TRES AMIGAS en el CAMPING

Tres amigas disfrutando el verano y descubriendo partes de su cuerpo que no sabían ni que existían. Ya no hay marcha atrás. Se han adentrado en un universo de placer y lujuria y se han encontrado alguna que otra sorpresa...

El verano ya se está yendo y con él un montón de anécdotas, unas mejores y otras peores pero lo que a mi me ha ocurrido este verano creo que es algo que no lo puedo clasificar como una anécdota y si como una experiencia espectacular y vibrante y cada vez que lo revivo mentalmente me entra piel de gallina y vuelvo a sentir el placer.

El año no había sido bueno y tenía poco presupuesto para mis vacaciones, en realidad pensaba quedarme en casa e ir algún día a la playa, por cierto, no me he presentado, me llamo Charo, soy de Valencia vivo por el barrio de El Carmen, cerca de las Torres de Quart y soy vendedora de cosméticos. Como decía, un mal año, pocas ventas, pocas comisiones y por consiguiente poco presupuesto.

Comencé el verano un poco desanimada por todas estas circunstancias pero el sol de Valencia y la playa de la Malvarrosa los fines de semana y por supuesto unas amigas fantásticas que tengo y que forman parte de lo que te voy a contar me fueron cambiando el humor.

Te presento a mis amigas:

Mari está un poco loca, tiene 35 años y ha tenido como 20 o 30 novios como dice ella o “follamigos” como decimos las demás pero la verdad es que a veces nos da envidia, es una morenita muy voluptuosa sobre todo desde que se puso una 95 de pecho, no es tan guapa pero si resultona y como es coqueta y exhibicionista por naturaleza la verdad es que a los chicos les llama mucho la atención, entre nosotros, también es bastante facilona.

Rosa es una chica tranquila y muy buena estudiante, tiene 27 años y ya es doblemente licenciada, no me preguntes en qué pero en algo raro de biología o cosas así y otra cosa más, es una chica bastante tímida pero muy simpática, muy bonita de cara con unos ojos verdes enormes y aunque un poquito gordita yo siempre le digo que eso no es gordura, eso son curvas pero cada cual es como es.

Y quedo yo, ya me irás conociendo, pero te puedo decir que soy una mujer muy normal, habitual y sencilla aunque abierta y dispuesta a descubrir lo que la vida pueda darme, no voy a decir mi edad, no estaría bien tampoco que se me pregunte jaja..

Una vez hechas las presentaciones creo que es momento de comenzar a contarte lo que ha sido la experiencia más fuerte y el verano con más sorpresas y cada cual más fuerte que me he encontrado en mi vida.

Faltaban un par de semanas para las vacaciones, Rosa no tiene problema en Agosto ya que al ser estudiante y como siempre acaba todo bien se puede permitir elegir los días que ella quiera, Mari y    yo normalmente hacemos coincidir nuestras vacaciones para hacer algo juntas, viajar, visitar alguna ciudad o cualquier cosa que se nos ocurra siempre que Mari no tenga un “follamigo” que la haga despistarse, la cosa fue que estábamos un poco tristes por tener que pasar nuestras vacaciones en la ciudad, Valencia es preciosa pero no deja de ser nuestra ciudad y la que vemos todos los días, esa tarde hablamos y hablamos sobre lo apenadas que nos encontrábamos las tres por no poder viajar este año y al final decidimos que cada una buscara una opción para hacer unas vacaciones “low cost” y así quedamos.

Al día siguiente quedamos las tres en una cafetería cerca de la playa, cada una traía una propuesta, Mari propuso no salir de la ciudad, quedarnos en casa pero ir alguna que otra tarde a que nos hicieran un masaje, pasar otra en un balneario, y así relajarnos, no tuvo éxito. Mi propuesta también era un poco “pobre” por llamarla de alguna manera, mi abuela murió hace unos años pero nos dejó una casa rural en el pueblo aunque no es precisamente un pueblo bonito ni tampoco una casa idílica además está a 35 km de Valencia por lo que tampoco era el viaje de nuestras vidas así que quedó Rosa.

