Treinta y dos centimetros

Estaba muy acomplejado, por una extraña malformación de nacimiento. Cuando llegó a la edad adulta sumaba 32 cm.

Estaba muy acomplejado, por una extraña malformación de nacimiento. Esta malformación sólo la conocían sus padres , el personal sanitario que atendió a su madre en el parto y su pediatra. Este, había aconsejado a sus padres que de momento no tomaran ninguna medida quirúrgica hasta que fuera adulto y que posteriormente él mismo, por convicción propia, decidiera que hacer con el tremendo paquete que tenía entre las piernas. Cuando llegó a la edad adulta sumaba 32 cm.

Con 21 años, se había volcado totalmente al estudio de la informática, se dedicaba a la creación de páginas web. Afición que la aportaba unos ingresos económicos importantes. Conseguía entre 2.000 y 3.000 Euros al mes.

Su vida social era prácticamente nula. No porque fuera tímido, que no lo era, todo lo contrario, era una persona muy agradable y simpática, la razón fundamental de la falta de vida social era que le daba terror que alguien le viera desnudo. Por esta razón nunca quiso empezar ninguna relación.

A su edad continuaba siendo virgen, y eso que era de esos hombres que hacía volverse a las chicas, cuando pasaba, 182 , moreno, ojos color miel, cuerpo ligeramente musculado, bien formado y en su peso justo.

Su tiempo libre lo dedicaba a hacer deporte y al chat . Entraba en el canal "Mas de 30" del irc-hispano. Aquí conseguía ser cualquier persona que se proponía. Dejaba volar libremente su imaginación y a veces conseguía hacer cibersexo con alguna chica caliente sin que le viera desnudo.

Después de retocar una de la páginas web en la estaba trabajando, decidió entrar en el chat. Al abrir la sesión había 563 personas metidas en el canal, prácticamente saturado. Había entrado como "Lolo21" que era el nick que usaba normalmente aunque su nombre era Rodrigo.

Intento leer algo en el general, imposible, iba demasiado rápido, así que esperó a que alguna de sus amigas le llamaran, mientras tanto se dedicó a buscar en la lista de nicks por si encontraba a alguien conocido.

A los 20 minutos se le abrió un privado en la pantalla:

Lola33 > Buenas noches tocayo

Lolo21> Buenas noches bonita, de donde eres?

Lola33> que galante. Vivo en Dos Hermanas

Lolo21> Ole la gracia, q cerquita¡¡¡¡¡, yo soy de Sevilla¡¡¡

Lola33> si muy cerquita.

Lolo21> como te llamas guapísima?

Lola33> Carla y tu?

Lolo21> Yo Rodrigo, encantado preciosa

Lola33> lo mismo digo simpaticon

Así continuaron durante cuatro o cinco horas, el tiempo corría ante ellos sin darse cuenta. Los dos se contaron casi su vida y secretos. Y digo casi porque Rodrigo no hizo mención a sus 32 cms.

Carla, le contó: que tenía 33 años, estaba casada y que hacía más de seis meses que su marido se había enzarzado por chat con una de 24 años que vivía en Granada e iba a verla de vez en cuando. Al principio estaba desesperada, casi había entrado en una depresión, pero ahora por sus hijas, tenía dos hijas una de 7 años y otra de 5, se había adaptado a la situación. Y aunque dormían en la misma cama y se hablaban, no había relaciones sexuales entre ellos.

A Rodrigo todo lo que le contó le impresionó muchísimo, pensó que era una mujer demasiado buena, que lo que tenía que haber hecho es poner a su marido de patitas en la calle y no volverle a mirar más a la cara.

A las 04:25 de la madrugada se dieron cuenta de la hora y decidieron quedar al día siguiente para seguir hablando, los dos se habían quedados prendados el uno del otro a pesar de la diferencia de edad.

En días sucesivos siguieron chateando, y poco a poco, casi sin darse cuenta, empezaron a necesitar esas horas diarias que permanecían delante de la pantalla del ordenador hablando con el otro, de tal forma que los dos sólo vivían para la hora de entrar en el chat. Se mandaron fotos para saber como eran. Carla era alta para ser mujer, medía 169, su cara era preciosa, pasaba 60 kg, se conservaba muy bien a pesar de sus dos partos.

Las conversaciones cada vez se iban haciendo más íntimas:

Lola33>sabes q cuando no hablo contigo por aqui, t echo d menos y pienso mucho en ti.

Lolo21> a mi me pasa lo mismo, me paso el dia pensando en ti

Lola33> esto empieza a ponerse serio

Lolo21> pq dices eso?

Lola33> pq si continuamos asi terminamos declarandonos, jajajajajaj

Lolo21>bueno a mi no me importaria, me gustas un monton

Lola33> tu a mi tb, incluso he soñado contigo

Lolo21> q has soñado?

Lola33> no pienso decírtelo, jajajajajaja

Lolo21> si dices eso quiere decir q el sueño era erotico

Lola33> jajajajajaja

Lolo21> venga cuentamelo, si te pones colorada no te preocupes que no te veo

Lola33>Jo, es q me da vergüenza.

Lolo21>venga guapisima cuentamelo que estoy deseando saberlo

Lola33>bueno, lo q soñe fue que nos conociamos, ibamos a comer y después a bailar muy juntitos, nos besábamos decidiamos ir a un hotel y alli haciamos el amor.

estas ahí?

Lolo21> SI, SI ESTOY. Por favor cuentamelo con mas detalles. Como te hice el amor?

Lola33> fue maravilloso, me llenastes d besos y caricias por todo el cuerpo

fuiste el hombre mas dulce y tierno que he conocido me hacias el amor y las sensaciones fueron increíbles me desperte con un orgasmo, nunca habia tenido un orgasmo asi

Lolo21> me vistes desnudo? T guste?

