Traspasando límites (Parte2): Las noches de Dani

Un chico de 26 años verá su vida cambiada y traspasará sus límites sexuales con quien menos se lo esperaba. Sexo, morbo, dominación, incesto, y mucho más. Sexo, morbo, dominación, incesto, y mucho más.

Podéis encontrar la primera parte del relato aquí: http://www.todorelatos.com/relato/122878/

Dani ni piensa en lo que ha pasado a la mañana. En cambio sus adolescentes hormonas  vuelven a estar activas a las pocas horas y se dirige a un local que frecuenta habitualmente y donde calma sus deseos sexuales.


Con los aires de chulería que le caracterizan entra a al local. Entra en él como si de su casa se tratara. Al pasar todos los empleados le saludan amablemente. Llegando a la barra le hace una seña al camarero para que le sirva una copa: Lo de siempre, le dice.

Es un puticlub conocido del barrio. Su dueño ha hecho una fortuna vendiendo placer y su familia vive cómodamente con sus beneficios. Pero su hijo, el menor, más que cualquier otro de su familia. Él, además de tener todos los caprichos que quiera, también disfruta del local y de sus empleados y, sobretodo, empleadas.

A muchos les podría parecer que un chaval de su edad no debería meterse en estos lugares y mucho menos que fuera el padre el que hace años le hubiera alentado a visitarlo, pero este no era un padre corriente. Ya se ha vuelto un asiduo y su padre feliz de que al menos uno de sus hijos se parezca a él, un putero con ganas de follar las 24 horas del día. La madre no sabe nada ni del negocio ni de que su hijo lo visita, no pregunta, es la típica joven guapa que se casó con un chaval con dinero y que solo le importa inventar nuevas maneras de cómo gastarlo. El otro hijo, el mayor, si lo sabe, su padre lo intentó también con él. Fue una decepción que no le gustara ese tipo de relaciones y des de entonces había rezado para tener otro hijo y, como dice él, que fuera tan macho como su padre.

El local tiene un gran salón muy elegante, con sofás, butacas, sillas y mesas, y un gran escenario en el centro dónde una chica detrás de otra va desfilando, deleitando al público de la sala con bailes sensuales y con sus cuerpos desnudos. Todas, al pasar por al lado de la butaca dónde, después de coger su copa, se ha sentado Dani, le saludan amistosamente. Incluso alguna le besa en la boca o se deja manosear un poco por él. Pero esto ya le aburre, tanto los desnudos como de las decenas de putas que cada noche le hacen la pelota al hijo del jefe ofreciéndole una mamada o una polvete rápido entre cliente y cliente. Normalmente acaba fallándose a una de ellas pero últimamente necesita algo más.

Como si de un ritual se tratara, al acabar de tomarse su copa se dirige al fondo de la sala. Allí abre una puerta que le conduce a un gran pasillo que justo al entrar se bifurca. A un lado tiene el despacho de su padre y las salas donde se cambian y descansan las chicas. Al otro una continuada fila de puertas, se las conoce todas al detalle. ¿Qué toca hoy?, piensa. Las primeras salas son para que los clientes se encuentren con las chicas, pero hoy no ha elegido a ninguna, busca otro tipo de entretenimiento.

Sigue hasta el final del pasillo. Aquí se encuentra dos puertas muy juntas, a un palmo de distancia. Él sabe muy bien por cual quiere entrar. Abre decidido y entra en la nueva estancia.  En la puerta una foto de una polla.

Dentro hay poca luz, solo se ven siluetas, hay un hombre pegado a la pared de cara. En la misma pared se ven varios agujeros de algo menos de un palmo de diámetro. Dani se los mira atentamente, unos segundos después, en uno de ellos, aparecen dos dedos. Por sus uñas largas parecen de mujer, Dani se acerca a ellos. De repente se para y se baja el pantalón de chándal que lleva. No lleva calzoncillos por lo que de allí sale su polla en reposo de 15 cm. Se la menea un poquito y seguidamente la introduce por el agujero.

