Traicion o no

Julia nunca pensó que sería usada y follaria con los padres de su mejor amiga y que encima le gustase y quisiera repetir y entregarse a sus manos

¿TRAICIÓN Ó NO?

A veces la amistad entre dos personas pasa una prueba de fuego y la amistad entre Julia y su amiga Raquel iba a pasar una de las pruebas más duras. Raquel consideraba la lealtad y la verdad entre amigas algo que nunca debía quebrantarse.

Raquel le había instalado en su móvil a su padre una red social muy en boga últimamente y le había enseñado a manejarla. Él había aprovechado para añadir a sus amistades y a alguna mujer atractiva. Al principio, para probar a manejarse agregaron a Julia, la amiga de su hija pero lo que no sospechaba Raquel era que éste inocente chateo iba a terminar en una tórrida noche.

Julia, la mejor amiga de Raquel, tenía aspecto de mosquita muerta aunque era de carácter fuerte. En el sexo era más abierta de lo que parecía. Raquel lo sabía porque su inicio con mujeres fue común con una amiga.

Pasaron los meses y de vez en cuando chateaba con el padre de Raquel. Antonio y Ana, los padres de Raquel se habían separado hacía poco. Raquel lo había pasado mal. Ana le había explicado todo lo que había pasado y le contaba sus cosas. La chica confiaba mucho en el criterio de su madre.

Una noche de primeros de verano Julia se fue de juerga con sus compañeros de trabajo a cenar y tomar una copa. Cuando estaban en un pub Julia se encontró con Antonio y se quedó en la barra del bar tomando algo con él.

Por el móvil habían chateado mucho y vacilado bastante. Antonio era más alto que ella y bastante corpulento y Julia tendiendo a delgada pero con un cuerpo muy bien moldeado por el ejercicio. Vívian en el mismo bloque de viviendas. Antonio se había quedado con el piso mientras Ana habitaba el chalet que tenían en una urbanización privada. Antonio vivía en el quinto piso mientras Julia vivía en el tercero con sus padres.

Esos días los padres de Julia habían ido al pueblo donde tenían una segunda residencia y ella se había quedado en casa hasta coger las vacaciones. Mientras iría los fines de semana también. En la barra hablaron de todo, estaban serenos los dos. En un momento dado Antonio cogió la mano de la chica en un acto reflejo sin saber que sucedería pero tampoco como una prueba de la reacción de ella pero Julia no la quitó. En eso él la dio un pico que ella aceptó. Él la condujo a un lugar más discreto, a salvo de las miradas indiscretas de sus compañeros de trabajo.

Allí contra la pared la besó apasionadamente mientras le susurraba alternativamente palabras tiernas mezcladas con auténticas obscenidades. Julia no se arredraba y con la mano buscaba su polla y la dibujaba por encima del pantalón. Ella miró el reloj y dijo que era tarde. Era la una, quería madrugar para ir al pueblo. Raquel pasaría ese fin de semana con su novio. Julia se despidió de sus compañeros y de Antonio. Llevaba un gran calentón pero no quería quedarse porque aunque el pueblo estaba a aproximadamente media hora quería ir pronto por la mañana. No había prometido nada a sus padres pero quería llegar pronto.

Antonio decidió que esa noche intentaría follarsela y el camino lo había iniciado adecuadamente. Fue detrás de ella y la alcanzó en el portal. La volvió a besar al entrar donde nadie les podía ver pero ella le pidió que allí no. No quería arriesgar y ser pillada por los vecinos.

Entraron en el ascensor. Allí ella le preguntó a que planta. Lo hizo como con recochineo y él dijo que a la quinta y como ella iba a la tercera marcó ésta que era la más cercana. Justo cuando se giró para apretar el botón él se acercó a ella y mordió su cuello en la unión con su hombro. El lugar, absolutamente discreto. La hora y su atracción hizo que ella bajase todas sus defensas y se dejase hacer correspondiendo con la mano buscando la polla por encima de los pantalones de él para hacerle ver que estaba dispuesta a ser follada. El con su cuerpo la empujó contra la pared, con certeros movimientos abrió su blusa y acarició sus pechos para seguido apretarlos como si fueran dos trofeos. Seguidó con una mano separó la cintura de los pantalones de su piel y metió esta buscando su húmedo coño para acariciar su palpitante y caliente tesoro.

