Traiciones y golpes de suerte
La historia de Alex
Traiciones y golpes de suerte
Me llamo Alex y soy ladrón, vengo de una estirpe de ladrones. Mis antepasados lo fueron, pero las joyas de la corona fueron mis padres. Fueron los ladrones más famosos conocidos en todo el mundo, parecía que ninguna policía sería capaz de cogerlos. Esa reputación fue creciendo hasta el punto de que ellos empezaron a creerse invencibles.
En honor a la verdad, lo único bueno que hicieron por mí fue enseñarme el oficio. Bueno según se mire, en este oficio si te pillan, pasas muchos años a la sombra. La verdad es que al final la suerte se acabó y mis padres fueron detenidos, según supe para el golpe que tenían que dar fueron contratados por gente muy peligrosa.
Al fallar el golpe mis padres les hicieron perder mucho dinero y eso les costó la vida, la última vez que les vi, descansaban dentro de ambos féretros, a punto de ser incinerados. Mis padres y yo no teníamos muy buena relación, pero no dejaban de ser mis padres y sentí su muerte.
El resto de la familia me dio de lado, para ellos era como si el fallo de mis padres me hubiera gafado, nadie se quiso hacer cargo de mí. Entonces decidí que ya era hora de poner en práctica lo único que mis padres me habían enseñado, me forme en electrónica, telecomunicaciones e informática.
Otra cosa que mis padres me enseñaron fue a defenderme, aprendí Hapkido hasta llegar al cinturón negro con una franja blanca (esto indicaba que tenía un Dan). Estudie bien la ciudad y me di cuenta de que lo que más valor tenía era la información, entonces decidí que lo mejor seria estudiar las necesidades de las empresas más poderosas y ofrecerles mis servicios para conseguir lo que ellos necesitaran.
Fue en uno de esos trabajos en los que conocí a la que sería mi futura esposa, su nombre era Eva. Era una mujer que me llamo la atención desde el primer momento, coqueteaba conmigo constantemente y eso me tenía muy caliente. Entenderlo, yo por aquel entonces tenía veinticinco años y no había estado con muchas mujeres.
Yo saqué los rasgos de mi madre, ella era finlandesa y una de las mujeres más hermosas que hubiera visto jamás, su cabello era muy claro, al igual que sus ojos. Sin embargo saque el cuerpo de mi padre, y medio metro ochenta con un cuerpo bien formado gracias a las prácticas de las artes marciales.
Eva siempre me dijo que era el chico más guapo que hubiera conocido nunca, no sabía si me lo decía de verdad o para reírse de mí. La verdad que congeniamos muy bien, era la mejor estafadora que hubiera visto en mi vida. Sería capaz de venderle hielo a un esquimal y quedarse tan tranquila, normalmente era ella la que conseguía toda la documentación e información sobre la empresa que teníamos que robar y luego era yo el que trabajaba el plan que seguiríamos.
Ella podía conseguir cualquier cosa, yo podía colarme y salir con el objeto de cualquier edificio. Por muy fortificado que estuviera este, la verdad que el trabajo se nos amontonaba y Eva decidió incorporar a otro miembro al grupo. Al principio las cosas fueron bien, eso nos permitía robar corriendo menos riesgos y parecía ser un tío legal.
La verdad es que nuestra reputación en los bajos fondos fue creciendo, pero también el acoso de la policía que cada vez estaba más cerca de cazarnos. Yo tenía la experiencia de lo ocurrido a mis padres, la famosa frase del último golpe que siempre llevaba todo al desastre. Lo hablé con Eva y decidimos parar por un tiempo, le pedí matrimonio y esta acepto.
Cuando le comunicamos nuestros planes a Álvaro, no se lo tomo nada bien. Él decía que estábamos en lo mejor y que nos estábamos haciendo de oro, yo le dije que la suerte no duraba para siempre y que la avaricia rompía el saco. Este pareció entenderlo e incluso lo invitamos a la boda.