La propuesta de Rosa fue la que triunfó, Rosa propuso algo tan sencillo como irnos de camping, coger una tienda de campaña y buscar algún camping en algún pueblo más o menos remoto y pasar unos días, la verdad es que no nos entusiasmó  a Mari y a mi pero no teníamos muchas más opciones y sinceramente, nunca habíamos ido a un camping y así, de esta manera un poco apagada fue como comenzó nuestro verano caliente.

Llegó el día, habíamos encontrado un pequeño pueblo en la costa con unas vistas preciosas, es un lugar en el que tienes bosques, acantilados, calas y playas en un mismo enclave, había varios campings y elegimos uno que nos pareció bonito. Cargamos el coche con todo, y salimos las tres amigas a la aventura.

Llegamos al camping, montamos como pudimos la tienda de campaña de esas que tienen dos habitaciones y hasta un porche y nos instalamos; era todavía pronto y pensamos en pasar la tarde en la playa al fin y al cabo la playa está a poco más de cien metros del camping, nos pusimos los bikinis, cogimos las toallas y fuimos tomar el sol.

Rosa llevaba siempre un pareo, un bikini bastante discreto y un libro, Mari tenía la necesidad imperiosa de exhibirse así que su bikini perdía la parte de arriba en cuanto pisaba la arena y la parte de abajo era tan fina que si la mirabas por detrás parecía que sólo llevaba un cinturón en cuanto a mi, pues nada, un bikini con topos, de lo más clásico.

Llegamos a la playa y nos pusimos a tomar el sol, era nuestro primer día y necesitábamos descansar , el lugar era precioso y decidimos que el día siguiente daríamos un paseo para ver las calas.

Por la noche cenamos en el bar del camping y luego fuimos a la tienda a hacer una “fiesta de pijamas”, es decir, tres amigas charlando de la vida y de nuestras cosas y salió el tema, el sexo. Mari comenzó contándonos sus distintos amantes, cómo de distintas podían ser las pollas de los hombres y cuántas de grandes y pequeñas había chupado en su vida y como había practicado sexo anal y había tragado semen y a qué sabía el semen y más y más cosas... a mi el tema me pareció entretenido yo he tenido cuatro novios con los que por supuesto he tenido sexo aunque no he tenido experiencias de esas que se podrían llamar extremas, por supuesto que les he chupado la polla y que me han comido el chochito mmmmmm que gusto cuando lo pienso... pero aunque he disfrutado del sexo lo único destacable en cuanto a algo “fuera de lo común” fue el día que me animé a practicar sexo anal con el último de mis ex, nada especial fue un pequeño desastre pues Ramón (así se llama) tiene un pene enorme y yo tengo un culito virgen, el tipo no me puso lubricante y aunque estaba bien húmeda solo me pudo meter un par de centímetros antes de que yo me arrepintiese, en realidad me apetece mucho saber si lo que dice Mari es cierto, que puede gustar tanto como el vaginal pero no he tenido la ocasión propicia para hacerlo.

Mientras hablábamos y hablábamos Mari y yo Rosa nos escuchaba con cierta indiferencia, no le conocemos a Rosa más que un novio que tuvo hace tiempo y no habla mucho de hombres al menos hasta el momento. Mari le preguntó a Rosa que qué pensaba ella de los hombres y que nos contara qué experiencias había tenido, Rosa por fin habló...

Rosa – Si te soy sincera solo me he acostado con Marcos.. ¿os acordáis de él verdad? y no demasiadas veces pues aquello duró solo un par de meses....

Mari - ¿Y no tienes ganas de tener sexo ya? ¿no estás más caliente que una perra en celo Rosa?

