Trato hecho

Un profesor de a universidad se percata de la presencia de una alumna que lo excita a más no poder. Lo comenta con su novia y acuerdan convencerla para hacer un trío.

Soy profesor de una universidad de la ciudad, la facultad para la cual dicto clases se caracteriza por tener las mujeres mas bellas, de hecho desde que era estudiante siempre ha sido así. En este semestre tengo como alumna en una de mis clases que con sólo mirarla me desconcentra, me pone nervioso, algunas veces hasta se me van las ideas al ver cómo se mueve en su silla. Sé que ella es consiente de la atracción que me despierta, durante las sesiones de clase cuando la miro, ella aprovecha ese momento para de forma disimulada y sensual moverse en su silla muy provocativamente, abrir sus piernas o agacharse para mostrar un poco más de esos hermosos senos que tiene.

Lo que sucedió, paso después de terminar el semestre, afortunadamente se acabó por que ya era irresistible la situación, me moría por acercármele pero por esa pendejada de la ética de profesor no me atrevía a pasar la frontera alumna - profesor y no me atrevía a lanzarme porque no era fácil encontrar una oportunidad en la universidad y de otro lado, sí la oportunidad se hubiera presentado, a mi novia no es fácil volársele esto sumado a que tampoco quería arriesgarme a que me descubriera y perder una mujer como lo es ella.

Con mi novia tenemos una relación en la que la sensualidad ha superado todos los limites, ella es una mujer hermosa, tiene un cuerpo escultural logrado de su disciplina atlética, hermosas tetas no muy grandes pero firmes, caderas grandes y un culo redondo y firme, es rubia y sus ojos son verdes, su boca es provocativa y su mirada es muy insinuadora. Una noche salimos a comer y la conversación se fue tornando hacia el tema de nuestra sensualidad, conversamos sobre el tremendo deseo que nos despertamos y sobre los temas de nuestras conversaciones cuando hacemos el amor. En ése punto de la conversación, le comenté con picardía, cómo siempre ella llevada por el deseo y la excitación centraba la conversación en su fantasía de tener sexo con dos hombres. Después de algunos momentos de risa y excusas por parte de ella, le dije que no me eludiera, que yo tenía claro que esa era su fantasía y que por ese mismo motivo le había regalado ese tremendo vibrador con el cual terminamos en la cama jugando a que somos dos hombres que nos la follamos con locura, que ella es la dueña de la situación y nos ordena qué quiere que le hagamos, que uno la penetra y ella se lo mama al otro, que nos ordena que nos la follemos por su coño y su culo al tiempo, que para satisfacerla totalmente soy yo quien después de que el vibrador le ha dilatado su culo lo suficiente la penetro por ese hermoso culo hasta que me vengo dentro y empieza a escurrirle semen por entre sus piernas, lo cual la excita más.

Con ese nivel de excitación en la que nos encontrábamos en medio de la comida, aproveché la oportunidad para decirle que yo ya había cumplido sus fantasías mucho más de que lo que ella había aportado en la satisfacción de las mías. A lo que ella me contestó, retándome, que cuál era la fantasía que no me había hecho realidad. En ese momento clave, aproveché para decirle que yo también quería tener sexo con dos mujeres y que quería meterla en la cama con otra mujer. Ella me siguió el juego diciéndome que compráramos otro juguete para mí o, que si era capaz que convenciera a otra mujer de hacerlo. Aprovechando el tono de broma y retador con el que me hablaba, le dije en el mismo tono, que en mis clases había más de una de mis alumnas a las que se les notaba que desean que me las follara y que era posible convencerlas de terminar los tres en la cama. A lo que ella me respondió que si yo era capaz ella estaba dispuesta a hacer el trío. Claro, me dijo en tono serio, no podía ser con una mujer más buena que ella pero tampoco una fea, ampliándome el nivel de reto.