La noche que le pedí matrimonio a Eva hicimos el amor con una intensidad tal que pareciera que nuestros cuerpos se fundirían en uno solo, podía sentir el corazón de Eva bombear sobre mi pecho. Mi polla entraba en su encharcado coñito provocándonos unas oleadas placenteras que recorrían todo nuestro cuerpo tal tsunami, me enamore de esa mujer con cada célula de mí ser.
Eva era castaña, tenía el pelo hasta los hombros y los ojos de color azul marino. Su cuerpo era como el de una bailarina, con unos pechos pequeños pero con unos pezones grandes y apetecibles y un culo duro y en su sitio. Desde que dejamos los robos notaba a Eva rara, abecés se perdía en su mundo, yo le preguntaba si se encontraba bien y ella con una sonrisa me decía que ya se le pasaría.
Yo sabía que lo que le faltaba era la adrenalina del peligro que sentía en los robos, pero ya teníamos suficiente dinero como para vivir el resto de nuestra vida holgadamente. En nuestra boda, la vi hablar constantemente con Álvaro, una parte de mí me decía que algo no marchaba bien, pero confiaba tanto en ella y la verdad es que en los años que trabajamos juntos. Jamás dieron indicios de algo más que de una amistad, abecés me sorprendo de lo imbécil que puedo llegar a ser.
En la noche de bodas hicimos el amor hasta que nuestros sexos dijeron basta, la parte más excitante para mí fue cuando Eva apoyo las manos contra la pared de la ducha y yo la penetre desde atrás, su mirada llena de lujuria me llevo al noveno cielo. Como todo lo bueno termina pronto volvimos de la luna de miel y nos pusimos a buscar casa nueva. Encontramos una muy bonita con algo de terreno donde construimos una piscina, de Álvaro no supimos nada hasta seis meses después.
Una mañana se presentó en casa diciendo que tenía un trabajo que seria irrechazable, a mí no me hizo ninguna gracia.
• Álvaro lo dejamos claro, eso se ha acabado – dije yo muy molesto.
• Cariño, por escucharle no perdemos nada – dijo Eva.
Yo miré a Eva y no me podía creer lo que estaba escuchando, estaba dispuesta a poner en peligro todo lo que habíamos construido, la mirada de súplica de Eva me irrito todavía más. Después puso una mirada de que lo haría conmigo o sin mí, viendo el peligro decidí aceptar el trabajo, no sin antes decirle a Álvaro que esta vez sería la última y si lo volvía a ver se atuviera a las consecuencias.
Al ver el nombre del edificio, me di cuenta de que era la empresa de la familia de Laura. Ella fue mi única amiga cuando éramos jóvenes, después ella se fue a estudiar al extranjero y yo empecé mi vida de ladrón. Aun y todo nos solíamos felicitar el cumpleaños y en navidades. No podía arruinar la empresa de la familia de Laura, cuando mis padres murieron, ella y su abuela fueron las únicas que se preocuparon por mí.
Doña Consuelo era una mujer dura, pero justa y aunque no le gustaba el rumbo que iba a tomar mi vida. No me juzgo, ni me prohibió ver a Laura, después Laura se fue y mi relación con las dos mujeres se fue enfriando. Tenía un teléfono que Laura me facilito en una de las veces que me felicito en mi cumpleaños, esperaba que todavía funcionara.
Marque el número y espere a que alguien contestara, tuve suerte y fue Laura, su voz era inconfundible.
• Hola, ¿quién llama? – dijo Laura.
• Soy yo Alex, ¿me recuerdas? – dije.
• Como no iba a acordarme del chico más guapo del barrio.
• Laura tú como siempre bromista, tengo que hablar con tu abuela y contigo, es urgente.
Laura se dio cuenta de que no bromeaba y quedamos para esa misma tarde, escogí una cafetería que ninguno frecuentábamos. De esa manera no nos reconocerían, estaba nervioso. Como les dices a esas dos mujeres que estas a punto de robarles y arruinarles la vida, aparecieron las dos por la puerta. Doña Consuelo venía en silla de ruedas, empujada por Laura, tengo que decirlo para esa mujer no pasaban los años.