Lola33> jajajajajaajaja, claro estabas impresionante

Lolo21> me gustaria decirte una cosa sobre mi aunque te parezca un poco increíble

Lola33>no me vayas a decir ahora que eres gay, jajajajajaja

Lolo21>jajajajajaja, nooooooooo, por lo menos eso creo

Lola33> eso crees????????

Lolo21> dejame explicarte preciosa veras, yo nunca he hecho el amor con nadie

Lola33> de verdad? No me lo puedo creer. Y eso pq

Lolo21> pues no lo se, supongo que no he tenido oportunidad

Lola33> Rodrigo yo he visto tus fotos y se que no estas nada mal, todo lo contrario

estas para mojar pan y repetir no me puedo creer q ninguna chica se haya fijado en ti

Lolo21> yo es que casi no salgo y por aquí por el chat solo se consigue cibersexo

que supongo que no es lo mismo.

Lola33> claro que no es lo mismo no se parece en nada

Lolo21> una cosa es seguro, se q no soy gay pq mis fantasias sexuales son solo con chicas

Lola33> has tenido fantasias sexuales conmigo?

Lolo21> Jo¡¡¡ q pregunta

Lola33> a mi me has hecho contarte el sueño, asi que responde a la pregunta

Lolo21> si, si la he tenido, todos los dias desde q empezamos a chatear

Lola33> como son?

Lolo21> pienso que te hago lo mismo que me has contado tu en el sueño

al mismo tiempo que lo pienso me masturbo y tb tengo unos orgasmos enormes

Lola33> t masturbas pensando en mi?

Lolo21> si todos los dias, algunas veces dos y tres veces

Lola33> no sabia que aun podia levantar esas pasiones en un hombre y menos sin habernos conocido, solo por el chat, me halagas te confesare una cosa, yo tb me he masturbado pensando en ti

Lolo21> Jo¡¡¡¡, no se que decirte, me gusta oírte decir que te masturbas pensando en mi

Lola33> Rodrigo yo creo que deberíamos de vernos

Esas palabras escritas en la pantalla del ordenador, hizo que se le parara la sangre en las venas, pensando en las posteriores consecuencias, además no se había atrevido a decirle lo de su malformación genital.

Lolo21> y tu marido, puedes tener problemas con él.

Lola33> mi marido y yo vivimos bajo el mismo techo y dormimos en la misma cama

pero si el hace su vida yo hare la mia, mi unica pega son mis hijas, si nos vemos tendra que ser después de las 0930 de la noche el llega a las 0915 de trabajar y se podra quedar con las niñas si t parece puedes venir a buscarme a las 0930

Lolo21> bueno

Lola33> conoces Dos Hermanas?

Lolo21> un poco, no mucho

Lola33> te digo la dirección y vienes , cuando estes abajo me das un toque en el movil

Lolo21> d acuerdo

Lola33> Urbanización Los Pinos 12, bajo B, movil 653243491

Lolo21> el mio 609594568

Loli estoy muy nervioso, dios mio¡, nunca pense que pudiéramos vernos

Lola33> Quieres que nos veamos, verdad?

Lolo21> si, si quiero, lo estoy deseando.

Lola33> falta solo hora y media, mejor será que lo dejemos ahora , tengo que bañar y darle la cena a las niñas y arreglarme yo.

Lolo21> vale, estare alli a esa hora. Un besazo muy grande.

Lola33> un besito para ti tb, hasta luego.

Lolo21> adios preciosa.

El tiempo que faltaba para verse fue angustioso, no podía dejar de pensar que pasaría cuando viera su entrepierna, tenía la esperanza que aún faltara bastante tiempo para llegar a eso, haría que todo fuera muy lento, aprovecharía el momento propicio para decírselo.

Se afeitó y se duchó. Se perfumó con colonia Tito Bluni, era la que usaba siempre. Se puso unos pantalones vaqueros y una camisa de cuadros azules. Se miró al espejo antes de salir, decidió que se veía bien.

A las 21:00 salió de la casa en la que vivía con sus padres, cogió su coche, un Rover de segunda mano, casi nuevo, lo había comprado con lo que ganaba con confección de páginas web. Estaba muy nervioso por eso decidió ir despacio para no tener ningún accidente.

Cinco minutos antes de la hora prevista llego a la urbanización donde vivía Carla, en Dos Hermanas, compuesta por casitas unifamiliares en líneas paralelas. Estaba todo repleto de automóviles a ambos lados de la calle en una cuesta bastante pronunciada.

Dio un par de vueltas con el coche para estudiar la situación de la zona. Se paró delante del número 12 y miró hacía las ventanas que podían ser la casa de Carla. Se veía la luz encendida pero las cortinas impedían ver su interior.

Siguió más abajo de la calle, consiguiendo aparcar en un hueco. Con su móvil le dio un toque al móvil de ella, como habían convenido. Su vista no se apartaba del número 12. Tenía hasta miedo de pestañear por temor a no verla salir.

Carla bajó enseguida. La vio bajar por la cuesta hacia él. Estaba impresionante, pelo color caoba, corto, echado hacia atrás, su largo cuello quedaba totalmente al descubierto, piel blanquísima, su cara estaba salpicada por algunas pecas que la hacían más infantil, ojos enormes de un color indefinido, con la luz del momento parecían grises; labios muy sensuales .Llevaba una falda azul turquesa justo por encima de las rodillas y una blusa blanca, sus piernas eran muy estilizadas, su tacto debería ser suave y delicado. Su cuerpo era perfecto no tenía nada que envidiar a las modelos de la televisión. Rodrigo pensó que tenía mejor cuerpo que ellas, Carla tenía más curvas, lo que le hacía más deseable ante sus ojos.

