Tratante de mujeres (3/4)
Las largas jornadas de duro entrenamiento van dando sus frutos y la esclava va amoldando poco a poco su cuerpo para todo lo que va a tener que ofrecer.
Tratantes de mujeres (3/4)
Capitulo 3.- El duro entrenamiento de Lesly
Después de las últimas palabras de su nuevo Amo, las dos esclavas chinas se llevaron a Lesly para empezar a prepararla.
Tras bañarla, darle un buen masaje y depilarle concienzudamente su coño y ano, la maquillaron, le pintaron los labios y le pusieron rímel en sus pestañas.
Terminado esto, le pusieron un precioso kimono de seda blanco transparente con adornos en rojo y la llevaron ante su Amo, que estaba sentado en un sillón sobre un estrado esperando la llegada de la joven europea… Al verla, bajo del estrado y se acercó a Lesly.
- “La esclava blanca, debe aprender que en presencia de su Amo es preciso adoptar una postura de humildad y por tanto siempre debes arrodillarte y tocar el suelo con tu frente hasta que se te ordene levantarte.”
Lesly, obedientemente se arrodilló y se inclinó hasta que su frente alcanzó el parquet de madera del salón… Su Amo, sonrió al observar la obediencia de la esclava y le dijo:
- “Esclava, ya sabes que tu anterior dueño os ha vendido y ahora me perteneces… Vas a ser preparada para atender a mis clientes… Y muy al contrario de lo que ocurre en Europa, en China la parte del cuerpo que más nos gusta de las jóvenes como tú, es el culo… El tuyo voy a preparártelo para que puedas recibirlos… Levántate y sígueme”, le ordeno.
Lesly se levantó y obedientemente siguió al chino, que precedido por las dos jóvenes esclavas chinas, entraron en un salón contiguo.
La estancia se hallaba iluminada con una tenue luz de tono verdoso… En las paredes habían fotos con escenas sexuales de chinas que estaban siendo folladas por grandes y gruesas pollas.
En medio de la habitación había una especie de armazón de madera negra, de aproximadamente unos tres metros de largo y de unos veinte centímetros de grueso… Todo a un metro de altura.
Pero lo que más impresionó a a Lesly era la media docena de dildos que se levantaban sobre el armazón sujetos por la base… A pesar de la poca luz que reinaba en la estancia se podía percibir fácilmente que todos los dildos tenían la misma longitud, sobre unos 20 cm pero no así el grosor… El primero tendría sobre unos 5 cm de diámetro pero el último sobrepasaba los 10 cm.
El chino se dirigió a Lesly y le dijo:
- “Vas a cabalgar al marcado con el número 1 y permanecerás así durante tres horas.”
Lesly, temblando, asintió con la cabeza.
- “Prepararle”, dijo el chino.
Y de inmediato las dos esclavas chinas se acercaron a Lesly y le quitaron su kimono… Completamente desnuda fue llevada al lado del aparato y la hicieron subir.
- “Cabalga”, le ordenó el chino.
Lesly subió encima de un pequeño cajón y pasó la pierna al otro lado del armazón de madera, apoyando su pie en otro cajón que le habían colocado al otro lado.
Lesly se inclinó levemente hacia delante hasta que sus manos se apoyaron sobre el estrecho tablón levantando su culo buscando ofrecer su orificio anal a la penetración del primer díldo, el de 5 cm.
El chino, que permanecía en silencio hasta ese momento, se acercó a ella y le mostró un extraño objeto y le dijo:
- “Esclava, antes de clavarte el primer dildo en tu culo, métete en el coño, este ‘ escarabajo de oro.’”
El objeto era un artilugio de metal dorado, de forma esferica y del que sobresalían por toda la superficie unas minúsculas protuberancias como cabezas de alfiles completamente redondeadas.
Una de las esclavas chinas se acercó a Lesly, se inclinó sobre el bajo vientre de ella y le abrió los labios vaginales para que Lesly se introdujese la bola de metal… Luego, le metió dos dedos profundamente en su coño para que la extraña bola quedara muy metida dentro de ella.
- “Ayudarla a que se empale”, les dijo.
Las dos chinas le separaron las nalgas y posicionaron el dildo ante el agujero anal… Bajo su presión se abrió y el dildo penetró en el interior del culo hasta que sus nalgas entraron en contacto con la base del dildo.
