Tras Tus Ojos

Y así fue como paso La conocí uno de esos días cualquiera, uno de esos días en los que uno piensa que será como siempre… rutinario y aburrido, de esa tarde calurosa de mayo

6:00 am. Mi Boleta de permiso a expirado, debo darme prisa si no quiero perder el empleo que me sostiene a mí y a Cometin, mi perro, debo pensar antes de jugar con Vodka un domingo por la noche nuevamente, pero que mas da si de alguna forma debo olvidar ebria y sobria lo que me quema el alma… bueno lo que me quemaba, si 2 años no son suficientes para sacarme ese amor del pecho. Creo que lo que llevo dentro es una simple rabia, un solo recuerdo doloroso que calcino tanto amor en mi pecho, fueron largas horas de desvelo las que asesinaron mi pasión palpitante que hoy es un tenue recuerdo. Permítanme presentarme, me llamo Samira Abdelkarim, Sargento Primero del ejercito cuento con 24 años de edad no soy buena hablando pero se me expresar. Mientras camino a la terminal envuelta en la cotidianidad pienso en el cansancio de mi alma y en mi soledad, aunque eh llegado a la conclusión que la soledad no es solamente encontrarte sin nadie alrededor, sino sentir que te falta una sola presencia… y a mi me faltaba la presencia de esa que no quiero nombrar y que hoy ya eh superado mas no olvidado, como olvidar lo que te causo tanto daño en la vida. El camino se me hace corto de mi encierro a mi segundo encierro al menos Cometin hace amigos, no se me hace difícil conseguir niñera para el. Logro divisar los enormes muros del cuartel, me presento ante mi superior quien me recibe a primera vista con una orden… (Como si vivir a diario allí no fuera suficiente) el nuevo grupo de cadetes esta listo para ser torturado con la simple excusa de hacerlas resistentes, a penas dejo mi morral en el locker y salgo al patio. Solo me consigo con algunas caras duras, otras asustadas y en suspenso como en espera de algo, tal vez sea mi rostro muy duro lo que las hace verse intimidadas, no darles importancia a sus caras es mi primera regla están aquí por su voluntad mi deber es disciplinarlas y no por que sean mujeres seré amable, a medida que trascurren las horas y el sol se estrella impetuoso en sus rostros  las miradas de odio puro y cansancio se dirigen a mi, creo que es hora de mandarlas a las regaderas, caminan al pasitrote a mi voz de mando (3 y no las veo…1…2…) me obstino, en el comedor trato de relajar mi rostro aun rígido, una vez mas me es imposible, a pocos metros mis ojos son testigo del maltrato verbal casi físico a una cadete de mi grupo de nuevas.

-    Miren, mire, la nueva comerá algo rico esta tarde

Esa idiota le revolvió la bebida junto a la comida haciendo un desagradable revoltijo al cual escupió.

-    Te la tragas toda, tienes un minuto…. 69…68…67… -.La chica solo mira, no habla, no llora, creo que ni respira.

-    Que esperas hija de puta trágate eso o dormirás en el calabozo perra infeliz.

-    Vamos asqueroso gusano malviviente, traga eso… 47…46…45… -. Golpea la mesa.

No resisto tanta idiotez junta e intervengo…

-    3 y no la veo Duran

-    Te atreves a desautorizarme Abdelkarim

-    Estoy de acuerdo con que las disciplines e incluso juegues con su comida y la obligues a tragársela, pero lo que es inaceptable es que llames perra a la madre de alguien.

-    Porque mejor no te vas a Marruecos a leer el Corán idiota?

-    Primero no tengo nada que hacer en Marruecos porque soy Venezolana, segundo no soy musulmana soy Católica y tercero vete al jodido infierno idiota.

-    Mi sargento supervisor se enterara de tu estupidez y dormirás tu en el maldito calabozo

-    Y tú dormirás junto a mi.

Mas afuera del comedor cerca de las regaderas la conseguí esta vez si lloraba, me acerque a ella con el rostro duro.

-    Usted esta aquí por voluntad propia, debe ser fuerte y resistir este infierno.

-    Mi Sargento, estoy aquí por mi deber como hija de un distinguido militar, no tuvo hijos varones, solo yo quise cumplir su deseo cree que vengo a padecer por gusto?

-    Debiste venir por tu propio deseo de servir a tu patria, no por complacer a tu padre.

-    Con su permiso y disculpas mi Sargento pero ese es solo asunto mio

Saludo y se marcho, verdaderamente su mirada estaba cargada de tal frustración que me la transmitió la verdad no vi ojos mas tristes y hermosos que esos, y así fue como paso La conocí uno de esos días cualquiera, uno de esos días en los que uno piensa que será como siempre… rutinario y aburrido, de esa tarde calurosa de mayo la cual mio visión del pasado me refresca la memoria en mi pequeña ciudad donde no hay  primavera, verano, otoño ni invierno solo periodos largos de lluvia y calor alternados.

Termino el largo día, al toque de diana llevo a mi pequeño pelotón a limpiar las regaderas, quien dijo que la vida de un militar es solo hacer  actividad física o pararse en la vía con un FAl o pelear guerras ajenas y nuestras, a quitar territorio y matar inocentes, de forma discreta busco esos ojos marrones tristes y hermosos tan claros que dudaba de su naturalidad, desviaba a momentos la mirada para así pasar desapercibida, me olvide de la ética por un segundo.

-    Duran, vuelvo enseguida se queda a cargo.

-    Si, mi Sargento.

Hace demasiado calor como para sacarlas al patio, mejor me escabullo un momento para fumar un cigarrillo a escondidas… así pasan mis días, poco a poco me fui ganando su confianza y ella la mía, se notaba un poco de tensión en el grupo, luego de las practicas fui llamada por mi superior, el cual me llamo la atención por causa de rumores sobre mis atenciones con Duran las cuales ya estaban siendo malinterpretadas por todos también por mi falta de carácter con el grupo, las cuales me tacharon de “Sargento Blandengue” que me costó un plantón a pleno sol del mediodía de pie firme en medio del patio y la noche en el calabozo, mi furia fue tal que sentí mis venas explotar, nunca había sentido tantas ganas de perpetrar una masacre en mi carrera militar y esta era la ocasión, no fue hasta las 5 am que me liberaron para hacer mis deberes, iba eufórica y muy furiosa hacia los dormitorios.

-    A levantarse cuerda de ratas infelices tres minutos para vestirse y la que no este en el patio para entonces me va a conocer.

Parecían hormigas bajo la lluvia, unas chocaban con otras, Salí al patio casi mordiendo las paredes por mi rabia, por sus chismes pase mi primera vez en la vida en el calabozo, llegaron al patio vestidas a los golpes despeinadas y sin asearse.

-    Vuelta al patio, muévanse, les juro que las hare desmayar, no descansaran hasta que la ultima de ustedes caiga al piso, digan ¡Si Mi Sargento Blandengue!

-    ¡Si Mi Sargento Blandengue! -. Al unísono

-    No las veo moverse gusanos muévanse.

Me senté a verlas correr, hacer sentadillas saltos de paracaídas y todo lo que se me ocurriera, 7 horas mas tarde veía como caían cuales fichas de domino una a una, solo ella se mantenía de pie mi furia ya se había apaciguado para entonces, me puse de pie y las envié a las regaderas, era suficiente mas tarde me reuní con ellas y les explique el porqué de mis acciones, impuse mis nuevas condiciones, y estaba segura de algo jamás volvería a ese calabozo, de lo que no estoy segura es de lo que pasa por mi mente en este instante…