Tren a Vigo.
Un viaje de trabajo se convierte en un viaje al placer.
Corrí como una mala bestia hacia la estación de tren, miré en el panel de salidas y parpadeaba la línea que indicaba que mi tren a Vigo estaba a punto de salir, con mi bolsa de viaje al hombro, mi portátil en bandolera y, sujetando mi bolsa de mano, di un último sprint para llegar al andén con el tiempo justísimo, llegué resoplando al check-point donde una guapísima azafata validó mi billete , me indico la posición de mi vagón y me rogó que me diera prisa, ya que el tren estaba a punto de salir.
- ¿Tú no vienes? – pregunte con una pícara sonrisa.
- No, hoy no me toca, contesto ella.
- Una pena, avísame cuando viajes, dije yo y ella sonrió moviendo la cabeza como diciendo “tíos”.
Llegué a mi vagón, tomé posesión de mi asiento, acomodé mi bolsa, até mi portátil, repase mi bolsa de mano, Tablet, Smartphone, las llaves de casa, el billete de tren, mi billetero, ¡ uuufff !, todo en orden, vaya manera de acabar el lunes, pensé.
Mi empresa me enviaba a Vigo a cerrar un contrato, lo habían negociado en tan poco tiempo – según ellos- , o tan mal – en mi opinión - , que no les dio tiempo a buscar un vuelo, la única opción posible era el tren, muchas horas de viaje, tampoco era tan malo, bueno, era muy malo, ya que tampoco habían conseguido una litera en cabina, no me quedaba otra que dormitar en mi asiento, mañana estaré roto, dije para mi.
El tren comenzó la maniobra de salida, se cerraron las puertas, apareció la imagen de una azafata en el televisor del vagón anunciando un viaje de ensueño, dando las gracias por nuestra elección, bla, bla, bla . El asiento de al lado estaba vacío, ¡¡¡ bien !!! Hasta la próxima parada, por lo menos, no tendría compañía, rogué que, si tenía que ocuparlo alguien, valiera la pena.
Abrí el portátil y revisé la documentación que me habían enviado, cuanto más leía más me sorprendía, aquello estaba muy poco claro, es mas, no encontré el contrato para firmar, esta no parecía que fuera una visita de ir, firmar y volver, me tendría que poner las pilas si quería una estancia de sólo tres días. Escribí unos correos para que me aclarasen desde la dirección algunos puntos que no veía nada claro y comprobar hasta donde podía llegar en el caso de que hubiera que negociar.
Hablé con Siri para organizar mi agenda, incluí algunos recordatorios, añadí unas notas, no quería olvidarme de nada. ¡¡Ya está!!, desde el tren y a esta hora, poco podía hacer más, abrí el libro que estaba leyendo, novela histórica algo sobre el imperio romano, seguro, me enfrasqué en la lectura del libro.
A todo esto habían pasado unas dos horas desde la salida del tren, la primera estación con parada estará cerca me dije para mi, a ver si se ocupa el asiento libre a mi lado.
Esther, el pibonazo que ocupó el asiento a mi lado se llamaba Esther, espectacular, una pelirroja de 1,60 con todas las curvas bien puestas, la veía perfectamente mientras acomodaba su maleta en el estante superior del asiento.
- ¡Hola! , me llamo Enrique, voy hasta Vigo, por lo que compartiremos viaje hasta donde vayas, me presenté cuando se sentó.
- Hola, soy Esther y voy hasta Logroño, me respondió con una amable sonrisa.
- ¿Un viaje de trabajo?
- Si, estaré toda la semana y me volveré el viernes.
- ¡Vaya!, tu novio te echara de menos...
- Espero que si, respondió ella, riéndose.
- Y ¿tu? ¿viajas por trabajo?, preguntó.
- Si, espero volver sobre el jueves, más o menos.
- Y ¿A que te dedicas, Esther?
- Doy cursos sobre organización y gestión de trabajo
- Y tu ¿ como te ganas la vida?
- Jugando al poker, contesté.
- Si?, que interesante!!!.
- Jajajaja, es broma!!!,
- Mi empresa asesora en procesos de mejora continua de calidad.
- Oh!!! Que bien!!!, algún día podríamos comparar métodos y aprender el uno del otro.
- Si, lo mismo pienso yo. Me encantaría aprenderte toda, pensé.
- ¿Qué estás leyendo?, me preguntó.
- Novela histórica, Roma, Mario y Sila, una guerra, estrategia, ya sabes de todo se aprende.