En el otro lado varias bocas van pasando por el agujero donde Dani tiene metido el rabo. Algunas lo hacen mejor otras le molestan un poco pero consigue empalmarse y medio disfrutar de la mamada que le están haciendo desde el otro lado. Pasados unos 10 minutos ya nota el aburrimiento. Quien se la está comiendo en el otro lado lo hace con ganas pero a él le falta algo. Se sube el pantalón y sale nervioso de la habitación. ¿Qué me pasa? antes con 5 minutos de glory hole le bastaba para correrse, piensa.

Se dirige otra vez al salón grande pensando que se tendrá que acostar otra vez con una de las guarras de su padre. Por lo general las puertas de los habitáculos están cerradas por privacidad de los clientes, pero Dani ve luz delante de una de ellas, la han dejado abierta. Se acerca a ella sin ningún pudor ni temor a ser descubierto, es el hijo del jefe y todos le conocen y respetan allí, incluso los clientes habituales.

Se apoya en el marco de la puerta desde donde puede ver todo lo que allí dentro está pasando. Lucía, una de las más antiguas trabajadoras del local, está tumbada boca arriba con las piernas totalmente abiertas. Parece que lo que le estén haciendo no vaya con ella, como si le estuviese aburriendo. Dani recibe una mirada de complicidad de su amiga. De hecho era más que una amiga, habían compartido bastantes ratos juntos. La cara de aburrimiento de la chica seguro que tiene que ofender al pobre chaval que se la está metiendo, esto causa una risita en la cara de Dani, no lo puede contener.

Entre sus piernas un cuarentón de físico normal, algo de barriga pero cuidado, intenta con todas sus fuerzas provocar algo en la chica. Con su barbita recortada y su pelo perfectamente peinado tiene toda la pinta de ejecutivo. Desde donde Dani se encuentra no puede ver lo que tiene entre sus piernas pero por la expresión de Lucía no será nada destacable.

-          ¿Cómo vais Lucía? – Es increíble la decisión de sus palabras con su corta edad. Con una chulería desbordante, como si de su puta particular se tratara, como si fuera el dueño de todo y de todos.

-          Aquí, echando un ratillo. – Su voz suena como su cara, con total desprecio hacia el otro.

-          Amigo, Lucía es una experta, es una lástima que no puedas follarla como le gusta…  - Con una sonrisa en la cara se dirige al extraño.

El otro, que después sabría que se llama Juan, gira la cabeza y ve al niñato con tanta prepotencia, chulería y autoestima que solo puede bajar la cabeza y asentir.

-          Yo he estado con ella varias veces, tal vez te puedo dar algún consejo…

Sin esperar respuesta se acerca hasta la cama donde están los dos.

-          Si, por favor, necesito una polla de verdad. Va Juan, enséñale la mierda de polla que tienes…

Juan no dice nada, sólo saca su polla de 15 cm del coño de Lucía da dos pasos hacia un lado para que Dani le pueda ver. Es una polla normal, a muchas mujeres les daría placer pero Lucía está acostumbrada a meterse pollas bastante más prominentes, esta para ella es de risa. Todo se ha quedado en silencio, sólo se oye la carajada del niñato al ver la verguita que apunta vergonzosa hacia él. Tiene claro que con sólo ver la diferencia con el tamaño de su polla ya aprenderá su primera lección. No tiene ningún complejo, al contrario, con toda seguridad y chulería se baja el pantalón y exhibe sus 22 cm de verga dura y jugosa, la tiene mojada de mucho líquido pre seminal.

-          Vamos guapa, enseñémosle a esté marica como se folla en este sitio. – Acercando su pollón a la boca de Lucía. Ella sonríe complacida, le encanta la polla de Dani y disfruta como la que más teniéndola dentro.

Juan no pierde detalle de la mamada, con los ojos como platos, la boca abierta y pajeándose como si se le fuera la vida en ello. Dani, orgulloso de su rabo, intercala miradas de superioridad a Juan y de morbo y vicio, guiándola por la cabeza, a Lucía.

-          ¿Ves como disfruta la guarra esta con una polla de verdad? – Sonriendo, sin dudar ni un segundo de su hombría.  Juan no le responde. – ¿No me has oído o es que eres demasiado imbécil para responder y pajearte a la vez?

