Tragedia Regia (2)

Mi hijita se acerca a su mamá y le dice que le huele la boca raro, a pipí. Se arma la bronca y le saco la verdad. Cuántas cosas, qué bruta! Qué puta!

Les mando mi segundo relato. Como quedé con uds ahora les comentaré como empezó mi tragedia y como ha continuado a través de poco mas de tres años.

Cuando mejor estábamos Lupe y yo con nuestros hijos, apareció en el periodico local un anuncio solicitando promotores de afores. Ella sabía por algunas de sus amigas y vecinas que allí se ganaba buen dinero con algo de esfuerzo y que además se podían acomodar a sus horarios. Después de mucha insistencia y pleitos la dejé empezar con muchas condiciones de mi parte. Condiciones que desde luego, solo se cumplieron los primeros días de trabajo.

El primer problema que tuvimos fue por el bendito uniforme de trabajo. Se trataba de una falda oscura y una camisa blanca con saco oscuro, también. Se lo puso tal cual, es decir como venía sin ajustes, pero después de unas semanas se lo llevó a la costurera y le ordenó que se lo modificara completamente. A las faldas les subió la bastilla como cinco dedos por encima de las rodillas y les agarró a los costados para que le quedaran más apretadas. A las blusas les agarró con pincillas a la espalda, igual a los sacos. Desde luego eso a mí no me gustó nadita. Con esas faldas, con tacones y con medias casi siempre negras, no me gustaba que anduviera en la calle, en su oficina o en las empresas que visitaba y visita. Se veía muy bien, no lo puedo negar, pero sentada no habia modo de que la falda no le llegara hasta media pierna. Y si se quitaba el saco, se le veían perfectamente los pechos en la blusa tan justa y con los botones superiores desabrochados, imagínense. Además se empezó a pintar mucho, y se compró muchos maquillajes de los buenos, lapices labiales, sombras para ojos, etc.

Total que discutíamos siempre que se iba o por las tardes cuando llegaba. Ella solo me respondia que esa era una estrategia de ventas que muchas, mas feas que ella, ponían en practica para hacer mas clientes y que les iba muy bien y que no me preocupara , que al contrario la apoyara porque le estaba yendo muy bien en las afiliaciones. No muy convencido la dejaba y ya no le decía nada por el uniforme, solo que tuviera cuidado, que no le fueran a faltar al respeto.

A los dos meses se empezaron a ver los resultados de su trabajo. Ya ganaba mas que yo, el triple y hasta mas en algunas quincenas. Compraba muchas cosas para la casa, para los niños y para nosotros. Siempre andabamos estrenando algo, ropa, zapatos, relojes, joyas, etc., gastábamos mucho dinero en diversiones y parques con nuestros hijos.

Pero también empezó mi tragedia. Como a los seis meses ya llegaba demasiado tarde a la casa, como a las 12 de la noche casi todos los dias, incluso los sabados y domingos iba a trabajar. Al preguntarle por que llegaba tan tarde solo me respondia que asi era el trabajo, que no habia horario y que los fines de semana tambien habia mucho trabajo para ellos. Desde luego nuestras discusiones estaban a la orden del dia. Por las mañanas peleábamos porque se maquillaba a veces muy exageradamente o por las faldas, como que unas le quedaban mucho mas cortas que otras, no sé porqué a lo mejor ella misma les subía más de lo que ya estaban o eran mis nervios, y por las noches por lo tarde que llegaba. Nuestra relación era un desastre de lo tensa que estaba, según yo. Lo que me esperaba. Ni me lo imaginaba.

Precisamente un sabado por la noche que llegó de la calle, se sentó en la mesa del comedor a descansar, decía que venia muy cansada. La niña, Armandina, se le acerco y ella se la subio a la piernas a acariciarla. Mi hija se le acercó a la cara y la beso en la mejilla y Lupe le hizo cosquillas y se rieron con las caras muy pegadas, de repente la niña le dijo que olía muy chistoso, cuando ella le preguntó que cómo chistoso mi hija le respondió que le olía la boca a pipí, a orín vaya. Ella se puso de todos colores y muy nerviosa se bajo a Armandina y le dijo que estaba loca. Ya sabrán. Les dije a nuestros hijitos que se fueran a su cuarto y me le acerqué, la levante con violencia de la silla y la agarré de la cara para olerle la boca. Pos sí, le olía no chistoso, le olía a verga. La aventé con fuerza y le arrimé una cachetada que la puso encima de la mesa y preguntándole qué significaba eso, que ya ni la chingaba, que qué andaba haciendo y que no me quisiera ver la cara de pendejo como siempre.

