Traje de realidad virtual

Pruebo un nuevo juguete sexual

Siempre me había gustado la tecnología, soy aficionado a los juegos de ordenador y me encantaban probar juegos nuevos. Así es como me hice probador de videojuegos, las distribuidoras me enviaban los nuevos, yo los probaba y les daba mi opinión a través de unos complejos cuestionarios. Pero esta vez me había llegado algo distinto. Eran las típicas gafas de realidad aumentada, pero con ellas había también un traje y varios artilugios, entre ellos uno con un orificio que parecía uno de aquellos masturbadores de sex shop, pero más sofisticado y lo que parecía un muñeco desinchado. Todo tenía una estética muy futurista y me hizo desear probarlo enseguida. Instalé el juego y enseguida se abrió una pantalla de bienvenida. Me dejaba escoger mi personaje como un juego de rpg. Yo era un tío pero en esos juegos siempre me hacía guerreras exuberantes, me gustaba jugar con esos personajes y que tíos salido me hablasen como si fuese realmente aquella elfa o aquella nigromante. Con curiosidad elegí lo que parecía una jovencita de pelo rubio, y le puse un absurdo bikini de color lila. De momento el juego no parecía más que aquellos juegos de puzzle nipones donde las chicas se desnudaban...me puse las gafas y el traje como me indicó el juego, y por fin encontré algo de interés. Mi cuerpo virtual era realmente muy detallado, con aquellas gafas podía observar cada centímetro del cuerpo de aquella chica, y al pasar mis manos enfundadas en guantes por aquel traje notaba el tacto con gran realismo, notando también aquellos pechos virtuales que sin darme cuenta habían adquirido volumen en el traje. En aquella gran habitación del juego había dos puertas, una ponía soft, y en la otra hard. Entré evidentemente por hard, quería ver hasta donde podia llevarme aquel mundo virtual. Entré sin más en una sala parecida a una mazmorra sexual, llena de hombres, mujeres y algunos seres extraños similares a animales mitológicos o incluso extraterrestres. Acababa de entrar en cuanto noté una mano que se posaba en mi hombro. Me asusté por notarla con tanto realismo y miré hacia detrás. Era un hombre joven, con un gracioso bañador hawaiano. -hola, eres nueva?- me dijo sonriente.

Dudé en contestar, pero dije -si, acabo de conectarme- Mi voz sonó como la de aquella chica y me tranquilizó saber que mi identidad estaba a salvo. -También eres gamer de pruebas?- me dijo el hombre intentando indagar más sobre mi...-Que? Ah, si si, estoy viendo de que va este juego- le dije mirando alrededor, sin mucho interés. -Este juego te encantará, puedes hacer todo lo que quieras, con quien quieras- me dijo entusiasmado mientras se agarraba la entrepierna. Vi como su miembro ahora crecía de manera descomunal, saliendo por la parte superior de su bañador. -Estás cachonda?- Me dijo tocándome el hombro de nuevo. Al principio dudé de interactuar más con ese individuo pero luego pensé, va, es solo un juego, diviértete, al fin y al cabo, los juegos de Dragones y mazmorras no te dejaban follar con tus compañeros. Siendo gay pensé en por qué no me habría hecho un avatar masculino, pero ahora ya era demasiado tarde para cambiar. -Si, vamos a algun sitio?- le dije a ese tio. Pero sin mas se bajó el bañador, que desapareció magicamente, y me agarró de los pechos. Era muy extraño, se sentía muy real, y me estaba empezando a excitar bajo aquel traje.

