Traspasando límites 3: Inicios de una dominación

Un chico de 26 años verá su vida cambiada y traspasará sus límites sexuales con quien menos se lo esperaba.

Javi se encuentra tumbado en su cama, desnudo, de lado con las piernas flexionadas y con las dos manos agarrando los gayumbos con los que había jugado la noche anterior. Ha dormido con ellos pegados a su cara. La noche limpiándolos fue larga, son ya pasadas las 11 de la mañana y le despierta el timbre de su móvil. Es Sergio.

  • Buenos días – Con la voz ronca y sin muchas ganas, ni había mirado quien le llamaba.
  • Chaval, ¿no íbamos a quedar hoy? – Totalmente ignorante de lo que ayer sucedió en su casa.

Cuando se da cuenta que es su amigo Sergio le da un vuelco el cuerpo, se sienta en la cama y se intenta aclarar la voz tosiendo un poco.

  • Ei, si, Sergio, ¿Qué tal?
  • Tío, que como veo que no vienes me voy un rato con María a ver si consigo una pajilla al menos que llevo dos días a pan y agua jajaja. Vente cuando quieras, ya sabes que puedes venirte a comer, mi padre supongo que llegará sobre las 2 y mi hermano ya está en casa. Así después podemos estudiar y me ayu…

Justo después de oírle decir que su hermano estaba solo en casa ya no escuchó nada más. Oyó como Sergio se despedía con palabras que no entendió, ya estaba en la nube, y le faltó tiempo para meterse en la ducha, salir a los dos minutos, vestirse en medio minuto y salir corriendo. Mira la habitación antes de salir y ve los calzoncillos encima de la cama. Ya veré como los devuelvo, piensa y se los mete en el bolsillo. Sale corriendo, aunque tampoco sabe que va a hacer cuando llegue allí.

Al llegar se fija en los coches aparcados cerca de la casa y comprueba que ya no esté el de Sergio. Toca el timbre y espera impaciente que el chulito de Dani le abra, no hay nadie más…

  • ¿Qué haces aquí? – Con el mal rollo y chulería habitual. Va sólo en gallumbos. Javi se pone nervioso al verlo.
  • He quedado con tu hermano para estudiar. – Javi bajando la cabeza.
  • Jajajaja que maricón el chaval. Tío, acabo de oír la conversación con mi hermano, te ha dicho que a las 2 y no son ni la 1… tú lo que quieres es verme otra vez. Eres un puto maricón salido…
  • Yo creía que… - Avergonzado, no sabe dónde meterse, le va explotar el corazón de los nervios.
  • ¿Qué creías a ver? ¿Qué vas a poder tener polla siempre que quieras? ¿No has entendido que aquí el que manda soy yo?
  • Si, perdóname, no volverá a pasar. – Se gira para volver por donde ha venido triste.
  • Espera marica – sonriendo - , que me han entrado ganas de jugar. Va, empieza por ponerte de rodillas. – Con su tono arrogante y autoritario.
  • ¿Pero aquí, en medio de la calle?
  • ¿Prefieres chupármela aquí o te pones de rodillas para que te deje entrar como lo que eres, un perro?

Su voluntad se ha caído al suelo, y con ella todo su cuerpo. Sus rodillas tocan el suelo, su cabeza no se levanta y espera nueva orden.

  • Vale, ya puedes entrar, pero sin levantarte, de rodillas como estás.

Javi va recorriendo la casa de rodillas y ve a Dani que se ha sentado en el sofá mirando la escena, tan graciosa para él. Se queda allí mirando la tele hasta que después de 10 minutos le entran ganas de ir al baño, Javi lo sigue y al llegar se sienta en el borde de la bañera, como la última vez. Se acerca con furia y lo coge de los pelos.