Se quedó sobre la mesa llorando, sin contestarme. Me le fui encima y la agarré de las greñas para seguirla madreando, pero me agarró de la camisa tambien con fuerza rompiendola y me amenazó con que si le volvía a pegar me metía al bote. Los niños salieron de su cuarto asustados a ver lo que pasaba y ella les gritó que le llamaran a la patrulla. Ellos mas se asustaron y yo la solté y me fui a calmarlos. Ella, al contrario, me dijo delante de ellos que sí era cierto que andaba con otro, que qué esperaba si yo no era hombre para darle lo que necesitaba en la cama y en la vida. Yo le dije que se calmara por ellos, que se esperara a que los niños se durmieran, pero ella me dijo que mejor se dieran cuenta del padre que tenían. Se puso bien loca, bien encolerizada gritando bastantes maldiciones. Yo agarré a los niños y me los llevé a su cuarto a acostarlos. Me hicieron muchas preguntas y yo nada les supe responder. Me hicieron prometerles que ya no le volveria pegar a su mamá y se quedaron mas tranquilos.

Yo me fui con ella a nuestro cuarto y estaba encerrada con llave. Le toque mucho la puerta hasta que me abrió después de asegurarle que ibamos a hablar bien y sin gritos. Yo le dije que yo era el que no queria asustar a los niños, que ella tambien se controlara.

Por fin me abrió y nos pusimos a hablar bien. Lo primero que le pregunte fue lo del otro con el que andaba. Me respondio que si era cierto, que actuara como yo mejor quisiera. Yo le pregunte que quien era y me dijo que nada mas me diría, que si queria nos divorciábamos cuanto antes y ya. Que no tenia por que darme detalles si ya no ibamos a estar juntos. Ahí me venció, me rajé gacho, nunca pensé en divorcio ni nada de eso. Se lo dije llorando, la queria y la quiero todavía demasiado. Antepuse a nuestros hijos, tan pequeños para soportar un divorcio, y ella me dijo friamente que por ellos no me preocupara, que todos los dias se divorciaba la gente y a los niños no le pasaba nada. Le dije que la amaba y que no la queria perder, que me explicara lo que pasaba y yo veria la forma de perdonarla, que a lo mejor era algo pasajero y ella podria cambiar otra vez y vivir todos en paz.

Sin mas me respondio que ni lo esperara, que ella ya no estaba dispuesta a seguir teniendo privaciones en la cama conmigo, que yo no la llenaba, que sí me queria mucho pero no era lo que ella necesitaba sexualmente hablando. Casi me muero de la pena por lo que me dijo, senti bien feo, pero a la vez me gustó eso de que a pesar de todo, me quería mucho. Hablamos mucho del tema. Ya mas calmados le dije que me dijera todo lo que yo queria saber. Que no tuviera pena. Me respondio que no era pena lo que sentia sino miedo que la fuera a golpear otra vez. Le prometí que no le volvería a pegar nunca, por nuestros hijos, que me platicara todo, total yo no me queria divorciar de ella nunca. Me dijo que si asi era, que estaria mejor, porque aunque no se lo creyera ella sentia muy feo andarme engañando y asi pos ya yo sabia a lo que le tiraba con ella verdad.

Me dijo que como marido y padre de sus hijos era el mejor del mundo, pero que comprendiera que como amante era por demás, que ella necesitaba mas cosas, que me acordara como terminaba yo bien rapido cuando lo haciamos y ella quedaba muy a medias. Le respondi que era que ella se ponia a veces muy excitada y me ganaba en la cama, que a lo mejor si lo haciamos mas calmados si le quedaria mejor. Me escuchó todo lo que le decia, para que digo que no. Pero al terminar me respondio que no, que lo que pasaba es que ella asi era, que asi lo hacia de fuerte, que comprendiera, que ella ya habia hecho la lucha por hacerlo como yo le decia, calmados que me acordara, pero que no, que no era posible, que no llenaba. Que le daba vergüenza decirme lo que me iba a decir, pero que era cosa de tamaños, de madidas, que por favor no la hiciera decirme mas cosas, que sentia feo.

Le pregunte si se referia al tamaño del pene verdad y no me queria responder. Le dije que no me viera como esposo, que me viera como si fuera una de sus amigas y se soltara el chongo conmigo, que me tuviera confianza. Me dijo que como amigo tampoco tenia nada que reclamarme, que yo era el mejor amigo que hubiera tenido, que todas sus amigas alguna vez le habian fallado pero que yo nunca, que yo siempre he estado cerca cuando me ha necesitado y nunca le he fallado. Con eso se me salieron las lagrimas y como que ella se enterneció y me abrazó diciéndome que por eso no me queria decir nada porque iba a dolerme mucho. Me calmé y le dije que me contara todo sin ocultarme nada, que yo iba a aguantar vara.

Le pregunté por el bato ese con el que anda y me respondió que es un gerente de una de las empresas que visita, que tiene con él menos de dos meses. Le pregunté si era el primero con el que andaba después de casarnos y me dijo que no, que ya eran varios. Que primero siguió con el gerente de las tiendas donde trabajaba, con el que llego en el carro negro a aquella posada del trabajo, aquella noche que la fui a buscar, después que se alivió de su primer embarazo. Le pregunté de volada por mi hijo, que si ese era el padre y me dijo que sinceramente no sabía, que después de haber estado con ambos, o sea con él y conmigo en ese mismo tiempo, le vino la regla. Que lo dejó de ver y siguió solo cogiendo conmigo y luego otra vez ya no le bajó. Que nuestro hijo se parecia mucho a mí, que si no me había fijado. Que ella pensaba que era mío, pero no lo pudo asegurar. Yo por mi parte con eso tenía, siempre lo he visto como hijo mío, pero no dejaba de tener mis dudas. Ahora la duda desapareció por completo. Es mío y ya.