Con ese avance, le dije que ya tenía la indicada, a lo que me preguntó con curiosidad cómo era. Es, le dije, una mujer de más o menos 22 años, alta, delgada, con unas tetas un poco más grandes que las tuyas, con un culo precioso, su cara es hermosa y me despierta mucho deseo; creo que es por la forma de sus gruesos labios rosados, los movimientos insinuadores que me hace en la silla de clase, sumado a lo lascivo de sus miradas, además el perfume que ella usa me excita al máximo.

Sabia que éstos comentarios le despertaba celos, a pesar de que lo comentara en broma; también era consiente de que ella no me creía capaz de llegar a ese punto, mucho menos con una de mis alumnas. Con estas ideas claras me aseguré de que cerráramos el trato, y una vez terminé de describírsela, le pregunté si era una candidata a la medida de sus requerimientos, a lo cual me contesto que sí, que le preocupaba solamente que me fuera a enamorar de ella pero que bueno esa podía ser la indicada. Entonces le pregunté, trato hecho, y ella respondió trato hecho.

Al terminar la época de clases, la universidad cumplió años y para tal efecto se organizó en uno de los mejores bares de la ciudad una fiesta para la celebración, a esta asistirían los estudiantes de la facultad, los exalumnos, los profesores, etc. Esa noche, pensando en que de pronto me encontraría con mi alumna decidí escapármele a mi novia con la excusa de continuar una labor de la oficina en casa de otro compañero y me fui a la fiesta con unos amigos de mi promoción, uno de los cuales también es profesor. Llegamos al lugar que desbordaba de gente y nos sentamos en una de las barras a tomarnos unos tragos, la noche comenzó a ponerse interesante ya que sobraban mujeres, muchas de nuestras compañeras de promoción llegaron solas y así fuimos armando una gran mesa. Después de un rato nos levantamos a bailar con una amiga y bailando nos cruzamos con mi alumna con quien nos alcanzamos a saludar de lejos, de regreso en la mesa me lamentaba de no haber podido acercarme en ese momento a saludar, entonces decidí dar una vuelta a ver si la encontraba, me dirigí al baño y en el camino de regreso nos volvimos a cruzar, ese fue el momento indicado, nos encontramos de frente y nos quedamos conversando, estaba espectacular, llevaba uno de esos pantalones apretados que dan debajo de la cintura y un top ceñido a su pecho, lo cual realzaba su figura, nunca la había visto así, estaba buenísima.

Estábamos conversando uno enfrente del otro en la mitad de los pasillo hacia el baño, por dónde pasaban mucha gente que saludaba, en un momento pasaba tanta gente que alguien tropezó y me empujó, con lo cual me lanzó hacia ella, para evitar caernos la cogí por la cintura, a lo cual ella también me abrazó, en ese momento nos quedamos fijamente mirando con la caras pegadas y me decidí a darle un beso, la respuesta fue recibida de inmediato y hundimos en medio de un profundo beso, en el que explotó todo el deseo reprimido por un semestre de insinuaciones.

Cuando logramos despegarnos de aquel beso que ninguno quería que terminara, le invité a tomar un trago y tomándola por la mano me la llevé a la barra donde pedidos dos martinis y nos retiramos al balcón del segundo piso, esperando estuviera menos concurrido, el lugar estaba abarrotado, sin embargo logramos acomodarnos en una esquina del balcón interior del bar, allí no podíamos besarnos y tocarnos con el deseo que teníamos, de hecho desde abajo nos miraban sus compañeros y como uno de los profesores más jóvenes de la universidad la mayoría me conocían o habían sido compañeros míos.

La situación no permitía ponerle freno, así que la tomé por la cintura y acercándola a la baranda me puse detrás de ella, a lo que ella se pegó para sentir mi verga a punto de estallar en ése constante frotar que me hacía con su culo, le hablaba al oído le decía que encantaba cómo se movía, que excitaba su perfume y que no parar de moverse, esto mientras disimulábamos estar bailando. Al rato le propuse que nos fuéramos para otro sitio donde no nos conocieran y pudiéramos estar más tranquilos, a lo que ella me dijo que sacara el auto que ella recogería sus cosas de la mesa en que se encontraba con sus amigos y se despedía.