Rodrigo se bajó del coche, su corazón le latía muy deprisa, su estomago estaba como lleno de mariposas, le costaba trabajo respirar con normalidad, estaba perdidamente enamorado, fue hacia ella, le temblaban las piernas, le cogió las manos con las suyas, le dio un beso en cada mejilla. Sin soltarle las manos se separo un poco de ella para volver a mirarla.

  • Eres preciosa, mucho más guapa que en foto, nunca he conocido a nadie tan bonita como tu.

  • Gracias. Yo creo que lo mejor es que vuelva a casa y baje otra vez para que me repitas esas palabras tan bonitas.

  • No hace falta que te vayas, te las repito, no faltaba más. Jajajajaja. No he conocido a nadie con tu belleza.

Muy cortésmente le abrió la puerta delantera derecha para que subiera. Arrancó y se encaminaron a Sevilla.

Ella le dijo que prefería no ir a cenar porque estaba el régimen y no quería engordar.

  • Me he tomado una lechuguita antes de salir, pero si te apetece picar algo te acompaño y si tienen algo vegetal o que acepte el régimen que estoy siguiendo, picaré yo también.

Rápidamente, Rodrigo decidió que no quería entretenerse en ningún bar de tapas donde algún buitre, en un descuido suyo, le levantara a la mujer que tanto deseaba.

  • Si te parece nos vamos a algún sitio tranquilo a oír música y a tomar unos copas.

  • Conozco una discoteca muy tranquila que no tiene la música demasiado fuerte y así podremos hablar sin gritar. He ido algunas veces con mi marido.

  • De acuerdo no perdamos más tiempo, vamos.

Al entrar, la discoteca era enorme, de dos pisos; estaba decorada con cierto estilo naval, como si fuera un galeón antiguo, se llamaba "Pirata’s". Subieron al piso de arriba, estaba más tranquilo. Aún era pronto, no había demasiada gente.

Se sentaron, Carla pidió un Baileys y Rodrigo un Gin Tonic. Enseguida vino el camarero con lo que habían pedido, acompañado de un platito de cacahuetes y almendras rebujados, un bombón y un After Eight para cada uno.

Los primeros minutos fueron de mirarse el uno al otro, no les hacían falta palabras sus ojos se lo decían todo el uno al otro.

Él veía en ella a una mujer perfecta, culta, sabía escuchar, inteligente, encantadora, muy guapa. Se sentía muy bien junto a ella. No entendía como el idiota de su marido se había podido ir con otra y que la tuviera en casa como a quien tiene a un perrito.

Ella estaba encantada, se sentía muy bien junto a Rodrigo, se olvidaba de todos los problemas de su casa. Notaba que con esta salida le insinuaba a su marido que ella también podía ser infiel, de hecho se le pasó por la cabeza serlo, le atraía mucho Rodrigo, sobre todo desde que se enteró que aún era virgen. Si su marido se tiraba una furcia de 24 años, ella pensaba que podía hacer el amor con alguien más joven aún y que no había estado entre las piernas de ninguna mujer. Tampoco estaba segura que fuera capaz de hacer el amor con alguien distinto de su marido. Su marido era el único hombre que había conocido sexualmente.

Estuvieron hablando sobre todo lo que les interesaba a los dos: ella, él, su marido, sus hijas, de informática, música, ... Estaban en el limbo los dos, el tiempo para ellos se había parado. El camarero les saco de su ignorancia preguntándoles si querían tomar algo más antes de cerrar. Miraron la hora y eran las 03:30, faltaba media hora para cerrar. Pidieron otra vez lo mismo.

Rodrigo se sentía inquieto, la boca de Carla le atraía como a un sediento le puede atraer una fruta madura y jugosa en una tarde de calor. Ella de vez en cuando se humedecía los labios con la lengua y eso le estaba volviendo loco. Cada vez se acercaba más a ella y le hablaba más cerca del oído susurrándole. Notaba su olor, un olor delicioso a una mujer encantadora. Ese olor se le quedaría grabado a fuego durante toda su vida.

Ella también se le acercaba cada vez más. En un momento sus bocas quedaron muy cerca la una de las otra y él sin poder resistirlo más rozó sus labios con los suyos. Fue un roce muy suave, como el roce del ala de una mariposa. Sintió como si una descarga eléctrica le recorriera todo el cuerpo, nunca había sentido algo así.

Ella se le quedo mirando muy seria. Rodrigo pensó que había metido la pata. Sólo pudo articular:

  • Lo siento Carla perdóname, no lo he podido evitar, tus labios me atraían como nunca...

-No, no me ha sentado mal, estoy un poco confundida porque ese roce de tus labios ha hecho que un escalofrío me recorra todo el cuerpo.

  • ¿No estas enfadada conmigo?

Ahora fue ella la que lo besó, quería volver a sentir esa convulsión por todo su cuerpo, Poso sus labios en los de él sintiendo su humedad, le paso la lengua por sus labios cerrados que no se abrieron, notando su inexperiencia. Su cuerpo volvió a sentir ese agradable estremecimiento de placer.

  • ¿No has besado a muchas chicas?.

  • No, no muchas. La verdad es que nunca he besado a nadie. ¿Se me nota mucho?.

  • Un poquito. Pero no me importa en absoluto, todo lo contrario. Me gusta como eres,

tan inocente en estos temas. Pero me parece raro que un hombre tan guapo como tu siga siendo virgen.

  • Me gustaría volver a besarte.

  • A mi también, pero esta vez déjate llevar y abre un poquito tus labios.

Se volvieron a fundir en un beso, esta vez Carla penetró en la intimidad de su boca llenándose con la humedad de su interior. Jugaron con sus lenguas muy despacio buscando sus más recónditos espacios ínter bucales. Sus jugos salivares pasaban de una boca a otra incrementando la pasión que ambos sentían.

