Travestismo

Soy man, pero recién lo hice por primera vez como mujer.

De todos nosotros es conocida la palabra travestismo ¿verdad? hombre que se viste de mujer, o mujer de hombre, porque encuentra cierto placer en relacionarse sexualmente con su pareja o vivir cotidianamente con tal vestimenta. Pero qué cosa más rara ¿no? pues así es, así soy yo desde... desde que lo descubrí. ¿Y cuando lo descubrí? Pues la historia es larga porque digamos que esto es la historia de gran parte de mi vida sexual.

Yo, de pequeño, era el típico hetero que se ríe del compañero de la clase que "dicen" que un grande le obligó a comerle la polla. ¡Campón, campón! le decíamos, porque parece que un famoso homosexual de la ciudad se llamaba así de apellido, y ello se convirtió en nuestro grito de guerra. Pues bueno, pasada la infancia, ya en la digamos adolescencia avanzada, tuve mis primeros escarceos en la homosexualidad. Un primo mío, que aún siendo menor que yo, era más diestro en el tema y me inició. No importa como fue, el caso es que entre riñas y peleas lo dejamos.

Hize con él pues lo típico que se supone que hacen los gays; él me la metió, yo se la metí, se la chupé, me la chupó, pero curiosamente nunca nos besamos, aún no sé porque me rechazaba tal contacto. Bueno, el caso es que dejamos de ser amigos, él a su bola y yo a la mía y si te he visto no me acuerdo; actualmente apenas nos saludamos si nos topamos por la calle.

¿Como fue mi experiencia con él? pues sosa tirando a mal. Yo sentía la llamada de hacer con él muchas cosas, pero las hacía y me quedaba igual. O sea, satisfecho por haber hecho lo que tenía tantas ganas de hacer, pero notando que "falta algo". Después de mi primo, pues tuve otros más encuentros esporádicos con otros varones. Que si un día uno del chat, otras veces (la mayoría) mediante una sección de contactos del periódico, e incluso una vez un extranjero con que me puse a platicar en un banco de una zona de ocio nocturno. Yo le dije que iba a buscarme un taxi para volver a casa, y él me dijo que ya me llevaba él, después dentro del coche la cosa fue "rodada".

Fua, ya me he liado, estoy explicando el final antes de explicar el principio. ¿Cuando noté que me gustaba simular una fémina? Pues en mis inicios del chat, hace muchos años, mantuve un montón de sesiones-ciber, y la cosa salió sola, de improviso; la primera sesión ciber-sexo que mantuve, el tío me preguntó qué era, yo le dije del tirón: chica. Mantuvimos esa sesión ciber-warra y yo, sorprendido de que me gustara. Mantuve otras muchas más, de hecho podéis ver una de ellas en http://www.todorelatos.com/relato/9172/  Fue por esos tiempos que me empezó a picar la oreja sobre vestirme de mujer y hacerlo con un hombre. Lo hize, mediante la sección de contactos del periódico contacté con un hombre vecino de mi ciudad, con el que planeé hacer ello. Yo vestido de mujer, y simulando una relación de marido-esposa. Y recuerdo que fue la primera vez en mi vida que me gustó darme un beso con un hombre. Lo había hecho antes otras veces pero no me gustaba en absoluto, todo y sentir el impulso de hacerlo, fuuu, mi cabeza es un vertedero de residuos radioactivos :D

Bueno, volvamos al tema, con ese hombre del periódico la cosa fue mejor que con ninguna otra anterior. Yo iba vestida de mujer (su mujer) y mirando la tele nos poníamos tibioss y nos besábamos y nos vamos a la habitación, pero allí fue donde falló todo. Porque por nervios, o por edad o vete a saber porqué, gatillazo, no se le levantó. Me despedí de ese hombre con sentimiento agridulce, habiendo tenido hasta el momento mi mejor experiencia gay, pero cortada en seco en el punto más caliente. A partir de aquí, peró, yo ya sabía lo que quería ;D

