez? - subió el tono, incluso puso un poco cara de mala leche, tal y como lo conocí. Ellos tragaron saliva.

  • Bueno, sí claro, nos la han chupado varias veces - contestó Rubén.

  • Hoy vais a dejar que os mamen la polla una buena puta - Raul me cogió de la mano y me atrajo hacia él. Me acarició la cara y metió dos dedos en mi boca. Yo los chupé hasta el fondo.

  • Ni de coña! -  se quejó Cristian.

  • Tú harás lo que te digamos y te callas la puta boca - le dijo Raul. - Estos dos pijos hace tiempo se dedicaron a molestar a un chaval del pueblo que su única culpa fue ser marica. Al final el chaval se tuvo que ir del pueblo y a estos dos imbéciles no les pasó nada, porque como papá tiene mucho dinero.

  • No conocía la historia - dijo Javier.

  • No te habían destino todavía - intervino Rafa. Yo escuchaba atento, tampoco conocía la historia pero de repente me parecieron dos desgraciados a los que tenia ganas de patear el culo, pero dejé que Raul siguiera con el plan que seguro me iba a divertir.

  • Por eso les perdonamos todo, porque nos compran. Se me han hinchado las pelotas y ha llegado la hora de la venganza. Y qué mejor manera que darle de su propia medicina. Andando - ordenó Raul mientras les hacía un gesto para que pasaran delante y empezaran a caminar hacia el campamento. Javier se puso a la cabeza y Rafa fue a recoger las armas.

  • Te gusta el plan?  - me susurró Raul mientras me cogía el culo.

  • Tengo ganas de meterles un palo por el recto pero me parece bien divertirnos antes.

Llegamos a las tiendas de campaña. Los dos chavales permanecieron de pie, serios, con sus brazos a sus espaldas y moviéndose un poco nerviosos.

  • Desnudaros - les ordenó Raul. Ellos dudaron un momento pero viendo la cara que ponía se dieron prisa. Se quitaron la camiseta, los pantalones y las botas, mostrando unos cuerpo delgados pero definidos. Cristian marcaba más abdominales que Rubén, pero este marcaba más paquete. Ambos llevaban slips ajustados negros. Todos nos acercamos a los dos chavales.

  • Cuanto crees que te durarán? - me preguntó Raul.

  • Espero que mucho porque sus pollas parecen muy apetecibles. Me acerqué a Rubén y cuando iba a tocar su paquete se echó hacia atrás pero al mirar a Raul volvió a ponerse recto. Volví a agarrar su bulto y empecé a manosearlo. Rubén puso cara de tensión pero se dejó hacer. A continuación agarré el paquete de Cristian, era más pequeño pero igual de apetecible. Puso menos resistencia, parecía más relajado. O la sensatez de la que hablaba Javier le hizo pensar que cuanto antes acabáramos mejor.

  • Nunca me he comido pollas más jóvenes que yo, pero realmente lo estoy deseando - dije mientras miraba a Raul.

  • Este finde te hartas de rabos - soltó Rafa.