Se besaban apasionadamente. Cuando Antonio creyó tenerla absolutamente dispuesta bajó sus pantalones de un solo golpe, casi los rompe, separó el tangay se acercó. Ella notó la recia verga, no muy larga pero si bastante gruesa, cerca de su culo, pensó que ésta se desviaría hacia abajo para buscar su vulva pero, al contrario quiso entrar en su puerta trasera.

Con esa herramienta me vas a romper, ten cuidado por favor..--- Pidió encarecidamente la chica.

Antonio con su dedo la pidió que se callase y selló éste silencio con un apasionado beso. Con cuidado empujó y éste pequeño pero convencido empujón hizo que el glande como una gran cereza entrase en su culo para quedarse allí. Luego siguió masturbándola hasta que Julia no pensaba ya lo que tenía dentro de su ano y Antonio aprovechó para levantar los brazos sujetándola las manos por encima de la cabeza y con un perfecto movimiento pélvico terminar de penetrarla.

La apariencia de ella, de niña bien, recatada, ahora parecía tras el estremecedor gemido y grito ahogado en la mano de su enculador desdibujada y rota por la mezcla de dolor y placer. Completamente entregada a su empalador particular dejó que él siguiera masturbándola y sodomizandola hasta que sin casi darse cuenta estalló en un orgasmo que fue primero como una rápida subida a la cima para luego un pseudo desmayo en los brazos de su amante. Antonio no aguantó más y eyaculó tras sacarla y correrse sobre las nalgas de la chica cayendo parte en el tanga y pantalón de Julia.

Se vistió por si algún vecino pedía el ascensor lo mismo que Antonio. Fueron a casa del hombre donde se ducharon juntos y quedaron en seguir hablando para volver a follar. Pero Julia cometió un pequeño error y consistió en dejarse un anillo en el baño cuando se lavó las manos.

Llamaron a la puerta. Julia se había ido hacia dos horas y Antonio había aprovechado para dar una cabezadita y se levantó para ir a abrir. Todavía estaba con una sonrisa en la boca por el polvo con Julia.

Abrió y era Raquel, su hija. Entró, la dio dos besos y fueron a la cocina donde Antonio preparaba la comida. Pusieron la mesa. Raquel fue a lavarse las manos. Había aprendido ese hábito de niña y no lo había perdido ni ahora que ya tenía 25. Cuando se estaba aclarando las manos vió la pulsera de Julia, la reconocería entre todas porque se la había regalado ella. Qué pintaba allí. Hacía un par de años, por lo menos, que Julia no iba a aquella casa con ella salvo que…… entonces sintió que la sangre se le iba a la cara.

Fue como un torbellino donde su padre y se la tiró a la cara.

Cerdo, te has follado a mi amiga, como has podido hacerlo si es mi amiga y le sacas más de 20 años…

Para, deja que te explique. Ella es mayor de edad, yo también, ha surgido solo eso…

Eres, Eres………. Un cerdo.

Raquel cogió su cazadora y dando un portazo se fue con las lágrimas empezando a caer por sus mejillas mientras en el teléfono marcaba el número de su amiga.

Hola, Raquel---- saludó Julia.

Serás zorra, te has tirado a mi padre.----- acusó Raquel despechada por lo que creía traición  de su amiga.

Perdona, te lo iba a contar pero no ha dado tiempo, ha sido ésta noche pasada--- respondió Julia.

Raquel iba a insultarla pero estaba tan rota que colgó directamente. Condujo hasta su casa. Abrió y fue dando portazos hasta su cama donde se tumbó a llorar. Ana, su madre acudió al dormitorio de su hija y se sentó en la cama junto a ella.

¿qué ha pasado?--- Preguntó alarmada.

No te lo vas a creer, pero Papá se ha follado a Julia.

¿quéeeeee?---- respondió haciéndose la escandalizada Ana.