Quedé con otro pavo mediente los contactos del periódico. Fui hasta una casa perdida en el monte, y ya de camino yo me iba oliendo algo malo. Porque no me dijo la dirección hasta estar yo a medio camino. Y ese tío... fu, yo pa mi que era un psicópata asesino. Pero no me asesinó porque justo al llegar a su casa, pedí para llamar a mi casa de que no se preocuparan, que estaba en casa un amigo. Entonces como que las llamadas se registran en el telefónica-computer, no creyó obvio asesinarme y enterrarme en el huerto porque la policía lo descubriría. Con él la cosa fue asquerosa, mira que le expliqué bien que me iba a vestir de mujer y que él tenía que hacer ver que era un profesor mío y etc.. pero ese tío no paraba de encender un pitillo tras otro, y temblaba, y tenía un anillo que le presionaba la polla.. fuuu, cuando por fin me largué de su casa, con una nota de 2 sobre 10, no me largué, huí.

A partir de esa experiencia quedé como un poco asustado y traté de olvidarme de toda la historia homosex, pero no fue así. En enero del 2004, volvió a picarme la oreja y contacté de nuevo mediante el periódico. Pero me abstengo de contarlo porque volvió a ser un desastre. Una cosa que me pareció que iba a ser la reostia fue una mierda, porque el pavo en cuestión mucha boca tenía para hablar, pero después poca valentía, en total, 1 sobre 10.

Volví a olvidarme del tema y ha sido a principio de este año, conocí el -foro- de amorfilial.com y vi allí muchos mensajes super calientes, de gente pervertida como yo. Y dije: lo probaré aquí por última vez, sinó funciona nunca más. Todo hay que decir que ese -nunca más- es muy lírico, porque esa fantasía no abandonará jamás mi cabeza. Bueno, volvamos al tema, conocí a mi príncipe azul. Un hombre requetepervertido como yo, con el que intercambiamos un montón de e-mails, y planeamos las cosas como ladrones de guante blanco. El plan era representar uno de mis relatos, "el vendedor a domicilio" que para mejor verlo solo tenéis que ir a http://www.todorelatos.com/relato/22086/ del cual incluso escribí una pequeña versión para adaptarla mejor a una relación gay. En que por ejemplo la penetración no es en postura del misionero como la versión original (la publicada) sino en postura perro. También preparamos un segundo y tercer "round" que ya leeréis más adelante.

El caso es que tuvimos bastantes dificultades en encontrarnos, él está casado y tiene mucho trabajo. Y había que preparalo todo en secreto, premeditación, alevosía y todo eso. Pero al fin, lo hizimos. Nos encontramos una tarde sábado de este verano, yo con mis ropas en una bolsa y él con su minga en los pantalones nos fuimos al "picadero" que tengo escondido en una vieja casa-almacén. Allí lo preparamos todo para que no fallara nada, yo me vestí con uno de mis vestidos de mujer que compré a escondidas e iniciamos el primer round.


1er round.

Yo soy una chica que estoy en casa una tarde de verano, llaman el timbre y voy a abrir. Es uno de esos típicos vendedores a domicilio que en este caso me ofrece diversos cursos para hacer a domicilio. Entre plática y ofertas y tal, me propone de hacer un cursillo de modelo, pues me ve con facultades. Me sugiere que le haga un pequeño pase para ver qué tal me muevo y así es.

Pasé ante él desfilando como si fuera;

a: una modelo

b: una chica que simula ser una modelo.

Tuve entonces que simular los dos papeles. Primero hacer ver que yo, Sombrero, soy una chica, y después que esa chica simula ser una modelo. Bueno, al grano, la cosa salió riquísima. Para ver mejor como fue el tema solo tenéis que leer mi relato del cual antes os he dado el vínculo. Entre pitos y flautas (como dicen en mi tierra) me tenía a 4 patas apoyado (apoyada) en un rojo sillón. Con el debido preservativo y untada la gran verga que tiene, con un lubricante con que me hize en la farmacia. Me la metió como entran en la vida real una verga en una vagina; de golpe.

