Trauma sexual con mi primera novia

Una confesión real, alejada de los tópicos.Una relación feliz se va deteriorando cuando mi novia empieza a sentirse atraída de manera irracional por uno de mis amigos.

Esta historia es real. Los lectores se darán cuenta de que no está llena de clichés, de fantasías sexuales de página porno sino que tiene la originalidad inesperada de las cosas que suceden realmente. Obviamente he cambiado los nombres y algunos detalles menores para mantener la privacidad de las personas implicadas. Iré subiendo los siguientes episodios. Prefiero contar la historia poco a poco, tal y como la recuerdo.

Me llamo Diego y para contar esta historia habría que remontarse algunos años atrás, a cuando salía con la que fue mi primera novia. Eramos de la misma ciudad. Nos habíamos conocido a través de un amigo común y en poco tiempo empezamos a salir. Habíamos perdido juntos la virginidad y disfrutabamos mucho del sexo, descubriéndolo juntos y poco a poco. Mi novia se llamaba María. Era morena con pelo castaño muy largo y un aspecto un poco árabe, morena de piel y labios gruesos. Tenía un culo muy firme, caderas anchas, grandes pechos y recuerdo que una gran sensibilidad en los pezones. Le encantaba que se los chupara. A veces solo con eso y acariciarla la entrepierna por encima de las bragas llegaba al orgasmo que siempre era intenso pero que no se encadenaba con otros como en los orgasmos múltiples. A partir de ahí se apaciguaba y parábamos. No solíamos hacer mucha penetración porque a ella le dolía cuando hacíamos sexo vaginal por lo muchas veces follábamos sin llegar a metérsela. Tampoco hacía falta más para que disfrutáramos muchísimo del sexo.

Llevábamos ya dos años juntos, yo tenía 20 y ella 18. Es en este momento cuando entró en escena mi amigo Javier y todo se fue a la mierda.

Mi amigo Javier había sido compañero del instituto aunque esta historia sucedió unos años después. Era el típico chaval malote que volvía locas a las chicas. Tampoco era especialmente guapo pero si tenía un aspecto muy masculino, fuerte con voz grave y sobre todo una actitud chulesca con las mujeres y agresiva con otros hombres. Había perdido la virginidad un año año antes que yo con una compañera de clase del bachillerato. La típica choni de barrio con un culo impresionante por la que babeaba medio instituto. Se contaba que en la típica fiesta en su casa un día en la que no estaban sus padres había hecho una paja a Javier en el baño. Ya en encuentros posteriores habían follado. Posteriormente había tenido una novia pero en el momento en que sucedió todo esto estaba soltero.

Os adelanto que nunca pensé que a María le pudieran gustar hombres así. Ella era una chica inteligente y con mucha cultura. Nunca había encajado ni había sido la “guay” de la clase. Tampoco parecía que le atrajeran los hombres muy masculinos sino que prefería hombres más delicados y sensibles. Aunque era guapa y desnuda tenía un cuerpo muy atractivo y voluptuoso, vestía de manera muy sencilla por lo que por lo que no llamaba la atención. Ella y Javier habían coincidido pero apenas habían hablado. A día de hoy atando cabos, pues en el momento no me di cuenta, creo que desde el primer momento él la había echado el ojo. Sabía ver las curvas que dismulaba la ropa ancha.

La atracción que sentía María por Javier saltó un día de manera imprevista estando yo con ella en su habitación. María y yo teníamos un juego en la cama. Consistía en que cada uno confesaba una fantasía sexual mientras el otro le masturbaba. Mientras me estaba pajeando y me preguntó cuál era mi fantasía. Le confesé que me excitaba acordarme del culo de aquella choni compañera de clase del instituto, me imaginaba corriéndome sobre sus nalgas.Típica fantasía imposible entonces y ahora pues no creo que yo fuera el tipo de esa chica, pero por eso era una fantasía. Mi novia aumentó la intensidad apretando mi polla con fuerza con la mano pero traté de no eyacular. Lo conseguí y le tocó el turno a ella. Mientras la acariciaba el clítoris la pregunté.

-          ¿Qué fantasía sexual tienes ahora?

-          Diego. Me gustaría que me estuviera follando ahora tu amigo Javier. Que me metiera su polla y me lo hiciera muy duro, tirándome del pelo.

De repente me puse muy celoso. Me quedé asombrado pero seguí haciendo mi labor con los dedos. No juzgar ni cortar el rollo a la otra persona cuando contaba su fantasía sexual era una de las normas del juego. María cerraba los ojos y gemía mientras yo la tocaba. Gemía cada vez con más intesidad. Estaba pensando en Javier, estaba claro. Yo estaba celoso pero excitado a la vez. Me fastidiaba mucho que conmigo quisiera sexo tranquilo, acariciándola y masturbándola con los dedos mientras fantaseaba con que mi amigo la follara muy duro, penetrándola.

-          Comeme las tetas.-Me dijo mientras cerraba los ojos.Lo hice muy excitado y al poco llegó al orgasmo.

Cuando se corrió fue mi turno, me terminó de masturbar y eyaculé sobre sus tetas. Luego no echamos a dormir pero yo ya estuve intranquilo toda la noche.

Continuará…