Tres de cada diez

Tres de cada diez argentinas no tiene orgasmos y se resignan Noticia del Clarín del 28-7-2010. Y cómo eso, le abrió posibilidades de seducción a una gata bisexual

Tres de cada diez.

27 de julio del 2010.

El sol de invierno nos permitía estar sentadas mientras nuestros hijos jugaban. Al ir a bajar a la zona de recreo infantil y ver que no había nadie, me llevé el Clarín. Lo leía tranquila cuando llegó Hortensia, mi vecina peruana, preciosa como siempre, con su niño. Se acomodó a mi lado, nuestras criaturas, sin saludarse, comenzaron a correr, tirarse por el tobogán, en fin a quemar calorías, lo que les abre el apetito y los cansa para el tiempo que tienen que estar encerrados en el departamento. Las vacaciones de julio, si tienes que quedarte en Buenos Aires, tienen ese problema: Niños volviéndote loca en el piso.

Se fijó en la nota que yo estaba leyendo: " 3 de cada 10 argentinas no tienen orgasmos y se resignan".

"Y no sólo argentinas, en general todas las mujeres"

La miré con sorpresa, un pedazo de hembra como ella no podía estar en el grupo de las tres, pero su mirada decía que sí, que el inmenso placer de salirse de una misma no lo experimentaba.

Me quedé un momento en silencio. Siempre había pensado que las mujeres si estamos bien cogidas se nos nota en la piel, en nuestro ritmo vital, en la sonrisa que nos sale de nuestra feminidad satisfecha. Hortensia es una belleza, mi marido dice que tiene un pedazo de polvo pá saludar a la afición, es de las más hermosas del edificio, y es una torre donde viven modelos y mujeres espectaculares. Tengo que reconocer que a mí, bisexual confesa, me ponía. Aprovechaba para estar con ella, con la coartada de los niños, y me daba un calentón cuando nos besábamos al despedirnos.

" ¿ Te pasa a vos?"- le pregunté tímidamente, no queriendo herir sus sentimientos.

Y explotó. Estábamos solas y se confesó.

Se había casado con 19 años y virgen. Su marido un italoargentino, trabajando en Lima, era el único hombre en su vida. Durante el noviazgo se habían besado, acariciado, ella un par de veces le había masturbado, pero nada más. Estaba deslumbrada por él, algo comprensible, pues su marido es un pedazo de bellezón , todo masculinidad , con un cuerpo que en la pileta hace suspirar a más de una. Tengo que reconocer que no es mi tipo, demasiado guapo, vive para su físico.

Desde la primera noche había fingido, sólo cuando se ponía encima de él, sentía verdadero placer, pero él acababa antes de que ella culminase, y se quedaba caliente y sin recompensa.

Dicen que detrás de una argentina hay una psicóloga, si se añade que soy curiosa, y que mi vecina me encanta, fácilmente se comprenderá que la decidiera investigar a fondo.

"¿Y cuando te masturbas te pasa lo mismo?"

"No soy de tocarme, me parece un poco sucio, me da vergüenza, como si alguien me mirase y se enfadara conmigo…….. Cuando lo he hablado con mi madre, me ha dicho que el sexo es la manera de tener al marido bien sujeto, pero que para nosotras es algo que generalmente no nos gusta. Que es la manera de ser de lo hombres y mujeres. Ellos la caza, nosotras el hogar y los hijos………. Y tú , ¿ disfrutas cuando coges con tu marido?"

"La mayoría de las veces, sí. Si él acaba antes, me masturbo hasta quedarme nueva. Si me la pone detrás o se la chupo, me acaricio para intentar acabar. O le pido que me coma la concha."

Me di cuenta que para ella era cosas inimaginables. Lo de un rabo en el culo, chuparla y una buena comida de sexo pertenecía a un mundo insospechable.

"Y en tu estado ¿lo seguís haciendo?"

"No me dejan fumar más de cinco cigarrillos, una o dos copas de vino o cerveza, pero puedo hacer de todo. Mi marido dice que de cuatro meses largos, todavía no me he puesto tripona, y que tengo las tetas más duras y grandes. No perdonamos ni un día"

Se quedó en silencio. Los niños vinieron a preguntarnos, si podían jugar al fútbol, que una de las dos subiera por el balón.