Yo me arrodillé y bajé las gomas de ambos slips, descubriendo dos rabos muy blanquitos con poco pelo. La de Cristian estaba circuncidada y la de Rubén tenia pellejo pero bajo su piel se notaba un buen músculo. Yo lamí las palmas de mis mano y empecé a hacerles una paja. Ambas pollas fueron creciendo poco a poco pero sin parar. La de Cristian iba más rápido, realmente era más cerebral. En pocos segundos, su polla legó a tener un tamaño considerable para meterlo en la boca y disfrutarla. Empecé por el capillo. Era suave y tenía un sabor a jabón muy agradable. Lo agarré fuerte con mis labios y lo fui succionando cuando empecé a notar que su polla se iba poniendo dura. Me hizo gracia pensar lo calientes que tienen las hormonas estos chavales. En poco rato había alcanzado sus 16cm y la tenía tiesa como un palo. Era muy bonita y daban ganas de chuparla lentamente. Y eso hice. Me la fui metiendo poco a poco hasta el final, la sacaba y la volvía a meter. Cristian empezaba a suspirar muy fuerte. Este me va a durar muy poco como siga así pensé. Así que dejé de comérsela para irme hasta la polla de Rubén, que gracias a la paja que le estaba haciendo también había crecido. La descapullé y un olor fuerte a polla inundó mi nariz. O estaba muy nervioso o muy cachondo. No me importaba. Lo miré a los ojos y su semblante era de cabreo, y así retándolo me fui tragando su polla hasta el final. La aguanté unos segundos sin dejar de mirarle a los ojos y sin dejar de pajear a Cristian. Saqué la polla de Rubén de mi boca y me la volví a tragar varias veces más. Él se resistía a relajarse pero poco a poco iba cayendo. Deslicé mi lengua por debajo hasta encontrarme con sus huevos frescos. El tío tenia dos buenas pelotas, casi sin pelo y muy suaves. Yo empecé a lamerlas con la punta de mi lengua y él iba cerrando los ojos. Ya lo tenía mío. Arrastré mi lengua más abajo hasta llegar a su perineo y chupárselo despacio. Rubén empezaba a suspirar y Cristian miraba incrédulo pensado qué le estaría haciendo que le estaba encantado. Volví a lamer los huevos de Rubén, esta vez con ganas, primero uno entero en mi boca después el otro, sin dejar de pajaer ambas pollas, mi boca fue a parar a los huevos de Cristian. Mucho más sabrosos que los de Rubén. Pasaba mi lengua de un huevo al otro y también le lamí el perineo como a su colega. Seguí masturbando con ganas ambas pollas. Haciendo círculos con mi mano y metiéndolas en mi boca para chuparlas con fuerza, haciendo que mi boca se llenara de babas. Empecé unas mamadas de campeonato que ellos agradecían con suspiros, bufaban tan fuerte que pensaba que se corrían ya, así que dejé de comérselas tan fuerte, evitando la corridas para pasar a unas mamadas lentas.

  • Os la come bien el marica? - pregunté mientras limpiaba mi cara de babas.

  • Si si si - respondió Cristian con unos gallos que me moría de risa.

  • Me está gustando mucho - dijo Rubén - no imaginaba que los gays la comíais tan bien.

  • Qué amable eres llamándome gay, pero ahora soy el maricón que te está comiendo la polla como nunca te lo han hecho - le dije.

  • Es que Marcos no es cualquier gay - Javier se acercó hasta mí, me cogió de los pelos y echó mi cabeza hacia atrás. Su paquete quedaba a la altura de mi cara. Se bajó la cremallera del pantalón y se sacó la polla que ya estaba morcillona para metérmela entera en la boca. Aguanté mi cabeza hacia atrás mientras mantenía su rabo hasta mi garganta. Empecé a succionarla hasta que empezó a endurecerse. La saqué de mi boca y volví a poner mi cuello recto. Raul y Rafa también se acercaron, se desabrocharon los pantanos y sacaron sus trancas a pasear. Los cinco formaron un círculo y yo estaba allí más encerrado que nunca. Cinco rabos de machos heteros me tenían prisionero de su placer. Cinco rabos todos ellos diferentes que me moría por saborear. Las dos pollas imberbes de Rubén y Cristian frente a las pollas maduras, gordas y peludas de los forestales. Iba girando mi cabeza y no sabía cuál comerme primero, mientras ellos empezaron a meneárselas poniéndolas duras las que no estaban y manteniendo la dureza las que estaban erectas. Agarré la de Rafa, que de su capullo ya brotaba algunas gotas seminales. Me la metí entera en la boca y comencé a chuparla, mientras con mis dos manos pajeaba las más gordas. El pollón de Raul y los 19cm de carne de Rubén. Después mi boca fue a parar a la de Cristian. Tenía una carita de niño pequeño pidiendo que le dieran más, que me encantó e hizo que le dedicara más tiempo a su rabo, mientras soltaba el rabazo de Raul y cogía el de Javier. Empecé a chupar y a chupar la polla de Cristian sin parar, haciendo que el niño apretara fuerte sus ojos y temblaran sus piernas.