Miré alrededor y todos los avatares follaban de formas inimaginables, algunos por grupos, en una orgía de decenas de usuarios. Ese tio me seguía tocando los pechos y me decidí a tocarle yo. Misteriosamente su tacto era también muy real, podía recorrer con mis dedos virtuales el pelo de su pecho, pellizcar sus pezones y tocar su abdomen hasta llegar a su vello púbico, que envolvía el pene más grande que había visto nunca. -No me la vas a comer?- me dijo acercándola a mi rostro. -Prueba, alucinarás- yo sin creermelo mucho agarré aquél miembro, ahora duro entre mis manos, y lo acerqué a mi boca. Que era aquello? Me saqué las gafas un momento y era aquél extraño muñeco hinchable que ahora había cobrado vida a mi lado. Estaba de pie como aquel tio, y tenia su duro pene entre mis manos. Volví a ponerme las gafas y lo introduje en mi boca, notando como tenía temperatura, sabor y textura tan realistas que podia notar incluso como lubricaba en mi boca. Metiéndome en mi papel me dejé llevar por aquella mamada, dando lo mejor de mi, y con la curiosidad de saber si el orgasmo sería también realista, pero mi amigo se cansó, y me agarró con fuerza poniéndome sobre un sofá. Notaba su peso sobre mi, pero era imposible que pudiera penetrarme, a no ser que ese traje realmente fuese mágico se iba a encontrar con una sorpresa. Me bajó aquel conjunto lila que también desapareció, quedando mi personaje desnuda y expuesta a aquél hombre. Introdujo sus dedos en mi vagina virtual, y noté como algo entraba dentro de mi! Aquél traje me estaba asustando...podía notar con realismo como esos dedos exploraban mi inexistente vagina, y notaba un placer indescriptible. -Quiero que me folles ahora- dije sin pensar, y aquel tio introdujo su enorme pene de ficción dentro de mi, y el traje hizo que notase cada centímetro, su dureza, su calor...realmente era la experiencia más alucinante de mi vida. El tio empezó su vaivén mientras yo me agarraba de su espalda, y podia notar incluso su calor, su olor...era todo extremadamente real. Estuvo follandome un rato largo hasta que mi mente me traicionó. -Quiero que me folles también por detrás- le susurré. El tio se puso como una moto, y no dudó en metérmela casi de un golpe. Sentí una punzada de dolor al notar como el traje me penetraba esta vez por mi orificio real. Me dolió pero me acostumbré muy rápido a la sensación, parecía que aquella polla se adaptava a mi, creciendo poco a poco a medida que yo disfrutaba. Podía oír como el tio gemía y le pregunté -Los trastos estos se corren o seguiremos así eternamente?- el se rió por mi ocurrencia, y empezó a acelerar el ritmo, me gustaba ese punto de violenta urgencia, y con gran asombro noté que entre gemidos, algo caliente chorreaba dentro de mi! Aquel aparato se estaba corriendo! La sensación, tremendamente realista hizo que yo llegara a un extraño extasis...y de pronto se desconectó! Aquel tio me había follado y se había ido sin despedirse! Volví a la sala blanca del inicio, completamente desnuda, y al lado de las dos puertas pude ver de nuevo la pantalla de inicio. -No has llegado al orgasmo, quieres un orgasmo satisfactorio?- si/no eran las opciones.

Dije que si, evidentemente quería acabar por todo lo alto aquella experiencia. Ahí entró en juego el masturbador. Noté como un avatar más rudimentario, parecido a un robot, se acercaba a mi, sentí como la cremallera del traje se abría y aquel extraño muñeco hinchable metía mi pene real en aquel orificio. El robot empezó el masaje más intenso que he experimentado en mi vida, como si cientos de lenguas y dedos pasaran a la vez por mi polla, mientras el traje hacía que mi culo fuese de nuevo estimulado por unas vibraciones rítmicas, que iban incrementando su intensidad a medida que pasaba el tiempo. Sin poder aguantarlo más empecé a correrme a borbotones dentro de aquella maquina, mientras mi culo notaba todavía aquellos intensos espasmos de placer. Extasiado me quité el traje, y vi como el muñeco se deshinchaba. Era sin duda la mejor experiencia sexual de mi vida, y había sido con una máquina. Estaba la humanidad destinada a la extinción si aquella tecnología prosperaba? Me fui a dormir sin puntuar el juego, pensando en las consecuencias reales de aquel nivel de placer. El mejor amante era una máquina...