Travesuras

Un uke exhibicionista desesperado por encontrar un seme. Un seme que no sabe que lo es. Ambos se cruzan cuando uno aparece desnudo en la obra de teatro infantil del internado.

La respiración de Fabi estaba acelerada. Sumido en una semioscuridad y rodeado de niños que no le hacían el más mínimo caso pensaba en lo que había sucedido esa mañana. Nada más despertarse había hecho lo de siempre, ir a las duchas y salir de ellas después de lavarse, totalmente desnudo a la ida y a la vuelta, asegurándose de que no le viera nadie que pudiese expulsarlo, pero sintiendo como se endurecía la pequeña polla que tenía entre las piernas cada vez que alguno de los alumnos que estaban internados con él en ese centro educativo lo veía.

Al entrar en la habitación no pudo evitar masturbarse mientras se sacaba fotos en el espejo, sacando mucho culo para verse aún más sexy, aprovechando su cuerpo algo gordito para provocar a cualquiera que quisiera ver sus fotos.

Aunque tenía solo quince años le encantaba meterse en líos para ver si alguna vez un seme mayor que él lo castigaba para que no volviera a ser malo, pero no lo conseguía, así que esa mañana se había decidido a intentar algo más atrevido. Mientras se ponía la capa y la máscara veneciana de cara completa blanca y totalmente negra el corazón se le aceleraba, no llevaba absolutamente nada debajo y en el momento en que la abriera sabía que se metería en un buen lío, pero eso le excitaba muchísimo y quería encontrar un seme que le diese el castigo que se merecía.

Volviendo al presente, Fabi estaba tras el escenario, su polla se iba endureciendo poco a poco según veía a los niños pasar de un lado a otro, saliendo al escenario y volviendo a entrar. En el momento en que todos los niños salían a despedirse él salió con ellos, abriéndose la capa en el mismo centro del escenario y escuchando a los niños gritar por verlo desnudo. Sólo entonces levantó la mirada del suelo y vio que no los habían dejado solos como hacían casi siempre, sino que habían dejado a los niños a cargo de un estudiante de último año.

En ese momento salió corriendo por la puerta de atrás del escenario, perdiéndose entre los pasillos. Aún así escuchaba los pasos del alumno de último curso tras sus pies, como le gritaba y vociferaba que volviese a donde él, pero Fabi no se detuvo: quería un seme que lo castigase, no alguien que le delatase y lo echasen del internado.

Al girar una esquina se soltó la capa y siguió corriendo desnudo, quejándose en voz baja del dolor que le producía en su erección, pero pronto llegó a un lugar seguro. Entró al armario del conserje en el que había escondido su uniforme. Se apoyó en el interior de la puerta con la respiración aún agitada y se dio cuenta de que en la carrera para huir se había corrido, pero sin sentir el placer que eso le daba, únicamente se había vaciado y ahora tenía su pequeña polla totalmente encogida y blanda, por lo que no podía disfrutar de una paja antes de ir a sus clases.

Se levantó al recuperar el aliento para empezar a vestirse, poniéndose los pantalones y la camisa del uniforme, pero la puerta se abrió de golpe cuando se estaba abrochando la camisa. La luz del exterior lo cegó, por lo que no reconoció a quien estaba entrando hasta que se cerró la puerta tras de él.

Se le paró el corazón en ese momento.

Tenía ante sí al estudiante que había estado vigilando a los niños. No lo había reconocido al salir huyendo, pero ahora sí, se trataba de Aarón Mayers. Era un estudiante de último curso, así que seguramente tenía dieciocho años ya. Le sacaba una cabeza de alto y era mucho más fuerte que él, era capitán del equipo de natación, por lo que también tenía un muy buen cuerpo. Los rumores sobre él corrían por todos los cursos, causaba terror a cualquiera que se metiera con él, pero si alguien se metía con su hermano pequeño o le hacía algo malo, lo mandaba al hospital.