• Bien, que es tan urgente joven – Doña consuelo al grano como siempre.
• Bien, las dos sabéis a qué me dedico, acabo de recibir un encargo para robaros los planos de vuestro último diseño.
• ¡Maldita sea, se han atrevido a ir tan lejos! – dijo Laura.
• ¿Cómo? – dije yo.
• La empresa que os ha contratado, quería que nos asociáramos y beneficiarse de nuestro nuevo diseño, es mejor que el suyo y lo saben – dijo doña Consuelo.
Las dos mujeres tenían un rostro muy preocupado, yo sonreí y les dije que tenía un plan. Robaría unos planos fallidos para esa empresa y los planos buenos los dejaría en un sitio que Laura conocía bien.
• ¿Y se lo tragarán? – dijo Laura.
• Si, porque dejaréis unos planos reales, pero con un pequeño fallo en el diseño, de esa forma ellos pensaran que exagerasteis en vuestro comunicado. De esa manera podréis sacar el diseño más adelante con los planos a salvo.
• ¡Pero te arriesgas a ir a la cárcel! – dijo Laura.
• Si, gajes del oficio.
Me despedí de las dos mujeres, volver a Laura me hizo muy feliz. Tenía la sensación de que Álvaro me iba a traicionar, me cercioraría que el daño fuera el menor posible. Llego el día del robo y entre por el tejado, era la parte más vulnerable del edificio, Doña Consuelo me hizo un plano con los puntos ciegos del edificio. De esa manera solo aparecería en las cámaras que yo quisiera y solo me podrían condenar por tentativa de robo que era una condena de cinco años. Robar los planos fue coser y cantar, deje una copia de los planos fallidos que Laura me había facilitado. De esa manera no podrían probar que había robado nada, de los planos buenos no había constancia que estuvieran en la empresa.
De esa manera no me podían culpar de su desaparecían, como prometí deje los planos buenos en el lugar que solo laura conocía y después me fui a reunir con Álvaro y Eva que estaban eufóricos. Tuvieron demasiados acercamientos para mi gusto y se lo hice saber a Eva con la mirada. En dos días sería mi cumpleaños y según Eva tenía una gran sorpresa para mí, me pidió que le dejara la casa para ella todo el día para poder prepararme la sorpresa.
Yo me fui a mi lugar preferido, de día no era tan bonito pues no se veían las estrellas, pero era un sitio en el que siempre lograba encontrar la paz. Solía llegar con el coche y después de parar, me solía tumbar en el capo mirando hacia el cielo. Solo había llevado a una persona en mi vida a ese sitio, nadie más lo conocía, me relaje y espere a la llamada de Eva.
Esta me mando un mensaje que podía volver a casa que la sorpresa ya estaba preparada, me dirigí hacia ella. Ya estaba anocheciendo y al entrar en casa me di cuenta de que estaba vacía y muy fría, al encender las luces vi un paquete encima de la mesa, lo abrí con las peores sensaciones del mundo. En él había un DVD y una nota que ponía “feliz cumpleaños cariño”.
Puse el DVD en el reproductor y al darle al play, me quede petrificado mientras mi alma saltaba por los aires. En las imágenes aparecía Eva a cuatro patas con los ojos en blanco y cayéndole la baba de la boca del placer que estaba sintiendo y Álvaro desde atrás dándole con todo a la mujer que amaba. No sabía si le estaba dando por el culo o por el coño y en ese momento me daba igual.
La mujer que vestida de blanco me prometió fidelidad eterna hace dos años, me estaba siendo infiel en mi propia cama y el mismo día de mi cumpleaños, me fije que en las imágenes se podían ver unas letras en la pared del dormitorio que ponían feliz cumpleaños cornudo. Pare el DVD y me dirigí al dormitorio, las letras seguían ahí y la ropa de Eva había desaparecido, volví al salón y seguí viendo el DVD.
