Transformándome en Carolina 2

El proceso de feminización de un chico de 23 años y su introducción al bdsm y que aguarda a un ama con quien vivir lo que relata en este texto

Transformándome en carolina.

Parte 2.

Salgo de la ducha, el agua caliente sobre mi piel ha calmado el dolor que ha dejado la cera sobre ella y que ha aniquilado completamente cualquier signo de bello masculino. Sentada sobre la cama sin la toalla puesta, miro mi cuerpo y deslizo mis manos desde las puntas de mis dedos de los pies, pasando por mis rodillas, mis muslos, mis testículos y así hasta llegar a mi rostro. Disfruto tener mi piel libre de pelo, es una sensación de limpieza, de suavidad, que no tenía desde los 11 años.

Desde niño me aterrorizaba la idea de tener barba o bigote y ver mi cuerpo como el de otros hombres adultos, lleno de bello por todos sitios, pero hoy esta sensación es única.

Frente a la cama, está un espejo en el que puedo verme a cuerpo completo, a su lado, está una mesita con una serie de productos que voy aplicando sobre mi cuerpo. Aplico un poco de aceite con un aroma a rosas, no se el nombre exacto de la esencia pero me hace sentir femenina y me agrada el aroma. Siento como se impregna mi piel de su aroma y la reconforta después del duro tratamiento de depilación al que me ha sometido mi ama.

En la cama. Mi ama ha dispuesto todo el vestuario que desea que utilice esta noche, mi primer atuendo femenino! Tal y como yo lo deseaba.

Con paciencia, me coloco las braguitas de color fucsia las cuales tienen un lacito al frente de color rosa y una pequeña mariposa que corresponde justo con el bulto que forma mi pene, en los bordes de las bragas, un encaje blanco adorna a la prenda y me hace sentir tanto como una chica inocente pero con deseo de ser sexi.

Después me coloco las medias que llegan hasta mi muslo y finalmente me coloco el liguero, todo en color negro. Continúo colocándome el sujetador el cual es del mismo color que las braguitas, con una mariposa discreta en cada copa a la altura del pezón y un lacito entre las dos tetas; mi ama ha dejado en la cama dos tetas postizas recubiertas de un material que al tacto, dan sensación como si fueran de piel de verdad, el número del sujetador es 110, supongo que mi AMA ha pensado que esta talla es la ideal proporcionada a mi estatura y delgadez.

Tras haberme aplicado el talco sobre la piel, el desodorante para los pies con aroma floral y el desodorante en las axilas, cojo la falda de color morado que puedo sentir lo ajustada que está a mi figura, como presiona mi culo y como hace presión sobre mis piernas cada que quiero dar un paso hacia delante.

Los zapatos son de ante, de color morado y su textura da la sensación a la piel de serpiente, el tamaño del tacón es de10 cmy me hacen sentir mucho más alta de lo que ya soy. Aunque en ocasiones al jugar con algunas amigas, me colocaba sus zapatos, jamás había tenido unos con un tacón tan alto.

Finalmente, sobre la cama, está un corsé, de color negro, el cual comprime mi espalda, pecho y estómago y me encanta esa sensación, al acomodar los tirantes del mismo me percato que puede verse el lacito del sujetador que está entre las dos tetas y al subir la cremallera que está por detrás, siento como hace presión finalmente sobre todo mi cuerpo.

Al verme en el espejo, me agrada lo que veo, doy pequeños saltitos con los tacones y disfruto de su sonido, llevo las manos hacia las braguitas para ajustar mi pene el cual por la emoción está en erección así que lo acomodo para que se note lo menos posible. Sin embargo, hay algo que falta y mi AMA, está apunto de dar los detalles finales.

¿estás lista carolina?. Pregunta mi ama mientras abre la puerta de la habitación, en sus manos veo todo un estuche de maquillaje junto con una peluca rubia de cabello liso y que irá acorde con mis cejas las cuales fueron pintadas de ese mismo tono.

¡estás hermosa cariño! Pero te falta ese toque femenino que es como la cereza en una tarta para tu transformación. Te pintaré los labios con color rojo y te pondré rimel en las pestañas y un poco de colorete en las megillas, me encanta la imagen de chica linda pero de putilla deseando salir del fondo de tu alma que tienes en este momento Carolina.

Terminando de maquillarme y de colocarme la peluca, mi AMA, me dice que me mire en el espejo y ahora, veo eso que me faltaba la primera vez que me vi reflejada, por fín conseguía mirar a carolina, esa chica que ha existido dentro de mi siempre, que aguardaba bajo mi masculinidad y se que si Carolina huviese nacido en lugar del hombre que fui, estaría tan enamorada de su imagen y del pribilegio que es ser mujer, que Carolina huviese sido lesbiana. Me giré para ver a mi ama a los ojos y decirle:

AMA, ¿gracias!, gracias por permitirme existir y guiarme en este camino. –Carolina, quiero que sepas que ser mujer no es solo tener lencería hermosa, una cabellera rubia que casi te cubre la espalda, tener tetas o vagina. Ser mujer y más en este mundo del bdsm, y en el papel como sumisa que deseas vivir, significa, entregarte como mujer al placer de tu AMA, es dejar de ser tu, para ser de tu ama, porque todo lo que te complace a ti, es complacerme a mi. Ser mi mujer y ser mi sumisa, te convierte en mi objeto vivo de placer, de obediencia y de completa pleitecía. –lo entiendo y lo acepto AMA. –bien, Carolina, quiero que vallas al salón, yo también debo cambiarme para esta noche, quiero que al bajar las escaleras, estés esperándome en la posición que te dige, tu ya sabes que hacer cielo.

