Travesuras con mi Pequeño Primito 3
Deseando un trio...
Pasé una noche intranquila, me sentía confundida, la imagen de mi angelical primito Daniel se enredaba con la de Edwar. Me había acariciado a solas esa madrugada, pensando en los dos, pero a ciencia cierta no determinaba quien arrancó aquel orgasmo que me envió al mundo de los sueños.
No sabía en qué iba a parar todo aquello, había cansando a mis neuronas de tanto pensar sin llegar a ninguna conclusión, así que mejor me espabilé dejando todo en manos del destino, un destino que sin duda lo iba a escribir con mi propia pluma.
Con tanta confusión encima, se me antojó una ducha, tomé un frasco de colonia de baño que tenía en mi velador y me dirigí hacia el sanitario, estaba a punto de entrar cuando Daniel corrió tras de mí, casi gritando:
_Porfa primero yoooo tengo una urgencia!
Reí por lo divertido de la escena, y la desesperación que mostraba, tanto que en su intento de alcanzarme perdió el equilibrio, chocando ligeramente conmigo, su mano sin proponérselo cayó por debajo de mi cintura entre mi muslo y mi cadera, tuve la sensación de que podía haber evitado el contacto pero no lo hice y deje que su cuerpo me rozara, su carita azorada me advirtió de su agitación, causándome algo más que agrado…seguramente mis fantasías eróticas me estaban descontrolando, al exceso sentir escalofrios con tanta facilidad.
Mientras nos inclinamos a recoger los vidrios rotos de la colonia que se estrelló en el piso, noté su mirada en mi escote, no era la primera vez que lo hacía, pues ya me había regalado sus silentes elogios, quedándose entretenido en mis pechos de mujer grande, tanto así que acariciando su mejilla le dije tontito…que te distrae tanto y sonrió algo avergonzado…
Mi batita se había recogido por la posición en cuclillas dejando ver mis muslos, hasta muy arriba, y abriéndolos sutilmente quise regalarle un poco mas de mí, lo suficiente para que asomara mi braguita transparente que dejaba entrever mi pubis depilado, era una prenda tan pequeña que mis labios escapaban de ella, y se incrustaba provocándome la sensación de tener una pija punteándome, quizá por eso me abrí aun mas, dejando que su mirada satisfaga, mis putas ganas de exhibirme.
Sus ojos paralizados en la abertura de mi bata y sus labios entreabiertos, actuaron como un impensable afrodisiaco que hizo que mi clítoris despertara presionando contra el encaje y a medida que me movía un poquito tratando de contentarlo, inesperadamente mis fluidos empezaron a humedecer mi tanguita… No podía creerlo mi primo me había calentado en segundos, tan solo con mirarme.
El se quedó abstraído, al punto de olvidarse de los vidrio que recogíamos, al parecer no había visto tan cerca una tanguita estrangulada entre labios, ni respirado el rico aroma a sexo, más que el que quedaba en sus manos cuando tocaba sus genitales…
Pero allí estaba yo despertándole a la vida, provocándole a mi antojo, la idea de pervertir esos ojitos dulces me ponía lujuriosa, sentía unos malignos deseos de mancillar su inexperiencia, por lo que disfruté en exceso de mi improvisada exhibición.
Recuperando un poco la cordura, apreté mis muslos para no ser muy obvia y sobre todo para quitarme las ansias urgentes de tocarme, y sacudiéndome por detrás me levanté, sin embargo le dejé ver lo suficiente para que la inquietud despertara el deseo, y al incorporarse tras de mí, de soslayo le vi apuñar arteramente su pene, aquietándolo de una erección fecundada en mi nombre…
Traviesa quise impedir su entrada al baño, y a su vez él la mía, me agarró por la cintura intentando detenerme mientras yo dejaba que su pelvis rozara contra mi cola, que sensación!! hace años no tenía el cuerpo de otro hombre tan cerca, dándome un calor diferente; el espacio era estrecho así que inevitablemente se prestaba para aumentar la proximidad, la misma que quedó reducida aún más cuando le empujé contra la pared, quedándonos tan ceñidos que oía su respiración, nos miramos, toqué su carita nerviosa, y acercándome despacito besé su mejilla, bajé despacio, y plante mis labios tan cerca de los suyos, hasta hacerle sentir mi aliento…
Luego dándome cuenta de mi acelerado impulso y queriendo remediar las cosas, sonreí y dando un toque coqueto en su nariz le dije:
_Ok, ganaste, esta vez te cedo el baño…
Me sentí pervertida, por jugar con él y mucho más cuando insensatamente pensé: no escaparás…
Tan concentrados estábamos en nuestro jugueteo que no escuchamos la llegada de Edwar, nuestras risas seguramente llamaron su atención y lo teníamos a unos pasos de nosotros, desde cuándo? no sé, pero su rostro, me decía que había visto todo e interpretado mucho más….