Por otra parte, veía que la chica no era una mosquita muerta ya que eso le convenía porque tenía que pedirle consejo sobre algo que podía deteriorar su relación con su hija y a la vez quería tentarla.

A ver Raquel, tu amiga es mayor, ya tiene como tú, 25 años y tu padre no está conmigo así que pueden follar si lo desean. Sobre la diferencia de edad para mí no hay ningún motivo de montar éste escandalo. Si lo que te preocupa, es que Julia no te lo haya contado, creo que no ha tenido tiempo y aparte ó es que estás celosa?.

No estoy celosa, ya sabes que Julia y yo hemos follado sólo como diversión.

Pues, perdónala y deja que haga lo que desee y aparte tu padre también es libre.

Lo haré, dejaré de hablarla todo el fin de semana y el lunes la llamaré para que me perdone.

Así me gusta, esa es mi chica---- respondió Ana.

Pero ella tenía que hablar con Julia para a ver cómo le contaba a su hija lo de Nerea, a poder ser, que lo hiciera Julia ó si lo hacía ella tenía que ser cuando volviera a hablarse con Raquel. Cogió el móvil y llamó a la chica y concertó una cita en el bar donde trabajaba su sumisa Marta.

A las seis en punto, allí estaba ella, tomándose un café mientras esperaba a Julia. Marta se acercó con la cuenta y Ana aprovechó para indicarla que cuando viniera Julia les sirviera y si cuando volviera a pedir la cuenta dejaba una moneda de un euro encima del ticket de su café Marta a las siete que era cuando terminaba el turno debía adelantarse e ir a casa de Ana(tenía llave y Raquel a esa hora estaría en casa de su novio) ir a la habitación que se escondía tras la pared del txoko y que se abría manipulando un escondido interruptor en el armario. Allí se vestiría con su túnica y esperaría la llegada de Ana y Julia.

Allí venía Julia, elegante como una niña bien pero con la información que ella tenía no le hacía ascos a una buena polla ni a un buen coño. Julia la dio dos besos y se sentó. Pidió un botellín de agua.

Tu mandas---- empezó Julia.

Jijijijiji, nunca mejor dicho, perdona son cosas mias jijij. Bueno, a ver te he llamado por dos motivos:

1)Qué te ha pasado con Raquel?

Pues que anoche me fui de fiesta con los compañeros de curro y me encontré con tu ex, Antonio. Nos liamos en el pub, me despedí de él pero nos volvimos a encontrar en el ascensor y me dio por culo, luego subimos a su casa y nos duchamos juntos y me debí dejar la pulsera que ha encontrado Raquel y no me ha dado tiempo a contárselo todo antes que se diera cuenta.

Algo me ha contado pero sé que te va a perdonar, sólo te va a hacer rabiar un poco el fin de semana y el lunes te llamará.

Pues me has quitado un peso de encima la verdad-- respondió Julia.

Ahora la segunda cosa, ésta ha surgido por el rebote que se ha pillado Raquel por follarte  a Antonio, yo alguna vez me he follado a Nerea, más bien la he sometido. Cierra la boca, luego te explicaré que es. Pues sí, alguna vez me follo a vuestra amiga la que os inició en tener sexo con otras chicas. Esto que te voy a contar tú no lo sabes pero si Raquel pero a mi me gusta el BDSM, me gusta desde antes de separarme de Antonio y no influyó en nada en nuestra separación, más bien la aplazó varias veces. Sabes lo que es el BDSM?.---- preguntó Ana.

Sí, por lo menos su representación física ya que aunque veo poco porno, entre lo poco que veo es una de las categorías que suelo ver.

Te confesaré una cosa Julia, hasta hace unos meses te veía exclusivamente como una amiga de mi hija pero cuando me confesó que había tenido sexo contigo y con Nerea empecé a verte como mujer y viendo que me encanta el BDSM y en ese mundo soy Dominante, bastante experimentada, me propuse intentar que probaras éste mundillo y que lo probaras como sumisa pero no me había atrevido a llamarte para invitarte a ello y hoy con el enfado de Raquel he tenido la excusa perfecta. Qué opinas de ser mi sumisa?