  • Frena, frena que te cargas al niño - dijo Raul. Me cogio del pelo y me metió su pollón en la boca haciendo que mi cabeza se acompasara con la mamada. Seguí masturbando a Javier y empecé con la de Rafa. Cuando me empezó a doler la boca por las dimensiones del rabazo de Raul me comí la de Rubén, era grande pero no tanto, así que se adaptó bien a mi capacidad bucal. La chupaba con gusto mientras Rubén no dejaba de mirarme. Y quise darle un espectáculo digno. La cogí por la base y la puse recta, empecé a subir mi lengua haciendo zig zag hasta la punta de su capullo. Después con mis labios lamía un lateral, después el otro, la pajeaba un poco y me la volvía a meter en la boca. Rubén se estaba volviendo loco, abriendo su boca y respirando fuerte. Dejé de mamarle el rabo y empecé una ronda de mamadas rápida. En un momento me vi chupando una polla, mientras sujetaba dos más, me giraba como un animal hambriento buscando otra polla que comerme y sujetaba otras dos. Tenía las rodillas doloridas de hacer giros bruscos pero no me importaba. Quería disfrutar a tope ese momento. Cuando chupaba una polla y pajeaba otras dos, las dos restantes me daban golpes en la cara. Me sentí bien utilizado y no quería salir de esa prisión de pollas. Hasta que Raul pasó un brazo por el hombro de Rubén y le preguntó si le gustaría meterla en otro agujero.

  • Por culo? Molaría - exclamó - tú qué dices Cris?

  • Si si yo quiero meterla - dijo Cristian más nervioso aun. Me ayudaron a levantarme y Rafa y Javier empezaron a desvestirme, mientras Raul iba a por el kit de folleteo. Javier me cogió en brazos, me puso sobre la mesa y abrió a tope mis piernas. Me escupió en el ano y empezó a meter sus dedos.

  • Queréis probar? -  les preguntó.

  • No sé, me da un poco de asco -  dijo Rubén.

  • Verás que es como un chocho - decía Javier mientras metía y sacaba sus dedos de mi culo. Cristian se acercó y cuando fue a meter su dedo indice le cogí la mano y le chupé dos dedos para después llevarlos a mi culo e introducírmelos.

  • Hostia chaval, está mojadito - exclamó - mola que te cagas.

  • A ver - quiso comprobar Rubén y sin sacar los dedos de su amigo empezó a meter uno suyo. Los tres dedos iban combinados en mi culo con algo de torpeza pero muy placentero.

  • Ostras sí que es como un chochito - dijo Rubén.

  • Ahora probar con la polla - dijo Raul desde atrás. Venía con condones y lubricante, mientras su polla iba balanceando de un lado a otro. Le dio un condón a  cada uno y ellos se enfadaron las pollas. A mí me lanzó el lubricante.

  • Tenéis que meterla despacho y follarme despacio al principio. Disfrutar el momento en vuestra mente. No queráis solo vuestro placer porque os correreis enseguida y no habréis disfrutado - les avisé mientras masajeaba mi ano con lubricante - métemela tú primero - le dije a Cristian - porque como la meta primero tu amigo me abrirá mucho el agujero y tú no disfrutaras de lo que es que te aprieten el rabo. Cristian se puso contento y se colocó entremedio de mis piernas. Apuntó su capullo y fue presionado hasta que lo metió. En su cara se iba dibujando un rostro de gusto mientras con sus labios dibujaba una “o” y empezaba a soplar.

  • Vamos campeón sin miedo - le animé. Y acabó metiendo toda su barra en mi culo. - Hostia, qué bueno, me está apretando la polla!! - gritó. Me encanta esa inocencia la primera vez que la meten por un culo. Ojalá cuando nos la meten por primera vez a los pasivos sintiéramos ese placer.

  • Ahora muévete - le dije. Y empezó a follarme despacio tal y como le había dicho. Qué buen alumno.

  • Muy bien lo estás haciendo muy bien - le dije. - Te gusta?

  • Me encanta me encanta!

Yo no estaba notando mucho placer pero le había cogido ternura a ese chaval y me encantaba verlo disfrutar. Javier se puso detrás de él y cogiéndole por la cintura empezó a ayudarle a bombear mi culo.

