Tren ligero -Guadalajara- Sexo que se vuelve AMOR

Una atracción, una conversación con una persona especial, sexo del mejor nivel, Amor imposble de destruir ahora.

Recordando aquel día se me van las horas y los días.

Quiero compartir aquella hermosa situación que terminó lamentablemente muy pronto.

Era un día de primavera, como ahora, en que Guadalajara está a punto de ebullición.

Todo el día la ropa interior adherida al cuerpo.

El pene y el escroto se vuelven hiper sensibles a cualquier cambio de clima.

Mis pezones se sentían hervir.

El olor de mi sudor me decía que la testosterona estaba llegando a un nivel peligroso a pesar de haberme masturbado varios días antes.

Un buen porro de fin de semana me había dejado relajado y demasiado excitado.

Así que ahí iba yo de camino a mi trabajo por le centro de la ciudad.

A la hora de tomar el tren ligero, lo descubro observándome.

Un hombre con verdadero atractivo masculino.

Moreno, no muy alto, vistiendo unas bermudas que dejaban ver unas pantorrillas bien desarrolladas por el ejercicio y cubiertas de gruesos vellos oscuros.

Sus brazos estaban cubiertos por una delgada capa de vellosidad y sus manos grandes, bien proporcionadas y carnosas con venas marcadas pero sin tener el tono verdoso que tanto me desagrada.

En fin. Un tipo atractivo, masculino y que cada detalle que iba descubriendo de él, me hacían descubrirlo más fascinante aún.

Los pies llevaba unas sandalias de cuero muy frescas. El cabello bien recortado. Los ojos castaños amielados muy brillosos, Ojos grandes, enmarcados por dos grandes cejas arqueadas y muy expresivas.

Su barba recién rasurada dejaban ver esa sombra grisácea seductora.

Esta imagen freca contrastaba con lo desagradable del clima en general.

Medio día en el tren ligero, todos medios atontados pro el calor y él estaba ahí, fresco, radiante y observándome.

Yo soy de las personas que siempre atraen las miradas. Aun que soy mexicano, mi aspecto físico es más parecido al de un extranjero.

1.85 metros, rubio cenizo, ojos de color indefinido que cambian de acuerdo al color dela ropa que traigo. Estoy acostumbrado a que la gente me observe. Pero esta ves esta mirada me indicaba algo muy distinto y tenía razón.

Lamentablemente, tenía que bajarme en dos estaciones y con la mente puesta en cumplir con mis labores no le día mayor importancia al hecho de tener a un hombre guapo rondando.

Hasta que en la primer estación, sube mucha gente y empujan a todos.

De pronto observo a un lado mío y están ahí. Esos ojos viéndome a15 centímetros de mi rostro.

Mi respiración empezó a fallar.

Mis hormonas empezaron a subir y sentía que me sofocaba. Respiro profundo y recibo su aroma cálido y fresco de lleno en mi olfato.

Sin lugar a dudas estaba recién bañado! Y con loción de olor a hierbas.

El tren cierra sus puertas y arranca.

Todo su cuerpo lo siento entrar en contacto con el mío.

Siento su paquete que restriega en mi muslo. Está caliente y tiene una erección. Su vientre es plano y blando, lo siento entrar en contacto con mi pancita.

Sentía que sudaba y que un intercambio de energía comenzaba a fluir en el ambiente.

Calor y más calor.

Trato de alejarme hacia la puerta y me cierra el paso.

Se sorprende que me quiera bajar.

Yo sonrío y mis mejillas muestran los famosos hoyitos de coquetería.

El sonríe también.

Me deja libre el paso hacia la puerta y cuando avanzo, se restriega contra mi cuerpo.

Yo le sujeto de la parte frontal del pantalón y le jalo de la parte frontal de zipper.

Me sigue.

Bajamos y el tren arranca.

Las pocas personas que bajaron en esa estación, rápidamente corren y se dispersan.

Nos quedamos los dos observándonos y con gran erección.

Un policía de la estación, se aproxima y decido iniciar el camino, él me sigue.

En cuanto avanzamos, el policía se detiene y regresa a su sitio original.

Comienzo a subir las escaleras, no hay nadie a medio día.

Me detengo.

Giro hacia él. Me toma de la nuca y desea darme un beso. Trata de acercarme a él con fuerza, pero me rehúso.

-Vamos a mi lugar de trabajo. Está a unas cuadras.

