Travesuras con la vecina
Por primera vez, y un poco borracha llego a la puerta del edificio dónde vivo sola desde hace apenas unos meses, todos los vecinos son tan atléticos... En especial me siento atraída por una vecina, es amable, atractiva, simpática, se ve que es una buena mujer; no se concretamente su edad pero....
Por primera vez, y un poco borracha llego a la puerta del edificio dónde vivo sola desde hace apenas unos meses, todos los vecinos son tan átleticos... En especial me siento atraida por una vecina, es amable, atractiva, simpatica, se ve que es una buena mujer; no se concretamente su edad pero parece no ser mucho mayor que yo, a primera vista puedo decir que tendra sobre unos 25 años como mucho, solo me llevaría 5 años, nunca llegue a pasar más de un hola o un adios con ninguno de los vecinos.... Hasta hoy.... llegando borracha a altas horas de la madrugada ni puedo ir recta apoyada a la pared para darle al interruptor de la luz, alguien por mi le dio y senti como me ayudaba a ir un poco más recta.
Intente abrir los ojos mientras tabaleaba junto con esa persona que todavía no había visto bien quien era, hasta que escuche la voz, era una voz suave, femenina, dulce, que me incitaba aun más en el estado que estaba... Aunque no llegue a abrir los ojos del todo pude ver como estaba vestida.
Llevaba un vestido corto a la altura de los muslos un poco más arriba de la rodilla, de color rojo, con un escote bastante amplio que dejaba ver aquellos hermosos pechos a mi parecer eran bastante firmenes aunque ni muy grandes ni muy pequeñas, estaban perfectas.
-Dejame, yo te abro la puerta.
Senti su aliento tan cerca de mi cara, y sus manos estaban tan cálidas. Sin esperar ni un segundo le di las llaves, abrió la puerta, entro a mi departamento sin saber a que habitación llevarme le señale la habitación del fondo, dónde había una cama de matrimonio.
-Adiós, descansa.
Senti esa voz alejarse, no mucho pero comenzaba a sentirla separandose. Dejandome acostada aun todavía sentía como estaba ella sentada a mi lado, agarre su mano haciendo que está callese sobre mi.
-No puedes irte, hagamos travesuras.
Diciendo esto me puse sobre ella acariciando cada parte de piel que estaba sin tela, aquellas piernas interminables, aquel cuello tan fino, aquella carita tan hermosa con aquellos carnosos labios carmesís, esos ojos verdes, aquella pequeña naricita.
Comenzando con los besos en el cuello haciendo un recorrido de arriba a abajo en el a la vez que mi manos subian y bajaban adentrandose cada vez más en aquel pequeño trozo de tela rojo.
Siguiendo con las acaricias y los besos, sentía como sus cálidas manos recorrian mi cabello agarrandolo dulcemente acariciandomelo, mientras jadeaba y su respiración se veía entrecortada.
De un jalón se puso encima mía tomando las riendas, comenzo a sacarme prenda a prenda hasta quedar únicamente con el sostén y un diminuto hilo, yo no me quede átras y comence a subir el vestido dejando ver unas diminutas bragas negras con encaje, y con mi otra mano baje la cremallera del vestido. Sacandolo lentamente mientras iba besando cada centimetro de piel que iba dejando a la vista, con cada beso sentia una acaricia que me apegaba más y más a ella, quedando las dos con la ropa interior nada más comenzamos los besos apasionados, suaves mordiscos en los labios, mientras que con las manos nos recorriamos mutuamente cada centimetro de piel, acaricias, apretones, pellizcos, roces... con tan solo unos besos comenzamos una hermosa travesura.
Era hora de que tomase la iniciativa nuevamente la acoste sobre la cama y le saque lo que quedaba de ropa, saque la mia también. Ya estabamos las dos desnudas sin ningún tipo de impedimento de por medio que estorbase, desde sus labios fui bajando lentamente a sus pechos.... eran hermosos perfectos, repare en ellos llenandolos de besos cada uno de ellos, segui bajando por su abdomen a la vez que ella me acariciaba el cabello, su mano se enredaba en el mientras que la otra agarraba intensamente la sabana....
Seguí besando el abdomen poco a poco cada beso se intensificaba, ella se retorcia cada vez más, jadeaba, gemia, suspiraba, con más frecuencia así me acercaba a su deliciosa vagina, estaba depilada, tenía un hermoso color rosado, repare en lo húmeda que estaba apenas habíamos comenzado.