Trauma sexual con mi primera novia 2

Continuación del primer relato. Tras confesarme que le excita mi amigo, mi novia va un paso más allá y empieza a quedar con él. Mi sentimiento de impotencia aumenta cada vez más.

No volvía hablar con María del tema de su atracción por Javier. Pero pasaron algunas semanas y yo sospechaba que ellos quedaban y mantenían contacto de alguna forma. Me dolía pensarlo, así que ese tema empezó a ser tabú para mi. Lo era hasta el punto que no me atreví a decirle nada a María cuando me dijo que quería que nuestra relación fuera abierta. Esto implicaba poder tener sexo con otras personas. Era evidente cuales eran sus intenciones pero yo no podía hacer nada. Llegamos a discutir, claro. Pero yo no podía negarme ya que ella me lo planteó como un “lo tomas o lo dejas” y yo no quería perderla.

Ya no teníamos tanto sexo como antes, lo que me hacía estar todo el dia empalmado. Encima María, que siempre era muy discreta vistiendo, empezó a vestirse de manera algo más sexual, con camisetas con escote e incluso se compró algún sujetador de encaje que nunca antes le había visto ponerse. Yo estaba muy celoso pero no quería sacar el tema. Prefería negar la realidad. Muchos días me decía que no le apetecía follar, me rehuía cuando la besaba y algunas noches en las que me quedaba en su casa y dormíamos juntos eran insufribles. En una ocasión tras llevar ya dos semanas sin tener sexo llegué a levantarme para ir al baño a masturbarme. Ahí se me ocurrió una maldad, una maldad terrible pero en la que el principal perjudicado al final fui yo mismo. Sabía donde guardaba su diario, en una estantería del pasillo. Lo cogí mientras ella dormía y me lo llevé al baño, puse el pestillo y me senté a leer su diario. Reconstruyo más o menos lo que ponía tal y como lo recuerdo.

25 de abril. “He estado paseando con Javier. Hemos hablado mucho de la vida y de todo en general. Pensaba que era una persona con poca sensibilidad, pero estaba muy equivocada. Bajo esa pose de duro hay una persona sensible y muy inteligente.”

29 de abril. “Hoy Javier me ha contado que lo dejó con su novia hace un par de meses. Yo le he contado que tengo una relación abierta con Diego.”

12 de mayo “Javi me acompañó ayer a casa. Al despedirnos nos abrazamos pero el empezó a besarme de repente en el cuello, un escalofrío de placer me recorrió todo el cuerpo, le dije que siguiera y luego ya nos empezamos a besar. Teníamos muchas ganas de hacerlo los dos. Javier me dijo que llevaba tiempo intentando contenerse. Me gustó mucho como me arrinconaba contra la pared del callejón. Hacía tiempo que no estaba tan excitada, tiene algo de irracional, de dominante. Creo que él estaba muy empalmado, le toqué un poco por encima del pantalón y noté un bulto enorme. Si le dejo me habría follado allí mismo y yo se lo habría pedido por favor. Pero no quiero hacerlo aún. En realidad estoy deseando acostarme con él pero me intimida bastante. Por lo que hablamos se ha debido acostar con muchas chicas y yo solo he estado con Diego. A Diego le quiero pero no siento lo mismo cuando me toca, por eso no me apetece mucho ultimamente tener sexo con él. Además me paso el día masturbándome pensando en como será hacerlo con Javi.”

Ahí terminaba el diario. Leer estas palabras me dolió en el alma pero a la vez me produjo una enorme erección. Una erección desesperada pues María dormía y aunque estuviera despierta no iba a hacerme nada (y menos si se enteraba de que había leído su diario). Fue bajarme el pantalón de pijama agarrarme la polla y con tres movimientos terminé por eyacular. Me sentía patético, excitado porque otro hombre se estuviera liando con mi novia, incapaz además de impedirlo y de hacer nada. Al día siguiente despertamos juntos y María seguía sin estar muy receptiva, solo me besó una vez, cuando nos despedimos. De la que volvía para mi casa me llegó un mensaje de Javier en el que me comentaba que el próximo fin de semana tenía idea de ir a una casa rural para celebrar su cumpleaños. No era dificil de adivinar que también había invitado a María.

Continuará...