A Manolo le parecía que estaba en otro mundo, en el mundo de Carla, todo lo demás había desaparecido para él. Notaba la presión de sus pantalones, su bragueta estaba a punto de estallar. Deseaba a la mujer que estaba besando como nunca había deseado a nadie. Que descubriera su gran secreto había pasado a segundo plano.

Sus manos acariciaron la cara y los cabellos rojizos, se besaron hasta casi dejar de sentir sus labios y sus lenguas. No querían que este momento terminara jamás.

La luz se apagó y se volvió a encender, indicando el próximo cierre del local.

  • Tenemos que irnos, las cuatro de la madrugada, ¡qué barbaridad! Como ha transcurrido el tiempo. Se han pasado seis horas volando.

  • Sí, te llevo a casa, mañana tendrás que ocuparte de tus hijas

Se dieron otro beso húmedo, se levantaron y salieron cogidos de la mano embriagados en sus sentimientos.

Durante el camino de vuelta a Dos Hermanas hablaron muy poco, iban los dos pensando en las nuevas sensaciones y pasiones que se habían levantado entre ellos. De vez en cuando se miraban y se acariciaban las manos.

Al llegar a la urbanización donde vivía ella, aparcó en doble fila, más abajo de su casa, lugar en el que había cierta penumbra por llegar las luces de las farolas muy atenuadas.

Sus bocas volvieron a unirse en un interminable beso, ella , al mismo tiempo, le desabrochó un botón de su camisa y le acarició muy suavemente su pecho con las yemas de sus dedos.

El quiso hacer lo mismo pero no se atrevió a desabrocharle ningún botón, le temblaba la mano. Empezó por el cuello y fue bajando muy despacio por el escote que dejaba ver su blusa, su piel era muy suave y cálida. Siguió bajando pensando que el cualquier momento le quitaría la mano. A la vez le besaba en la cara, la frente, en los ojos, en la boca, en las orejas, en el cuello, no quería dejar ni un milímetro de su cara por besar. Con la mano llego a su pecho, le ardía en su mano, suave como el terciopelo y deliciosamente cálido Metió la mano por dentro del sujetador consiguiendo llegar al pezón.

  • ¡¡¡Aaaaaaaahhhhhh!!!, ¡Dios mío!

  • ¿Qué te pasa?

  • Nada, sigue, siempre he tenido unos pechos muy sensibles y contigo se incrementan las sensaciones. Eres tan dulce y suave como en mi sueño.

Sus palabras le animaron y le desabrochó dos botones. Descubrió un sujetador blanco con encajes. Ella se lo desabrochó y se lo quitó en un rápido movimiento, sacándoselo por una de las mangas de la blusa y se terminó de desabrochar todos los botones de su blusa. Dejo al descubierto dos tetas preciosas, no eran como las que había visto en las paginas porno de Internet, no eran excesivamente grandes, tenía piel muy blanca en los que destacaban unos pezones pequeños y sonrosados, muy apetecibles.

Comenzó a besarlos, acariciarlos, muy despacio, mirándolos a cada momento, deleitándose en los besos y caricias, fue avanzando centímetro a centímetro hacía el centro, le chupó los pezones . Pasaba de uno a otro. Los absorbía , si insistía algo tendría que salir de allí.

  • No tan fuerte, más suave al principio. Hazlo como si sorbieras el zumo de una fruta sin morderla. Los tengo demasiado sensibles.

Así lo hizo pasando de uno a otro. Sus pechos le embriagaban. Sus besos y caricias hacían suspirar a Carla de una manera increíble. Estaba muy excitado. Su virilidad pugnaba por salir de sus pantalones, se retorcía en el asiento inquieto. Sin dejar de comerle las tetas, metió las manos por detrás de la blusa aprovechando que estaba abierta. Le pasó la punta de los dedos por la espalda, le acarició la espalda a todo lo largo y ancho. Metió una mano entre la falda y la piel y se encontró con un culito suave y duro al tacto que amasó delicadamente

Carla siguió acariciándole el pecho. Le desabrochó todos los botones de sus camisa. Su mano empezó a descender mientras que le volvía a besar llenándole su boca con su saliva. Saliva que era como miel para él. Al llegar a su entrepierna, notó un paquete increíble.

  • ¡Ooooohhhhhh!

  • Loli será mejor que vuelvas a casa es muy tarde y mañana tienes que ocuparte de tus hijas y yo tengo que madrugar, tengo que terminar un trabajo.

  • No te preocupes por mi, ¿qué te pasa?

  • No me pasa nada pero me tengo que ir.

  • ¿He hecho algo que no te haya molestado?

  • No, no has hecho nada pero de verdad que me tengo que ir.

Iba a coger el sujetador que lo había tirado en el asiento de atrás pero lo dejó ahí a propósito. Se abrochó la blusa, le dio un beso, se bajo del coche y se fue caminando hacía su casa, abrió, hizo un gesto con la mano a modo de despedida y desapareció de la vista de él

Rodrigo arrancó el coche y se dirigió a su casa. No podía permitir que lo viera sin haberle dicho antes como era. Mil preguntas bullían en su mente: ¿Y si no le gustaba como era?, ¿se podía asustar?, ¿le podía dar asco que fuera así?, ¿y si le consideraba un monstruo?. La angustia se volvió a cebar en él.

Al llegar a su casa cuando cerró el coche, vio el sujetador, en el asiento de atrás, lo cogió y se lo llevó. Al meterse en la cama, estuvo aspirando el aroma a ella que despedía. Aroma que había grabado en su mente y que jamás se le olvidaría. Olía a ella, a la hembra que amaba y deseaba

Lola33> hola, como estas?