—Así que tú eres el puto degenerado que ha traumado a todos los de primaria, ¿No? —Fabi no pudo contestar, la voz le temblaba del miedo —, ¿Sabes que entre ellos estaba mi hermano? ¿Le vas a pagar tú el psicólogo para que olvide el cuerpo escombro que ha visto y la mierda de pollita que colgaba de entre tus piernas?

Según hablaba se acercaba a su víctima hasta agarrarla del cuello de la camisa y cogerle por una muñeca, estampandole de golpe contra una mesa cercana mientras le mantenía el brazo en la espalda, acercando la mano a los omóplatos.

—Si creías que te ibas a salir de rositas estabas muy equivocado… Voy a darte hasta cansarme. Y como te cuelas en las actuaciones de teatro de los niños, pienso castigarte como a uno. —Antes de que Fabi pudiera decir nada sintió un golpe fuerte en su culo, Aarón le había dado un manotazo con la mano abierta sobre el pantalón.

Fabi soltó un suave quejido para disimular el gemido que se le había escapado, no podía evitar que la situación lo excitase, le estaban castigando tal y como él llevaba pidiendo desde que empezó a ser sexualmente activo.

Los azotes siguieron por un rato mientras la polla del joven se ponía cada vez más dura, doliéndole ya de no poder crecer y estar atrapada en sus apretados pantalones.

—No te quejas lo suficiente… —La mano de Aarón acarició despacio la cintura del apresado para desatar su pantalón y dejarlo caer, dejando sus piernas a la vista y su culo bien marcado en los calzoncillos.

Los golpes empezaron de nuevo, cada vez más fuerte, hasta que Fabi ya no podía mantener los quejidos a un volumen bajo. Aarón paró sin soltar para buscar con la mirada la corbata del uniforme de ese salido y, una vez encontrada, la usó a modo de mordaza para que no gritase más. Aprovechó el momento para romper la ropa interior que cubría el culo que estaba maltratando y sonrió al verlo tan marcado por su mano.

—No te mereces piedad alguna, no pienso parar hasta cansarme… —Volvió a dar los golpes con la mano abierta, viendo como ese culo blanco teñido de rojo por los golpes iba amoratandose poco a poco.

Pero entonces algo empezó a cambiar en el cuerpo del que castigaba. Ver como ese culo se apretaba contra su mano y como tensaba las piernas al arquear la espalda empezó a gustarle más allá que como una simple venganza, despertaba en el unos deseos que había reprimido. Empezó a sentir una presión creciente en su entrepierna al crecer su miembro, recordaba cómo empezó a descubrir su sexualidad y se detuvo con los golpes. No le avergonzaba admitir su homosexualidad, pero si el hecho de que le excitaba golpear y humillar a quien le permitiese hacerselo. Empujó al joven hacia un montón de cajas vacías, que tropezó por tener los pantalones a la altura de los tobillos.

Aarón se mordió el labio inferior con disimulo, tenía un uke asustado y medio desnudo delante de él, con el culo maltratado de tanto azote y los labios rotos de morder con fuerza la corbata que tenía como mordaza y en esos momentos se estaba quitando.

—¿Qué coño es eso? —Aarón se rió, buscando una manera de tantear el terreno y poder hacer suyo a ese al que había ido a dar una lección —. Que te mide, ¿Tres centímetros? Eso no se considera una polla —Se desató el pantalón excitado y se sacó el miembro, duro como una piedra y alcanzando casi los veinte centímetros, antes de que Fabi pudiera reaccionar diciendo cualquier cosa Aarón continuó —. Esto sí que es una polla de verdad.

Ante esa declaración Fabi soltó un gemido y se corrió, provocandole una risa de superioridad al mayor, que se empezó a masturbar mientras se acercaba al recién extasiado, pudiendo disimular sus perversos gustos con una venganza por hacer lo que había hecho.

Sin esperarlo, Fabi se lanzó a lamer esa polla que tenía ante si y que quería sentir dentro, quería que le reventase su culo maltratado y poder gritar de placer, pero se contentaba con lamer y succionar, chupar y presionar para poder arrancar un orgasmo a ese que le había dado placer sin saberlo. Cuando se corrió en la boca del joven éste tragó todo de forma obediente, mirando picaramente al mayor de los dos.