El asiente y comienza a conversar con la mayor de las tranquilidades:

-¿Sientes esta energía? Desde que te vi venir, estuve fijándome en ti. Tardaste bastante en voltear a verme. ¿Eres de aquí?

Yo lo interrogue un poco sorprendido:

-¿Energía? ¿Sientes tu también la energía de las personas?

-Se que mucha gente no cree en eso, pero...

-Lo siento y contigo ha sido muy fuerte...es muy fuerte. ¡Me gustas!

-Se que algo descubriremos con esto que nos está pasando...

-Yo siento tus impulsos. Tu sexo emite un "llamado" es como un latido. Peor yo lo siento en mi cuerpo. ¡Es fuerte! Es de color rojo... es atractivo.

-Tus ojos son muy delicados. Nunca debes dejar que te los operen. Nadie debe haer una cirugía en tus ojos. Perderías todas las capacidades que tienen...

-No eres la primera persona que me dice eso...Ahora que te escucho, es como si por fine fuera a vivir la experiencia que complementará todas esas conversaciones que inicié con gente que nunca supe entender. Que me hablaban de cosas que no entendía o que no estaba preparado para comprender...Eres como alguien que ya esperaba. Que sabía que existía...que sabía que debía dejar llegar a mi vida...

-Yo ya te había soñado...¡Creía que eras más bajo de estatura...!

-¿Y cómo es que me soñaste?

-Pues fue muy fácil. Hace poco, cosa de un mes. Me di una ducha fría para relajarme. Y en media tina empecé a hacer mis ejercicios de relajación y respiración. Dejé que pasaran todas las imágenes que en mi mente estaban. Hasta que sólo quedó una. Era un ojo. Me llamó la atención eso. Era un ojo especial. De muchos colores. Como los que he visto en Brasil... Alejé un poco la imagen para ver más de lejos y ahí estabas tú... Mi corazón me indicó que eras alguien bueno. Y ahora que te ví. Mi sexo te reconoció primero que mi memoria....

-Me asustas un poco...Yo a lo más que llego a es a compararte con un montón de hombres que he deseado o que he conocido... Eres atractivo, sensual, sensible y tienes una voz amistosa. Estamos aquí hablando de cosas que a casi nadie contamos y nos entendemos perfectamente. Y siento tu excitación. Tus latidos del corazón se unen ya a los míos. Siento un poco de miedo ya... pero es un miedo que quiero superar. Se que lo que descubriré en ti, es algo diferente. Tengo al certeza...

-Me da un poco de miedo descubrir que eres muy cerebral. Todo lo piensas, todo lo imaginas, todo lo prevés... Y sin embargo también escucho tu voz y me das confianza, vi tus ojos desde una distancia corta y descubrí los "ojos de mi sueño"...Huelo tu aroma y se que estás preparado para mi...tienes el aroma de una flor... de un fruto maduro. Listo para probar. Eres bello y las cosas bellas me gustan, me agradan, tocarlas, contemplarlas, probarlas, no me conformo con verlas nada más...

-¡Me estás excitando! Ya hemos llegado. Te mostraré mi lugar de trabajo.

Mi oficina es horrible. Una casa vieja y descuidada con más e 10 habitaciones todas utilizadas como bodega de cacharros y cosas viejas, basura en su mayoría...

La secretaria contestando telefonemas y me hace llegar la lista de recados que tengo.

-Pasaré al privado, que no me molesten en una hora....

Caminamos hacia un puerta cerrada con candado, saco el llavero y empiezo a buscar la llave indicada...Me agarra el culo de sorpresa y rápidamente corre las manos hacia mi entrepierna. Lo masajea con sus manos firmes y abiertas.

Logro, por gracia de no se quién, abrir el candado.

Entramos a esta habitación iluminado por la penumbra. Cierro la puerta tras de él y comienza la tormenta de caricias.

Me empieza a desabrochar la camisa y al soltar el segundo botón. Se detiene, con delicadeza, toma mi rostro con sus dos manos y me pide que lo vea al rostro.

Empiezo a sentir una grata sensación de tranquilidad y total libertad en mi interior. Como si hubiera lanzado hacia mi algo que me tranquilizó. Sus ojos vidriosos expresaban una gran ternura.

-Esto que haremos no es algo que se hace con todo mundo. Es algo muy especial. Tu eres un hombre muy especial y por eso te he elegido. Tienes un cuerpo atractivo, una figura varonil, pero te escogí por que tiene algo más. Una belleza que vá mas allá y creeme que eres especial para mi....