Lolo21> hola, estoy bien, bueno muerto de sueño, y tu?

Lola33> yo tambien tengo algo de sueño. Cuentame q t paso ayer.

Lolo21> es dificil d explicar pero lo intentare. Veras, no se como empezar

Lola33> solo dime lo q te paso ayer, pq te fuiste tan rapido y de esa manera

Lolo21> ayer nacieron en mi sentimientos que nunca habia sentido, sentimientos hacia ti muy profundos. Pienso q t quiero. Nunca había sentido nada asi por nadie. No dejo de pensar en ti

Lola33> a mi tb me pasa lo mismo, yo tb me estoy enamorando de ti

Lolo21> todo esto q siento x ti, tengo miedo que se vaya todo a la porra por mi culpa

Lola33> y pq se va a ir a la porra por tu culpa

Lolo21> es que yo no soy una persona normal, mis genitales son distintos

Lola33> ayer noté que eres un hombre muy dotado, lo dices por eso?

Lolo21> si, mas o menos

Lola33> eso en principio no debe ser un problema, no tienes pq ponerte asi, las mujeres se suelen preocupar pq falte no pq sobre.

Lola33> ademas no será para tanto?

Lolo21> 32 cms

Lola33>¡¡¡¡¡¡¡¡TREINTA Y DOS CENTÍMETROS!!!!!!!!

Lolo21> espera no es como tu te crees, debí dejar q me vieras ayer.

Lola33> si, quiero verte. Quieres que nos volvamos a ver?

Lolo21> estar contigo otra vez seria como estar en el cielo pero me da un poco de corte, nunca nadie me ha visto desnudo

Lola33> alguna vez tiene que ser la primera y que mejor que yo que siento algo muy especial por ti

Lolo21> que sientes?

Lola33> me has hecho olvidarme completamente de mi marido

Lolo21> Loli , te quiero con toda mi alma, lo que siento por ti no lo he sentido por nadie.

Lola33> dios mio que bonito. Yo tambien me he enamorado de ti.

Lolo21> puedo llamarte por telefono?

Lola33> Si llamame, mejor que por aquí, cortamos

  • Hola.

  • Hola. ¿Cómo estás?

  • Que delicia volver a oír tu voz. Tienes una voz tan femenina, tan angelical y tan dulce que esta noche he soñado con ella.

  • ¿Estas bien?, me ha parecido que estabas muy incómodo en el chat.

  • Si estoy bien. Lo único que me pasa es que estoy un poco angustiado porque me veas. ¿Y si te dejo de gustar?

  • Que tontería, me vas a gustar aunque la tuvieras verde con lunares rosas. Vamos a hacer una cosa, ¿qué te parece si nos volvemos a ver hoy por la noche? pero nos vamos a un lugar tranquilo.

  • Me parece bien.

  • Entonces vas a hacer una cosa, antes de venir a buscarme, pásate por un hotel y reserva una habitación. Después vienes a buscarme y vamos los dos al hotel.

  • De acuerdo. Tengo en tiempo justo si quieres que llegue allí a las 0930.

  • Venga. Un besito. Te quiero.

  • Que delicia sentir esas palabras de tu boca. Yo también te quiero.

Rodrigo a pesar de su nerviosismo parecía como si tuviera alas. Se afeitó, se ducho, se puso colonia. Reservó una habitación en un hotel en la carretera a la salida de Sevilla. Llegó a la urbanización de Carla tan sólo 15 minutos tarde. Le puso un mensaje diciendo que estaba abajo.

Carla le contestó con otro diciendo que bajaría en 15 minutos, su marido se había retrasado por problemas con su trabajo pero había hablado con él y estaba en camino. En cuanto llegue a casa bajaría.

Bajó a los 20 minutos. Descendió la cuesta hasta el coche, estaba impresionante, se había vestido toda de rosa, color que destacaba sobre la blancura de su piel

  • Hola, estás cada día más guapa y deslumbrante.

  • Gracias, me encanta tu galantería. Siempre pendiente de mi en todo momento.

Se acercó a ella y le dio un beso en los labios.

  • Mejor que nos vayamos cuanto antes de aquí. No quiero que nos vea ningún vecino, para ellos soy una feliz casada y no quiero que empiecen las murmuraciones.

Rodrigo arrancó y se dirigieron al hotel. En 15 minutos estaban en el aparcamiento del hotel.

  • ¿Entramos?

  • Sí.

Sus bocas se volvieron a unir en un acalorado beso con intercambio de caricias faciales e intensos abrazos. Las manos de ambos empezaban a volar por todo el cuerpo del otro. Pararon se miraron a los ojos y se bajaron del coche.

Entraron nerviosos en la habitación. Una habitación con luz indirecta con una cama de matrimonio, cubierta con una colcha color marfil que le daba un cierto toque de elegancia. A la derecha de la cama tenía como un saloncito con una mesa baja y dos sillas con brazos que miraban hacia un equipo de TV. Al lado de la televisión había dos puertas, una doble era un armario, la segunda era un cuarto de baño muy espacioso.

Abrazados de nuevo, unieron sus labios nuevamente, dejándose caer en la cama. Ahora sus cuerpos se rozaban y apretaban a lo largo de su longitud. El resto lo hacían sus bocas y manos que no dejaban de besar y acariciar.

Poco a poco, muy despacio se fueron despojando de la ropa el uno al otro hasta quedar los dos en ropa interior. A Carla se le escapaban los ojos, aunque no quería demostrar su curiosidad, hacia el tremendo paquete que tenía en estos momentos debajo de su bóxer. No entendía como con 32 cms. No se le salía por fuera.

Carla fue llevando su caricias poco a poco a los genitales de él. Cuando los acarició por encima del bóxer, notó algo raro, su tacto no se correspondía con los 32 cms que ella tenía en su mente.