  • Métela ahí con ganas coño, que no lo vas a romper - y de un empujón me la clavó haciendo que me empezara a gustar y creo que él se volvió loco del todo. Javier siguió empujando las caderas del niño a la vez que este empezaba a coger un buen ritmo. Aun le quedaba relajarse del todo porque estaba tieso como un palo, supongo que el que le estuviera agarrando Javier no le ayudaba. Era muy divertido ver al novato de culos follarme mientras ponía cara de susto.

  • Si notas que vas a correrte, para de golpe - le dije y acto seguido se detuvo y cerró los ojos intentando no pensar en sexo.

  • Venga tío aparta que me toca a mí - Rubén le empujó e hizo que la polla de su amigo saliera de golpe de mi culo.

  • Para odiar a los maricas te veo muy bravo chaval - le dije.

  • Me has puesto muy cachondo perra - me dijo el descarado. Y empezó a empujar sus 19cm dentro de mi culo con tal maestría que un cosquilleo empezó a recorrer todo mi cuerpo. El tío sabía meterla.

  • Este chaval es tu sucesor Javier -  le dije a mi macho mientras jadeaba y en ese momento sentí todo el rabo de Rubén hasta el fondo de mi recto.

  • Joder, esto es mejor que un coño, como me estruja la polla - dijo Rubén a la vez que empezaba a follarme con ganas. Todas sus hormonas de veinteañero se pusieron firmes y como un ejercito empezaron a disparar mi culo. Yo empecé a gritar como un loco. Me estaba encantando esa forma tan bestia de follar. Ni los tres forestales habían conseguido volverme tan loco. Rubén empezó a mover todo el cuerpo a la vez que agarraba mis piernas fuertemente y hacía que mi cuerpo se moviera bruscamente. Instintivamente intenté tocar el pecho de Rubén pero él me frenó.

  • Para para para no me toques que me correré. Y frenó su follada saliendo de mi culo.

  • Jajajaja no veas el puto niño cómo folla - dijo Rafa - lo ha abierto en canal. Me toqué el culo y me había hecho un buen boquete. Yo bajé de la mesa, senté a Cristian en el banco, me abrí de piernas delante de él, cogí su polla, apunté a mi culo y me senté de golpe. Empecé a cabalgarle machacando sus huevos con mis nalgas. Él empezó a suspirar fuerte y yo me animaba a calbargar más rápido. Rubén se sentó al lado nuestro y tocando su polla dura me invitó a sentarme. No me lo pensé, me salí de Cristian y me empalé en Rubén.

  • Oooooh si - exclamó él. Yo dejé un rato su polla dentro de mi culo y empecé a balancearme notando como su polla hurgaba todo mi culo. Me agarré a su cuello, él me miró un poco mal pero me dejó hacer. Empecé a subir y bajar por su mástil, haciendo que saliera casi toda y volvía a clavármela hasta el fondo. Rubén me miraba con sus ojos azules penetrantes pidiendo que no parara de moverme. No pensaba parar hasta que alguien me sacara de ahí. Cerré los ojos y me concentré en darle placer a Rubén. Cada vez que su polla entraba en mi culo más dilatado me sentía. Un pellizco en mis pezones me despertó de la lujuria y era Cristian el que estaba apretando mis tetitas mientras me miraba con cara de corderillo. Un pco resignado a abandonar el rabo de Rubén me salí de él, le di la espalda a Cristian y me senté sobre su polla.

  • Quieres que me mueva yo? - le pregunté. Él afirmó y apoyando bien mis piernas contra el suelo, con mis manos en mis muslos empecé a follarle con fuerza. Movía mi cadera en círculos a la vez que me clavaba su polla. Después la movía adelante y atrás sin dejar de clavármela. Por suerte las posturas duraban poco porque enseguida me avisaban que se corrían. Entonces me salía y me sentaba de espaldas en el cipote de Rubén y me lo follaba de la misma forma. Después saltaba a la polla de Cristian y volvía la polla de Rubén. Todo bajo la atenta mirada de los tres forestales los cuales estaban masturbándose mientras disfrutaban del espectáculo. Yo me estaba poniendo super cerdo viendo a los tres machos de pie con sus pollas en mano mientras los dos novatos tenían sus pollas en mi culo.

