Travesti en secreto
Siempre me ha llamado la atención la lencería femenina, desde muy joven, cuando veía las películas porno, me encantaba ver a las actrices vestidas Con la ropa más puta que podía existir.
Siempre me ha llamado la atención la lencería femenina, desde muy joven, cuando veía las películas porno, me encantaba ver a las actrices vestidas
Con la ropa más puta que podía existir.
Ligueros, hilos, medias altas, falditas, baby dolls, todas me excitaban, sobre todo cuando llegaba el final y les acababan toda la leche sobre sus ropitas.
me llamo Gabriel, soy de Barcelona, pasivo, bisex, 29 años, y desde muy joven me visto con ropa interior femenina en la intimidad.
Desde que tuve mi primera relación homosexual me he sentido como una putica así que me encanta vestirme como una, aunque no tenga cabello largo ni senos operados. Vivo una vida normal con mi novia, pero de vez en cuando me gusta sentirme mujer.
En una ocasión, estaba chateando en la sala de ambiente del Chat erótico de barcelona, con mi nick de Travesti de closet, muchos me buscaban conversa porque pensaban que era transexual, pero cuando les explicaba que no tenia senos, ni cabello largo, ni facciones femeninas, se iban. En eso me hablo uno de los que chateaba en la sala, Henry se llamaba, tenía unos 40 años y vivía cerca de mi casa (selva de mar). empezamos a hablar y me dijo que era casado, que su esposa estaba de viaje y que tenia muchas ganas de que le hicieran sexo oral, yo le dije que era lo que mas me gustaba hacer, pero que solo lo hacia con ropa interior femenina puesta, le encanto la idea y me invito a su casa.
Yo estaba vestido totalmente masculino, en mi cuarto, así que salí de mi casa y me dirigí al centro comercial, donde esta escondida una bolsa con toda mi ropa interior femenina, tome un baby doll azul, una tanguita, y me fui a la candelaria a casa de Henry.
Al llegar, me encontré con Henry en la plaza, nos reconocimos porque nos dijimos como iríamos vestidos, me saludo como a un amigo y empezamos a caminar hacia su casa. al llegar a su edificio, subimos al 2do piso y me abrió la puerta, “pasa” me dijo. yo pase y me ofreció algo de beber, pero por precaución (estaba asustadísimo) no acepte nada. pase al cuarto para ver donde se daría la acción y me dijo, lo haremos aquí, sentándose en su cama, entonces le dije “espera”, me fui corriendo al baño, me quite toda la ropa, me puse el baby doll azul, transparente y la tanguita, ya tenia una erección tremenda así que no pude esconder mi pene, tuve que dejarlo por fuera, espere un poco a que se me bajara y lo escondí en la tanguita para salir al encuentro de mi hombre.
Henry estaba sentado en la cama, ya se había quitado toda la ropa, tenia un pene no muy largo pero grueso y sanito, me arrodille frente a el y comencé a pajearlo, el se recostó para disfrutar mi mano, poco a poco ese pedazo de carne iba creciendo en mi mano, y poco a poco se me iba haciendo agua la boca. Me acerque un poco para olerlo y ya no podía contenerme, quería tenerlo dentro de mi boca, lo toque con mis labios, y olía divino, estaba recién bañado y limpiecito, saque la lengua para tocar la punta de su glande y cuando lo hice, Henry suspiro de placer, no aguante mas y abrí la boca para dejar entrar su guevo.
Comencé a mamarlo, a saborearlo, a hacer que se pusiera cada vez mas duro, el me decía no pares y yo no quería parar, trataba de llevarlo lo mas dentro de mi boca posible.
De repente, el se levanto de la cama, quería verme mejor me dijo, comenzó a decirme cosas como “eres una putica”, lo mamas divino, que rica tu boca, que rica esa lengua, donde quieres la lechita? y yo le decía, acábame encima de la ropa, es lo que mas me gusta, que me manchen mis ropitas, en eso me empujo, y comenzó a pajearse mas fuerte, antes de que me diera tiempo de levantarme me baño con su leche, con tres chorros divinos, uno cayo en mi cara, el otro en mi pecho y el otro en mi ombligo, no podía creer lo que estaba pasando, estaba frente a un macho divino, llena de leche y de ese olor tan rico que suelta el semen.
Le dije que se acercara, quería mamarlo de nuevo, me encanta mamar un pene flácido, no se por que, me encanta sentir como se pone duro en mi boca, estuve mamándolo un tiempo, cuando me detuvo y fue al closet de su esposa, saco unos tacones blancos, y me los dio para que me los pusiera, “encantada” le dije, me los puse y me hizo desfilárselos, quieres que te coja? me pregunto, y yo respondí que no tenia preservativos, a lo que el abrió la gaveta de la mesa de noche y saco dos. le puse uno, con la boca, como una verdadera puta y me coloco en cuatro patas en el medio de la sala. poco a poco fue acercándome la punta de su pene a la entrada de mi culito estrecho, y fui sintiendo como trataba de entrar sin mucho éxito, ya que no tengo mucha experiencia anal, poco a poco me fue lubricando con su saliva hasta que pudo metérmelo completamente, el dolor que sentía era tremendo pero la excitación era mayor y no quería parar, comenzó a bombearme ricamente con su guevo y yo a aguantar sus embestidas, llena de leche, vestida de puta, oliendo a puta, no podía pedir mas, estaba en éxtasis.
De repente sentí que aceleraba sus embestidas y le pregunte si iba a acabar, me dijo que si, que estaba a punto, le dije “quiero tu leche en la cara” y me dijo “cállate puta, te acabo donde yo quiera” y me siguió cogiendo hasta que se vino dentro de mi, casi me muero del dolor, saco su pene de mi ano, se quito el condón y me derramo la leche sobre mi rostro, ufff me encanta ese olor, trate de saborearla un poco y me vine en un orgasmo tremendo, me ensucie todo el baby doll y la tanguita con mi leche.
Me pare, me fui a la ducha y me bañe, salí vestido de hombre y Henry me trato como tal, me dijo, bueno amigo, cuando quieras puedes venir, claro… estaba mintiendo, mas nunca pude repetir esa experiencia con Henry ya que su esposa volvió de viaje y no ha salido mas.
Si te gusto el relato y estas en barcelona escribeme, bye!