Pasados un par de minutos y ya más relajada, las dos esclavas chinas le ataron las manos a la espalda con unas esposas y le quitaron los dos cajones dejando que todo su cuerpo descansara sobre la base del dildo que la penetraba… Luego, le doblaron las piernas hacia atrás y sujetaron sus tobillos a unas pequeñas anillas.
Cuando ellas terminaron, el nuevo Amo se dirigió hacia ella y le dijo:
- “A partir de ahora comienza tu duro entrenamiento.”
Tras pronunciar estas palabras, sacó un pequeño mando y apretó un botón.
La cara de Lesly se crispó… Ella, que hasta ese momento había permanecido sumisa a las órdenes que recibía del chino, se reveló… Todo su cuerpo se estiró y de su boca medio abierta salió un gemido de angustia y miedo:
-“Aaaah… Aaaah”
En el interior de su coño, la extraña bola de dorado metal, se había puesto en movimiento y cada una de las pequeñas protuberancias se habían proyectado como pequeños dedos acariciando las carnes internas del coño de Lesly que la calentaban con desespero.
Tras un primer momento de sorpresa, Lesly comenzó a sentir a modo de pequeñas patitas subiendo y bajando por sus paredes vaginales y sin darse cuenta su vientre comenzó a realizar un movimiento circular buscando atenuar la caricia del ‘ escarabajo de oro’ .
El chino se acercó a Lesly y mostrándole un reloj de arena que cogió de una mesita, le dijo:
- “Vas a permanecer cabalgando al primer dildo durante 3 horas, el tiempo en que la arena del reloj pase de un recipiente a otro… Vas a correrte durante estas tres horas en innumerables ocasiones… Tu vientre será acariciado constantemente por el ‘ escarabajo de oro’ que ha sido introducido en tu vagina… El lento movimiento de tu cuerpo durante este tiempo hará que tu precioso culo se vaya dilatando… Dentro de tres horas la dilatación del ano habrá empezado… Dentro de nueve semanas, cuando tu antiguo dueño regrese, podrá observar como tus caderas se habrán ensanchado y tu culo, podrá ser traspasado por enormes pollas… Mis clientes buscan hembras que los haga disfrutar dando por el culo y tú lo vas hacer.
Lesly, temblando por el placer que le daba el ‘escarabajo de oro’ apenas escuchaba lo que le decía su actual Amo y reaccionaba con un movimiento acompasado de su vientre, ensartada por el culo por un dildo de menor calibre.
El chino seguido de sus dos esclavas se retiró de la estancia y quedó sola, siguiendo moviéndose al compas que el ‘ escarabajo de oro’ le marcaba… Tres minutos más tarde tenía su primer orgasmo… La corrida fue tan intensa que le dejó extenuada.
Pero el ‘ escarabajo de oro’ siguió con su labor moviéndose por el interior de su vagina y apenas transcurrido tres minutos más, empezó a temblar alcanzando un segundo orgasmo… Se había corrido por segunda vez y de nuevo Lesly inició la danza con su vientre con el dildo totalmente penetrado en su culo.
Diez minutos bastaron para que tuviera un nuevo orgasmo… Esta vez su corrida fue acompañada por el escape de los jugos vaginales de su coño que la mojo considerablemente.
El ‘ escarabajo de oro’ seguía imparable su lento caminar acariciando con sus diminutas patas los húmedos tejidos vaginales y a pesar de las dos corridas casi consecutivas de Lesly, ocho minutos más tarde se presentó un nuevo orgasmo… En poco tiempo ya se había corrido cuatro veces… Y de nuevo su vientre inicio la danza sobre el dildo totalmente hundido en su culo y a cada movimiento que hacía, el esfínter anal se iba adaptando, haciéndose más elástico alrededor del dildo.
Quince minutos más tarde, Lesly no pudo retener su quinto orgasmo y agitándose en rápidas convulsiones, con la boca abierta buscando el aire que le faltaba se estremeció en un temblor largo quedando extenuada sobre la barra en la que estaba siendo torturada
Pero implacablemente, el ‘ escarabajo de oro ’ hundido en lo profundo de su coño continuaba trabajando, acariciando con sus diminutas patas sus húmedos tejidos vaginales.
Esta vez la reacción a la caricia interna del ‘escarabajo de oro’ tardó unos minutos menos y diez minutos después de haberse corrido por quinta vez, Lesly comenzó a sentir los efectos de las diminutas patas en sus húmedas paredes del interior de su vagina preparándola para una nueva corrida.