  • Quiero que os córrais en mi boca. Hacedme un bukkake cabrones - les pedí. Me arrodille en el suelo como al principio. Me empezaron a rodear los cinco lobos y como una buena zorra empecé a relamerme mientras veía como le daban caña a sus rabos para sacar su leche. Ahora el círculo se llenaba de sudor, de olor a macho, de testosterona heterosexual. Empecé a acariciarme las tetas.

  • Venga darme leche, que estoy sedienta - les pedí. Era muy caliente ver las formas de pajearse de los cinco sementales. Rubén y Cristian se masturbaban rápido como dos adolescentes calentorros, Javier me miraba sensualmente mientras le daba despacio a su polla, Rafa iba un poco más rápido y Raul como un bestia agarraba fuerte su pollón batiendo bien la leche. Yo abría mi boca y seguía pidiendo lefa y así con la boca abierta Rubén se animo y me escupió. Yo tragué su lapo con gusto.

  • Tú sabes demasiado - le dije. Él se rio. Eso animó a los demás que fueron uno a uno escupiendo sobre mi cara unos buenos escupitajos. Algunos los tragaba otros me resbalaban por la barbilla hasta caer en mis tetas. Todos menos Cristian que escupía poca cosa por culpa de estar concentrado en correrse. Precisamente fue el primero en lefarme. Se acercó a mi cara y ocho o nueve trallazos cayeron en mi cara. Era una leche suave muy blanca y más espesa. Muy sabrosa. Estaba relamiendo su leche cuando la polla de Rafa me disparó en la boca unos cuantos más, de sabor mas agrio. Empecé a chupar ambas pollas, primero limpiaba la de Cristian y después la de Rafa. Con las dos pollas agarradas y dentro de mi boca fue Raul el que llenó mi cara de leche. Un buen chorro de esperma me dio en los ojos, enseguida me lo retiré y seguí tragando la lefa de Raul. No me dio tiempo de meterme la polla de Raul en la boca cuando Javier y Rubén se corrieron a la vez sobre mi cara. Javier disparó poco pero la polla de Rubén era una auténtica fuete. Chorros y chorros de lefa salían de su capullo directos a mi boca. Empecé a chupar su polla queriendo que saliera más. Él empezó a retorcerse.

  • Me haces cosquillas jajajaja - se rio. Dejé de chupársela y me entretuve en la picha de Javier y de Raul. Dejé las cinco pollas relucientes y empecé a limpiar mi cara con mi mano. Javier Me ayudó metiendo algunos leñazos en mi boca. Yo me fui tragando ese dulce de varias leches. Me encantaba esa mezcla de sabores en mi boca y notar como costaba tragar esa masa espesa de lefa. El círculo machoril se abrió y me ayudaron a levantarme.

  • Os ha gustado? - les pregunté a los dos chavales.

  • Mucho mucho, gracias - respondió Cristian. Rubén me miró.

  • Estamos en paz? -  le preguntó a Raul.

  • Hasta que volvamos a pillaros. Entonces igual ponéis vosotros el culo - Javier y Rafa rieron. Yo también. A ellos dos no les hizo mucha gracia. Se vistieron y se fueron.

  • Muchas gracias por el fin de semana. Nunca imaginé que pasaría todo esto - les dije a los guardas mientras cargaba mi bolsa de viaje en el maletero de mi coche.

  • No te quedas a comer? - preguntó Raul.

  • Ya me gustaría pero estoy a full de trabajo - le dije.

  • Gracias a ti por ser tan puta - me dijo Raul. Me besó y me abrazó a la vez que agarraba mi culo.

  • Espero que nos volvamos a ver - le dije mientras le agarraba su paquetazo para notarlo por última vez.

  • Eso eso tenemos que repetir pronto - me dijo Rafa y me dio un pico y me abrazó.

  • Cuando te pique el culo me avisas - le dije y me fui gasta Javier.

  • A ti te veo pronto - le dije y le pegué un morreo mientras él me apretaba fuerte entre sus brazos.

Y así es como pasé uno de los fines de semana sexuales más excitantes de toda mi vida.