- Uffff!!! Que aburrido!!! Yo prefiero leer novela erótica, ya sabes de todo se aprende.
- Jo!! Con la niñita, que fuerte empieza, menudo corte, opté por sonreír simpáticamente.
En eso quedó la primera conversación, seguí leyendo un cuarto de hora y ella estaba con sus auriculares puestos y trabajando en su portátil. Opté por irme a cenar al vagón restaurante.
- Esther, me voy a cenar, si te apetece venir, o si quieres que te traiga algo de la cafetería….
- Muchas gracias, pero ceno muy ligeramente y, además tengo que acabar un par de cosas.
- Vigila mis cosas por favor, ahora vuelvo, sonreí.
- Hasta luego, me contestó sonriendo.
Jo! , que tetas mas preciosas tenía esa chica, había estado hablando con ella desde el pasillo, y veía su escote, un sujetador de algodón cómodo para viajar, y par de tetas muy apetecibles. Una incipiente erección tensaba mi pantalón, ella se dio cuenta, creo que por eso sonreía mientras me respondía.
Tenía pocas posibilidades con esa chica, era amable, inteligente, graciosa, me dejaba jugar pero no ponía mucho de su parte.
Después de atravesar un par de vagones llegué al restaurante, mesas de cuatro a la derecha, de dos a la izquierda, esperaba a que me asignaran una mesa, cuando vi a Isabel, estaba cenando sola, me acerque a saludarla.
- Isabel, que alegría verte aquí. ¿estás sola?
- Enrique , ¿qué haces aquí? , si, estoy sola.
- Voy a Vigo, tengo que cerrar un contrato
- Y tu?
- A Vigo también, a revisar unas prendas que nos fabrican allí.
- Que bien. ¿cuándo vuelves?
- El viernes, y ¿tu?
- El jueves, si puedo, si no puedo, igual me tengo que quedar el finde.
- Pufff, si que te veo liado.
- Ya ves.
Isa trabajaba para una firma de moda, era una de las responsables de producción, una de las chicas del grupo de amigos con los que salía los fines de semana cuando estaba soltero, no la veía desde hacía un par de años, las veces que mi novia y yo salimos con mis amigos, ella no apareció, con Isa había tenido algún escarceo en el pasado.
Se acerco la camarera, me trajo la carta, mientras ponía el servicio de mesa, pedí, Isa aprovecho para ir al baño, le dí un repasito a Isa, tacón, medias, minifalda y una blusita , media melena de color miel y una estupenda sonrisa.
Recordé alguna ocasión en la que nos habíamos enredado saliendo de fiesta con amigos, unos besos, unas caricias a sus tetas en algún lugar oscuro de alguna discoteca, mientras su novio bebía en la barra, que delicia.
Otra en la que ella me había acariciado la polla con su mano encima de mi pantalón en alguna cena de amigos en casa de alguien, mientras mi novia hablaba con otras, que calentura.
Una más, viendo una película en un cine, la casualidad hizo que ella tuviera a su lado a su novio y a mi al otro lado,
mi novia, que llegó más tarde, se sentó con otra amiga del grupo, me pase la hora y media de la película con mis dedos bajo su falda, acaricié su coñito tanto como me dejo ella, se corrió un par de veces, profané su culito con mis dedos, ella agarró mi polla con sus manos pero no se atrevió a más, su novio, embobado con la película, no se enteró de nada.
Aunque la ocasión más caliente fue un día volviendo a su casa, íbamos un poco tocados de alcohol los dos, ella estaba caliente y yo muchísimo más, paramos en una calle solitaria , medio oscura, me sacó la polla del pantalón y me dio una estupenda mamada, me corrí en su boca y a ella le encantó, sabíamos que nos gustábamos, pero unas veces porque ella tenia novio y otras porque tenia novia yo, no habíamos llegado a gozarnos tanto como deseábamos.
Isa volvió del baño, yo, casi había acabado de cenar, ella, seguía con su eterna y deliciosa sonrisa, ¿se había quitado el sujetador? ¿se había desabrochado un botón más? Algo había cambiado porque me estaba empalmando viendo esas tetas tan tentadoras.
- Una copa para celebrar el encuentro? Ofrecí yo.
- Vale, me contestó.
Pedí a la camarera un ron cola para ella y un vodca-tonic para mi.