—¿Y cuando nos volveremos a ver? —Su voz sonaba ansiosa, habiendo encontrado al seme castigador que tanto tiempo llevaba buscando.

—Yo no estoy con niñatos que se creen que pueden hacer lo que quieran con los niños, si quieres joder la inocencia de alguien jodes la tuya. —Aarón se colocó bien el uniforme para salir, pero Fabi se le lanzó a los pies para que no se fuera.

—Llevo mucho buscando un seme como tu… No me abandones, te daré todo el placer que necesites y quieras… Ponme a prueba, seguro que la pasó con creces.

—Desnudate en clase. —Aarón no creía que fuera a ser capaz de ello, y Fabi no entendía qué tenía que hacer exactamente.

»Mañana voy a ir a tu clase a informaros sobre el baile de otoño… Cuando vaya, quiero que te desnudes. Ignora al profesor cuando te diga que pares, si no te obliga físicamente a parar, no quiero que pares, y si llegas a quedarte desnudo antes de que el profesor te dé una hostia te empiezas a masturbar, de pie, para que todos vean que si te agarras la polla desaparece de lo pequeña que la tienes.

Ninguno de los dos dijo nada más, uno se fue y el otro se quedó en el armario pensando como hacer lo que su seme le había pedido sin que lo expulsaran del lugar, pudiendo así quedarse en ese internado disfrutando del placer que le daba ese nuevo pecado.

~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~*

El tiempo había pasado torturosamente despacio para Fabi, sobre todo durante las horas de clase por el dolor que los moratones de sus nalgas le provocaban. Se miraba el uniforme sin escuchar al profesor, en cuanto Aarón entrase en la clase iba a tener que empezar a probar que valía como su uke travieso.

Al verlo entrar la sangre se le subió a las mejillas, sin escuchar lo que decía ninguno de los dos,ni el profesor ni al que deseaba como su seme castigador. Deslizó despacio sus manos hacia los botones de abajo de la camisa del uniforme, desatándose despacio la prenda para que el nerviosismo no le jugase una mala pasada. Levantó la mirada para ver si Aarón lo estaba mirando, pero en cuanto cruzaron miradas supo que eso era un error, la sangre le bajó de las mejillas a la polla, poniéndosela dura de golpe al darse cuenta de que estab ahaciendole un strpitease exibicionista a ese macho que lo había azotado hasta que le doliese el culo.

Dejó caer la camisa al suelo, dándose cuenta entonces el profesor de lo que hacía, que empezó a gritarle para que parase mientras avanzaba hacia él. Se puso en pie mientras veía al hombre acercarse para soltarse el pantalón del uniforme y dejar que cayese de forma pesada al suelo. recibiendo una fuerte bofetada al mismo tiempo.

—Eres un degenerado de esos a los que le gusta que lo miren, ¿Verdad? Pues en mi clase no acepto gente así, vas directamente al despacho del director —Empezó a vestir a Fabi de mala gana, haciéndole algo de daño de tanto tirón  y golpe que se llevaba —. Aarón, lleva a este gilipollas al despacho de tu padre.

Cuando escucho eso se le heló la sangre, ¿Y si Aarón había hecho todo eso para tener una buena excusa para deshacerse de él? Aún así su erección aumentó al ver como el que podía ser su verdugo le agarró de la muñeca y estiró de él, llevandole hacia la puerta y soltandole el pantalón con disimulo para que le cayera un poco y su culo quedase únicamente protegido por su ropa interior.

Empezaron a caminar hacia el despacho del director mientras Fabi veia todo cada vez más negro hasta que un fuerte azote en su culo lo sacó de sus pesimistas pensamientos. Miró a su agresor y vio una sonrisa pícara en sus labios, haciendo que él sonriera tranquilo y dejando que la excitación que le llevaba llamando un rato corriese por todo su cuerpo.

