Travesuras entre adultos

Después de unos años, Patricia y yo nos encontramos de nuevo.

Ring, ring… ring,ring…

  • “Patricia?... eres tu?”, pregunto tras oír un seco »digame« al otro lado de la línea.

  • “soy yo… Antonio”, “He bajado por la escalera evitando el ascensor para no cruzarme con nadie y… menos mal…en el pasillo estaban dos compañeros tuyos charlando. He creído que no podía llamar a tu puerta sin despertar su curiosidad”

  • “has hecho muy bien…creo que sé quiénes son, son muy cotillas. Les habría faltado tiempo…”, “se que nos han estado observando durante la cena y el rato que hemos estado en el bar”, “cada vez que me reía se volvían a curiosear.

La verdad es que hemos disfrutado de un buen rato charlando, intercambiando recuerdos de nuestros años en la facultad, hemos reído, nos hemos emocionado y sobre todo nos hemos aproximado uno al otro recordando que fuimos buenos amigos.

Tras muchos años sin noticias uno del otro, la casualidad ha permitido nuestro reencuentro en una convección de docentes organizada en una localidad a dos horas de viaje de nuestra residencia. En un tranquilo hotel nos hemos convocado representantes de muchos colegios e institutos para recibir de primera mano las novedades de la próxima reforma educativa.

En ese entorno nos hemos reconocido y hemos aprovechado para ponernos al día. Cuando ha llegado la hora de separarnos para ir a nuestras respectivas habitaciones nos ha costado mucho mantener nuestras actuales lealtades, y hemos necesitado hacer un gran esfuerzo para no caer en la tentación.

Tras juguetear un rato por teléfono nos hemos liado la manta a la cabeza y hemos decidido encontrarnos en su habitación. El intento ha sido baldío porque había que mantener las apariencias y lo hemos sustituido por un “juego con el laptop”, que hace que me suba mucho la temperatura.

Al saber que mi incursión hacia su habitación ha sido truncada por sus colegas, me advierte:

  • “es una lástima… me había puesto un camisón de dormir muy bonito”, me dice cambiando ya de conversación en búsqueda de una interesante provocación a mi imaginación.

  • “Déjame que lo imagine… a ver si acierto. Color…morado, con tirantes, tela de satén adornada en los extremos con brocados, y larguiito …hasta la rodilla”, me aventuro a predecir.

  • “je,je,je… has acertado algo, pero no todo”, me dice entre las risitas de alguien que sabe que está haciendo una travesura.

  • “No me lo creo…estoy seguro que he acertado”, le respondo fingiendo que me enfado porque no me da la razón.

  • “Quieres que te mande una foto para que te convenzas de tu error?”

  • “Vale, hagamos la prueba. Envíamela al celular…mi numero es 665 89 45 …”

A los pocos instantes el celular emite el sonido de que acaba de recibir un whatsapp. Lo cojo y abro la aplicación con mucha curiosidad por saber hasta dónde llegará el atrevimiento de mi amiga Patricia.

Lo que veo en la pequeña pantalla me satisface y me emociona. Es una foto donde se ve un poco del borde inferior del camisón, un poco de muslo y las rodillas. Patricia debe estar sentada y se ha hecho una foto de la falda. Mientras estoy ampliando la foto para ver con más detalle, el celular vuelve a sonar para indicar que acaba de llegar un nuevo mensaje.

Ahora las fotos son una de la zona del pecho tomada de medio lado resaltando bien que debajo hay un buen par de tetas que mantienen bien estirada la tela, y otra foto donde se ven los apetitosos labios de Patricia mandándome un enorme beso.

Uhmmm, que juguetona está. Como me gustaría poder estar más cerca de ella!!!

  • “Que tal? No has acertado en el color ni en la largura, en el resto más o menos. Te han gustado?”

  • “si mucho… estas muy sexy. Patricia tienes una boca muy apetitosa, dan ganas de besar la pantallita para comprobar que se siente…jejeje”

  • “… y el pecho…. Ufff…se te ve muy lindo”

  • Es una lástima que no puedas ver el efecto que producen en mi”, le digo

  • “No seas marrano…que te estabas portando muy bien hasta ahora”, me replica.

  • “Puedes decir lo que quieras pero…tu camisón haría juego con mi bóxer”, “están hechos para ir juntos”

  • “Enseñamelo…siento curiosidad”, dice mi amiga sin pensárselo ni un instante.

Le mando una foto recortada donde se ve un trozo de pierna, un poco de bóxer y se adivina una curva sospechosa debajo.

  • “Es de un estampado muy moderno, me gusta…por favor, mándame una foto que ve vea completo para que lo pueda apreciar bien”, me dice arrastrando las palabras para darle más énfasis a su petición.