Irónicamente musitó:
Me dejan jugar? Podríamos hacer un trío…
No podía creer lo que escuchaba, estaba desconcertada, eran celos, sarcasmo, o era acaso una propuesta sexual, ay no se que era, pero mi mente no estaba preparada para escuchar algo así y aun más no quería ni remotamente pensar que el hombre que decía amarme estaba dispuesto a compartirme…
Le miré fastidiada y me metí a la ducha…el agua tibia me relajaba de tantas sensaciones contradictorias. Mientras me llenaba de espuma inevitablemente pensé en Daniel, imagine su mano escalando por mis muslos… explorando mis ingles… llegando al hoyo de mi debilidad…y la voz de Edwar pateó en mi mente: me dejan jugar? Podríamos hacer un trío…bastó recordar eso para ponerme caliente, sentía como si ya estuviera a mis espaldas tocando mis pechos...
Era una loca idea, pero no puedo negar que sería increíble estar en medio de esos cuerpos tan deseados, enjabonándonos uno al otro, no resistí bajé mi mano, separé mis piernas, una suave caricia me estremeció, necesitaba darme placer…pero recordé a Daniel con sus urgencias y salí rápido de la ducha.
Envuelta en mi bata me tendí en la cama, no quería pensar en nada, demasiadas emociones juntas como para que mi cerebro me diera respuestas. Bueno, sí había algo en lo que no dejaba de maquinar.
Qué hubiera pasado? si a su pregunta yo hubiera respondido con un simple: sí, o acércate…
Oí abrirse la puerta de mi habitación, no sé cuánto tiempo había pasado allí, pero cerré mis ojos, no quería entrar en el juego de preguntas y respuestas, ni en el de reclamos y explicaciones…
Edward se aproximó, como siempre sorprendiéndome con sus reacciones, sus manos ungidas de aceite, mimaban mis hombros…mis brazos…mi cuello.., gemí agradecida por los suaves masajes que en ese momento eran lo que realmente necesitaba.
Sus dedos conocedores de mis caminos surcaron mi espada, desde la parte alta, hacia las fronteras con mis caderas, subían y bajaba con precisión, caminaba por mi cintura y corrían por la parte lateral hacia las afueras de mis senos, alegrándoles con su visita.
Un aroma a incienso, empezó a inundar la habitación, relajándome aún más y música suave que llegaba desde la sala, daba un ambiente pasional…estaba agradecida, pero una sensación inesperada me invadió haciéndome temblar…
Otras caricias…otras manos… subían tímidamente por mis muslos como si temieran tocarme, y la respiración descompasada de dos hombres me asustaba, Edwar…Daniel…
Que juego era este? La idea preconcebida de un trío al menos para mí era algo grotesco, alguna vez vi una escena en alguna película y pese a que no era una puritana, realmente me incomodó,…pero ahora me parecía tan erótico...tan sensual…
Edwar me dio vuelta, me besó primero con dulzura hurgando en mis cabellos como queriendo convencerme que todo estaba bien, pronto sus besos se hicieron más pasionales, y yo me entregué a aquellas sensaciones que gradualmente volvían tibia mi piel, junto a nosotros Daniel parecía disfrutar del paisaje de mi cuerpo sin atreverse a explorarlo, como si con un roce mal hecho pudiera romper el encanto, me senté sobre la cama y los besos de Edwar recorrían mi nuca…mi espalda… mientras sus manos tocaban con suavidad mis pechos, Daniel se acercó con timidez, y rozando con mis dedos sus labios, le besé transmitiéndole mi intensidad, dejando que sus labios aprendan a atrapar los míos, a succionarlos de forma que despierten aun más mis ganas; mi lengua se introdujo en su boca indagando sus rincones, tomé su lengua y la succioné suave, para que conociera el efecto que podría sentir en su falo, eso hizo que su erotismo despierte y ya sin temor recorría mi cintura, mis caderas…
Dí vuelta hacia Edwar, besé su boca, su barbilla, su cuello, y dejé que mis labios bajaran hacia el sur, su pecho, su vientre…como me animaban los besos de Daniel sobre mi espalda, y sus manos adueñándose por primera vez de mis senos.
