Travesuras con el primo Victor

Un dia en la playa da para mucho...

Como cada verano, mis padres y yo fuimos a la playa, a Valencia, a la casa de mis tíos. Allí vivía también mi primo Víctor, un chico bastante guapo, moreno, alto, con buen cuerpo, un chico que para qué mentir, siempre me había gustado, desde que eramos pequeños, pero eso era algo que nunca se lo iba a contar... o al menos eso era lo que yo pensaba

Al fin llegamos a la casa de mis tíos, me quedé boquiabierta al ver como el cachondo de mi primo nos abría la puerta. La verdad es que había cambiado bastante en un año, y lo había hecho para mejor. Me quedé un poco paralizada y finalmente le di dos besos con algo de torpeza, es por ello por lo que casi se rozan nuestros labios.

Mi primo me ayudó a llevar las maletas hasta la habitación de su hermana, la cual no estaba y es por ello por lo que yo dormiría allí. Mis padres dormirían en el salón, en un sofá cama, mis tíos en su habitación y mi primo también en su habitación, la cual quedaba enfrente de la que yo estaría.

Coloqué todas mis cosas en la habitación y pronto me llamaron para comer, la verdad es que no tenía muchas ganas, pero no le iba a hacer ese feo a mis tios. Durante la comida no podía dejar de mirar a mi primo, el cual parecía haberse dado cuenta y parecía algo nervioso. Nunca me había atraído tanto como en esos momentos... había cambiado demasiado y me ponía bastante, pero no podía decirselo, no era lo correcto, tendría que aguantarme y verlo como algo inalcanzable...

Después de comer nos fuimos todos a la playa, la verdad es que no era algo que me entusiasmase, pero era una oportunidad de ver a mi primo con menos ropa.

Me puse uno de mis bikinis, uno morado muy sexy, y encima de él me puse una falda morada tambien y una camiseta con trasparencias que dejaba ver mi bikini de debajo. Cogimos todo lo que necesitabamos y pusimos rumbo a la playa. En el trayecto hacia allí a mi primo y a mí nos tocó snetarnos juntos en el coche... ambos parecíamos nerviosos, pero ninguno abría la boca, nuestros padre nos preguntaba que que nos pasaba, que parecíamos distantes, con lo bien que nos llevabamos antes. Nos preguntaron que si habia pasado algo y ambos negamos con la cabeza al mismo tiempo, luego nos miramos y sonreímos levemente.

Al fin llegamos a la playa, el camino se me había hecho interminable.

Nada más llegar extendí mi toalla en la arena y me quité la falda y la camiseta. Me tumbé  y me puse a tomar el sol.

Mi madre me echó la bronca por no ayudarles a bajar las cosas del coche y a colocar todo, pero que se le iba a hacer, yo era una vaga sin remedio.

Me puse mis gafas de sol y no pude evitar nuevamente mirar a mi primo, viendo como se quitaba la camiseta, dejando todo su torso al aire, cada vez me ponía más, no podía evitarlo. Noté como mis pezones se ponían algo duros y se marcaban en el bikini, es por eso por lo que me di la vuelta y me tumbe boca abajo, no quería que nadie se diese cuenta y comenzara a preguntar...

Todos se fueron a dar un baño excepto yo. Claro, que antes de eso mi primo me habia preguntado que si no me bañaba, era la primera frase que me dirigía en todo el día, por eso le miré y sonriendo le contesté que no, que no tenía ganas, que fuera él y se diera un baño por mi, que yo aprovecharía para tomar el sol.

Tras una media hora aproximadamente mi primo volvió totalmente empapado, no pude evitar mirarle nuevamente.

-Esta muy buena el agua, ¿seguro que no quieres bañarte?.- Me preguntó poniendose enfrente mía mientras se secaba un poco con la toalla

-No, gracias, estoy bien aquí tomando el sol.- Dije desviando mi mirada un poco de él la verdad es que me estaba poniendo mala

-Bueno, como quieras, pero dejame decirte que como no te des crema te vas a quemas.- Comentó mientras buscaba algo en la bolsa que habíamos traído

-Ya, pero es un poco difícil darse crema a uno mismo.- Contesté mirandole con una sonrisa dibujada en los labios

-Pues haberlo dicho antes, yo te doy crema encantado.- Dijo sacando finalmente un bote de crema de la bolsa para después ponerse detrás mía y comenzar a darme crema por la espalda. Suspiré y cerré los ojos disfrutando de aquellas maravillosas manos, la verdad es que no me gustaba echarme crema, pero si era él quien lo hacía, me encantaba. Después de unos diez minutos mi primo dejó de darme crema por la espalda y las piernas y me dijo que ya había terminado, sonreí de lado y negué con la cabeza al mismo tiempo que me daba la vuelta