Lo hice yo, y de paso bajé dos remeras de la selección española, la roja y la azul, que mi hijo se había puesto durante todo el Mundial siguiendo con su padre los triunfos de los españoles. Yo me uní a ellos, tras la derrota de los blanquiazules, pese a las tomaduras de pelo por el fracaso argentino.

Al volver estaba decidida a actuar de buena samaritana y ayudar a que mi vecina entrara en los caminos que mejoran la vida y la hacen hasta maravillosa.

Disfrazar a los niños y salir como desesperados a jugar , fue un visto y no visto. Nos quedamos mirándonos.

" Creo que debes darte gusto, mastúrbate, descubre tu cuerpo, eso es lo que recomiendan los sexólogos para empezar. Por la mañana, cuando se vaya tu marido y antes que se despierte tu diablillo, te quedas en la camita , con toda tu fiaca, y chiqui chiqui la manita en la conchita. Date un poco de saliba en los dedos , por si no estás a punto. Te piensas en un tío bueno, el Brad Pitt o quien te ponga , te haces una fantasía y hasta que acabes, dale y dale."

Se ríe con mi consejo, le brillan los ojos, sus labios al sonreír dejan ver sus dientes, blancos, perfectos.

" ¡ Qué golfa eres!. Tú, ¿ desde cuando te haces pajas?"

El cambio de vocabulario me indicó que le interesaba lo que yo le decía.

" Desde muy pequeña, creo que no sabía andar y ya me tocaba la concha. Eso sí no lo decía. Mi primo Juan, un poco mayor que yo, con 6 años, no se le ocurrió otra cosa que en Navidad, cuando le preguntaron si le gustaban los regalos que le había traído Papá Noel, dijo que mucho y con toda su inocencia añadió, pero que de verdad los que le volvía loco, más que el balón era tocarse la pilila. ¡ la que se montó!. Así que decidí no contar a nadie que a mí me daba también gustirrinín tocarme la conchita. Enseguida se aprende a disimular"

Su carcajada fue como de una niña en el recreo, me abrazó , sentí su cuerpo pegado al mío, me excité, estoy muy sensible , y la devolví el apretón.

Bajaron otras dos madres, el partido de fútbol demostró que el que pone la pelota y las remeras, manda más. Mi hijo era el organizador.

La conversación se convirtió en chismorreo sobre TV hasta la hora de almorzar.

A la tarde mientras mi hijo se echaba la siesta aproveché para, tumbada en la cama, tras quitarme la pollera y la bombacha, hacerme una buena paja pensando en Hortensia. Mis dedos se deslizaban por la flor de mi sexo, hasta que bien húmedos se centraron en el clítoris, que como pequeño estandarte, esperaba sus caricias. Luego rutina de ama de casa.

Mi marido llegó contento, decidió hacer la cena: ensalada y tortilla de papas a la española, según dice él, siguiendo una receta de Ferrá Adría ( creo que se escribe así).

Bátanse 5 huevos, deshaga las papas de un paquete de chips, abra una lata de morrones y córtelos en trozos pequeños, añada unos pedazos de chorizo colorado y jamón cocido. Meta eso en el bol donde ha batido los huevos, déjenlo en remojo para que se empape. Mientras en una taza, durante 10 minutos, meta en el microondas una cucharada de aceite y cuatro de cebolla cortada y congelada, o natural si le apetece llorar al cortarlas. Unte la sartén con aceite, eche la cebolla en el bol donde estaban el resto de ingredientes, y a freír. Sáquela al punto que desee. ( No va a ser todo sexo en TR, nunca viene mal un poco de arte culinario)

Cenamos, revimos Belleza americana en TV, comentamos que se había envejecido mal. Lo que dio pie a que mi marido disertara sobre los clásicos del cine, Ford, Hawks, hasta acabar con Blake Edwards y Sturges. Le oí con atención pensando en lo que YO QUERÍA.

" Cariño , vamos a la cama. Tengo un poco de gases , en vez de coger, te importa que te haga una mamada imperial y vos me recomes el coño."

Tras un buen trago de leche y mientras su lengua recorría mi almeja pensaba en las ganas que le tenía a mi vecina.

ESPERO QUE CONTINÚE.