En el auto puse algo de música, no recuerdo ni qué sonaba, al fin salió con el martini en la mano, subió y arranqué sin saber para dónde iba; ahora era ella la que se encontraba libre de manos, en un segundo se me acercó al oído y me comenzó a besar y acariciar el pecho y las piernas. Mientras trataban de manejar el auto con una sola mano, con la otra le acariciaba sus piernas, ella me besaba y lamía el cuello, su respiración me reflejaba el deseo que tenía, entre tanto deslice mi mano hasta su coño y por encima de sus pantalones trataba de meterle la mano y acariciarla. Le propuse que conociera mi oficina, allí era posible entrar a cualquier hora y tenía las claves de las puertas para entrar, tomándose un trago del martini sacó un hielo y con el empezó a jugar en mis orejas y mi cuello, mientras que con sus manos se acercaba a mi verga que seguía erguida a reventar. Finalmente la cogió por encima, no satisfecha la metió entre mis pantalones hasta llegar por entre los bóxer hasta la carne que tanto quería y empezando a hacerme una deliciosa pajeada, sin separar el hielo de mi cuello y su labios de mi rostro.

Después de un momento, decidió tenerla en su manos totalmente libre, para lo que me soltó el cinturón y abriendo mis pantalones la sacó completa, empezando a darme una tremenda mamada; agachada como estaba le pude meter la mano en sus pantalones y cogerle su culo, y por debajo de su top acariciar sus tetas, que no llevaban sostén.

El conserje del edificio al ver mi auto abrió la puerta del parqueo, me cerré el pantalón y ella se reincorporó; tan pronto como apagué el auto salimos disparados al ascensor, donde finalmente pudimos acariciarnos sin interrupciones, allí le subí su top y chupé sus tetas con locura, mientras ella retorcía su cuerpo contra la pared del ascensor y su coño se pegaba a mi verga. La puerta del ascensor se abrió y entramos a mi oficina cerré la puerta y comenzamos a comernos a besos y desnudarnos, le quité sus vaqueros dejándola solamente con una diminuta tanga de anudar a los lados de tiras blancas y transparente, nos tiramos en el sofá de la oficina y comencé a besar todo su cuerpo, primero con un gran beso en su boca, luego recorrí su cuello, repasando sus senos y sus pezones rosados, bajando por su hermoso vientre, besando sus piernas por su parte interna hasta llegar a ese hermoso coño, perfectamente arreglado para ir a la playa con una mínima tanga, se la besé de arriba abajo, me concentré en su clítoris con el que jugué a besarlo y morderlo, mientras mis dedos empezaban a penetrarla.

Ella se dejaba llevar y abría sus piernas para que con mi lengua pudiera penetrarla, la tomé por la cintura y levanté sus piernas, quedando completamente expuesto su coño y su culo, continué besando su clítoris, la penetré con la lengua y le chupé su culo, ese hermoso culo que me enloquecía al entrar y salir de salón de clase, volví a su clítoris y mis dedos penetraron su coño que se encontraba completamente húmedo por los orgasmos que le habían producido mis besos; continúe besándole su clítoris con locura y con mis dedos mojados en su jugos le perforé su culo, primero uno luego dos, sus movimientos se volvieron convulsionados y sus manos, que antes se dedicaban a acariciar sus senos bajaron para presionar y menear mi cara contra su clítoris pidiendo que no me detuviera, así lo hice mordí su clítoris y empecé a mover mis dedos en su culo con frenesí, se estremecía y se aferraba con mas fuerza a mi cabeza hasta que se desbordó en un profundo orgasmo el cual sentí llegar en mi lengua, no paré, le seguí masturbando con mi lengua, mi otra mano la penetró al mismo tiempo en su coño, con sus piernas me dio un abrazo y sus manos acariciaron sus senos, su excitación regresó al punto máximo y empezó a lamer sus pezones, afané mis movimientos en su coño y su culo y de inmediato le sobrevino otro orgasmo.