La verdad es que me has pillado de improviso, hace tiempo que cada vez que follo me gusta siempre adoptar posturas en que soy sometida. Antes cabalgaba, ahora a veces me gusta pero me gusta más que me estiren del pelo, me insulten y me inmovilicen.---- respondió Julia.

El BDSM es algo más, es una forma de relacionarse y de sentir, ó más bien esa es mi forma de verlo. Ahora mismo tengo un sumiso y una sumisa y me gustaría que tu completaras el cuadro. Pero te pondré una condición, si aceptas serás completamente mía. Decidiré con quien follas, todo. Como amiga de mi hija te cuidaré como lo más preciado, de hecho, te tengo mucho cariño. Pero serás mía. Si aceptas, te enseñaré protocolo para saber comportarte con otros Amos y Amas y todo lo que debe saber una buena sumisa y ahora viene el momento clave. Si decides entregarte quédate sentada mientras pido la cuenta y si no, levántate y vete a casa. Si te entregas puedes seguir follado con Antonio.

Julia le miró con cara de por una parte rebeldía, pero por otra de suma excitación y no se movió de la silla. Ana pidió la cuenta y puso la moneda de un euro como había indicado. Lo recogió otro camarero porque Marta se quitó la ropa de trabajo y se vistió de calle caminando hasta la casa de su AMA.

Cuando Marta llegó, se desnudó por completo. Era de estatura menuda, bien torneada, pelo largo, a pesar de su edad sobre los 25 aparentaba alguno menos. Pechos pequeños rematados en unos también reducidos pezones. Un culito acorde con su tamaño, pero alto y redondeado. Se colocó la túnica, atada con dos presillas en los hombros, uno en el esternón y sujetado por un cordón en la cintura. No llevaba braguitas ya que sus agujeros siempre debían estar expuestos.

Hizo una llamada perdida a su Ama y ésta dio por concluida la charla con Julia y caminaron hacia la casa de la Dómina. Julia por indicación de Ana caminaba un paso por detrás. Llegaron al chalet y entraron. Por el jardín se introdujeron a la casa y bajaron al sótano y de allí entraron al txoko donde Ana fue hasta el armario del fondo y acariciando la madera pulsó un botón y el armario se deslizó a un lado y les dejó ver el otro lado del sótano que era enorme y que Ana había dedicado para sus “aficiones”.

Salió a recibirlas una chica que a Julia le pareció muy atractiva. Era Marta.

Julia, te presento: Esta es mi sumisa Marta. Lo primero que va a ocurrir es que tú te vas a desnudar siguiendo las instrucciones de ella. Luego ella te dirá dónde colocarte y allí observarás toda la sesión y lo que juegue con ella. Entonces llegará un punto culminante y es que si no te gusta y te asusta te irás y, por supuesto, no podrás decir lo que has visto pero si te quedas te será aplicado algo de esas prácticas. Siempre tendrás una palabra para parar la sesión. En tu caso, la palabra será tu nombre y si tienes la boca tapada golpearás dos veces con tu mano o con tu pie si tienes está inmovilizada.

Marta zorra, coloca la silla wc en mitad del sumidero y prepárala para juegos eléctricos tanto violet como todo tipo de electrodos.

Marta obedeció y luego se situó al lado de Julia y la indicó como debía desnudarse y situarse. Julia se fue desnudando, de altura algo mayor que Marta, también sus pechos eran reducidos y pezones pequeños y al igual que la otra chica su culo era elevado y bien redondo. En cambio, su sexo algo más velludo, pero bien recortado. Marta la condujo a una silla donde ató sus muñecas con dos muñequeras de acero y sus tobillos igual con lo que quedaba completamente inmovilizada ya que su cuello quedaba atrapado con un gran collar de acero.

Marta metió una bala vibradora en el bote de lubricante y lo introdujo en la vagina de Julia que al estar sentada no se salía y el mando se lo dio a Ana. Ana se retiró un rato para seguido volver vestida con un precioso corsé negro y unos pantalones de cuero negro pegados a sus piernas. Asimismo, llevaba unos zapatos de tacones, unos tacones metálicos muy finos.