  • Espera, dejame que me desnude para que me veas.

Se empezó a bajar el calzoncillo despacio hasta que saltó como movido por un resorte un pene, totalmente tieso que no parecía que tuviera 32 cms.

  • No parece que sea tan grande como me has dicho.

  • No he terminado aún. Mira.

Siguió bajándose el bóxer , salto un nuevo pene. Tenía dos penes. Los dos totalmente erectos.

De la base del pene normal, en la zona superior, le nacía un segundo pene. Eran de un tamaño parecido, unos 16 cm (entre los dos 32 cms, no estaba mal).

Su visión era morbosa, a la vez que abundante. El pené superior lo tenía totalmente pegado al abdomen, el inferior le formaba un ángulo de 60 grados con la vertical. Los dos formaban una V. Debajo de ellos aparecían unos testículos bien proporcionados.

-¡Increíble!, no me podía imaginar que fueras así. Creí que me iba a encontrar con alguien que la tenía como un burro y me encuentro con que tienes dos, no me lo puedo creer.

-¿Con eso que quieres decir?- Dijo con mucha preocupación- ¿No te gusto cómo soy?

  • Mi amor, como no me vas a gustar. Simplemente estoy sorprendida. Me encantas.

Se acercó y les paso la mano muy despacio. Primero a uno y después al otro. Tiró de los dos para cerciorarse que ninguno de los dos estaba pegado. Su mente aún no era capaz de asimilar la realidad. Después de ver que eran de carne y hueso (mejor dicho, sólo de carne), los empezó a acariciar cada uno con una mano. Subía y bajaba a lo largo de los dos muy despacio, le masajeó los testículos.

Cuando levanto la vista y mirar a Rodrigo, lo vio casi en éxtasis. Era la primera vez que alguien que no fuera él mismo, le tocaba. Abandonando las caricias se fundieron en un interminable abrazo, juntando sus bocas ávidas.

  • Estoy demasiado excitado, te deseo como nunca he deseado a nadie. Estoy a punto de correrme con tus caricias.

  • No te preocupes esperaremos un poco a que te baje la temperatura. Yo también te deseo a ti como jamás he deseado a mi marido.

Carla le quitó el bóxer que era la única prenda que tenía medio puesta, dejándolo totalmente desnudo. Rodrigo le desabrochó el sujetador dejando en libertad sus senos. Se recreo mirándolos, esta vez los vio en toda su plenitud, libres y sin penumbra. Le metió la mano entre la braga y el culo, bajándosela al mismo tiempo que le acariciaba toda la nalga y el muslo.

Los dos se quedaron desnudos. Rodrigo desvió la mirada a la entrepierna. Los vellos del pubis de Carla eran de un pelirrojo rabioso, muy intenso. No eran del mismo color que su cabello, cosa que le sorprendió.

Acariciándolos dijo:

  • No tienes el mismo color en la cabeza que aquí.

  • De ese color tenía el cabello cuando era pequeña, poco a poco el de la cabeza fue oscureciéndose y el de abajo se me quedó igual.

No podía dejar a de mirarlo, acarició los vellos suavemente, pasó los dedos por los labios vaginales.

  • Bésalo.

Rodrigo no se hizo rogar. Puso la cabeza entre sus piernas con su cuerpo a continuación del de ella. Le metió las manos entre la cama y sus nalgas para sentir la suavidad de su culo. Lo tenía muy cerca. Beso en la parte del clítoris, un beso casi imperceptible.

  • No me hagas sufrir, quiero sentirte.

Volvió a besarlo, esta vez con más fuerza. Pasó su lengua por botón que empezaba a emerger y a los labios que le invitaban a ser chupados. Descubrió entre ellos un agujero que se abría invitando a pasar. Metió la lengua todo lo que pudo, absorbiendo el néctar que rezumaba. Su sabor era dulzón. Levantándole las cachas siguió bajando y se encontró con un ano sonrosadito, lo humedeció, intentó entrar, pero estaba muy apretado. Volviendo a subir se volvió a cebar con el clítoris, lo envolvió con los labios al mismo tiempo que lo frotaba con la lengua.

  • Méteme un poco un dedo y frota por dentro por la parte superior.

Siguiendo sus deseos, metió en su vagina la mitad del dedo corazón de su mano derecha sin dejar de chupar y comenzó una suave fricción.

  • Oooooooohhhhhh. Me vuelves loca, has acertado justo en el punto. Creo que es mejor que pares no quiero llegar al final aún.

  • Si llegas mejor. ¿Por qué no quieres correrte?

  • Te diré una cosa: "o los dos o ninguno". Este es mi lema. Sentimos placer los dos o los dos nos quedamos con las ganas. El primero es el bueno, los siguientes, si es que lo consigo, normalmente no, no están mal pero les falta intensidad. Prefiero disfrutar plenamente del primero y en su momento justo.

Dicho esto lo tumbó boca arriba en la cama y agarrando sus vergas se las intentó meterlas juntas en la boca, no pudo ser, entre las dos eran demasiado, decidió chuparlas una a una. Pasaba de una a otra. No quería que ninguna de ellas tuviera envidia de la otra, lo que le hacía a una lo repetía inmediatamente en la otra. Les metía la lengua en el agujero del glande, las recorría en toda su longitud. Bajaba hasta los huevos, jugaba con ellos, se los metía en la boca.

  • Yo tampoco aguanto más, para por favor.

Se puso a su lado, cara con cara, sin tocarle el cuerpo, sólo le daba besitos en la cara y en el cuello hasta que se le quitó la sensación de correrse.

  • Creo que ha llegado el momento de que sea tuya. Te deseo. No te preocupes por nada, tengo puesto un DIU desde hace dos años, no hay peligro de embarazo.