Me quedé frío y comencé a sentirme como niño pequeño...pero en una total confianza...

-Eres una de las personas más bellas que he conocido. La belleza se refleja de muchas formas y tu las reflejas y generas belleza en quien te contempla.

Como idiota, escuchaba, como hipnotizado. Tenía ganas de llorar.

-Esto que vamos hacer va mas allá del cuerpo. De la atracción, que los dos sentimos y que demuestra que esto es algo más allá que el simple deseo. Quiero conocerte y que me conozcas más allá de la apariencia. Quiero que me conozcas de una forma más profunda, tan profunda como es tu percepción de las cosas. Se que eres una personas sensible, incluso más que yo. No quiero hacerte daño ni forzarte a hacer algo que tú no quieras...

Yo comencé a llorar, unas lágrimas naturales, corrían sin presión hacia fuera.

Nadie nunca me había dicho esas cosas y de esa forma. Ni mi madre cuando me mimaba de pequeñito. Es algo que llega muy dentro. Algo que libera la expresión. Algo que hace que se comuniquen los seres que realmente somos. Sin tapujos ni engaños. Sin esperar dar, mas que por el gusto de experimentar el gusto de dar.

Le tomé las manos de mi rostro y empecé a besarle las palmas.

Él se acercó y como era más bajo que yo, colocó su cabeza en mi pecho y me pidió:

-Déjame escuchar tu corazón y tu respiración...No tengas miedo. No finjas ni te sientas presionado a nada. Déjame conocerte.

-Quiero quitarme la ropa y quitarte la ropa. Quiero verte desnudo y que me veas desnudo a mi.

Retiró un poco y comenzó a desvestirse sólo. Yo le ayudé. Soltó el cinturón y bajó sus bermudas. Yo me aproximé y acaricié su pene. Lo tenía húmedo de sudor. Acaricie su escroto, con vellos hirsutos también humedecidos.

Con las dos manos, lo sujete de la cintura y empecé a subir, para retirarle su playera. Su cuerpo era bien formado pero blando al tacto. Su vientre era precioso. Un poco de vellosidad por debajo del ombligo, y al centro del pecho. Pero el resto del abdomen era hermoso. Unos pezones bien definidos pero lisos, unos pectorales levantaditos, unas axilas velludas, unos hombros fuetes y definidos. La playera se atoró un poco en la cabeza, momento que aproveché para probar su manzana de Adán. Río mucho.

-¡Nadie me había hecho eso! Que bonito. ¡Que caricia tan agradable!

Me agaché para ayudarle a quitarse las sandalias y al desabrochárselas, caigo en cuenta de que tengo a unos centímetros de mi rostro, su verga que me trasmite el calor al rostro, su aroma en mi nariz es como brisa de mar, veo los fulgores de energía que de ella salen.

La tomo con delicadeza para tentar sus formas, por debajo del bóxer corto.

Es un pene agradable. Unos 14 centímetros, pero no está erecto. No tiene circuncisión y tiene una cabeza muy ancha.

-Te quitaré esto...

Le retiro el bóxer y admiro su cuerpo desnudo completamente. Mientras él me observa con esa mirada.

Tiene una cadera angosta, unos muslos anchos, el vello cobre sus piernas hasta la mitad de los muslos. Su pene está enmelando por una gruesa capa de pelos negros muy compacta, un delgado hilo llega a su ombligo. Su vientre no es de lavadero, pero está bien definido. Su ombligo es muy bonito. Redondo. Sus manos caen a los costados de sus piernas.

Le tomo las manos y me levanto del nivel del piso.

-¡Tu eres hermoso! Tienes un cuerpo atractivo. Todo está muy bien proporcionado. Ahora me toca a mi. Ayúdame.

Pronto empiezo a desvestirme.

Me agacho para desatarme las agujetas y siento sus manos tomarme la cintura. Comienza a jalar toscamente mi camisa para desfajarla.

Yo desabrocho las cintas y al levantarme, él saca la camisa por encima de mi cuerpo.

Quedo aprisionado de las muñecas, ya que no desabotoné esa zona.

El sonríe y se lanza a aprisionar con sus labios mi pezón derecho. Fue un encuentro que me atravesó el pecho.

Nunca había sentido mi pezón así. Un hierro ardiente. Una flechazo divino me atravesaba el pecho.

Y sin mucho que poder hacer.