Ya no resistía más, mi excitación estaba al máximo, me levanté para dar un respiro, la tomé de las manos y la levanté, nos abrazamos y unimos nuestras lenguas en un beso muy profundo, sintiendo mi verga moverse totalmente erecta sobre su vientre, sus besos empezaron a bajar por mi pecho mientras que con sus manos se aferraba a mi verga e iniciaba a masturbarme con ellas, finalmente su boca llegó a mi pene dándome una mamada mejor que una profesional, no paraba de chuparme; le dije que me hubiera gustado que durante el semestre hubiera venido a mi oficina a pedir algún tipo de asesoría, como lo hacían la mayoría de sus compañeros, claro con ella la atención habría sido especial no le permitiría salir sin darle lo que realmente estaba buscando, le comencé a hablar con palabras soeces, con esas tetas y ese culo que tienes ¡zorra!, te hubiera desnudado para que me hicieras una mamada como esta y encima sobre mi escritorio te hubiera perforado el coño que tanto te empeñas en mostrarme en clase. Mientras le hablaba su excitación crecía, la excitaba que le hablará y entre más soeces eran las palabras más se excitaba y más rico me mamaba.

La levanté y la acosté sobre el escritorio, iba a hacer lo que decía, le abrí sus piernas con mis brazos y la penetré hasta el fondo, su cuerpo estaba muy caliente, sentí que me iba a derramar, aguanté y la seguí follando, apretando sus senos, pellizcando sus pezones, aferrándola a mí de su cintura, mirándonos a los ojos fijamente y hablándole como si fuera una puta, levántate zorra y date la vuelta quiero ver tu culo, eso hizo, abrí sus piernas con mis pies y le penetré su coño por detrás, qué hermoso es su culo y sus piernas, le continué hablando, ¡quiero derramar mi leche dentro de tu culo zorra!. Sabiendo que le excitaba que le hablará, continúe diciéndole, eres una hembra bandida que sólo desea sexo, ¿te han follado dos al tiempo?, contestó no, pero lo he soñado. Mientras la excitaba más y más con mis palabras, comencé con mis dedos a abrirle de nuevo su culo, ella se relajó, la tomé por la cintura y saqué mi verga, blanca de los jugos de su coño, y agarrándola firmemente con mis dos manos por su cintura empecé a penetrarla lentamente por su culo, jadea, gritaba y con sus manos se abría sus nalgas para facilitar la entrada, el ritmo lento del principio se transformó en una frenética follada acompañada con gritos de placer hasta que derramé todo mi semen en su culo. Al sacar mi verga de su culo vi como todo su hermoso hueco quedaba blanco, ella se dio la vuelta inmediatamente y cogiendo la verga me dio otra mamada hasta no dejar ni una sola gota de semen en mí.

Recostados en el sofá, le dije que había soñado con eso todo el semestre, ella me respondió diciendo que si no había pasado antes era por culpa mía, por no acercármele; seguro, me dijo, estás muy enamorado de tu novia. Entonces decidí seguirle el juego. Sí me gusta mucho, tenemos una muy buena relación que se ha construido en el tiempo que llevamos porque hemos logrado superar encontrar los espacios para hacer volar nuestra confianza y sensualidad. ¿Qué significa eso? Me preguntó, ¿que no le importa que te acuestes con otras y a ti que ella lo haga con otros?. No, le dije, lo que sucede es que le he comentado que tú me excitas tanto como ella lo hace conmigo, y eso no es normal, que es tanto lo que las dos me excitan que he soñado con tener sexo con las dos al tiempo, de hecho esa es mi fantasía, meterte en mi cama con mi novia y follarlas toda la noche.

La conversación se concentró en ese tema, le excitaba lo que le decía, me preguntaba sobre los detalles trato hecho mi novia, a mis respuestas se quedaba muda e iniciaba de nuevo a preguntar. Allí en el sofá, ella solamente con alucinantes tanguitas y yo desnudo, a pesar del frío, seguía preguntando y excitándose más con mis respuestas. En un momento me dijo, bueno si ella sabe y quiere, vamos para tu apartamento quiero que lo hagamos.

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