Se tumbó en la cama boca arriba e hizo que el se pusiera encima. Le cogió los genitales dudando cual de los dos se introduciría. Decidió que empezaría con el de abajo. Se lo puso a la entrada de su lubrificada cueva.

  • Despacio, por favor, hace mucho tiempo que no lo hago.

Rodrigo fue muy despacio. Notaba un refugio ardiente y acogedor, no se parecía en nada a sus manos. Experimentaba una sensación de bienestar por todo su cuerpo. Hubiera querido estar toda la vida así. Su otro pené había quedado atrapado entre los dos cuerpos y la sensación era muy placentera.

Carla fue notando como iba entrando poco a poco, cerró los ojos y se abandonó a lo que estaba sintiendo. Siempre el momento de la entrada en su vagina era especial. El calor y la sensación de placer eran inconmensurables. A todo esto se le unía el otro pene que fue resbalando y frotando sus labios y su clítoris.

Cuando llego al tope y sus pelotas rebotaron en sus nalgas, se quedo quieto un momento mientras que sus lenguas se abrazaban. Rodrigo, sin dejar de penetrarla, aprisionó el pezón izquierdo con su boca y con su mano izquierda pellizcaba el pezón derecho de Carla.

Empezó a moverse primero despacio, 10 penetraciones suaves y una profunda, técnica sexual oriental que había leído en algún sitio. Sus movimientos iban cada vez más rápidos. Sentía su orgasmo a flor de piel. Miró a Carla y la vio suspirando muerta de placer. Disminuyó un poco sus movimientos.

Carla estaba a punto de llegar a la cima. Empalada por su vagina y sentía la suavidad de un pené cálido, sedoso y acuoso que le friccionaba el clítoris. Llegaba al tope del placer. Se acercaba el superorgasmo. Sentía como la sensación que partía de los genitales le iba invadiendo todo el cuerpo, hasta el último pelito de la cabeza.

  • Aaaaaaaahhhhhhhhh, maravilloso, que delicia.

Rodrigo, continuó moviéndose más rápido para acabar a la vez, pero después de tanto rozamiento estaba un tanto insensible. Sus movimientos acelerados hacían retorcerse de placer a Carla que después del orgasmo se había quedado muy sensible.

  • Te toca a ti mi amor.

  • Ya lo intento pero parece como si de repente no me saliera.

Carla, tal como estaba, debajo, se lubrificó con saliva los dedos de su mano derecha y le empezó a acariciar el ano y el escroto. Le tiraba suavemente de los testículos.

  • Sigue moviéndote.

Rodrigo continuó con su cabalgada. Se sentía por las caricias de Carla. Le gustaba. De repente, con las caricias en el ano, se precipitó a una imparable eyaculación. En cada espasmo de su orgasmo, escupía semen y entraba involuntariamente en Carla hasta el final. Sus huevos chocaban con violencia en las nalgas de la mujer que quería. Poco a poco se volvieron cada vez menos intensos.

Sin sacarla, se quedo encima de ella procurando no aplastarla. La besaba en el cuello, en la boca, en los ojos, en los lóbulos de las orejas; le acariciaba el cabello y sus pechos con las manos.

  • Que manera de moverte al final. Ha sido alucinante.

  • ¿De verdad? ¿Te ha gustado?

  • Claro que me ha gustado. Le gustaría a cualquier mujer hacer el amor contigo. La sensación de notar dos a la vez es sensacional. Me gustaría probar otras cosas contigo.

  • ¿Qué quieres probar?- dijo Rodrigo

  • Me gustaría probar una por delante y otra por detrás. Tendría que ser con mucho cuidado. El sexo anal lo he hecho alguna vez con mi marido pero tengo que estar muy caliente y al principio hacerlo muy despacio para que vaya dilatando poco a poco. Tendrías que hacer que fuera dilatándome poco a poco con tu lengua y tus dedos.

  • Mmmmmmm, eso suena muy bien, estoy dispuesto a ser tu ratoncito de laboratorio.

  • Espera primero vamos a recuperamos. Vamos a darnos una ducha y después tomaremos algo.

Le hizo apartarse a un lado. Se levantó de la cama. El semen de él le resbalaba entre los muslos y por el abdomen.

Extrañada le dijo: ¿te corres por los a la vez?

  • Sí. Supongo que se repartirán la mitad para cada uno.

  • Ven, vamos a la ducha.

En la ducha se quitaron el olor de haber follado. Siguieron dándose y haciéndose toda clase de besos, arrumacos y caricias. Se secaron el uno al otro deleitándose al pasar las toallas por la piel del otro. Se sentaron en los sillones, él envuelto con una toalla en la cintura y ella con otra que le cubría los senos y le llegaba hasta la mitad del muslo.

Carla abrió la neverita- minibar y vio que había todo tipo de bebidas y varias bolsitas de cacahuetes salados bañados en miel. Preparó un Gin Tonic y un Baileys y abrió dos bolsitas de cacahuetes con miel.

  • A mi hacer el amor me da mucha hambre.

  • A mí me parece que también me da hambre porque ahora mismo me comería un caballo.

Se dieron de comer y de beber el uno al otro hasta acabar con todas las bolsitas de cacahuetes. A falta de más frutos secos mejor era la boca del otro. A continuación de los besos en la boca siguieron más besos y más caricias en todo el cuerpo. Las toallas cayeron al suelo.

Rodrigo cogió a Carla, desnuda, en brazos y la llevo de nuevo a la cama. Los dos estaban de nuevo excitados.

Carla se puso como un perrito y le dijo:

  • Rodrigo, dilátame el ano. Estoy deseando sentirte dentro.

