Tras mi divorcio- Leonor2

Aquello era demasiado para su calentura, aceleró los movimientos de su lengua en mi sexo y a los pocos segundos recibí su primera descarga de esperma en mi boca.. luego otra…. así cuatro veces

Tras el primer encuentro en Madrid con Iñaki hemos tenido varios más en un hotel de carretera a medio camino entre la ciudad donde él vive y la mía, por el momento, aunque hace varios meses que nos vemos prefiero que no venga a casa. Nos vemos una vez a la semana aproximadamente ya que él no puede poner muchos pretextos a su esposa para sus ausencias. Después de tanto tiempo sin relaciones debiera darme por satisfecha con lo que tengo, la verdad es que el sexo con él es muy bueno, sin embargo lejos de tranquilizarme me produce más excitación y deseos de mantener relaciones más frecuentemente, así que sigo manteniendo conversaciones y contactos con diversos hombres a través del chat pero todavía no he tenido encuentro real con otra persona.

También he notado que me he vuelto más imprudente, algún fin de semana salgo con amigas a cenar y luego vamos a tomar una copa y siempre he procurado evitar relacionarme con hombres que viven en mi misma ciudad, sin embargo, las últimas semanas he tenido que hacer un esfuerzo para evitar coquetear con alguno e ir más allá de donde me he propuesto con el fin de evitar chismorreos. Y eso sin hablar de las amigas con las que salgo, imagino sus conversaciones si llegaran a enterarse no de mi relación con Iñaki, sino de mis diarias pajas en directo con mis desconocidos admiradores.

Cuando llevaba varios meses de encuentros con Iñaki ocurrió algo inesperado y que de alguna manera  cambió mi forma de actuar a partir de ese momento, desde luego que en mi entorno continué exactamente igual pero cuando me encontraba lejos de él y segura de preservar mi identidad actuaba más abiertamente y con menos desconfianza que hasta entonces. Desde luego, resultó ser uno de los encuentros más morbosos que he tenido, probablemente por eso, por tratarse de el primero de esa índole; después, y exclusivamente como un juego he continuado haciéndolo muy de vez en cuando.

Tenía una cita con Iñaki en el hotel de carretera donde solíamos vernos habitualmente, a él le gustaba que para estos encuentros vistiera de una forma algo provocativa y me maquillara más de lo que en mi es habitual; básicamente y dependiendo del día jugábamos a la puta y el cliente o a la inocente Lolita y el perverso viejo verde, simples juegos que a él sobre todo le excitaban mucho. Era una tarde de verano y me había puesto un vestido de color coral no minifaldero pero sí demasiado corto para una mujer de mi edad, además la composición de su tejido era mayoritariamente lycra y elastán y se pegaba a mi cuerpo como una segunda piel; si esto no fuera suficiente y sabiendo que eso le gustaba había dejado mi ropa interior en mi coche, todo lo que llevaba sobre mi cuerpo estaba a la vista, nada más.

Normalmente estaba Iñaki cuando llegaba yo, normalmente, excepto aquel día. Diez minutos después y mientras le esperaba en la barra de la cafetería sonó mi teléfono y él al otro lado de la línea se deshacía en disculpas: su mujer había tenido un accidente doméstico y estaban en urgencias, no había estado a solas hasta entonces y por eso no podía haberme avisado antes, juraba y perjuraba que me lo compensaría pero yo había hecho 70 kms y me encontraba en un hotel de carretera sola y compuesta. Pasados los primeros minutos de enfado entendía la situación y tras calmarme decidí terminar mi consumición y regresar tranquilamente a casa.

A parte del camarero solamente había otro cliente en la cafetería, un hombre de unos treinta y pocos años corpulento y que cuando pagué mi consumición y a punto de marcharme decidió dirigirse a mi

  • ¿puedo invitarte a otra consumición? total somos los únicos clientes y nos estamos aburriendo solos.

Yo estaba sentada en un taburete junto a la barra, estirando mi vestido para mostrarme lo más recatada posible me bajé al tiempo que le decía que ya me iba a marchar; sin embargo él insistió en que aceptase la invitación, educadamente eso sí, haciendo hincapié que fuera en el caso de que yo no tuviera prisa o me estuviera esperando alguien…  Sin ninguna segunda intención por mi parte acepté quedándome en pie junto al taburete que había ocupado, él se acercó a mi y me tendió la mano diciéndome que se llamaba Javier, tenía un fuerte acento gallego, era transportista y por motivos de la ley de tráfico debía estar parado dos horas porque ya llevaba las máximas permitidas y podían sancionarle. Tras la inicial conversación sin sentido que hay cuando dos adultos se ven por vez primera en semejantes circunstancias Javier derivó sus palabras a unos derroteros que me hicieron ver su confusión aunque lejos de molestarme me sentí enormemente halagada y sin pensarlo dos veces decidí continuar con el juego a ver que daba de si.