—No quiero quejidos, los putitos gritones solo me gustan amordazados… —Siguieron el recorrido hacia el despacho del director, sin que los azotes se detuvieran. Cuando Fabi tropezó por el dolor de su erección y los golpes y por el cansancio que le provocaba tanta excitación, Aarón tiró con fuerza de él —. Venga, ve a pedir ayuda, di que te estoy haciendo mucho daño… Pienso dejarte tirado y asegurarme de que no te toque ningún otro hombre. —Fabi siguió caminando, entrando en el juego de Aarón sabiendo de alguna manera que jamás haría algo así contra él.

Cuando estaban a un giro del despacho del director, Aarón dio un giro inesperado y entraron ambos en los vestuarios de chicos de aquel piso. Lo siguiente que notó fue su cuerpo encerrado entre la fría pared de baldosa y el ardiente cuerpo del que le arrancaba la ropa a tirones mientras atrapaba su boca, mordiendo suave su labio en contraste con la fiereza con la que lo desnudaba.

Los gemidos inundaban la estancia sin llegar a hacer nada, quedándose el joven uke totalmente desnudo y con su minúscula polla erecta a la vista.

—Vamos a uno de los cubículos de las duchas… Así no nos interrumpen. —Ambos sonrieron y él ya desnudo fue hacia una de las duchas contoneándose para provocar al mayor, que no pudo resistirse a abrir el grifo de la ducha hasta atascarlo y encerrar ahí a su confiado perrito.

—¡¿Que haces?! —Fabi golpeó con fuerza la puerta cerrada en la que veía apoyado el cuerpo de su torturador.

—Joder, es que no sabes lo que me ponen los perritos mojados… Y con el agua fría seguro que tu pollita se queda aún más pequeña para que pueda machacartela mientras te abro el culo.

Al oír eso Fabi dio un paso para atrás, quedando bajo el chorro de agua, soltando un gemido suave al sentir el cambio brusco de temperatura.

—Tu perrito está empapado y con la polla enana… Esperando a que lo empotres cont… —Antes de terminar la frase Aarón lo sacó de un estirón y lo puso contra una de las paredes, metiendola de golpe mientras le tapaba la boca para que ahogase el desgarrador grito que le había provocado.

Aceleró el ritmo mientras con su mano libre buscaba los huevos y polla de su querido uke, masturbandolo al ritmo de las embestidas, apretando cada vez más su boca por las ganas cada vez mayores que tenía de gritar.

Fabi no pudo evitar correrse en pocos segundos por todo lo que sentía, como le ahogaba y callaba a la vez, como lo masturbaba, como lo penetraba y como se clavaba en sus nalgas la hebilla del cinturón de su amante.

—Te encanta estar desnudo, ¿Verdad? Pues vas a ser un buen perro y vas a correr hasta tu habitación sin absolutamente nada de ropa y te voy a grabar para que luego pueda masturbarme con tu culito rojo huyendo por los pasillos… —El imaginarse la escena hizo que Fabi se decidiera a moverse aún a riesgo de desobedecer las normas silenciosas de quien tanto placer le estaba dando, queriendo sentir más de él.

El calor que sus cuerpos desprendían empañaban los espejos y los azulejos, haciendo que cada vez viesen menos reflejos de ellos, perdiendo la excitación visual y disfrutando de la física cada vez más.

Cuando Aarón llegó al clímax besó el cuello de Fabi, que soltó un suspiro de placer al sentir como salía de él. Antes de poder decir nada vio como su amante se iba del vestuario lanzándole un beso.

Cuando se recompuso el estudiante se asomó por la puerta y miró a ambos lados para salir corriendo hacia su habitación, cruzándose con algún que otro alumno que salía de clase, viendo finalmente a su seme grabandole justo cuando llegaba al pasillo de las habitaciones, exitandolo de tal manera que al entrar en su cuarto no pudo  hacer otra cosa que lanzarse sobre su cama y masturbarse como si llevase siglos sin tener un placentero orgasmo.