Rosa – (Se sonroja) La verdad... si.... tengo bastantes fantasías, pero a la hora de la verdad me daría mucha vergüenza hacerlo. Sueño muchas veces que estoy con dos tíos a la vez y que mientras uno me da por el culo se la chupo al otro y cosas así y me despierto húmeda y cachonda pero....

Yo -  Pero ¿qué? estas vacaciones van a ser para que Rosa folle como una perra jajaja...

Rosa se sonrojó, nos reímos, seguimos hablando y hablando y nos fuimos a dormir. La tienda tenía dos habitaciones, Mari se fue a la suya y Rosa y yo dormíamos en la otra que era un poco más grande.

Se me había quedado parte de lo hablado en la mente dando vueltas y yo estaba un poco cachonda, la verdad es que estaba bastante cachonda esa noche y mientras Rosa se desnudaba yo estaba sentada en una de las dos camas de la habitación (camas plegables de camping por supuesto) y la miraba y hablaba con ella pero no dejaba de mirarla, de observarla y me ponía a fantasear.

Se quitó la camiseta, tienes unos pechos grandes y los pezones aunque yo no soy lesbiana me apuntaban y me pedían que los mordiera, enseguida como tímida que es se giró, se agachó un poco para quitarse los pantalones y yo seguía hablando y mirando y mi mente iba por otros caminos mucho más húmedos....

Yo -  Rosa, tienes un cuerpo precioso, no sé por qué te da tanta vergüenza mostrarlo, a muchas nos gustaría tener unos pechos y un culo como el tuyo..

Rosa – No, estoy gorda.

Yo – Para nada, eres voluptuosa, quítate el “suje” que te vea...

Rosa – Noooooooooooo..

Yo – vengaaaaa... hazlo por mi.

Rosa se quitó el sujetador, seguía de espaldas a mi, se tapó los pezones con el brazo y se giró.

Yo – Pero deja que te las vea, no tengas vergüenza entre chicas no pasa nada..

Rosa – vale, pero no te rias.

No me iba a reir, estaba tan caliente que ni me imaginaba que se me podía notar en la mirada, Rosa se acercó a mi, apartó el brazo y sus dos rosados y preciosos pezones me miraron a los ojos, sin pensarlo y de forma involuntaria mi mano se alargó hasta sus pechos y le rocé los pezones de una forma erótica, no se los toqué como una amiga, le toqué los pechos como una amante en ese momento Rosa se sonrojó, se giró y se puso el sujetador y yo me quedé con la mano en el aire, como si algo se me escapara, en ese momento fue como si despertara de un sueño y escuché a Rosa decirme:

Rosa – No te pases, me has hecho pasar vergüenza y te estás riendo de mi.

Yo me reí e hice como si nada hubiera pasado, le dije que era tonta y que no podía ser tan tímida, entonces ella se puso un pijama rosa de verano y se tumbó en su cama, yo me tumbé en la mía y apagamos la luz pero justo antes de que la luz se desvaneciera y diese paso a la oscuridad pude ver un relámpago de lujuria en los verdes y preciosos ojos de Rosa y como su mano parecía bajar entres sus piernas. Apenas pude dormir esa noche pensando en lo que había estado a punto de ocurrir.

A la mañana siguiente nos levantamos como si nada hubiese ocurrido, en realidad todo ocurrió en mi mente así que nada había ocurrido, nos pusimos los bikinis, cogimos las toallas y fuimos al bar del camping a desayunar.

Mari - ¿Cómo habéis dormido? yo me quedé frita en un minuto jaja.. estaba “muerta”

Durante unos segundos se hizo el silencio.

Yo – Bien, pues nada, charlamos un momento y también nos pusimos a dormir.

Rosa – Eso, a dormir...

Mari – Buenos chicas, estáis como raras, lo que necesitáis es que os echen un buen polvo jaja..

Rosa se volvió a sonrojar, yo le di un sorbo al café con leche, terminamos de desayunar y fuimos a la playa.