-          Si, tu polla le gusta más que la mía, es enorme. – Lucía no para de comérsela, está entregada a darle placer y disfruta haciéndolo. Sus babas se le escurren por los labios, su lengua recorre todo el tronco, su capullo y sus huevos con atención.

-          Ya veo que te gusta, ponte aquí de rodillas y lo verás mejor. – Señalando al suele justo delante de él y con un tono autoritario que es difícil rechazar.

Sin dudarlo ni medio segundo Juan se pone de rodillas, viendo a menos de un metro de distancia y a la altura de su cara como Lucía le propina una mamada espectacular a Dani. Pero aquí no acaba, Dani quiere más, su vicio y perversión aún no han visto fin.

-          Vamos a ver qué has aprendido. – Dice Dani girando su cuerpo 90 grados hacia donde está Juan arrodillado. – ¡Te toca a ti!

Juan nunca ha probado una polla. Es totalmente hetero pero el tamaño y belleza del rabo de Dani lo tiene alucinado, no puede apartar la mirada de él y tampoco le permite hacer nada para impedir lo que está a punto de pasar. Dani le pone a Juan una mano en la frente.

-          Vamos, abre bien esa boquita que te la voy a llenar de rabo.

Ve la cara de Juan que aunque no puede contrariarle está asustado porque nunca había pensado que hoy acabaría así, chupándole la polla  un niñato. Al final su cobardía sólo le permite hacer una cosa, abrir la boca. Al mismo tiempo que los labios de Juan se van abriendo, el rabo de Dani se va haciendo hueco entre ellos. Juan mantiene la mirada temerosa hacia los ojos de Dani. Despacio pero sin pausa la polla de Dani se va introduciendo en la boca hasta que encuentra un tope.

-          Este marica no sirve ni para comer rabo. – Sólo tiene media polla metida en la boca. – Tendremos que hacerlo de otra forma, levántate querida.

Lucía no sabe lo que va a proponer Dani pero seguro será más divertido que lo hecho hasta ahora. Se levanta y se queda a un lado de Dani mirando con desprecio, más aun que antes si cabe, a Juan.

-          Ahora tú te vas a tumbar en la cama con la cabeza que te cuelgue por aquí. - Señalando el borde de la cama donde, en condiciones normales, irían los pies.  Juan se levanta y hace lo que le ordena el chulazo que lo está zorreando, ya no hay marcha atrás. – Levanta las piernas y veras que más sabe hacer nuestra amiga.

Sonriendo le hace una señal a Lucía para que se acerque, ella ya sabe lo que tiene que hacer. Ahora sin tantos miramientos le mete más de media polla hasta la garganta a Juan. No le da tiempo a asimilar que tiene tamaña cantidad de carne dentro de su boca cuando nota algo que nunca había sentido, un placer nunca antes experimentado, un cosquilleo en su ano lo hace temblar. Lucía le está comiendo el culo, le está dando un repaso de maestra. Sabe cómo hacerlo para que ese culito virgen no sufra y se deje hacer. Tanto es así que en pocos minutos ya tiene varios dedos introducidos entrando y saliendo. A Juan le encanta pero sólo puede pensar en cómo no ahogarse con la follada de boca que le está metiendo Dani.

-          Tendré que hablar con mi padre, tal vez le interese una putita con rabo… aunque con ese rabo no sé si vale para mucho… jajajajaj

-          Alguno de nuestros clientes seguro le hace mucho ilusión probar este culito – Dice, con una sonrisa en la boca, Lucía.

-          Pero primero lo voy a probar yo, ¿a que sí maricón? – Se oye un gemido de Juan, parece que intenta decir algo pero tiene la boca llena. Dani le saca la polla al completo rápidamente dejando ir saliva y otros líquidos. Líquidos que se quedan colgando desde la punta del rabo de Dani y mojando toda la cara de Juan. – ¡No te oigo! – Con un tono ya más autoritario, haciéndose el enfadado y tirándole del pelo hacia abajo. Y surge efecto en Juan que se asusta.

-          Si, tú lo vas a probar primero. – No puede casi ni hablar pero hace un esfuerzo, no quiere ver al chaval más enfadado.