  • Paro aquí todas las semanas un par de veces, no te había visto nunca por aquí….

  • Vengo de vez en cuando a tomar algo… no frecuentemente pero alguna vez si.

  • ¿Vives por esta zona o estás de paso como yo?

Entendía que era una conversación sin sustancia, la típica cuando conoces a una mujer y no sabes que decir en los primeros momentos y tampoco era mi intención dar excesivas explicaciones de mi vida a un desconocido así que sin tener en cuenta que el pueblo o lugar habitado en cualquiera de ambos sentidos no estaba a menos de diez o doce kilómetros respondí lo primero que me vino a la cabeza, lo cual le hizo reafirmarse en su erro

  • Trabajo por aquí - le respondí, respiró hondo como sintiendo una sensación de alivio y a partir de ese instante su conversación se volvió más fluida y sobre todo más directa, y por otro lado yo también le vi de otra manera, ahora me estaba fijando bien en él y me parecía un hombre atractivo; por un instante pensé en que no me importaría estar con él aunque tampoco  imaginaba como se iba a desarrollar todo

  • Tienes un vestido precioso, y además te queda perfecto.

  • Gracias

  • No, no, no es un cumplido, es cierto. Además has acertado porque con estos vestidos se marca todo y lo llevas estupendamente, se nota que no llevas ropa

interior y es mucho más sexy.

Al decir esto se acercó más a mi y pasó su mano por mi cintura aunque la retiró casi inmediatamente, me quedé tan cortada que no sabía que decir y me limité a sonreír, repase´mentalmente la conversación que estábamos manteniendo y cuando llegué a mi trabajo me di cuenta de que me estaba tomando por una prostituta. Pensé en Iñaki imaginándole en urgencias con su mujer y en ese momento sentí un ligero palpitar en mi sexo. Estoy poniéndome cachonda, pensé; la situación por lo increíble, irreal y sobre todo morbosa me estaba excitando de tal forma que me resultaba difícil controlarme. Estoy a tan solo una hora de mi casa, ¿ y si ahora entra en la cafetería alguna persona conocida y me ve vestida de esta manera y coqueteando descaradamente como estoy haciendo con este hombre? pensé. No obstante respondí sin dudar a su siguiente pregunta aunque sin pensar detenidamente mi respuesta

  • Como te he dicho tengo que estar aquí parado un par de horas. ¿Que me cobras por estar ese rato juntos?

  • ¿Dos horas? Doscientos euros…..

  • Ando algo "pillado", ¿me lo dejas en 150?

No puedo decir que me estaba corriendo con la conversación, pero casi; asentí con la cabeza y él se dirigió al camarero para pedirle una habitación y por precaución me dirigí a la puerta por donde se pasaba al hotel y que yo ya conocía. Nada más entrar en la habitación puso en mi mano tres billetes de 50 euros,me abrazó colocando sus manos en mis nalgas y me besó profundamente, luego se sentó sobre la cama y levantando mi vestido metió su cara entre mis piernas lamiendo mi sexo…. me despoje del vestido al tiempo que él se apresuraba a desnudarse, se tumbó sobre la cama y me coloqué sentada sobre su cara, su lengua lamía mi sexo produciéndome una maravillosas sensaciones, me giré sobre mí misma y me tumbé sobre él para iniciar un 69, su polla no era muy larga pero si bastante gruesa, no lograba abarcarla con mi mano y tuve que abrir completamente la boca para poder meterla entera. Me avisó, me dijo que estaba muy caliente e iba a correrse muy pronto y me preguntó si podía hacerlo en el interior de mi boca;  por toda respuesta intensifiqué mi mamada al tiempo que acariciaba sus huevos… y él hizo lo mismo al tiempo que sus dedos jugaban en mi coño y mi ano; cuando los sentí en este último moví mis nalgas haciendo que se introdujeran en él…. pareció sorprenderle y excitarle

  • ¿Te gusta en el culo?  me preguntó

  • La tienes muy gorda pero si tienes cuidado te dejo que me la metas en él si te gusta….