Habían pasado un poco más de treinta minutos en los que su orificio anal había ensanchado su esfínter y adaptándose para mayores penetraciones… Habían pasado un poco más de treinta minutos en los que el rostro de Lesly reflejaba la tortura, la agonía, el sufrimiento pero también el placer al estallar el sexto orgasmo, agitándola en desordenados movimientos.
Rota, extenuada por esta sexta corrida, Lesly inclinó lentamente su cabeza y estalló en un continuo sollozo, humedeciendo sus mejillas al resbalar sus lágrimas hasta caer sobre sus erguidos pechos.
Pocos minutos después, regresó su Amo para observar fascinado como el blanco cuerpo de la mujer inglesa había sobrepasado los seis orgasmos, agitándose con frenesí sobre la barra de madera, buscando el placer que el ‘ escarabajo de oro’ le provocaba.
Su Amo le mostró una sonrisa maligna recordando a otras mujeres que habían pasado por sus manos y a las que había sabido adaptar a los caprichos de sus clientes… Ahora tenía en su poder a esta joven hembra a la que no sería muy difícil adaptarla a los refinados gustos orientales sin estropear su cuerpo a base de latigazos.
Lesly, al verlo le dijo:
“Por favor, estoy agotada, bájeme de aquí, Amo.”
“No es posible… Tu trabajo debe continuar… Todavía tienes que continuar hasta que el reloj de arena haya depositado su último grano… Entonces serás descendida… Debes continuar disfrutando del placer que te proporciona el ’escarabajo de oro’ para que trabajes y dilates tu culo… Este es tu trabajo.”
Lesly inclino su cabeza y estallo de nuevo en un ligero sollozo mientras su Amo abandonaba la estancia dejándola a merced de las diminutas patas del ‘escarabajo de oro’ enterrado en su coño que lentamente arrancó de nuevo temblores interminables.
El orgasmo esta vez tardó en llegar.
Más de treinta minutos estuvo Lesly agitando su vientre sobre el dildo hundido en su culo realizando extraños movimientos tratando de mitigar las caricias de las diminutas patas del ‘ escarabajo de oro’ y en los que los anillos musculares de su esfínter anal se fueron ensanchando y adaptándose para futuras penetraciones… Cuando se corrió por séptima vez, quedó abatida, extenuada, rota y destrozada sobre el tablón de tortura.
El rímel de su cara se había deslizado en gruesos goterones y su cara manchada no se parecía en nada a la preciosa joven del principio de la sesión… Sus ojos se encontraban hundidos y unas profundas sombras malvas alrededor de los ojos denotaban la fatiga sexual a la que estaba siendo sometida.
Pero para el ‘escarabajo de oro’, hundido en su coño no existía fatiga y sus patitas continuaban su lenta y pertinaz caricia arrancando con sus cosquilleos el placer del joven y extenuado cuerpo.
Por octava vez, después de agitarse durante más de treinta minutos sobre el dildo que la insertaba, Lesly estalló en una nueva corrida… Su mente se nubló y un temblor agitó su cuerpo durante más de cinco minutos mientras las descargas del orgasmos seguían una y otra vez, extrayendo el placer de su joven cuerpo.
Por fin, el reloj de fina arena se había vaciado… Hacía algunos minutos que su Amo, acompañado por sus dos esclavas, observaba la torura sexual a la que seguía sometida Lesly.
El Amo pulsó el botón del mando a distancia y el ‘ escarabajo de oro’ se detuvo… Luego hizo una señal a las esclavas y estas levantaron a Lesly y le ayudaron a bajar.
Casi sin poder sostenerse sobre sus piernas, Lesly fue presentada a su Amo, que acarició las nalgas de la joven y ordenó::
- “Inclinarla… Quiero ver cuan profunda ha sido la dilatación.”
Las dos esclavas doblaron suavemente a Lesly por la cintura y ofrecieron a su Amo el culo de la joven europea, que el chino, con sus propias manos, le separó sus nalgas permaneciendo quieta y dejándose hacer.
El chino observó el dilatado agujero anal que se abría dejando ver en interior rojo y brillante del intestino… Una sonrisa se dibujó en su rostro cuando dirigiéndose a Lesly, que se ofrecía impúdicamente a la observación de sus partes íntima, le dijo:
- Buen trabajo Lesly… Has trabajado duro y mereces un buen descanso, pero antes mis esclavas te prepararán para que este pequeño agujero no se cierre.