-          Quieres que te abra el culo con mi rabo por primera vez, ¿no?

-          Si…

-          ¿Sí que, mamona?

-          Quiero que me abras el culo.

-          Pues ponte a cuatro patas que te lo voy a llenar de polla. – Girándose a mirar hacia Lucía - Gracias cariño, esto ya lo acabo yo. Otro día nos vemos. – Le da un beso en la boca y una palmadita en el culo y la ve irse por la puerta. Dani la cierra justo después y al girarse ve a Juan que ya se ha colocado a 4 patas y con el culo en pompa, listo para que se la metan hasta el fondo.

La situación de dominación encima del hombre este le ha puesto tan cachondo que no tarda mucho en correrse dentro de su culo. No se puede decir que Juan esté disfrutando mucho pero tampoco se queja, como si fuera un objeto es follado por Dani. Cuando la saca ve que efectivamente no estaba preparado para la follada y que está muy sucia. Señalando una pica que hay al fondo de la habitación para asearse…

-          Ahora debería decirte que me la chuparas y limpiaras pero me das lástima. Pero me la vas a limpiar bien en la pica. Como quede algún resto te lo comes, te aviso.

Juan se empeña en limpiarlo muy bien, tener que limpiársela con los restos de su culo no le hace ninguna ilusión. Lo hace con delicadeza, no quiere que se enfade y cambie de opinión. La polla se había vuelto a poner morcillona con el movimiento de Juan.

-          Ya está – Dice con vergüenza y temor Juan.

-          Vamos a ver… - Tal y como lo dice le acerca la polla a la cara y la aprieta en los labios de Juan forzándolos a abrirse.

Después de follarle durante unos minutos más la boca, como siempre, se cansa de esto. Se sube los pantalones, y deja a Juan sentado en el suelo, mirándole con cara de pena, él le regala su mejor sonrisa diciéndole:

-          Hoy no hace falta que pagues, a esta invito yo… jajajaja

Se va por la puerta con la misma chulería con la que había entrado pero ahora satisfecho por el ratito que ha echado en el local, no se lo esperaba pero ha sido una noche diferente y muy morbosa.


Pasan las horas y no puede quitarse de la cabeza lo vivido esta mañana con el hermano de Sergio. No se puede quitar de la cabeza la imagen de Dani sobándosela en el sofá, de su paquete a pocos centímetros de su cara y de su mano sujetando su pollón al mear. Sólo de recordar el sabor del pre cum de adolescente en su boca recién exprimido hace que se empalme una y otra vez toda la tarde.

Volviendo a su habitación después de cenar, le viene a la cabeza un momento de la mañana. El corazón le da un vuelco. Rápidamente mete su mano derecha en su bolsillo y saca de él un trozo de tela. Lo había llevado todo el día y no se acordaba. Eran los calzoncillos que había cogido del cubo de ropa sucia de casa de Sergio y Dani.

Lo mira extrañado, no sabe qué hacer. No sabe ni porque se los ha llevado. Como si de un robot recibiendo órdenes se tratara, su brazo se va moviendo acercándolos a su cara. Cuando los tiene a pocos centímetros de su cara se para. Teme que le guste lo que va a hacer. Está siguiendo con un juego que puede ser muy peligroso, un juego que esta mañana lo ha llevado a hacer cosas que nunca se hubiese imaginado, y menos con Dani.

El olor que le llega de los gayumbos es embriagador, le hipnotiza. Olor a hombre. Olor a macho. Olor a rabo y a néctar salido directamente de él. Ahora sí que habiendo probado el caramelo no hay vuelta atrás. Se lo pega a la cara y huele con fuerza, lo esnifa con los ojos cerrados, sintiéndolo en lo más adentro de sus pulmones. Ya puestos, voy a aprovecharlos, piensa Javi. Cierra el pestillo de su habitación y se sienta en la silla de su escritorio dispuesto a examinarlos y probarlos a fondo.


Como ya dije en la primera parte es mi primer relato. Todas las valoraciones, comentarios y mails que reciba servirán para que mejoren las siguientes partes. Además los agradeceré mucho. Espero que os haya gustado, ¡hasta la próxima!