Tras la puerta, gemidos y mucho ruido
Me voy a mi habitación, y en la de al lado se empiezan a escuchar besos, risas y vocecillas... Un par de minutos después, el ruido de la cama confirma...
Es verano en un pueblo de costa. Llega la fecha de un festival de música electrónica que llevo todo el año esperando, y aprovechando que mis padres están fuera invito a un par de amigas: María y Laia. María es una chica delgadita, típico cuerpo de modelo, piercing en la nariz, rubia. ¿Conocéis a Ariel Rebel? Pues podría ser su hermana gemela. Laia tiene el pelo rizado pelirojo, poca estatura y con un buen culo y tetas, de las que no te aburres de ver en bikini en la playa.
Cenamos y empezamos a tomar unos cubatas fuera del festi, todo son risas y buen rollo. Ya sabéis mi intención, acabar con una de ellas.
Va pasando el rato, ya serían las 4 de la mañana, y después de unas cuantas copas (y algo más), la noche empieza a estar interesante y mi amiga María conoce a un chico, con el que empieza a liarse. Me siento un poco mal, pero con el subidón que lleva... que siga la fiesta! Todavia me quedaba mi amiga Laia, que me tiene loquito.
No sé en que momento, se me ocurre invitar a ese nuevo amigo a casa, pedimos un taxi y nos vamos todos.
Llegamos a casa y apensas soy consciente de lo que ocurre. María se encierra en su habitación con el chico que conoció un rato y cierra la puerta. Laia y yo nos quedamos mirando... y me dice ¿En serio van a follar aquí y ahora? Entonces voy y le digo... podríamos hacer lo mismo....
Y no, seguramente pensareis que acabaríamos juntos, e incluso haciendo una orgía con los otros dos, pero no. Me mira en plan... sí, lo llevas claro, entonces Laia se despide de mi, se mete en su habitación y cierra.
Me voy a mi habitación, y en la de al lado se empiezan a escuchar besos, risas y vocecillas... Un par de minutos después, el ruido de la cama confirma que están empezando a follar, y mi amiga empieza a gemir. Me pongo cachondo solo de escucharlos e imaginarlos. Ojalá fuese yo el que estuviera ahí dentro. Me acerco a su puerta empiezo a tocarme poco a poco. Mi amiga María es muy escandalosa, demasiado, y gime igual que una actriz porno. Me bajo el pantalón, los calzoncillos... y me empiezo a masturbar, y me corro allí mismo.
La corrida será de las más bestiales de mi vida. Jamás pensé que escuchar a mi amiga follar con otro me pondría tan cachondo, sumado al morbo de que Laia me pillase...