Aquello era demasiado para su calentura, aceleró los movimientos de su lengua en mi sexo y a los pocos segundos recibí su primera descarga de esperma en mi boca.. luego otra…. así cuatro veces hasta el punto de que me resultaba difícil tragar todo aquello. Seguí mamando y limpiando su miembro con mi lengua y Javier continuaba igualmente lamiendo mi sexo, su polla estaba flácida pero él se empeñaba en lamer mi coño de la misma manera que minutos antes cuando la rigidez de su sexo me hacía sentir su excitación. Aquel día descubrí que un hombre no se comporta igual con su pareja u otra mujer a la que conquista que con una a la que paga o digamos profesional; no creo que ningún hombre pida a una mujer en su primer encuentro lo que me pidió Javier. Estábamos relajados unos minutos tras su primera corrida, yo acariciaba su pecho y bajaba la mano hasta su polla masturbándole levemente tratando de despertar una reacción, primero me besó y luego me pidió que lamiera y mordiera sus pezones -eso me pone muy cachondo- me dijo, luego agarró mi mano y la llevó bajo sus testículos, los acaricié y masajeé y entonces pidió que le metiera los dedos…. tardé unos segundos en reaccionar a su propuesta pero obedecí sus demandas, llevó mi mano a su boca y lamió dos dedos y fue él quien los dirigió a su cueva, ambos entraron fácilmente, bajé mi cabeza a su entrepierna y lamí la polla al tiempo que pellizcaba unos de sus pezones con una mano y dos dedos de la otra entraban y salían de su ano como si me estuviera masturbando yo misma.

Igualmente me sorprendió la rapidez con la que reaccionó sus polla endureciéndose nuevamente casi en segundos…. ¡ joder lo que estaba descubriendo esa tarde !….  yo misma le coloqué un preservativo, metió su cuerpo entra mis piernas y apoyó la polla entre mis labios vaginales, a medida que entraba me di cuenta que efectivamente era muy gruesa, mucho… pero a los pocos segundos de que empezara a bombearme sentí una oleada de espasmos en mis espalda que me hacían gritar de placer. Ahora no estaba dispuesto a correrse pronto, se le notaba, me folló en esta posición varios minutos, salió de mi para descansar justo cuando yo estaba a punto de alcanzar un orgasmo y aproveché para deslizarme al borde de la cama coloca´dome sobre ella a cuatro patas, se colocó en pie detrás mío y nuevamente enfiló su polla a mi entrada… durante unos segundos recordé a Iñaki y no pude evitar comparar, en ese momento pensé que me gustaba mucho más que Iñaki;  - fóllame el culo si quieres - le dije, continuó todavía varios min tos bombeando en mi coño antes de salir y tras lamer mi culo intentar meter la polla dentro. Los primeros minutos sentí que me desgarraba, notaba un intenso dolor pero algo en mi interior me pedía que legase hasta el final, finalmente logró meterla toda….  y empezó a follarme a un ritmo semejante a un taladro, entraba y salía de mi culo a mil revoluciones y a pesar de sentir algún dolor volví a correrme gritando escandalosamente, Javier blasfemó repetidamente mientras se corría, luego nos dejamos caer sobre la cama

  • Joder como follas tía…. vaya vicio que tienes…..

  • Tú si que jodes como los ángeles cabrón, me has hecho correr varias veces.

Me pidió el número de teléfono para llamarme cuando volviera a pasar por allí, una vez a la semana me dijo. La verdad es que no tuve inconveniente en dárselo, si no puedo estar con él cuando me llame con decirle que no vale, pensé, Javier me dijo que las próximas veces que estuviéramos juntos teníamos que hacer sexo más guarro, que le gustaba el vicio. En principio yo decía a todo que sí, que a mi también, trataba de seguirle la corriente pensando que no volvería a verle en mucho tiempo o quizá nunca aunque también pensaba que me había gustado como follaba.

Habían pasado noventa minutos, se metió en la ducha con intención de vestirse y marchar mientras yo me quedé descansando unos minutos sobre la cama. Cuando salió hizo ademán de ponerse la camisa, me levanté de la cama para ponerme el vestido y se quedó mirándome, joder, estaba empalmado otra vez; junto a la puerta del baño me volvió contra la pared manoseando mi entrepierna con la mano, noté su polla entre mi coño y de un empujón entró otra vez en mi

  • No te has puesto condón………

  • Me corro fuera, no te preocupes………

Placada contra la pared y con sus manos aferradas a mis hombros volvió a moverse entrando y saliendo de mi casi violentamente…. la pared tenía la pintura con relieve y mis pechos se rozaban en ella arañando mi piel pero esa sensación de sumisión me excitaba… quizá fueran más de quince minutos los que estuvo follándome de esta manera, luego salió de mi y me llevó junto a la cama e hizo que me sentara en ella para meter a continuación su polla en mi boca. Esta vez no tuvo que indicarme nada, estaba de pié frente a mi, su polla en mi boca mientras con una mano acariciaba sus huevos y con la otra volvía a meter dos dedos en su su culo entrando y saliendo de él como si se lo estuviera follando. Volvió a correrse en mi boca y yo volví a correrme al sentir su caliente esperma en mi paladar.