Había poca gente, algunos del camping y poco más, era un lugar tranquilo y poco transitado, justo lo que necesitábamos para descansar y relajarnos pero ofrecía otra ventaja, no daba miedo dejar tus cosas en la playa e ir a dar una vuelta y es lo que hicimos. Nos pusimos a andar por la orilla, pasamos a una cala vecina y también había poca gente, luego paseamos por un tramo de rocas y acantilados con unas vistas de la costa maravillosas, más tarde otra cala, otro camping y un bosque de pinos bien cuidado que fuimos cruzando, al salir del bosquecillo había unas rocas y atrás de éstas se adivinaba otra cala más, cuando llegamos a la roca miramos y en esta cala había algo más de gente pero nos llevamos una pequeña sorpresa, todo el mundo estaba totalmente desnudo.

Yo – Es una playa nudista.

Mari – Ya, ¡qué fuerte! ¿no? ¿y si nos ponemos en bolas y vamos para allá? ¿os atrevéis?

Mari, en realidad siempre hablaba más de lo que hacía, si era un poco putilla pero en el fondo se llevaba a los tíos en las discotecas después de varias copas y lo que le gustaba era enseñar las tetas nuevas en la playa y lucir cuerpo pero en realidad no iba mucho más allá. Si había practicado sexo anal, bueno, había chupado alguna polla y se había tragado el semen, vale, pero eso no es realmente algo distinto y excitante aunque lo hagas muchas veces..

La que no hablaba era Rosa hasta que dijo que espiáramos un poco, las tres nos pusimos medio camufladas entre las rocas y nos pusimos a espiar, a observar y criticar a unos y otros, mira esta que tetas tan caídas, la otra se podría haber depilado, que polla tan enorme tiene ese viejo y al principio fue como un juego pero en un lado había cinco chicos con unos cuerpos de infarto, las tres pusimos nuestros ojos en ellos, de arriba a abajo, qué buenos estaban.

Mari – Deben ser gays, cinco tíos buenos en pelotas en la playa, eso no puede ser otra cosa.

Yo – Pues yo no veo que se comporten como gays, puede que no lo sean.. ¿tú qué dices Rosa?

Rosa no contestaba, Mari y yo giramos nuestras miradas hacia ella  pero estaba detrás de nosotras de pié y no en la roca, nos miraba fijamente como el que quiere envalentonarse y sin decir palabra se quitó el pareo y lo dejó caer, luego desató su parte de arriba del bikini y la tiró sobre el pareo, en ese momento yo reviví las fantasías de la noche anterior, me estaba volviendo a ocurrir.

Rosa estaba frente a nosotras en “top-less” y mirándonos, Mari le dijo que no se atrevería a hacer lo que estaba haciendo pero si se atrevió, se quitó la parte de abajo de su bikini y pasó andando erguida entre nosotras dos, nos apartó y siguió andando hacia la playa, yo no lo pensé me quité el bikini y lo solté sobre el de Rosa, y salí corriendo tras ella, me puse a su lado y seguimos andando, me giré y Mari venía tras nosotras aunque no se había atrevido a quitarse la parte de abajo de su bikini venía apretando sus tetas nuevas con las manos y Rosa y yo nos reímos, seguimos andando las tres amigas con una enorme sonrisa en la boca directas hacia aquellos cinco tíos buenos, a la aventura, a descubrir si eran o no gays.

Nos acercamos a los chicos y por como miraron nuestros cuerpos deducimos en silencio pero rápidamente que NO eran gays, nos presentamos y se presentaron, había muy buen rollo nos invitaron a sentarnos en sus toallas pues nosotras íbamos con las manos vacías y nunca mejor dicho.

Ellos - ¿Qué tal chicas? ¿qué hacéis por aquí?

Nosotras – Nada, de vacaciones, a ver qué ocurre...