Comenzó a succionar de manera maestra y a friccionarlo con sus dientes de una forma delicada, pero conocedora y con una precisión que lo hacía más y más agradable.

Tuve que pisar la camisa por detrás, para poderme zafar de las esposas que sujetaban mis brazos en una posición difícil de soportar.

Al sacar una de las manos. Le abrazo la cabeza con mis brazos y me aproximo a él. Sentir su cuerpo entre mis piernas me excita aún más. Creo que todo mi cuerpo comenzó a lubricarse.

Su cuerpo empezó a expedir un aroma muy agradable y nuestras esencias se mezclaron, haciéndonos sentir en medio de una flama.

Desabroché mi cinturón. Y él hábilmente, retiró mis manos y conforme corría le cierre hacia abajo, dejó caer su boca en cada centímetro que quedaba descubierto. Cubriendo de abundante saliva cada lugar.

Beso mis genitales que colgaban bastante ajenos a la excitación que sentía mi cuerpo.

Se levantó y fue mi turno entonces.

Besé su cuello, mordisqueé un poco sus orejas, las lamí con toda mi lengua, incluso por detrás de sus orejas mi humedad absorbió sus tensiones. Sus músculos se tensaban y relajaban uno a uno.

Bajé a su pecho, olfateaba, chupaba, lamía, comía todo a la vez. Sus axilas velludas fueron un gran deleite para mis sentidos. Textura, olor, sabor e imagen agradables a todos mis sentidos. Escuchaba su respiración y nuestros corazones eran uno. Su pene también estaba relajado.

Lo llevé hacia mi escritorio y le pedí que se sentara en él. Nos abrazamos un largo rato. Acariciándonos las espaldas y las nalgas. Nuestros dedos trataban de llegar más allá en cada momento.

Por fin nos besamos.

Esa caricia cálida. Ese compartir el aliento en una chispa de calor que endulza el paladar y la lengua fue un tesoro que se abrió como una flor.

Succionó y se retiró de mis labios.

Me besó un ojo y el calor se derramó por ahí hacia mi interior.

Volvió a besarme los labios y yo abría cada vez más mi boca y mi lengua se adentraba cada vez más en la de él. Volvió a succionar.

Y besó mi otro ojo. El calor empezó a entrar a todo mi cerebro.

Volvió a besarme. Esta vez, el placer del beso fue más intenso. Mi corazón se abría, dolía de tanto ardor. El absorbía y besó mi frente. Yo me quedé unos momentos extasiado en esa sensación. No se cuanto tiempo pasó. Me sorprendió descubrir que no me estaba tocando y abrí los ojos. Estaba ahí observándome.

Me sentí un poco egoísta por haberme distraído en un placer tan personal.

-No te de vergüenza. Eres bello y fácilmente reflejas esa belleza. Eres como un espejo.

No se de donde saqué yo estas ideas, pero mi contestación fue:

-Quiero que te veas en mi ahora...!

Empecé a sentir mucho calor en mis manos.

La coloqué en su rostro y me aproximé a él. Nuestros ojos se quedaron viendo y fue el momento en que las cosas dejaron de ser claras.

Creo que me deshice de mi forma de pensar y actuar y algo de mi se liberó.

Mis manos eran cálidas y luminosas. Podía sentir su órganos internos. Era como acariciar su corazón físico y su lugar de las emociones.

Tocaba su cerebro y lo excitaba y cuidaba, mimaba y daba caricias. Era conocerlo como un ser total. Cuerpo, mente y espíritu eran objetos que mis manos delicadamente tocaban y descubrían.

Él hacía lo mismo en mí.

Era como si diera transfusión de energía a cada fibra de mi cuerpo.

Todo lo mío y todo lo suyo fue de los dos.

Poco después de besarnos, por fin me atrevía probar ese pene. Retirar el prepucio y dejar liberé su cabecita ancha y húmeda, y sentir como esos impulsos que veía desde el primer momento, ahora eran como mandatos de placer que debía satisfacer y alimentarme de ellos.

Ese impulso causó una reacción en cadena en todo mi cuerpo.

Fue como desaparecer de este mundo y sentir que esa energía que se conoce en los orgasmos es algo que se puede mantener constante.

Todo desapareció, incluso yo y él. Era como darle una mamada a Dios y descubrir que el también disfruta cuando lo hacemos. Tanto o más que nosotros. Es como vivir esa necesidad que tiene lo divino por crear fecundar todo ser vivo que necesita reproducirse.

Es ser uno con esa voluntad. Pero viviendo para contarlo.