Mientras mi AMA, se dirigía a su habitación, yo ovedecí y estaba en el mismo sillón de cuando entré a casa y mientras esperaba la señal la cual era, el golpe de sus tacones con los primeros escalones que indicaban que ella bajaba las escaleras, una y otra vez, me veía con los zapatos, la falda, deslizaba mis manos entre mis piernas para sentir las medias sobre mi piel, rectificaba que mis tetas estuviesen en su sitio y que mi pene se mantuviese en su lugar, me daba cuenta como algunas gotitas de líquido preseminal, se escapaban y quedaban plasmadas sobre la parte frontal de las braguitas.

Al escuchar los tacones de mi AMA, me coloqué en la posición indicada frente a las escaleras, de rodillas, con las piernas abiertas, las manos por detrás de mi espalda y con la mirada baja. Al acercarse mi ama hasta donde me encontraba, me incliné para besar sus botas de color negro que formaban parte de su traje ceñido de cuero negro con una cremallera que terminaba entre sus tetas e iniciaba a la altura de su coño.

Muy bien perrita, es justo el recivimiento que esperaba tener. ¡puedes incorporarte!. Regresé a mi posición original mientras mi AMA, se dirigía al sillón  ahora yo de rodillas frente a ella.

Bien perrita, te llamas Carolina!, es un buen nombre, creo que acorde para lo puta que eres!. Quiero que sepas, que serás mi perrita, te instruiré para que seas una excelente puta, quitar de tu rostro la imagen de niña virginal que puede engañar a todo el mundo, pero se que a mi no. Mira tus tacones!, mira tu falda! Tus tetas ahogándose dentro de ese corsé que las resalta!, valla que si eres puta y yo me encargaré que te percates de ello! Y tu Carolina, que me ofreces? –AMA, le ofrezco mi total ovediencia, mi deseo de complacerle en lo que me pida y aprender de usted todo lo que quiera enseñarme. –que tienes a modo de ofrenda para tu ama?, que puedes darme para que te acepte como mi sumisa? –no tengo nada más que ofrecerle AMA, solo mi cuerpo, mi voluntad y si es de su interés, mi culo y mi cuerpo virgen. –claro que es de mi interés! Pero como se que me dices la verdad? –porqué cuando me lo pida, puedo comprobarlo AMA.

Mi AMA, se quitó las botas y sus pies desnudos quedaban frente a mi, despedían un aroma agradable, entre flores y el sudor originado por estár con las botas puestas durante un tiempo considerable.

Me ofreces tu cuerpo! Pues ponte de pie, camina frente a mi, muestra tu cuerpo ante mis ojos, imagina que es una pasarela y tu como una modelo, muestra todo lo que tienes. Me puse de pie, inicié mi andar frente a ella, caminando de un extremo a otro del salón, contoneaba mi culo, daba giros e intetaba levantar las tetas, pasaba mi mano por mi cabello y sacaba mi lengua para humedecer mis labios y simulando como una niña que saborea una piruleta.

ALTO Carolina! Eso es lo primero que quiero probar de ti, acercate y esa lengua tuya quiero que chupe esto. Yo sin poner reparos, me acerqué a ella y así como me lo indicó comencé a chupar sus pies.

Primero introducía dedo por dedo en mi voca y paseaba mi lengua entre sus dedos, el sabor salado que tenían no me molestaba y sus gemidos eran la respuesta de aprobación para mi caricia oral en sus pies. Posteriormente mi lengua pasaba por la planta de sus pies y por el empeine y mientras mi voca trabajaba un pie, ella con el otro dirigía mis movimientos colocándolo sobre mi cabeza.

Muy bien perrita! Aunque me cuesta trabajo creer que seas virgen, lo haces muy bien, puede que me estés engañando pero tu forma de hacerlo es muy buena, adoro esa lengua que tienes, espero que sea tan buena en otras partes de mi cuerpo.

Mi AMA, se puso de pie mientras seguía saboreando sus pies, bajó la cremallera de su traje y lo apartaba a un lado del sillón, frente a mi, estaba mi ama sin sujetador, con sus tetas firmes, blancas, tersas, y solo vistiendo unas braguitas de color negro con encajes y un lacito al frente de color dorado. En sus braguitas era evidente que mi AMA, estaba disfrutando de lo que hacía en sus pies y de toda la escena porque su lubricación ya despedía ese aroma tan femenino y dejaban marca en sus braguitas.

Carolina, mi perrita Carolina, quiero que apartes mis braguitas con tu voca y que lentamente te acerques a mi coño. Yo le hice caso y me levanté para poder iniciar el descenso de sus braguitas que al bajarlas hasta el suelo, mi AMA, TERMINÓ DE DESPRENDERSE DE ELLAS CON LOS PIES Y YO INICIÉ MI ASCENSO HASTA SU COÑO.

CONTINUARÁ.

gracias a las amas y dóminas que lean mis relatos  ya que son producto de una fantasía que espero hacer realidad algún día.