Después dirigiéndose a sus dos esclavas les dio unas breves órdenes en chino… Las dos jóvenes inclinaron sus cabezas humildemente y cogiéndola Lesly por cada brazo se la llevaron a sus aposentos.
Allí le dieron un baño con agua caliente y después un masaje… Finalmente la acostaron en una mullida cama… Allí la colocaron de bruces y , le separaron sus dos nalgas y le metieron un falo de marfil, de un tamaño mayor que el dildo que había profanado su culo durante tres horas.
Después de meterle profundamente el falo de marfil en el interior de su ano, ciñeron su cuerpo con un corsé que estrecharon oprimiendo su cintura que le dificultaba su respiración… Sus caderas se abrieron y la curva de la espalda se acentuó mucho, arqueándose y ofreciendo sus nalgas hacia fuera.
Las dos chinas pasaron los cordeles del corsé por unas anillas que pendían por delante y los metieron por entre sus piernas atravesando su hendidura genital y luego envolvieron el falo de marfil que sobresalía escasos centímetros del ano y finalmente, los ataron a otras anillas del corsé situadas a su espalda… Al tensarlos fuertemente le provocaron dolor en la hendidura y el falo de marfil se introdujo más profundamente en su orificio anal.
Un collar de piel con un gran anillo delante fue colocado alrededor de su cuello… Metieron sus manos y sus brazos en un guante de piel que le llegaba hasta el codo y lo cerraron tensando unos cordones, con lo que sus codos se juntaron y sus manos y antebrazos quedaron en posición de plegaria.
Una anilla situada en el extremo del guante, en la punta de los dedos, sirvió para sujetar el guante a la anilla del cuello.
Hecho esto, la acostaron en la cama y se retiraron dejando a Lesly en la oscuridad, quien a pesar de todo el dolor que conllevaba cómo la habían dejado, estaba tan destrozada por la fatiga de tanto placer que le habían arrancado que no tardó en caer vencida por el sueño.
Después de más de ocho horas de profundo sueño, fue despertada por las dos chinas, que después de quitarle todo, le dieron un baño de agua caliente y posteriormente, un masaje.
Cuando consideraron que su cuerpo estaba relajado, procedieron a separarle sus nalgas y observar su ano, el cual permanecía semiabierto después de la dura penetración a la que había estado expuesta con el falo durante la noche.
En ese momento hizo su entrada su Amo, quien volvió a separar sus nalgas para comprobar una vez más la dilatación anal… Le dijo:
- “Muy bien Lesly, has trabajado muy bien, pero esto no es suficiente… Deberás seguir cabalgando sobre la tabla pero esta vez con un díldo más largo y más grueso.”
Dirigiéndose a sus dos esclavas chinas, les ordenó:
- “Prepararla para una nueva sesión.”
Minutos después Lesly, resignada, era de nuevo introducida en la estancia donde se encontraba esperándola la barra de tortura.
Su Amo permanecía de pie junto a la barra con su rostro que denotaba claramente que no había piedad para la joven europea y que esta debería soportar otra vez el ‘ escarabajo de oro’ metido en las profundidades de su coño.
En un intento desesperado de lograr piedad, Lesly, exclamó:
Nooo… Por favor, piedad… Amo… Se lo suplico.”
“Debes de nuevo volver a cabalgar… Tu culo no está lo suficientemente ancho y tienes que seguir hasta que lo tengas muy dilatado antes de ser ofrecido a mis clientes y amigos.”
A una ligera señal a las dos esclavas chinas, estas empujaron a Lesly hacia la barra y la ayudaron a subir… Minutos más tarde, de nuevo el ‘ escarabajo de oro’ había sido introducido profundamente en su coño y su culo ensartado por un díldo más voluminoso.
El chino sacó el mando y puso el ‘ escarabajo de oro’ en movimiento, contemplando cómo el rostro de su esclava europea se crispaba al sentir de nuevo que las patitas mecánicas empezaban a recorrer las paredes vaginales.
Poniéndole a la vista el reloj de arena, le dio la vuelta y los finos granos de arena comenzaron a desplazarse de un vaso a otro… Para entonces Lesly ya había empezado su danza.