Y así nos sentamos con ellos, Mari, como buena putilla, al momento ya estaba con tres de ellos insinuante y provocativa, no tardaría mucho en follárselos a los tres, Rosa y yo nos sentamos con dos de ellos y nos pusimos a charlar. Mientras charlábamos yo no podía quitar la vista del cuerpo de Rosa, voluptuosa, llena de curvas, entradita en carnes pero tan apetecible mmmm como dije, nunca antes me había atraído una mujer ni mucho menos Rosa pero ver su cuerpo desnudo por primera vez pues siendo tan tímida nunca la había visto ni siquiera sin su pareo en la playa, las conversaciones sexuales y la situación hacía que sin darme cuenta la deseara cada vez más.

Como decía comencé a fijarme en ella y bajé de sus ojos, sus pechos hacia su pubis y me di cuenta de que se había depilado totalmente el pubis dejando al descubierto dos voluptuosos labios vaginales como toda ella es, rosados, apetecibles y mi imaginación iba más y más allá y comencé a observar a nuestros nuevos amigos, el chico que estaba al lado de Rosa tenía un pene enorme y lo imaginé erecto, enormemente grande penetrando a Rosa mientras ella gemía y se pellizcaba los pezones y mi vagina comenzó a ponerse más y más húmeda de tal modo que desperté de mi fantasía avergonzada aunque enseguida me di cuenta de que nadie se había percatado de mi “humedad vaginal”.

Pasado un rato Mari nos dijo que iba a tomar algo con aquellos tres chicos y desapareció, nos dijo que no la esperásemos que ya vendría ella y así hicimos, aunque a mi me extrañó que se fuese semi-desnuda ¿qué más daba? era Mari.

Pasado un rato, Rosa y yo decidimos volver al camping, habíamos quedado con los chicos para salir esa noche a tomar algo juntos y nos fuimos, cogimos nuestros bikinis de detrás de las rocas y fuimos al camping. Cuando llegamos al camping decidimos ducharnos, los baños comunes estaban desiertos y eso hizo que mi mente volviera a las andadas, estábamos desnudas, yo en una ducha y Rosa en la de al lado, solo de pensar que estaba allí desnuda me ponía la carne de gallina entonces se me presentó la oportunidad.

Rosa – Charo, cariño, ¿me podrías pasar el chamú? es que me he dejado el mio y solo tengo gel.

Yo – Ahora mismo te lo doy.

En vez de pasarlo sobre la mampara de la ducha salí de ella con el champú en la mano y entré en su ducha, ella miraba hacia la pared y volvió a pedirme el champú ya que no me había visto, entonces yo lo dejé en el suelo y le pasé mi dedo entre las nalgas, ella se giró sorprendida.

Rosa – ufff!! ¡qué susto me has dado!

Yo me quedé mirándola a los ojos, ella pasó de la sorpresa al silencio y se quedó mirando hacia el suelo de la ducha con las manos en la pared, me acerqué y le acaricié los pechos, ella no levantó la mirada pero sus pezones se pusieron erectos y su piel de gallina desde sus pechos hasta sus muslos, acerqué más mi cuerpo hacia el suyo, sus pechos rozaban los mios, levanté su cara con mi mano subiendo su barbilla y sus ojos tímidos se clavaron en los mios, entonces la besé y ella me devolvió el beso de una forma que no me esperaba, con pasión, su lengua entró en mi boca y sus dientes mordían mis labios mis manos se perdieron entre sus piernas, Rosa abrió las piernas dándome permiso para hacer lo que más me complaciese y eso hice, me perdí un momento besando sus pechos, luego su barriga y me arrodillé y comencé a besar sus labios vaginales, puse mis manos en sus nalgas y mi lengua buscaba su clítoris, ella gozaba en silencio aunque se le escapaba algún leve gemido y disfruté del sabor de sus jugos como el mejor de los néctares.... en un momento dado, sentí como se corría en mis labios, no era solo el agua de la ducha lo que corría por mi cara y sentí como se relajaba tras el orgasmo.