Estuvimos poniéndonos al día y completando la información que teníamos de nuestros amigos comunes, recordando anécdotas.. ella ahora salía con un chico con el que iba en serio, yo también tenia novia… aunque eso no impedía que aprovechara para mirar sus tetas cada vez que tenía ocasión.
- ¿En que cabina estás? Me preguntó.
- En ninguna contesté yo, cuando en la oficina me pidieron el billete ya no existía esa opción.
- Y ¿donde vas a dormir?
- En mi asiento dormitaré un rato, porque no creo que pueda dormir.
- Yo voy en cabina doble, tengo una cama libre.
- Ufff!!! Que comentario mas incitante…Y ¿podría dormir yo en ella?
- Podría ser, pero tienes que prometerme que no intentaras nada, ahora mismo estoy muy bien con mi novio y no quiero meterme en líos.
- ¿por qué dices eso? Pregunté sorprendido.
- Porque no has parado de mirarme las tetas desde que has entrado en el vagón, sinvergüenza.
- Jajajaja, es que tienes unas tetas preciosas… y me las pones en bandeja, bruja.. ese balconcito es tan sugerente.
- Jajajaja! Estás loco!!!! Vamos a hacerlo de la siguiente forma, me voy a mi cabina, me cambio y me acuesto en la litera superior, te envío un whats y vienes, sin encender la luz, te cambias y ocupas la litera inferior, y me prometes que no intentarás nada.
- Jo! Que plan más retorcido, acepto.
Una cabina doble es un reducido espacio con dos literas de 2 metros por 80 cm y un bañito completo, comparado con un asiento en un vagón,… un oasis.
Volví a mi butaca, Esther seguía con sus cascos y trabajando en lo suyo, empecé a recoger mis cosas, me miró extrañada..
- ¿Te vas?
- Si, una amiga me presta una cama vacía de su cabina.
- Que suerte, que pases una buena noche.
- Buena noche hubiera sido si tu hubieses querido.
- Jajaja, vas muy deprisa… quizás si te lo hubieras currado más…
- Vale, lo intentaré en la próxima ocasión.
- Jajaja, quien sabe si la próxima vez…
- Un beso, cielo, que te vaya muy bien.
- Hasta la próxima!
Esta vez miré sin recato sus preciosos melocotones, me recreé imaginado que esos pezones se deshacían como azucarillos en mi boca y que sus tetas estarían duras, ese pibonazo merece la pena, pensé.
Volví a la cafetería y esperé el whats de Isa, no tarde en recibirlo : “Ya estoy en la cama, recuerda lo prometido, sin luz, sin intentos “.
Llegué a su cabina, abrí despacio, a oscuras.
- Vamos pasa y cierra la puerta.
Cerré y la oscuridad volvió, empecé a desnudarme.
- Esto es muy extraño, Isa, te has vuelto exageradamente prudente.
No me contestó, me desnudé, no busqué una camiseta para dormir porque no quise rebuscar en mi bolsa de viaje.
- Bueno, cielo, me meto en la cama, buenas noches.
De repente se hizo la luz, Isa apoyaba su espalda contra el marco de la puerta del lavabo, un camisón gris perla apenas cubría sus voluptuosas tetas, sus piernas estaban preciosas desnudas, desde sus pies desnudos fui subiendo mi mirada hasta el borde inferior de su camisón, justo tapaba su coñito escondido tras una diminuta tanguita..
- Isa!!!! ¡¡¡como estás!!! , exclamé.
- Qué!!! , me llevas calentando toda la noche, mirando lascivamente las tetas, deseándome, imaginando que me posees, lo he visto en tus ojos, en tu risita nerviosa y en el grosor de tu pantalón. Me has calentado muchísimo y ahora me voy a desquitar.
Dio un pasito y me besó , se colgó de mi cuello, aplastó sus tetas contra mi pecho, estaba super empalmado y
esto acabo de ponerme a mil. Correspondí a sus besos, mas acaricié su espalda, llegué a su culo, impresionantemente
duro, la empuje hacia mi, hice que me sintiera, que notara que me tenía caliente como un becerro.
- Por fin te voy a follar sin descanso.
- Por fin me voy a empalar ese rabo, dijo ella.
Baje las tiras de su camisón, este cayó hasta su cintura, no bajo más porque tenía mi polla entre sus piernas, midiendo lo largo que era su coñito, movía su pelvis poco a poco, como haciéndome una paja, mi polla se iba mojando con los sexuales líquidos de su coñito.