En cierta forma el ser no desaparece, por que sino no sería un recuerdo tan vívido y tan completo....en fin. Un ORGASMO mantenido por casi 45 minutos.

Él, mientras le daba esa mamada, metía sus manso por mis nalgas y yo sentía que lo que tocaba no eran mis nalgas, era todo a la vez.

Un dedo, dos o tres, tal vez era el puño, no lo se con seguridad, lo que importaba era que había un placer inmenso.

No había límites físicos.

Si yo deseaba darle placer con mis ideas, tenía la plena confianza que con sólo imaginarlo estaba dándole placer.

Me imagino que así les pasa a los que se electrocutan. No se pueden soltar de lo que les etsá dando la descarga y sus mentes piensan de forma más acelerada que de costumbre en miles de cosas.

Pues era algo similar, pero todo enfocado en dar placer y en conocerse a uno y al otro a través de esa experiencia.

Es sentir un gran amor hacia le otro, hacia lo otro. Hacia el mundo entero. Comprendes como el amor necesita de la atracción, del placer, de las caricias, del expresar, del dar yd el recibir.

Todos somos eso a la vez. El secreto está en tener la suficiente intimidad para permitir observar y expresar lo que uno es realmente.

Creo que esta fue la prueba más tangible que he tenido de que el ser homosexual no va en contra de natura ni nada por el estilo. Es una más de las formas en que Dios tiene para manifestar su amor sin límites.

Yo soy teista, aun que no apegado a ni una religión. Había experimentado éxtasis y cosas por el estilo. Había leído mucho de religiones y culturas. De Tantra, yoga, meditación, cristianismo, masonería, budú, encuentro con el peyote y muchas muchas cosas más.

Pero esta fue la primera vez en que la vida me dio la oportunidad de dejar la teoría y entrar a la práctica.

Su culo se abrió de forma deliciosa con todos sus líquidos a mis labios y lengua.

Mi pene fue acariciado y degustado hasta el fondo y el placer aumentaba más y más.

Tanto placer no creía que existiera y aún había más y más.

Cuando lo penetré, me coloqué sus tobillos en mis hombros y su ano se ajustó como un guante a mi. Primero con movimientos lentos, lo iba explorando. Lo sujetaba de las caderas para que no se deslizara por la superficie del escritorio.

Él simplemente me veía y al verlo recibía la misma cantidad de placer que entregaba. Tenía esa sonrisa en el rostro.

Me sujetó con sus piernas y empezó a guiar el ritmo de mi cadera.

Yo e incliné sobre su cuerpo y me adherí él.

Sentía mi pene que lo penetraba su corazón que latía, su lengua que me besaba y acariciaba mi lengua, sus ojos que me penetraban. Una felicidad inmensa y una tranquilidad apabullante.

Después de unos 15 minutos así.

Me pidió permiso para ser penetrado por él.

Me senté en el escritorio. Él delicadamente tomó mi pene cubierto de sus líquidos y de un solo lengüetazo lo limpió y siguiendo ese único movimiento, lo capturó completamente en su boca.

Apretaba delicioso su garganta.

Poco después sacó mi verga de sus boca y comenzó a lamer mis testículos y los conductos por encima del escroto. Que delicia!

Más y más placer todavía!

Lamió mi culo con igual maestría. Mi ojete se abría sólo. Sentía que me comía la mierda y el interior de los intestinos.

Era como un clímax intestinal!

Se levantó y yo lo observaba con tranquilidad...disfrutando al máximo pero sin perder detalle de lo que hacía conmigo.

Coloca sus codos en el escritorio y de un solo golpe, levanta mis caderas y come mi culo como si se tratara de una sandía completa!

Que sensación tan más maravillosa.

Esas manos fuertes y conocedoras de sus propia fuerza me sujetaban y me daban la libertad de abrir y relajar mi culo para sentir más y más placer. Yo no se si lamió hasta mi próstata. Pero aquello era la gloria.

Yo sentía que cada parte de mi cuerpo había descubierto su verdadera capacidad de generar placer en su máxima intensidad en esa ocasión.

Sentía que tenía todo inflamado de tanta succión. De tanto lamer, comer, olisquear, sudar, tentar y todas las acciones que se emprenden en este tipo de faenas.

Me pide que me recueste de lado y que le deje un espacio en el escritorio para recostarse atrás de mí.