Yo sentí en ese momento la misma sensación que siente una chavala como la de mi relato al ser desvirgada; brutal, me sentí mujer como nunca. Salieron de mi boca los más femeninos gemidos que han salido nunca. Él me la metía con un vigor, un placer que yo siempre había soñado que existía, pero nunca me hize idea de lo que significaba. A cada una de sus entradas.. oohhh, me regresa la mente a ese momento solo de pensar en él. Bueno, después de hacerme vivir, pensar, gozar como mujer como nunca había sido durante un buen rato, se corrió. Mmmmm en los últimos ataques me la metía hasta el fondo y yo notaba como si me fuera a salir por delante. Ya me lo había dicho por mail, que la tenía gansa y que no sabía si atreverse a una penetración anal. Yo le dije que no había problema, porque de hecho esa verga se suponía que tenía que simular un desvirgamiento, y eso duele.

Total, que un descansito y comer 4 chorradas frescas que había traído para reponer energías y nos disponemos al segundo round. En este se suponía que yo era una nieta suya que estaba fregando platos. Él se me acercó por detrás y bueno, más o menos en este round los dos teníamos que improvisar, a partir tan solo de un video X del que aquí os pego un snapshoot.

La cosa volvió a ser requetemorbosa y nos enrollamos como abuelo y nieta que éramos. Ante el fregadero él me palpa el culo, yo me río, hacemos como una pequeña pelea de manitas, él me abraza, me besa, recibo/acepto el beso, me mete mano en el virtual "coño", le meto mano en la verga, lo pajeo ante el mismo fregadero, me agacho/lo mamo, nos volvemos al rojo sillón de antes y al ataque de nuevo.

Y vosotros diréis ¿pero este segundo round no debió ser tan excitante por ya llevábais dos? Pues sí que fue excitante, porque quizá ya habían hecho el amor la chavala y el vendedor a domicilio, pero la nieta y el abuelo era la primera vez que lo hacían. Y volví a sentirme fémina de la manera más bestia de mi vida, notando como estaba en el perverso tabú de hacer el amor con mi propio abuelo en nuestra casa, después de fregar platos. Esta vez tardó un tanto más en correrse, tanto que incluso cambiamos de posición. Yo me puse de lado y él me la seguía metiendo también de lado, mientras a la vez me amasaba esas grandes tetas (sostén relleno de calcetines) que llevaba montado y que yo sentía de verdad como si fueran mis tetas. En fin, que entre gritos y garganta rota, se vino.

Para el tercer round esperamos un tanto más, mientras tanto fuimos al trastero del ático donde buscamos un viejo disfraz de sacerdote del carnaval de vete a saber qué año. Con él puesto (él) y yo con otro de mis vestidos de chavala santita, falda larga. Digamos que me confesó de mis pecados, para perdonarlos me impuso hacer la comunión, y esta era nada menos que su miembro viril. Se lo mamé con verdadero sabor, era una chavala santita que estaba haciendo penitencia para obtener la absolución de sus pecados, mamándole la polla a su padre confesor. Esta vez me lo tomé con calma, pues podía alargarse tanto como fuera, que a mi me iba a seguir gustando mamar polla. Jugué largo rato con su capullo y pajeándolo a la vez, le comí los cojones (como toda mojigata haría) y traté de tragarla toda, pero -imposible-.

Al final me lo dijo, que se corría. Como ya habíamos quedado antes, me tomó de la cabeza con fuerza para que no se escapara ni una gota de la santa leche. Después de dos polvos, claro, poco quedaba, pero lo suficiente para que notará yo pegado en mi lengua ese extraño sabor.

Pues bien, nos despedimos con un apretón de manos, como hombres que somos, y quedamos en seguir en contacto. He charlado con mi príncipe unas cuantas más veces, por e-mail, pero la cosa parece detenida. No sé si de verdad él obtuvo de nuestra relación lo que esperaba, yo sí lo obtuve. Quiero volver a verlo, pero me da largas, y me empiezo a oler algo malo. En fin, no somos los dos únicos hombres en el mundo y supongo que ya encontraré mi media naranja.