El mando le molestaba a Ana con lo que tocó una campanilla y de repente se abrió la puerta. Marta estaba ya inmovilizada con todos los electrodos puestos y cuando vió entrar a la persona que entró se le puso una cara mezcla de miedo y excitación salvaje. Por lo que vió Julia era un hombre de aproximadamente 1,90 musculado a tope y con una polla que abultaba los pantalones de manera brutal. Él recogió el mando y se acercó a Julia.

Ana cogió una barra violeta y se la acercaba a Marta a los pezones y a varias partes de su cuerpo jugando con ello para luego colocar unas pinzas de automóvil y encender el TENS. Las colocó en los dos pezones. Julia pronto entendió el por qué de la colocación de la silla de Marta en el sumidero, porque cuando llevaban diez minutos y tras darle Ana varias veces a beber agua Marta empezó a orinarse encima. En la silla estaba completamente desnuda. Cuando Ana acercaba la barra violeta al clítoris la sumisa gemía.

En el otro lado el hombre se había sacado la polla de los pantalones y se la había metido a Julia en la boca hasta el fondo de la garganta. Julia se la empezó a mamar ó más bien adaptar su boca a las embestidas del Amo. Ahora Ana dejó descansar a Marta soltándola y volvió a llamar por teléfono a alguien y apareció un sumiso, sin vello en todo el cuerpo, fibrado, pero sin muscular demasiado, más bien un tirillas con un bonito culo. Entonces el Amo se dirigió a él y la llevó a una mesa donde empujó su cabeza contra la mesa. Inmovilizó al chico de muñecas y tobillos. Luego se situó detrás y lo fue penetrando lentamente pero sin compasión. Julia fue soltada por Marta que la besaba y acariciaba mientras observaban el espectáculo. Marta se volvió a vestir pero en seguida vino Ana que la llevó al centro de la sala y cogió con una vara unas argollas que colgaban del techo y ató las manos de la chica y las elevó hasta que Marta se quedó completamente de puntillas. Escogió una fusta, una vara, una caña, un flogger y un látigo largo. Comenzó separándose y con el látigo largo muy lentamente fue azotando las nalgas de la chica que no podía chillar porque tenía un bocado en la boca. Luego fue dando cinco azotes con cada instrumento hasta que estuvo bien roja.

Ana entonces la liberó y la inmovilizó a una mesa igual que estaba el chico. En el otro lado el Amo acariciaba la polla del chico mientras lo follaba hasta que no pudo más y se corrió llenándolo de semen. Se separó y fue a lavarse para luego atar igual que estaba Marta a Julia. Ana y el Amo se colocaron tras las dos chicas. Primero el Amo fue penetrando a Marta que sentía un inmenso escozor en sus nalgas porque mientras la penetraban vertían en sus nalgas vinagre sobre las marcas. Costaba sodomizarla, pero al final lo logró. Por su parte, Ana empezó a penetrar por el coño a Julia y se inclinó sobre ella para susurrarle al oído lo que estaba disfrutando con follarla y lo zorra que era. Julia no paraba de gemir de lo que estaba gozando de las embestidas. Ana con la mano desnuda mientras la follaba la azotaba hasta que Julia de la excitación de la situación se corrió. Ana la cogió del pelo y la soltó y la llevó hasta una silla. Se sentó y la hizo que la comiera el coño hasta que Ana tuvo un delicioso orgasmo. Luego Julia se sentó al lado de Ana y miraron como el Amo se follaba a Marta. La diferencia de envergadura era tan grande que a Julia la escena la excitó que empezó a tocarse y Ana tuvo que pellizcarla los pezones para que parase. Por fin, el Amo se la sacó y eyaculó sobre el culo y la espalda de la chica.

Ahora viene la pregunta clave, quieres repetir y pertenecerme? ----- preguntó Ana a Julia.

Sin dudarlo, absolutamente suya Señora.

Pues, en dos semanas firmarás el contrato----- comentó Ana.