Pare el video donde salían follando y le di al play al otro video que habían grabado en el DVD, en él salía una exuberante Eva diciéndome que llevaba tiempo siéndome infiel con Álvaro, según ella el detonante fue en que yo perdí la ambición y me convertí en un cobarde y que Álvaro si tenía esa ambición que yo deje de demostrar hacía mucho. También me dejo clero que el dinero que nos darían por el último trabajo seria para ellos y que yo no vería un duro.
Los nervios, la decepción y constatar que mi presentimiento de que me iban a traicionar no se había equivocado exploto en el mayor ataque de risa que ni el mismísimo Joker. Mientras me reía pude escuchar como unas sirenas de la policía se acercaban, decidí no resistirme. Con lo que tenían no me caería una condena muy grande y entraba dentro de lo que había calculado.
Si no me llego a adelantar a estos dos, me habría comido unos cuantos años largos a la sombra, la risa también venía por saber que los planos que le iban a vender a la otra empresa no valían para nada. El pequeño fallo en el diseño echaba por tierra la estructura entera del nuevo avión que pensaba presentar esa empresa a costa del diseño de la empresa de Doña Consuelo y Laura.
Me llevaron a comisaría para interrogarme, alguna ostia que otra me lleve, pero yo no dije nada. Me pusieron el peor abogado de oficio del mundo, en el juicio aparecieron los videos de mí entrando en la empresa, pero también se veía que había entrado me había dado media vuelta y no había robado nada. De no ser por la ayuda de doña Consuelo y Laura hubiera estado jodido.
Eso era otro clavo más en el ataúd de mi matrimonio, fue Eva quien se coló para conseguir los videos para incriminarme, lo que ella no sabía era que yo había previsto esa maniobra y las imágenes de los videos fueron las que menos daño podrían hacerme.
Al concluir el juicio me cayeron cinco años de condena, no estaba mal, podría haber sido peor, si estos dos no se hubieran confiado.
Los cinco años en la cárcel no fueron un paseo de rosas, Álvaro contrato gente para que me sacaran a golpes donde había escondido los planos buenos. Tuve que utilizar todo lo que había aprendido de hapkido para que no me mataran allí a dentro, el alcaide de la prisión decreto que me metieran en una celda de aislamiento por mi protección y sobre todo por la de los demás.
No mate a nadie, eso lo tenía claro. No pensaba pasar ni un día de más en esa cárcel y si terminaba matando a alguien mi condena se incrementaría. El alcaide me permitió la lectura y yo aproveche todo ese tiempo para aprender idiomas, perfeccione el inglés, aprendí el ruso. Por fin llego el día de mi liberación, cuando salí y mire al cielo pude ver el sol sin cuatro paredes que me molestaran e impidieran ver bien el cielo.
Fuera me estaban esperando Laura y una desmejorada Doña Consuelo, bese a Laura y después me agache para besar a Consuelo. Al hacerlo no pude evitar ponerme a llorar, en la última visita que tuve de Laura me contó como le habían encontrado una enfermedad mortal e irreversible. La verdad es que pensé que para cuando saliera ya no volvería a ver a esa anciana, dura como el pedernal pero con un gran corazón.
• Bueno joven, ya ves el panorama, quiero pedirte algo. – dijo Doña Consuelo.
• Usted dirá – dije yo.
• Yo ya estoy en las últimas, quiero que seas el protector de Laura, ella es una mujer fuerte, pero cuando saquemos nuestro nuevo diseño, no quiero correr los menores riesgos – dijo Doña Consuelo
• Eso no tienes ni que pedirlo, pero no creo que le haga falta que la defienda, con el carácter que tiene – dije yo.
• Si en eso ha salido a mí – se empezó a reír hasta que la tos se lo impidió.