-Te falta la parte de alante.- Le dije con algo de timidez, viendo como mis pezones aún se marcaban en mi bikini, algo que para mi primo no paso desapercivido, ya que pude darme cuenta de como se quedaba un buen rato mirando hacia ellos. -Bueno, ¿lo haces o no?.- Pregunté intentando que apartara la vista de allí, ya que eso no hacía otra cosa más que ponerme más cachonda

-Sí, si, claro.- Dijo mi primo con algo de nerviosismo, echandose crema en las manos y comenzando a darme crema por la tripa. Suspiré al notar sus suaves manos deslizarse por mi cuerpo. Después noté como comenzaba a darme crema por las piernas, bordeando la parte inferior de mi bikini. Volví a suspirar y llevé mis manos hasta las suyas para dirigirlas a mi parte superior, para que me diera crema en mis tetas. Mi primo parecía más nervioso que antes y comenzo a bordear tambien la parte de arriba de mi bikini.

-Si te subes encima quizás llegues mejor.- Le dije en un tono inocente mirandole a los ojos. Vi su cara de sorpresa y después vi como negaba con la cabeza levemente mientras continuaba dandome crema

-Estoy bien así, tranquila.- Dijo volviendo a desviar su mirada a mis pezones. Sonreí de lado una vez más.

-Enserio subete, no pasa nada.- Le dije haciendo que parase sus manos para que decidiera finalmente subirse encima mía. Tras unos instantes al final cedio y sonreí de lado al notar como se sentaba encima de mí. Pronto comprendí porque no quería hacerlo y la razón era porque al parecer yo no era la única que estaba cachonda. Pude notar su polla completamente dura sobre mi coño cuando se sento encima de mí, algo que me excito muchisimo. -¿Te pasa algo?.- Pregunté con diversión mientras movía sus manos nuevamente alrededor de mis pechos, ayudandole a darme crema

-Eh, eh... no nada, nada.- Contestó Víctor con bastante nerviosismo. La verdad es que si nada más verle me había puesto, ahora no podía ni describir como estaba y más al descubrir que a el también le ponía aquella situación

-¿Seguro?.- Le pregunté mirandole a los ojos al mismo tiempo que movía un poco mi cadera con trabesura, haciendo que mi coño rozara un poco su polla. Vi la cara de mi primo que instantes después, seguramente fruto de la excitación, introdujo sus manos por dentro de mi bikini y comenzó a sobarme las tetas, apretandolas con fuerza, jugando con ellas, rozando mis pezones, haciendo que cada vez me excitara más y más.

En ese mismo instante aparecieron sus padres y los míos que nos miraron sorprendidos. -¿Qué haceis?.- Nos preguntaron mirandonos alternativamente a uno y otro. Ambos pusimos cara de niños buenos y negamos con la cabeza levemente

-Nada, simplemente me estaba dando un poco de crema, fue muy amable por su parte.- Contesté mirando a cada miembro de mi familia, haciendo que mi primo se levantase de encima mía, la peor cosa que pude hacer en esos momentos, ya que nada más levantarse todas las miradas se dirigieron a su entrepierna, ya que su polla estaba completamente tiesa y se notaba a miles de kilometros.

Mi tío se quedó mirandole con cara de pocos amigos y negó con la cabeza. -Ya hablaremos tú y yo. De momento quiero que sepas que hoy dormirás conmigo y con tu madre en la habitación, no quiero que pase nada extraño.- Le dijo mi tío con seriedad. A mí no me dijeron nada, al parecer yo era la niña buena e inocente incapaz de hacer nada a nadie, algo que me daba muchas ventajas y que me lo facilitaba todo.

Tras esa charlita en la playa mi primo y yo no volvimos a dirigirnos la palabra, había bastante tensión en el ambiente y eso se pudo notar más en la hora de la cena. Nadie hablaba, todo lo que había ocurrido en la playa parecía haber trastocado a todos, pero sinceramente yo no le daba mucha importancia, había sido solo un jueguecito que no había llegado a más, así que porque preocuparse...

Tras la cena, todos nos quedamos viendo la tele un rato, todos menos mi primo, el cual no sabía donde se había metido. Parecía que las cosas habían vuelto a la normalidad, ya que todos hablabamos amenamente y comentabamos cosas que habíamos hecho en la playa, clara, pasando siempre por alto lo ocurrido entre Victor y yo.

Tras unas horas viendo la televisión me despedí de mis tíos y de mis padres y me fui a mi habitación, la verdad es que estaba cansada y no tenía ganas de nada, ellos se quedaron en el salon bebiendo unas copas, no sé como iba a terminar todo aquello.