No se hizo rogar. Se situó detrás de ella. Separó las nalgas con sus manos. Apareció el ano, perfecto, sonrosado, sin vello, totalmente cerrado. Debajo aparecía la vagina, en esta postura sobresalía de entre las piernas, húmeda y con los labios abultados por la calentura.

Le pasó la lengua por el clítoris, subió despacio, profundizando al pasar por la vagína, sorbiendo los néctares vaginales antes de salir. Llegó al segundo agujero de placer entre suspiros de Carla. Jugó con su lengua desde el ano hasta la espalda. Con sus dedos jugaba con el botón del placer, penetrando en el hoyo antes conquistado buscando el punto G. Besó el ano, lo empapó con su saliva, lo fue relajando muy despacio, comenzó a abrirse al apretar con la punta de la lengua. Después de empapar bien el dedo índice de la mano derecha, en el caldo que destilaba su entrepierna lo posó en el estrecho agujero dándole un movimiento pulsante hacia su interior. Milímetro a milímetro fue entrando la primera falange. Sacó el dedo para que su lugar lo ocupara de nuevo la lengua, lo impregnó con su saliva. Volvió a introducir el dedo, esta vez penetró hasta el nudillo. Clavándolo hasta el fondo lo movía en su interior y lo desplazaba hacia los lados.

  • ¡Ahhhhh que gusto!. Estoy deseando que me folles.

  • Sí mi amor, no tardaré. Yo también lo deseo.

Extrayendo el dedo índice de la mano izquierda que lo tenía dándole placer en el punto G, se lo metió, poco a poco, sin sacar el otro dedo. Despacio fue dilatando el esfínter. Con los dos dedos dentro y arremetiendo con su boca en el clítoris, consiguió que el hueco anal se fuera haciendo mas grande.

  • Déjame comerte a ti también.- Dijo Carla- Muerta de deseo.

Se tumbó boca abajo y ahora fue Rodrigo el que se puso en posición de perrito, encima de ella. De forma que los genitales de uno quedaran a la altura del otro. Carla, chupo como una posesa, los penes, los testículos, le practicó el beso negro. Rodrigo siguió intentando dilatar el esfínter lo máximo posible.

  • Ven, no puedo más de placer, me estás matando, fóllame, la necesito dentro.

Rodrigo se dio la vuelta y le introdujo el pené superior por el coño, le entró sin dificultad. El pené inferior resbalaba por la entrada anal una y otra vez pero no llegaba a entrar.

Carla, tenía la sensación de que otro hombre intentaba follársela por el culo pero no atinaba. Lo cogió con la mano para introducírselo pero le hacía daño.

  • Espera mejor primero por atrás.

Puso a Rodrigo de lado y ella se situó también de lado, delante de él, dándole la espalda.

  • Ahora déjame moverme a mí para tener yo el control. Tú estate quietecito. Acaríciame el coño y las tetas.

Tomo el pene de arriba y se lo llevo a la entrada del culo, empezó a presionar muy despacio hasta que consiguió meter la cabeza y después todo lo demás. Lo dejó quieto dentro para que se fuese acostumbrando a su grosor, deleitándose con las caricias de Rodrigo.

  • Ya puedes moverte cielo. Ya está dilatado y no me dolerá. Párteme en dos.

Rodrigo inició el movimiento sin dejar de acariciarle el clítoris.

Carla tomó en su mano el pené que le quedaba libre y se lo metió en la cavidad vaginal.

-¡Aahhhh que gusto!. Me siento llena.

Para Carla era como si se la follaran dos hombres perfectamente sincronizados. Le llenaba el culo, el coño y sentía las caricias en las tetas y en su botón de placer. Estaba a punto de reventar. Se dobló más, quedando su cuerpo en ángulo de 45 grados con el de Rodrigo para conseguir más penetración en sus dos cavidades. El orgasmo le explotó en las entrañas extendiéndose por todo su cuerpo. Intenso, bestial pero corto, siempre los orgasmos le parecían cortos.

  • Ahora te toca a ti correrte.

Rodrigo comenzó a moverse más rápido agarrado a las caderas de ella. Sabía que si imprimía más velocidad se correría.

  • No sé lo que me pasa pero no consigo correrme. Parece que estoy durillo. Entre la corrida de antes y tanto rozamiento ahora me va a constar trabajo.

  • Pues esto hay que solucionarlo de alguna manera. Ya sabes: "o los dos o ninguno" y yo ya me he corrido, tú te tienes correr a cualquier coste. Sigue moviéndote y déjame a mí.

Carla se dobló todo lo que pudo su cuerpo con respecto al cuerpo Rodrigo y le acarició los huevos. Se metió el dedo corazón de la mano derecha, en la boca, impregnándolo de saliva para a continuación acariciarle el ano, presionando para metérselo.

Rodrigo se sintió raro con esta nueva sensación pero le gustaba, se relajó y se dejó hacer. El fino dedo iba entrando poco a poco en su intestino. Cuando llegó al final sintió como si tocara un interruptor de placer que hizo que de improviso le llegara el orgasmo.

  • ¡UUUAAAUUU que corrida!. Me has dejado seco. Que maravilla.

Se separaron y abrazaron en un cálido beso.

  • Te quiero- Dijo Carla.

  • Yo también a ti, con toda mi alma. No sé si podré vivir sin ti a partir de ahora.

  • No vivirás sin mí, siempre que tú quieras. Yo quiero seguir viéndote. Voy a hablar con mi marido para que se vaya con la de Granada y me deje en paz. Que le lave ella los calzoncillos.

Se volvieron a besar y a cariciar.

  • Oye lo que me has hecho del dedo...

  • No te preocupes, no eres homosexual. Lo que he hecho es acariciarte la próstata. Es un método infalible para hacer que un tío se corra.

  • No iba a decir eso, sólo quería decirte que me había gustado.