Y así fue como empecé a trabajar como guardaespaldas de Laura, le acompañaba a todos los viajes. El nuevo avión había sido todo un éxito, un avión que con su diseño gastaba menos combustible y abarataba los billetes a los clientes. Ya había pasado un año, yo notaba que Laura sentía más que una amistad por mí, pero yo no estaba preparado. La cárcel me había venido bien para sacar casi todo el rencor que tenía dentro, pero todavía quedaba algo y no quería que Laura pagara los platos rotos. Yo también empecé a sentir algo muy fuerte por Laura, era una mujer lista, fuerte y además preciosa. Su cabello rojo como el fuego, sus ojos verdes y las pecas que adornaban su rostro la hacían una de las mujeres más hermosas que jamás hubiera visto. Tuvimos que volver deprisa y corriendo del último viaje promocional. La salud de Doña Consuelo había empeorado y según nos comentó su médico, le quedaban dos días como mucho.
Laura tenía un miedo terrible a no poder despedirse de la mujer que más la había querido y la que la había criado y cuidado desde cría, no fue así y pudimos llegar a tiempo. La última conversación que tuvieron abuela y nieta fue tan emotiva que no pude evitar llorar a moco tendido, después llego mi turno.
• Se que estás loco por mi nieta y ella siente lo mismo, ¿te vas a acobardar ahora?
• No es eso Doña Consuelo, mi miedo es que mis heridas no cicatricen jamás.
• ¿Tú has visto como te mira verdad?
• Sí.
• Pues yo veo como la miras tú y las dos miradas indican lo mismo y es que estáis enamorados el uno del otro hasta la medula.
Ese último comentario de Doña Carmen me hizo sonreír y me dio el último empujón para pedirle a la mujer de la que me había enamorado hasta el tuétano que fuera mi mujer y seriamos felices juntos para siempre.
Doña Consuelo murió esa misma noche, para Laura fue la devastación absoluta. No me moví de su lado en ningún momento, no quiso ser enterrada y se le incineró. Echando las cenizas en la tumba de su difunto marido y abuelo de Laura, según tengo entendido este murió al poco de nacer la madre de Laura de una dolencia cardiaca que heredo la madre de Laura. Esta también murió al poco de tener a Laura y su padre desapareció un día sin dar ninguna explicación.
Aquella noche me quede a dormir en la habitación de invitados, sería la media noche cuando escuche como se habría la puerta de la habitación. La luna estaba llena y había buena iluminación, Laura entro con un camisón que casi hace que me dé un infarto de lo hermosa que estaba, se subió a horcajadas sobre mí. Sin mediar palabra se metió mi polla en su coñito y entrecruzo sus dedos con los míos, después salió un gemido de su garganta. Del rostro de Laura caían lágrimas, hicimos el amor despacito, sintiéndonos, amándonos.
Laura lloraba amargamente la perdida de su abuela, entonces le seque las lágrimas con mis labios y le dije.
• Jamás estarás sola mientras yo viva.
• Lo sé Alex.
• Te quiero con todo mi alma.
• Yo también a ti Alex.
Aquella noche sentí el amor que sentía Laura por mí, no sé si eso es posible, pero yo lo sentí alto y claro. Cuando nos corrimos lo hicimos a la vez, Laura se dejó caer sobre mí, estaba exhausta. La abrace y nos tape con el edredón, se quedó dormida en esa misma postura con mi polla todavía dentro de ella, pero con una gran sonrisa.
Ese fue el inicio de nuestra relación, Laura no tenía ganas, pero teníamos que hacer un viaje, las aerolíneas alemanas estaban muy interesadas en nuestro nuevo avión, con toda la desgana del mundo fuimos allí, pero tengo que decir que nos trataron muy bien. Nos compraron una flota de aviones, no pusieron pega al precio, se avían quedado tan impresionados con el rendimiento que lo demás fue coser y cantar.
A la noche nos invitaron a una fiesta, la verdad que nos pusimos de punta en blanco, Laura eligió un vestido de noche color rojo que hacía juego con su cabello, yo elegí un traje hecho a medida. La verdad es que estábamos guapísimos los dos, cuando aparecimos en la recepción. Laura fue el centro de atracción y no era para menos, mi novia estaba guapísima.