Lo hago, se coloca a mi lado y levanta mi pierna y la coloca atar de la suya. Me sujeta le pene con la mano y me masturba unos momentos.

Suelta mi pene y con la mano dirige su verga hacia mi interior.

Gria ligeramente para jalarme la pierna y aprovecha para darme una estocada profunda y de un solo movimiento hasta le fondo.

Se que es lo más profundo por que siento sus pelvis en mis nalgas y por que mi próstata se siente estimulada al máximo!

Cada mete y saca aumenta la intensidad de la sensación.

Comencé a llorar.

Nunca creí que la vida me fuera a recompensar de esa forma. Y que nada había hecho en especial.

Por otro lado creo que fue una forma muy abrupta de inmiscuirse con un hombre y de dejar más allá todas alas apariencias y deseos.

Sólo querer extender ese momento presente.

Se detuvo y me acarició, me abrazó y me dio las GRACIAS!!!

Esto me hacía llorar más y más!

Sentía su pene pulsando en mi interior, sus manos y brazos sujetándome fuertemente. Su voz hablando con total tranquilidad y de la forma más sincera que he escuchado en mi vida.

Estás ahí tronchando con un casi desconocido, pero que es lo más parecido a la perfección.

Empiezas a sentir miedos. Empiezas a tensarte de nuevo.

Él vuelve con un delicado ritmo a meter y sacar. Me penetra como dios sólo sabe que es.

Vuelvo a confiar.

Vuelvo a fundirme en él y él en mi.

Nuestros cuerpos son uno otra vez.

En el interior pienso:

-¡Te doy las gracias!

Y escuché como respuesta:

-¡Gracias a ti...!

Después de unos minutos más.

-Tengo que irme.

-¡¿A dónde?! ¡¿Por qué?!

-Veámonos otro día. Si quieres hoy en la noche...

Se detuvo.

-Tu tienes algo que decirme. Algo creo que ocultas...

-Es cierto. No lo oculto, por que no hemos hablado, Apenas nos conocemos. Pero estoy a punto de irme de viaje. Me voy a Sri Lanka. Salgo en 3 días para allá. Me ofrecieron un buen puesto de trabajo. Soy Ingeniero Civil. Trabajaré para la compañía que está haciendo las Torres Petronas. Debo irme pero quiero verte otra vez. Me gustaría llevarte más lejos. Y conocernos mejor. Eres lo más especial que me ha pasado en mi vida.

-Pero ¿qué no vas a acabar?

-No necesito acabar. Es algo que siempre me ha pasado. Mi primer novia me decía que era puto. Por que no acababa. Realmente siempre me habían gustado los hombres también.

Un día le conté mis penas a un amigo y me pidió demostrárselo.

Lo hice. Nos fumamos un buen churro de marihuana y lo hicimos. Descubrí que es muy satisfactorio tener sexo con hombres. Es más o menos lo mismo...En cuestión de placer, tal vez es más diverso entre dos hombres, pero es con más ternura con una mujer...

Aún que tu eres lo más tierno que me ha pasado...

-Pues yo soy de los que necesitan acabar...

-¿Qué te gusta más?

-Contigo todo ha sido nuevo y maravilloso.

-Ya sé...

Se acostó sobre el escritorio y me pidió que lo montara.

Yo me sorprendí parado en el escritorio de mi trabajo, con un hombre debajo de mi, con su verga apuntando a mi culo y yo dispuesto a disfrutarlo.

Me pidió que le sujetara la cabeza y que se la acercara hacia mi pito.

Increíble. Fui penetrado y mamado a la vez. Yo tenía le ritmo de la situación.

Poco a poco le solté la cabeza, pobre, estaba muy estirado.

Le pedí disculpas y me concentré en darme placer. Penetrarme con su falo. Hasta lo más hondo.

Y por fin irme.

Le mojé el pecho, el rostro, hasta el cabello de los charpié.

Fue una eyaculada de campeonato.

Me relaje completamente.

Unos minutos después estaba yo allí soñando. Recordando. Lo volví a ver al día siguiente. Fue a mi trabajo, ya que no lo busqué ni le llamé. Al verlo fue entrar de nuevo a ese trance. Accedí a irme con él a su casa.

Estoy por ir a conocer Sri Lanka e ir por el hombre de mi vida.

Les aseguro que tomar riesgos en la vida puede traer la mayor de las recompensas.

Y ser uno mismo durante el sexo y lograr que la pareja sea el espejo del otro, es una técnica sencilla que ofrece muy buenos resultados.