  • ¿Te he dicho que te podías levantar del suelo? – Con una cara de cabronazo que da miedo.
  • Ahhh no, lo siento – grita con el dolor que le causa en el pelo.
  • ¿Qué te piensas que cada día va a ser igual? ¡Hoy me toca jugar a mí! – Dani sonríe pero a Javi esa sonrisa le causa más temor que la peor cara de enfadado. – Desnúdate enterito y déjalo todo aquí, señalando la tapa del váter cerrada. ¿Cómo va a mear si pongo todas las cosas encima del váter?, piensa Javi.
  • Ahora siéntate dentro de la bañera. – Dani se coloca de pie justo delante de él. Se baja el pantalón que lleva y se descapulla la polla. – Abre la boca que voy a hacer puntería, todo lo que entre te lo puedes tragar.
  • Pero Dani, ¿no podemos hacer como el otro dia?- Pam! Recibe un bofetón en la cara.
  • ¿Te he preguntado si te apetece o te gusta? ¿Prefieres hacerlo a las malas? OK

Coge la camiseta de Javi de encima de la tapa del váter, abre un poco el grifo de su polla y le deja una mancha. Para el chorro y se lo tira a la cara.

  • Huele cerdo marica, huele mis meos que seguro que te harán gemir.

Acto seguido coge los pantalones, lo único que quedaba aparte de los zapatos, no llevaba calzoncillos. Nota que los bolsillos están llenos y en un acto piadoso decide sacar lo que lleva para no mojarlo: móvil, cartera, llaves, y…

  • ¿Qué coño llevas aquí? Los gayumbos se llevan puestos, no en el bolsillo… jajaja
  • Si, bueno, es que…
  • ¡Qué hostias, estos gayumbos…!

Mirándolos fijamente se los acerca a la cara y los abre para ver lo que hay dentro. A la vez su polla ha empezado a expulsar un chorro de líquido amarillo que le llena la cara y el pecho, y le moja la polla, los huevos y las piernas. Ni se lo mira, sólo le mea encima. Va examinando los gayumbos y se fija de que están bastante limpios pero no del todo. Algo mojados pero sin rastro de semen o meado.

  • Te los llevaste ayer marrano. – El chorro ya había parado y Javi se había quedado empapado. Baja la cabeza asintiendo, no sabe qué decir. – Y los lavaste a conciencia… dime que lo hiciste con la lengua. – Javi vuelve a asentir sin decir nada. – Debería castigarte por coger lo que no es tuyo, pero me hace gracia la situación ya que estos gayumbos no son míos jajaja.

A Javi se le ponen los ojos como platos. Le vienen a la cabeza imágenes de su amigo Sergio y de su padre.  Aún recordaba el sabor del néctar de uno de ellos. ¿Cuál sería?

  • Y por ahora creo que no te voy a decir de quién son jajaja me resulta interesante. ¿Te gustó comerte todos los mocos? ¿Te gustaría que fuera de mi hermano o de mi padre?
  • No, yo pensaba que eran tuyos, quería que fueran tuyos… - La cabeza baja, de la vergüenza que tiene no le puede mirar a los ojos.
  • Pues te equivocaste. Mira cómo se me ha puesto de dura del morbo que me ha dado. – Tenía la polla durísima, un rabo venoso y durísimo pidiendo guerra. Apuntando a la cara de Javi. – Esto lo tendrás que arreglar tú. – Señalando su empalmado rabo. – Límpiate y te espero en el sofá. Por supuesto ven de rodillas, tú ya no puedes andar erguido en esta casa mientras estemos tú y yo solos.

Dani sale del baño dirigiéndose al salón. Javi abre la ducha, le era familiar ducharse aquí, lo había hecho muchas veces. Ahora era meado lo que se estaba limpiando y se recreó tocando todo su cuerpo lleno de ese líquido que al principio le daba asco pero al que estaba cogiendo cierto gusto.

Unos minutos después sale del baño a 4 patas y se dirige al salón, tal y como le había ordenado Dani.

  • ¿Ya te has lavado bien? – Pregunta Dani sin mirarlo a la cara, no aparta la vista de la tele. – Ponte mirando hacia allí – señalando la cocina – que quiero ver si mi putito tiene un buen culo.

Javi siente temor y a la vez una sensación de tranquilidad.

Después de lo ocurrido ya no tiene ninguna fuerza de voluntad para negarse. De hecho, no quiere negarse, y, tal y como se lo ha ordenado su macho, se gira 180 grados para dejarle su culo en pompa a la vista. Dani gira su cabeza para mirarlo, unos segundos. Solo lleva puesto unos boxers blancos muy abultados porque su polla está en casi total erección. Se frota el paquete mirando el culo de Javi.

  • Le he dicho a un colega que se viniera. No te importa, no? jajaj
  • Como? A quien?
  • Tu callate y tendrás lo que deseas, mucho rabo.