Sus manos se posaron en mi cabeza, me levanté y la abracé, nos besamos esta vez con más ternura que pasión nos acariciamos y terminamos de ducharnos las dos juntas, entonces se oyó como alguien entraba en los baños y yo dije en voz alta “aquí te dejo el champú Rosa”, ella sonrió pícaramente yo le devolví la sonrisa y con un trote un tanto ridículo volví a mi ducha.

Cuando volvimos a la tienda Mari estaba esperándonos le preguntamos “¿qué tal Mari?” y ella nos contó que habían ido a un chiringuito cerca de la playa se habían tomado unas copas, había flirteado con aquellos chicos, lo majos que eran y que habían quedado para la noche. Nosotras también habíamos quedado así que comenzamos a arreglarnos para salir a cenar, después de la cena venían las copas y ¿quién sabe qué más?

Esa noche fuimos a cenar, lo que había pasado entre Rosa y yo quedó por el momento en secreto y todo parecía haber vuelto a la normalidad.

Después de cenar fuimos a un local en la playa donde habíamos quedado con los chicos, bailamos, conversamos, nos reímos y tomamos unas copas, en un momento de la noche Mari desapareció con uno de los chicos, no le di importancia pues me podía imaginar que se estaban enrollando, con las copas tuve que ir al baño y escuché unos golpes tras una puerta, me pareció oir a Mari que decía algo y la curiosidad pudo más que la prudencia y abrí la puerta, allí estaba el chico sentado en la taza con Mari sentada sobre el con los pechos de silicona al dando botes, me miró pero ni se inmutó siguió follando yo sonreí y cerré la puerta... al rato los dos salieron y nos dijeron que se iban a dar una vuelta, Rosa y yo nos quedamos con el resto de los chicos y seguimos bebiendo.

Ya a altas horas de la madrugada el alcohol había hecho mella en nosotras, estábamos viviendo un sueño y bastante desinhibidas e invitamos a los chicos a nuestra enorme tienda de campaña, teníamos algunas bebidas, hielo y muchas ganas de polla.

Llegamos los seis a la tienda, nosotras estábamos facilonas y ellos muy cachondos así que se comenzó a caldear el ambiente, entonces propuse entrar en la tienda para no molestar a los vecinos aunque nuestra tienda estaba en un lugar bastante discreto y eso no parecía un problema y nos pusimos a jugar a el juego de acción, beso, etc... en un momento dado a Rosa y a mi nos tocó un beso y no pudimos evitarlo, nos enganchamos, comenzamos a enrollarnos con el consiguiente calentón de los presentes, comencé a desnudar a Rosa e invité a uno de los chicos a que le tocara los pechos, yo me desnudé, me puse a cuatro patas y les dije que quién quería ser el primero en follarme, y todo se desmadró, Rosa y yo nos pusimos en medio y comenzamos a chupar aquellas pollas tan sabrosas mientras de vez en cuando nos besábamos y acariciábamos la una a la otra, cogí aceite y me lo unté por todo el culo metiendo dos de mis dedos en mi ano y le pedí a aquel de la polla enorme  que me follara el culo,  mientras él me penetraba yo buscaba a Rosa ya que el dolor hacía que necesitara consuelo y así fue como me desvirgaron el culo en una orgía de pollas, culos, tetas y coños y todos follamos con todos y me bebí la leche de tres de ellos y me follaron el culo otros tres y a Rosa y me corrí varias veces y uffffffffffffff me pongo caliente de solo pensarlo.

Cuando todo acabó nos quedamos los seis durmiendo en la tienda, ocupamos también la habitación de Mari y hasta uno de los chicos durmió en el porche, por la mañana llegó Mari y vio el espectáculo, todo estaba manga por hombro y había chicos y botellas por todas partes, Rosa y yo dormíamos totalmente desnudas la una junto a la otra con mi mano en el pecho de Rosa y la gente fue despertando, primero unos, después otros...