Fácilmente Edwar me hizo recostar con el rostro hacia arriba, bajo hacia mis pies, besándolos con una dulzura que se volvía cada vez mas erótica, introdujo mi pulgar en su boca y lamia entre mis dedos, mis tobillos, mis piernas, mientras Daniel ubicado en la parte superior pasaba su lengua por mi rostro por mi cuello bajando hacia mis pechos. Sabían que necesitaba que vayan despacio para abrirme como una flor y regalarles mi perfume, sabían cómo ir aumentando la pasión en sus caricias… en sus palabras…
Brincando de placer arqueé mi espalda expulsando mis pechos hacia el frente, Daniel no perdió ocasión de llenarse la boca de ellos, succionándolos, hasta hacerlos poner duros de tanta excitación, los masajeaba, los halaba, los unía y bebía de ambos como si tuviera la sed retrasada.
Mis muslos totalmente dispuestos perdieron las ganas de estar cerrados, los lengüetazos de Ewdar los abrían, dejando un rastro de saliva en mis ingles, en mi pubis, en mis glúteos…
Abrió mis labios, y su lengua despertaba aún mas mi clítoris, lamía con verdadera gana desde la punta de mi comisura hasta la línea que se perdía en mi culito, ahhh mi culito enloquecido de placer dejaba que sus dedos hicieran lo que sus malignos deseos querían, entrando y saliendo como si fueran dueños de casa, su lengua también penetro allí arrancando mis gritos de placer.
Era el momento perfecto para avanzar, inclinado sobre mí Daniel continuaba en mis pechos y su mano había llegado más abajo de mi pubis, siendo mancillado también mi clítoris con sus caricias. Mis manos se extendieron hacia su trasero acariciándolo mientras buscaba sus testículos para masajearlos, en medio de ellos su falo se disparaba totalmente duro, pasé mis manos sobre él y chorreaban sus gotas, lo agarré haciendo que cambie un poco su posición y roce a mis labios, mi lengua ya lo esperaba, dándole la primera lamida que lo hizo jadear, me lo introduje despacio, centímetro a centímetro, hasta hundírmelo totalmente, chupaba como una diosa aunque no sé si las diosas chupan, pero él indefenso, bufaba de placer. Fácilmente logré que de su reata destile toda la leche almacenada desde su última masturbación. Se tiró sobre la cama estremeciéndose de gozo.
La sonrisa torcida de Edwar ante aquella imagen de verme chupándosela a su hermano, le hizo desear mis labios sobre sus cojones y yo obediente a sus deseos me arrodillé separando sus piernas, le lancé una de esas miradas de perrita hambrienta y lamí el espacio alrededor de sus bolas, abriendo mi boca al máximo para comérmelas.
_Primita puta!! me decía, alborotando mi sangre.
Tomaba su pene por la base ascendiendo hasta la punta en continuas oscilaciones hasta que su falo suelte lagrimones de placer, se puso de pie, y yo aproveché para metérmela completa hasta el tope, chupé sin compasión, me gustaba el tono rojizo que tomaba como si la sangre quisiera fluir rompiendo su piel. No se qué efecto causó en Daniel pero la juventud se impuso y volvió a renacer su ardor, levantó mis caderas, y sin más premoniciones se deleitaba en hundírmelo en mi coñito. Allí chupando y a la vez siendo ensartada, grité producto de un orgasmo que hacía contraer toda mi pelvis deslizando mi humedad hacia mis muslos.
Edwar apresuró sus movimientos y un gemido fuerte me hizo entender que en breve se venía por lo que ajusté mis labios y prepararé mi boca para llenarme de toda su miel.
Caímos rendidos sobre la cama, pero las manos de Daniel no se conformaban, y continúo con suaves caricias bajo mi vientre…
Sin entender como alborotó tan fácilmente mis ganas me viré hacia él subiendo mis piernas a su cadera, se trepó sobre mí y facilitando la posición alcé mis piernas por encima de sus hombros, mientras los besos de Edwar mojaban mis orejas y masajeaba mis pechos..