Me pusé mi pijama (unos pantalones cortos y una camiseta de tirantes) y antes de irme a dormir fui al baño. Me puse a orinar sin darme cuenta de que mi primo se estaba duchando. Él asomó la cabeza entre las cortinas de la ducha y yo rápidamente me limpié y me subí el cullotte y mi pantalón. -Lo.. lo siento... no sabía que estabas aquí.- Le dije con algo de nerviosismo, ante lo cual el negó con la cabeza al mismo tiempo que salía de la bañera. Le miré sorprendida al mismo tiempo que retrocedía unos pasos hasta apoyarme en la pared

-Tendremos que terminar lo de esta tarde, ¿no crees?.- Me preguntó mi primo al mismo tiempo que se acercaba a mí, apoyando sus manos en la pared a ambos lado de mi cabeza, dejandome sin escapatoria, aunque en verdad no sabia si queria escapar o no. Se acercó más a mí, haciendo que notase su polla por encima de mis pantalones, al mismo tiempo que comenzaba a besar mi cuello, haciendo que esta situación me excitase más y más.

Posé mis manos sobre su pecho y comencé a acariciarle con la yema de mis dedos. El se detuvo unos instantes y se me quedó mirando al mismo tiempo que negaba con la cabeza. -Esto no es justo, tú llevas mucha ropa y yo nada.- Dijo al mismo tiempo que bajaba los tirantes de mi camiseta dejando mis tetas al aire, ya que no llevaba sujetador, era bastante incomodo para dormir. -Vaya... volvemos a encontrarnos.- Comentó mirando mis tetas para después bajar su cabeza hasta ellas y comenzar a lamerlas, jugando con mis pezones, chupandolos, subcionandolos y mordiendolos con fiereza, algo que me hacía morirme de placer, haciendo que me mordiese el labio inferior con fuerza para no dejar escapar mis gemidos, puesto que mis padres y mis tios estaban en el salon y podrían escucharlo todo.

Mi primo seguí entretenido con mis tetas al mismo tiempo que yo deslizaba mis manos hasta su miembro y comenzaba a acariciarlo levemente. Tras unos instantes así mi primo me guiño un ojo y cogiendo mi mano me sentó en la taza del water, me quitó mis pantalones cortos y mi cullotte y con sus manos hizo que abriera mis piernas lo máximo posible, comenzó a lamer mis muslos lentamente, cada vez acercandose más a mi coño, comenzó a lamer los alrededores de este con delicadeza y sin previó aviso hundió su lengua dentro de mi coño, el cual estaba completamente mojado, haciendome soltar un leve gemido. Noté como su lengua entraba y salía de mi húmeda raja, haciendome disfrutar de lo lindo. Tras unos instantes follandome con su lengua, la sacó y comenzó a subcionar mi clitorix con fierza, al mismo tiempo que introducía uno de sus dedos en mi coño y al cabo de un par de minutos dos dedos. Notaba como su boca mordía mi clitorix y lo subcionaba y como dos de sus dedos entraban sin parar en mi coño. Mis piernas comenzaron a temblar, anunciando la llegada de mi primer orgasmo. Posé mi mano en su cabeza para que no la separara de alli en ningun momento y en un par de minutos cerré mi puño alrededor de su pelo y mordiendo mi labio para no formar mucho escandalo, descargué todos mis flujos en su boca, quedando totalmente rendida sobre la taza del water.

El me miró sonriendo, satisfecho del trabajo que había logrado. -Bueno, ahora te toca a ti, ¿no?.- Sonreí asintiendo con la cabeza y esta vez fui yo la que hice que se sentara en la taza del vater. Me senté encima suya, rozando mi coño totalmente empapado con su polla, mojandola con mis flujos, sin metermela en ningun momento y después me pusé de rodillas enfrente de su polla, le miré a los ojos, y sin previo aviso me metí toda su polla en la boca, hasta el fondo, casi tocando mi campanilla con ella, todo esto mirandole a los ojos, con la cara más cachonda que podía. Comencé a meter y sacar su polla, follandome la boca, haciendole disfrutar lo máximo posible, masajeando sus huevos al mismo tiempo. -Mmmmm eres toda una esperta comiendo pollas primita.- Me dijo con la voz entrecortada devido al placer. Seguí metiendola más rápidamente en mi boca, ya que aquel comentario me había excitado más. Tras unos instantes la saqué y comencé a lamer su puntita y a darle pequeós mordiscos mientras que le masturbaba con mis manos. -Mmmmm me voy a correr!.- Me dijo posando su mano en mi cabeza haciendo que nuevamente me metiera su polla hasta el fondo de mi boca. La chupe durante unos segundos más. -Aaaahmmmm toma toda mi leche!.- Gimió al mismo tiempo que toda su corrida inundaba mi boca. Me tragué lo máximo posible, pero era mucha cantidad asi que parte de esa corrida resbala por la comisura de mis labios.

Mi primo me miró con gran excitación, viendo como su lefa chorreaba por mi cara. Victor no habia sido tan cuidadoso como yo de no hacer ruido, es por eso que de repente mi tio abrió la puerta y nos encontro a mi tirada en el suelo de rodillas chorreando leche de mi boca y a su hijo sentado en la taza del vatar con la polla tiesa...

[CONTINUARÁ]