Tres horas más tarde, cuando su Amo entró de nuevo, Lesly permanecía ensartada totalmente y moviendo su vientre al compas que las diminutas patas del ‘ escarabajo de oro’ le imponían.
Su rostro estaba descompuesto por el dolor de su agujero anal más dilatado y el placer forzado que la máquina infernal hundida en su coño le había dado durante ese largo tiempo… Su boca, permanecía semiabierta en un constante gemido, mientras sus caderas y su vientre se movían acompasadas sobre el grueso díldo hundido totalmente en su culo.
El chino, acompañado de sus dos esclavas, observaron todavía unos minutos más a Lesly hasta observar cómo el ‘ escarabajo de oro’ le arrancaba un nuevo orgasmo… Era la séptima vez que se corría, dejando escapar una gran cantidad de flujo que mojo mucho.
Totalmente destrozada, Lesly bajo de la barra tan exhausta que tuvo que ser sostenida por las dos esclavas chinas.
Luego, se siguió el mismo ceremonial que la vez anterior… Tuvo que inclinarse ante su Amo que inspeccionó detenidamente su orificio anal y después de dar su aprobación por el trabajo realizado, las dos sirvientas la llevaron al dormitorio.
Y cómo la vez anterior, fue lavada, perfumada y le colocaron el corsé muy apretado, mientas su culo era dilatado por un nuevo falo de marfil de mayores dimensiones que el anterior… Esta vez, antes de acostarse, le dieron un extraño brebaje que la sumió en un profundo sueño casi al instante… Durmió más de doce horas.
Tras despertar, fue de nuevo bañada, perfumada, masajeada y alimentada y completamente desnuda fue llevada a la presencia de su Amo.
Arrodillada ante él, esperó que este le ordenase que mostrara su culo y su dilatado ano y cuando recibió la orden elevó su culo, separó las nalgas y mostró su dilatado ano.
-Muy bien, querida… Tu trabajo está siendo excelente… Tu culo se va adaptando a mis deseos, pero todavía falta mucho hasta que logres tener las dimensiones que yo quiero que tenga tu orificio anal… Seguirás pues con el mismo tratamiento hasta que yo pueda meterte mi puño, sin dificultad alguna.
Lesly palideció ante las palabras pronunciadas por su Amo, pero ni una sola lágrima salió de sus ojos.
Durante dos semanas, Lesly trabajó duramente, adaptándose día a día a falos de dimensiones cada vez mayores, hasta que casi al final de ese tiempo su culo se sentó sobre un enorme falo y durante tres horas su dilatado ano fue adaptándose a dilatarse un diámetro desmesurado… Más de 10 cm, el falo dilató y abrió su culo.
Y durante esas tres horas, el ‘escarabajo de oro’, hundido en lo más profundo de su vagina se movía constantemente, provocándole orgasmos y muchas secreciones de jugos vaginales, que la mojaban considerablemente.
Al final de la sesión, como siempre sucedía, Lesly tuvo que mostrar a su Amo su dilatado agujero… Pero esta vez el chino no sólo observo la dilatación enorme de su orificio anal, sino que se puso vaselina en una de sus manos y poniéndola en forma de cuña, presionó al tiempo que giró su brazo, y se la metió entera en el culo de Lesly.
La humillación y el dolor de la joven europea al sentir la mano metido en su ano, provocó como respuesta un estrangulamiento del esfínter anal alrededor de la muñeca de su Amo, quien lentamente comenzó a hundir y a extraer su mano casi hasta el límite de los nudillos.
El sonido de aspiración y bombeo producido por el puño cerrado del chino Amo al hundirse y salir del culo de Lesly provocó la excitación de éste, que ordenó de inmediato a las esclavas chinas que lo masturbases.
Pronto un chorro de viscoso liquido blanco y espeso cayo sobre el culo de Lesly, mientras su mano seguía entrando y saliendo de las tripas de la desgraciada europea.
Una vez cansado de esto, el chino extrajo su puño del culo de Lesly y, tras lavarse las manos en una jofaina que sus esclavas le presentaron, se dirigió a Lesly y le dijo:
- Durante dos semanas más, seguirás con el tratamiento de dilatación… Después serás presentada a mis amigos para que te prueben.
Lesly, humillada y dolorida, acepto con resignación su suerte y ayudada por sus compañeras regresó con ella a su dormitorio ¡ donde una vez más le colocaron el ceñido corse y le metieron el gran obturador anal antes de poder intentar descansar.
Continuará....