Yo también fui el centro de atracción por mi cabello tan claro y mis ojos claros, en un momento de la noche. Laura y yo nos tuvimos que salvar el uno al otro, nos besamos para dejar claro a todo el mundo que éramos pareja. Después de eso la velada fue muy agradable hasta que vi a las dos únicas personas que no esperaba volver a ver en mi vida. Álvaro enseguida poso su mirada en mí y Eva en Laura, creo que Eva esperaba que estuviera hundido y resulta que me encontró más feliz que nunca.
No lo he dicho, pero Eva me envió los papeles del divorcio a la cárcel con un abogado, su intención era casarse con Álvaro. Yo firmé encantado de la vida, no quería a esas garrapatas en mi vida. Vi como Álvaro se acercó a mí.
• ¡Alex, tenemos que hablar! – dijo Álvaro de muy malas formas.
• ¡Yo no tengo nada que hablar contigo!
Decidí llevármelo a un lugar apartado, no quería ningún escándalo.
• Nos debes dinero, los planos que nos diste eran defectuosos.
• Yo no os debo nada, encima que acabo en la cárcel por vuestra culpa, tendré que agradecéroslo.
• Esto no es una broma Alex – me agarro fuerte del brazo.
Eso hizo que mi sangre hirviera, con una llave me deshice de su agarre y yo agarre su brazo de tal manera que termino en su espalda mientras se lo estrujaba a conciencia. Los huesos de Álvaro empezaron a crujir, lo llevé a horcajadas a donde estaba un vol de alguna bebida y metí la cabeza de Álvaro allí, ante la atenta mirada de Eva, vi miedo en sus ojos.
• ¿Vas a matarnos Alex? – dijo Eva.
• No será que vosotros no lo habéis intentado conmigo los últimos cinco años.
Eva agachó la cabeza y dio varios pasos atrás tropezando, fue Laura la que la sujeto para que no se tropezara. El anfitrión de la fiesta se acercó.
• ¿Ocurre algo? – dijo el anfitrión.
• ¡No ocurre nada, esta pareja ya se va! – dije de forma imperativa.
Álvaro y Eva se fueron, sus ojos eran de terror, pero no solo por mí. Creo que estaban metidos en un verdadero lío y no sabían como salir de allí, una vez se fueron Laura y yo nos dirigimos a nuestra habitación de hotel a dar rienda suelta a nuestro amor. Creo que se enteró hasta el conserje, la verdad que después del palo que fue para mí la traición de Eva, pensé que no volvería a encontrar el amor y mira tú por donde el destino tenía para mí la mujer más maravillosa del mundo.
EPILOGO
A la vuelta me llevé a Laura a aquel sitio que solo dos conocíamos, si fue Laura la única mujer que había llevado al lugar que era un santuario para mí, mientras mirábamos una lluvia de estrellas le enseñe el anillo de compromiso y le pedí que se casara conmigo, ella aceptó con lágrimas en los ojos y terminamos haciendo el amor debajo de la lluvia de estrellas más espectacular que el mundo estaba viendo, nosotros lo único que veíamos eran nuestros ojos llenos de amor y sentíamos ese amor en cada poro de nuestro cuerpo.
De esa mágica noche, Laura se quedó embarazada de gemelas. En pocos meses seriamos cuatro y yo no podía estar más feliz, lo único que lamentábamos era que Doña Consuelo hubiera muerto y no pudiera disfrutar de las niñas.
De Eva y Álvaro lo último que supimos fue que encontraron sus cuerpos tirados en un descampado, sus cuerpos estaban llenos de disparos y según los rumores fue un ajuste de cuentas. Debían mucho dinero a gente muy peligrosa y no pudieron devolverlo, la avaricia rompe el saco y a estos dos esa avaricia les costo el precio más alto. No me cuesta reconocer que lamente la muerte de Eva, aunque me traiciono fue una mujer que llegue a querer mucho.
En la vida tuve dos golpes de suerte llamadas Doña Consuelo y Laura, cambiaron mi vida a mejor y gracias a ellas he conocido la verdadera felicidad.
FIN.