Que par de tetas!!! Las amasé, acaricié sus pezones, las besé con devoción, embadurne sus tetas con mi saliva, las mordí, mordí sus pezones dejándole pequeñas rojeces de mordeduras, esos pechos colmaban mi lujuria mientras su pelvis continuaba mimando mi polla con lentitud, estaba volviéndome loco.
La miré, estaba con los ojos cerrados, sólo sentía como la devoraba, agarré su culo con fuerza, la icé unos pocos centímetros del suelo, los suficientes para poder clavarle mi rabo, la postura y la calentura no me lo ponían fácil, ella se soltó de mi nuca y, con su mano, dirigió mi rabo a su coñito, la penetré poco a poco.
- Ufff!!! Que delicia!!!, me estoy muriendo de gusto, me dijo muy bajito en el oído.
- Yo también cielo, que ganas te tenía.
Emboqué un par de veces, o cinco o seis, las necesarias para darme cuenta que mi rabo estaba en casa, y que ella estaba completamente lubricada, de repente saqué mi rabo de su coñito.
- Eh!!! ¿qué haces? Protestó.
- Chist!!! Que te va a gustar.
Apenas la separé un poco, su camisón se deslizo hacia el suelo, la tumbé en mi cama, separé sus piernas, allí estaba su coñito, depiladito, apenas una ligera línea en su monte de venus, mojadito, abierto en todo su esplendor, acerque mi boca, lamí toda su longitud, sacando de su boca suspiros de placer, seis, siete, ocho veces, hasta que di con su clítoris, martilleé ese botoncito con mi lengua, ella no podía estarse quieta movía su pelvis contra mi boca, suspiraba, suspiraba.
- Me voy a correr, me voy a correr, me voy a correr, sigue, sigue, más, más, más, ummmmmm!!!!
De repente tensó sus músculos, se corría, que delicioso néctar destilaba ese coñito, me lo bebí todo, lamí hasta que se normalizo un poco su respiración, me levanté unos centímetros y, sin darle mas tiempo, la reventé, metí mi rabo de un golpe de cadera.
- Ohhhh!!!, que ricura, me estás volviendo loca
- Cielo!!, estoy en la gloria, dije.
Empecé un lento mete y saca, que en cada embestida, aumentaba de velocidad y de intensidad, a los pocos minutos estaba dándole una cabalgada épica, notaba como mi rabo golpeaba su útero, tomaba posesión de ese coñito por primera vez y quería que ella se sintiera como una reina, bien gozada, bien disfrutada, bien usada., muy mujer, muy puta. Seguí dándole todo lo que tenía estaba como ido, sólo sentía las contracciones de ese coñito apretándome el rabo, como si lo succionara y no quisiera dejarlo salir.
Isa seguía gozando, notando como perforaba su coñito, como la tomaba posesión de su cuerpo, como se abandonaba al placer de sentirme sin descanso, sus gemidos aumentaban considerablemente, estaba corriéndose noté como se tensaba y se relajaba. Saqué mi rabo de su cálido encierro, no le di tiempo a que se relajara, volví a abrir sus piernas y pegué mi boca a su clítoris de nuevo, después de correrse dos veces estaba muy sensible , apenas noto que volvía al ataque intento separarse de mi.
- Déjame descansar un poco, cariño, estoy agotada, me dijo dulcemente.
- Ni te imaginas lo que te queda por gozar, cielo.
Volví a martillear su clítoris, quería que llegara a esa sobrexcitación que produce un orgasmo tras otro, golpeé su coñito con mi lengua una y otra vez, se relajó, distendió sus músculos, volvía a gozar sin descanso, apreté mis dientes contra su clítoris, siguió gozando, dejándose arrastrar por oleadas de placer que llegaban una tras otra, de repente, explotó un inmenso orgasmo recorrió todo su cuerpo para desembocar en su coñito, era un mar de flujos estaba desmadejada, con una mirada de inmensa felicidad, de enorme gozo.
- Como sigas así, vas a matarme.
- Si, cielo, pero morirás bien follada.
- Eso si ¡!!, quiero morir bien follada, pero déjame recuperarme un poco.
Le alcancé una pequeña botella de agua, bebió, se le derramo un poco, se deslizó por su cuello y la recogí con mi boca en su canalillo. Chupé sus tetas, succione sus pezones, me apartó y volví a comérselas, estaban deliciosas, acabó de beber.
- Vamos cielo, levántate, le dije.
- Que quieres hacer ahora, cariño.
- Voy a seguir matándote de placer.
- De eso estoy segura.