Javi, con la cabeza baja pero ahora nervioso, eso si que no se lo esperaba.

No me mola comer culos de maricas, tendrás que trabajártelo tú solo. Vamos, girate. – Se da la vuelta y Dani lo coge del pelo. Tirándolo hacia él lo arrastra pegando su mejilla a su dura entrepierna. – Vamos maricón, lamelos, que ya sé que te gusta. – Soltando una carcajada.

Saca su lengua y la pasa tímidamente por la tela que cubre el escroto de Dani. Buscando una mirada que le dé más seguridad en lo que está haciendo. Pero no la recibe, el chaval sólo está pendiente de la tele.

  • Empieza a jugar con tu culo si no quieres que te parta en dos. Escupete en la mano y lubricate bien para recibir mi polla.

Por temor a que le haga daño, Javi hace lo que le ha dicho Dani.  Acerca una mano a su cara y se escupe en ella. Después de haber estado unos minutos lamiendo gallumbo tiene la boca bastante seca y poca saliva le sale. Dani se da cuenta y sonríe.

  • Si necesitas lubricante yo te doy uno natural cien por cien. – Mientras lo dice tira del bóxer hacia abajo y descubre su pollón de veintidós centímetros que como es de costumbre en él, chorrea precum. – Vamos guarra, chupa. – Sujetándose el rabo para apuntar hacía la cara de Javi.

Empieza a lamer metiéndose el capullo en la boca e intentando succionar todo el líquido preseminal que puede. Ahora está convencido, los líquidos de la noche anterior no eran de esta polla.

Suena el timbre.

  • Pasa, está abierto! - grita Dani desde el sofá.

Por la puerta entra un chico mayor que ellos, de unos 30. Moreno, alto, de complexión fuerte. No guapo pero si atractivo, un chulito.

  • Que bien estáis aquí no? - Dani no dejaba de empujarme la cabeza hacía él introduciendo su polla hasta mi garganta. Yo quería parar, girarme a ver quien había entrado pero no podía.
  • Putito, te presento a Lucas, un amigo - Girando su mirada hacia el nuevo - Nada como un buen putito para quitarte las telarañas. Pero ya me lo diras tu que eres el experto en catar culos de zorras.
  • Ya te dije que lo mio són las tias. - Mientras se va quitando la ropa rápidamente hasta quedar casi desudo detras de Javi.
  • Esta maricona chupa pollas es mas guarra que una tia, te lo aseguro. Y gemirá hasta que la preñes entera.
  • Ahora lo veremos. ¿Estas listo para que te folle putito?

Mi miedo quiere pronunciarse, saco la polla de Dani de mi boca para responder cuando recibo una bofetada.

  • ¿Te he dicho que pares de chupar guarra?
  • Jajajaja joder tio, pensaba que ya lo tendrías más domado jajaja.

Noté sus manos cogiéndome de las caderas, los pies de Dani pisando las mías y sus manos agarrándome fuerte de la cabeza. Mis intentos por escaparme fueron en vano. Me tenían a su merced y todo parecía perfectamente controlado por esos dos cabrones violadores. Seguro no era la primera vez que lo hacían.

Desde el momento en que sin previo aviso el muy cabrón me metió la punta ya esperé lo peor. Me dieron polla durante no sé cuánto tiempo, lo que sí sé es que me dejaron medio muerto.

Siempre me había imaginado a un hombre metiéndome su rabo por el culo. Nada que ver con lo que me hizo Lucas. Mis piernas me temblaban con cada sacudida. A cuatro patas a duras penas tenía fuerza para no caer. La polla de Dani impedía respirar con normalidad y el dolor profundo que me recorría el cuerpo desde mi culo me nublaba todo.

Tumbado boca arriba sin poder moverme, recordando algunas de las embesidas que esos dos cabrones salvajes me metieron. En mi estado no se ni como me vestí, como pude salir andando de esa casa y como llegué a la mía.

Allí, sin poder moverme, alargué mi mano para comprobar el estado de mi agujero violado. Los dos se habían esforzado en dejarme bien follado y lleno de lefa.

Comprobé que entraban, sin ninguna dificultad, dos de mis dedos y que de dentro emanaba un líquido espeso. Me lo lleve a la cara, lo olí y me lo puse en la boca.

Adolorido, esa noche durmió como un bebé con su ración de leche, sonriendo.