La traspiración de Daniel caía sobre mi abdomen, y el aliento de Edwar estremecía mis hombros; alternando la posición no me daban respiro, mi clítoris latía con furia pero pese a ello mis ganas continuaban.
Decida a entregar todo, me subí sobre Daniel, cabalgándole, mientras relinchaba como un buen corcel, su rostro desencajado y sus labios apretados daban muestras de cuanto gozaba de su primita, Edwar, parando junto al filo de la cama hechó mi cabeza hacia atrás mordiéndome los labios, y metiendo su lengua mezclaba su saliva con la mía, tomó un poco de ella y me empujó hacia adelante, dejando mi trasero expuesto a sus intensiones, sus dedos ensalivados haciendo círculos se abrían paso por mi trasero. Perdí casi el sentido cuando su pene, me inundó el culito, casi no sentía dolor mis líquidos facilitaban su cogida, y yo enloquecía al ser penetrada por los dos a la vez….un orgasmo largo e intenso que se asemejaba más bien a un hilillo de múltiples orgasmos me desquició cuando la leche de ambos hervía al llenar mis entrañas…fue una corrida espectacular....
Retire la toalla de mi cuerpo, y segui fantaseando mientras escribía, gozando en mis fantasias de sus cuerpos, soñando con la carne de ambos, hambreándolos… y sin aguantar mas dejé la portátil a un lado y me abandoné en otra de las tantas masturbaciones que gozaba en sus nombres…
Satisfecha de mis propias caricias no entendía cómo podían mezclarse mis sentimientos de manera tan ambigua, Daniel era mi perdición, mis ganas de volver a sentir, pero si pensaba con la cabeza fría definitivamente amaba a Edwar.
Ya era muy noche y Edwar no regresaba, tampoco me contestaba el teléfono, seguramente estaba molesto por lo sucedido en el baño con Daniel, me sentía culpable, su ausencia me intranquilizaba, donde estaba? Que hacia? Con quien estaba?
Corrí a la otra habitación procurando no chocarme con nada por la total oscuridad, moví a Daniel tratando de despertarle, algo somnoliento se movio un poco
_Edwar no llega, por favor tímbrale de tu teléfono porque a mí no me contesta…estoy preocupada
No obtuve respuesta, así que insistiéndole casi grite
_Daniel despierta!!
De pronto me agarró de la cintura, haciendo que mi cuerpo caiga sobre él, me sujetaba tan fuerte que no podía moverme, buscó mi boca tratando de besarme, apenas me rozó los labios, su mano cariñosa tocaba mi rostro…mi cabello...y yo sentía perderme en esa piel que era mi debilidad, sus roces eran capaces de hacerme olvidar todo, y dudé, dudé por unos instantes, pero terminé rechazondole, sí, mi amor por Edwar era mas fuerte que mis ganas por Daniel.
_Déjame Daniel, no me toques…
El insistía con dulzura…luego con intensidad…
Le golpée, para que me soltara, pero él era más fuerte…me defendí como pude huyendo de sus brazos pero nuevamente me atrapó
Al fin se atrevió a hablarme dejándome desconcertada…
_Amor soy yo…tranquila…
Qué diablos hacia Edwar en la cama de Daniel
Tampoco estaba por averiguarlo, me lancé sobre él, abrazándole con fuerza, ansiaba sus manos, su boca, su sexo.
_Te amo le dije, perdona si en algún momento dudé.
_Amor me dijo no quiero ocultarte nada, sé que dudaste…pero te perdono no porque sea bueno, más bien te entiendo porque esta noche en la calle también yo escapé….de una tentación…
Me quedé fría por unos segundos, quise indagar mas detalles pero no, no necesitaba saber más, estaba conmigo y eso era lo importante.
Se acabaron las mentiras a nuestra familia, se acabó eso de esconder nuestro amor, renuncio oíste renuncio a que seas mi prima, desde hoy eres tan solo mi mujer…
Nos besamos como locos y tomándome en brazos me llevó hasta la cama en la que Daniel dormía, hermanito… gritó… felicítame nos casamos muy pronto!!
Alborotado por tanto escándalo Daniel voceó:
_Primero ocupas mi cama, ahora me despiertas…será que pueden darme la buena noticia mañana?
Corrimos felices a mi habitación, ya nada nos importaba ni la familia, ni la edad, ni el qué dirán, allí envueltos entre sábanas nos volvimos a amar...