Estas cabinas tienen una pequeña escalera de tres peldaños para poder auparse a la litera superior, subí un par de peldaños, Isa y yo teníamos alturas parecidas, con lo que al subirme a la escalerita mi rabo quedó a la altura de sus tetas.
- ¿Te acuerdas de la noche aquella en el callejón, volviendo a tu casa?
- No se a que noche te refieres, me dijo ella, mientras me cogía el rabo y se lo llevaba a la boca, empezaba a darme suaves besos en la punta.
- Si mujer, aquella noche que íbamos un poco pedos..
- Hemos ido muchas noches un poco pedos, no recuerdo, dijo ella sonriendo.
Mientras tanto colocaba mi rabo entre sus tetas , empezaba a pajearme con sus tetas, ensalivaba mi rabo y me pajeaba con sus tetas, estaba en el cielo, era un placer indescriptible, todas las células de mi cuerpo estaban pendientes de su boca y, cuando me la chupaba, todas esas células enviaban un mensaje a mi cerebro ¡¡córrete!!, ¡¡córrete!!, hacía verdaderos esfuerzos por no regar sus tetas o inundar su boca de semen, tenía calambres en las piernas, no podía aguantar mas, ella seguía comiéndome el rabo, seguía pajareándome con sus tetas, me miraba con lujuria..
- ¿Sabes? Aún no recuerdo esa noche que dices, ni recuerdo que pasó, continuaba burlándose de mi.
- No me importa, calla y sigue chupando, le dije entre suspiros de placer.
Seguía luchando por no correrme, pero no pude más, me corrí en su boca, a media corrida ella soltó mi rabo y chorretones de leche de rabo bañaron sus tetas, ¡¡¡¡que visión!!!, ¡¡¡visión más provocativa!!!.
Acababa de correrme pero estaba tan caliente que no se me bajo ni un milímetro, le di la vuelta, ella se rió pícaramente.
- ¿Qué quieres hacerme?, pregunto con ese acento lujurioso.
- Voy a tomar posesión de lo que es mío.
- ¡¡¡Anda!!!, y ¿que es lo tuyo?
- Hoy, todo tu cuerpo y toda tu alma.
- Ummmm, que sugerente, comentó ella.
Separé sus piernas lo justo, la abrace por la cintura, mi mano se posó sobre su monte de venus, hice que sacara su culito y la empalé desde atrás, su coñito estaba deliciosamente caliente, mi rabo volvía a su casa, sentía como era apretado cada vez que embocaba, notaba como la cabeza de mi rabo crecía y se endurecía, señal de que estaba disfrutando, prácticamente era la primera vez que me gozaba a Isa sin reparos, limites o prisas, disfruté de sentirme el dueño de ese delicioso coñito, de esas caderas que destilaban miel y a las que me aferraba como si fuera lo ultimo de mi vida.
- Enrique!!! , es la mejor follada de mi vida, estoy que se me sale el corazón por la boca.
- Sigue gozando, cielo que te quiero bien folladita, porque te pienso gozar cada vez que quiera.
- Si me follas así siempre me tendrás toda la vida, amor mío.
- Te voy a follar como una reina, para que siempre tengas ganas de este rabo.
Seguía dándole todo lo duro que podía, quería vaciarme en ella que me sintiese dueño de su cuerpo y de su alma.
Me corrí con todo tipo de gestos y suspiros dejándome todo dentro de ese coñito tan jugoso, ella se estaba corriendo también, no hay nada que haga que una mujer se sienta mas tuya que correrte con ella, es como si un relé en el cerebro se les disparara y se llenan de una infinita sensación de felicidad.
Me quedé dentro de ella mientras recuperábamos el resuello poco a poco.
- Qué bien follada estoy, cariño, déjame que te compense un poco.
Se separo de mi, se agachó y volvió a chuparme el rabo, estaba deliciosamente bonita, me volvía loco esa manera de chupar, me miraba desde abajo con una mirada de lujuria, agradecimiento y felicidad.
Nos tumbamos en la cama de abajo, sudados, cansados y agradablemente sucios, nos cubrimos uno con el cuerpo del otro.
- Cariño, quiero que me folles así todos los días de esta semana.
- Cielo, no sólo esta semana, todas las semanas de tu vida.
- Anda!!! No seas exagerado!!!
- Eso!! Primero esta semana y luego cada vez que quiera.
- Si me follas como hoy, mi coñito siempre será tuyo.
Continuará....
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