Mari – ¡Vaya juerga os habéis metido! Jaja

Yo -  Y vaya resaca... ¿qué tal tú?

Mari – Bien, pero no sé si tan bien como vosotras.

Todos fuimos a desayunar juntos y a la playa, pasamos una mañana tranquila, en realidad era ya casi por la tarde y los chicos se fueron a su apartamento después de comer, nosotras tres nos fuimos a la tienda y ya quedamos para el día siguiente, no apetecía mucho salir esa noche.

Cuando llegamos a la tienda Mari se puso a preguntar si nos habíamos enrollado con todos a la vez y si también entre nosotras y se lo contamos todo.. Mari se quedó bastante sorprendida pero no dijo nada extraño, solo que preguntó varias veces si entre nosotras también, ella no imaginaba lo que había pasado entre nosotras.

Por la noche no salimos, nos quedamos en la tienda tomando unos chupitos y charlando las tres amigas, queríamos una noche tranquila pero tomamos algún chupito de más, Mari sobre todo se puso un poco “pedo” y siguió con el tema.

Mari – Entonces... ¿ tu y Rosa habéis follado juntas? ¿le has comido el coño y esas cosas?

Yo – Si

Mari – Y tu Rosa... ¿también?

Rosa – Si

Mari iba un poco borracha, entonces entró en la tienda y desde dentro nos dijo que entrásemos nosotras también, cuando entramos ella se había desnudado y se había tumbado con las piernas abiertas sobre su cama, ahora que me gustaban los coños me pareció que también el de Mari era muy apetecible, Rosa y yo nos miramos y nos pusimos cada una a un lado de la cama y cada una comenzó a besar uno de los pechos de Mari, y las dos bajamos una mano a su coño y comenzamos a masturbarla. Mari tenía unos labios preciosos y su cara se transformó cuando comenzó a sentir placer, le dije a Rosa que le comiese el coño a Mari y ella, sumisa, se arrodilló a los pies de la cama, puso su cabeza entre las piernas de Mari y comenzó a lamerle el clítoris, en ese momento Mari comenzó a soltar leves gemidos y a sacar la lengua de su boca y a lamerse los labios, yo me arrodillé sobre su cara y le puse mi coño en la boca y ella comenzó a chupar, de nuevo estábamos Rosa y yo en una orgía pero esta vez entre amigas.

Todo transcurrió de una forma muy erótica, húmeda, sexual y placentera, todas tuvimos varios orgasmos pero Mari estaba un poco borracha y antes de que acabásemos se quedó dormida, ella no sabía bien qué había hecho, Rosa y yo seguimos y cuando terminamos nos fuimos a nuestra habitación a dormir juntas pues ya había surgido algo entre nosotras.

Al día siguiente, cuando Rosa y yo nos despertamos, Mari se había ido, nos dejó una nota diciendo que se había emborrachado demasiado y que eso que habíamos hecho no era para ella, que a ella le gustan los chicos, yo creo que se sintió culpable y lo exteriorizó culpándonos a las demás pero si no quería hacerlo no haberlo provocado.

El resto de las vacaciones fueron brutales, follamos con los chicos cuando nos apetecía y entre nosotras casi todos los días pues cuando una relación comienza hay un tiempo que el que nada es suficiente y así estuvimos todas las vacaciones, a Rosa y a mi nos gustó tanto probar todo lo que nuestras fantasías sexuales nos piden que ahora que nos hemos ido a vivir juntas de vez en cuando buscamos a algún o algunos chicos para que sazonen nuestras fantasías sexuales.

Nos hemos apuntado a una web de contactos que se llama (no sé si puedo poner el nombre aquí... la verdad) y cuando queremos invitar a algún chico a follar lo buscamos y lo invitamos.

A veces también ellos nos invitan, bien a las dos o bien a una de las dos, ahora nuestra vida es así, sexo, sexo y más sexo.