A estas alturas, debajo de la tela mi verga ya ha tenido tiempo de ir cogiendo volumen, por lo que me hago la foto con un cierto orgullo y le doy al botón de enviar esperando su reacción.

  • “Pues si… tengo que reconocer que me ha gustado…me ha gustado muchooooo”

  • “Te va un poco estrecho, no?”, me dice con un tono lleno de ironía

  • “Bueno, a ti también te ajusta mucho el camisón… me ha parecido que se te marcaban un poco los pezones… quizás una talla más…”

  • “no me había dado cuenta… es cierto que ahora los tengo un poco duritos… no se…tú le ves alguna explicación?”, me pregunta sabiendo que los tiene muy bonitos.

  • “Seguro que está relacionado… tengo una sensación…aquí…entre las piernas”

  • “Antonioooo….que ya eres mayorcito….jejeje…. no te pases”, me dice entre risitas.

  • “Patricia…..”

  • “Que?

  • “No se me dan bien las nuevas tecnologías…tengo problemas con el Skype… ¿Te importaría mandarme una convocatoria y me explicas como va? Mañana en la convención no quiero ser el único que no sabe utilizar la herramienta”

  • “Uyyyy,que pillin eres… me parece que tú quieres otra cosa.”

  • “de todas formas…abre el laptop que te envio un convocatoria y hablamos, yo lo tengo por la mano”

  • “gracias guapa… eres una amor”, “seguro que me sirve de mucho”.”No se como te lo podré agradecer”

Tras unos instantes preparando el equipo sobre el escritorio de la habitación, me siento enfrente y espero que se abra la pantalla. Por fin oigo que patricia está al otro lado.

  • “No se veo nada. Algo debo tener mal”

  • “Tranquilo, todavía no he compartido la imagen. A ver ahora”, me dice con tono tranquilo.

Patricia aparece en la pantalla. Radiante, con su simpática expresión y su agradable sonrisa. Me gustan sus ojos color café, su pelo oscuro y sobre todo su boca jugosa a la que acercaría la mía para bebérmela toda.

Tras hacer los ajustes en el equipo correspondientes ya estamos uno frente al otro a través de la pantalla. ¿Qué bonita se me mi amiga Patricia, que natural…me encanta verla en la intimidad de la habitación, a solas y siendo cómplices de nuestra travesura.

Tras unos momentos de tanteo, mi amiga toma la iniciativa (en estos momentos me gusta que sea ella la que vaya abriendo el juego).

  • “Que te parecen mis bubis… ahora no tengo el suje… y se mantienen bien tiesas. Hace un rato mientras estábamos en el salón se te iban los ojos…me he dado cuenta y me has hecho sentir deseada”. “Te los ponía bien a la vista sin que te dieras cuenta…jeje...te has puesto ciego”.

  • “si que me gustan… me encantan…me las imagino botando, y me pongo malo.

  • “Quieres verlas?

  • “Uhmmm, siiii…¡que guarrilla te pones”

La siguiente imagen que aparece en pantalla es la mano de Patricia moviendo la posición de la pantalla del laptop para que la cámara quede enfocada sobre sus pechos. Los rodea con sus manos, se los acaricia y con la punta de los dedos coge la punta del pezón para estirarlo con cuidado. ¡Que cosa tan rica!

  • “se me hace la boca agua”. “me gusta mojar los bollos en la leche, metérmelos en la boca y dejar que liquido me chorree por la barbilla”, “y esas tetas tuyas... uhmm! como me ponen”

  • “y que me dices si te digo que tengo algo mucho más jugoso para ti?”, me dice Patricia para desatar aún más mi pasión.

  • “Cómo te gusta jugar conmigo…me encanta descubrir esa putilla que llevas dentro”. “La mujer comedida y seria, se está convirtiendo en una guarrilla que me sabe poner a cien.

  • “y tú que haces por mi…yo también quiero comer un poco de fruta…quizás tengas algo que darme para saciar mi hambre…tú tienes algo por ahí para compartir?”

  • “me apetece mucho comer algo jugoso, con consistencia, que me pueda entretener un buen rato” añade con una normalidad que me estimula.

Miro hacia mi entrepierna y veo que hay algo que reúne los requisitos y que estoy deseando ponerlo a su alcance.

  • “te das cuenta la hora que es?”.

  • “si… son las 11:30…se me pasado el tiempo volando”

  • “Que te parece si tu traes lo que tengas para comer y yo preparo la mesa aquí en mi habitación?”

  • “Apuesto a que ahora no hay nadie por los pasillos”.

  • “Bien, bajo enseguida. Me llevo también un botellín de buen vino para brindar y para mojarnos bien los labios”

  • “ya estas tardando… te espero…ven…no vas a necesitar pijama”

  • “Uhmmm…¡Cómo eres!”, digo justo antes de bajar la tapa del laptop y lanzarme escaleras abajo.

Deverano.