Le pregunté que si ella lo había buscado, al gerente de aquella tienda, y me dijo que no. Que él una vez, la llamó por teléfono para invitarla a comer un día de estos, que ella le dijo que no y él siguió insistiéndole. Que un día que yo fui a Saltillo a un viaje de dos días, ella le habló y le aceptó la invitación. Que ella le llevó al niño a su mamá para encargárselo y se fue con él a comer. Que nuestro hijo tenía como un año y dos meses, que me acordara como ella había hecho lo posible por tener buenas relaciones sexuales conmigo pero que no quedaba llena, que siempre andaba urgida.

Que comieron y cuando se subieron a su coche él la jaló y la quiso besar, pero ella todavía tenía dudas. Que él lo volvió a intentar y ella ya no opuso resistencia y se besaron en el carro. Que ella andaba muy necesitada y le correspondió al beso acordándose de cuando salían, cuando ella trabajaba en la tienda del centro.

Que él tambien era casado, pero desde hacía mucho mas tiempo. Que es mucho mas mayor que ella, que por entonces tenía como 40 años, pero que estaba muy bueno todavía. Que de ahí se fueron a un motel y que lo hicieron toda la tarde, que incluso le habló a su mamá del celular de él y que le dijo que iba hasta mañana por el niño, porque ya se le había hecho muy tarde. Su mamá algo enojada le colgó pero a ella no le importó, que traía muchas ganas. Hija de tu puta madre, pensaba yo, pero sin poner mala cara, queria que me siguiera contando. Como podía ser capaz de semejante chingadera.

Le pregunté si lo habían hecho mucho y me dijo que si. Que si me era sincera, lo hicieron toda la noche. Que él se quedaba dormido y de madrugada ella lo despertaba y se le subía encima para que se la metiera otra vez, que estaba bien rico. Le pregunté que rico de dónde, que si de la cosa y me dijo que sí, que la tenía bien grandota y bien gruesa, que le llegaba bien adentro. Puta de mierda, hasta entornaba los ojos cuando se acordaba.

Le pregunté si se la chupaba y me dijo que si, que bastante, que desde que trabajaba en la tienda se la mamaba bastante, que él la enseñó y a ella le gustaba mucho porque la tenía bien buena.

Le pregunté si esa noche de diciembre se había ido con él a coger y me respondió que sí, que desde la tarde que salieron de la tienda se fueron al motel y se la pasaron picando hasta que la llevó al salón donde era la posada. Que traía el pelo mojado porque se bañaron en el motel, que nunca pensó que yo estaría ahí esperándola, que ya me había dicho que no fuera con ella. Que se tuvo que bañar porque traía mecos de él hasta en el pelo.

Chingas a tu madre, pensé, no me aguantaba el coraje pero que mas hacia.

Le pregunté que si ahorita le olía la boca a verga por habérsela chupado al que traía ahora y me dijo que sí. Que anduvieron trabajando todo el día y cuando acabaron, él la quería llevar al motel, pero ya estaba muy cansada. Que él insistía pero ella no aceptó y lo dejó contento con una chupadita. Que tal vez porque andaban trabajando mucho y todo el día, a él le olía y la niña sintió ese olor. Le dije que me echara aliento para olerle y lo hizo y aunque le olía menos sí se sentía el olorcillo.

Le pregunté si le habia sacado la leche con la boca, que si se los había comido, y me dijo que no, que se la masturbó cuando iba a terminar y los echó en un trapo del carro que traía allí, después de ensuciar el interior del carro, porque le salió bastante.

Le pregunté que si este tambien la tenia grande y me dijo que si, que la tenía muy buena. Le dije que me diera detalles de la mamada que le dio y me los dio.

Hay papi, pero no te vayas a enojar, tengo miedo que me sueltes otra cachetada, me dijo, mira cuando acabamos de trabajar, pasamos por un motel y me preguntó que si entrábamos, le dije que no, que me trajera a la casa porque ya era muy tarde, pero en realidad yo estaba muy cansada. Ya no daba más. Insistió y le dije que no. Me dijo que andaba muy caliente, que por andar conmigo todo el dia andaba ya ardiendo. Y es que en el carro, durante el día, no dejaba de meterme la mano por debajo de la falda, agarrándome las piernas y la cosita por encima del calzón. Y yo le acariciaba la cosota por encima del pantalón cada que se podía, nombre andaba bien caliente el cabrón. O nos parábamos debajo de un árbol y nos agasajábamos un rato, bien rico papi, nos cachondeamos mucho y pos ya por la noche, él andaba que le tronaba la cosa. Pobrecillo.

Le dije que al motel no ibamos a ir, pero que si queria se los sacaba para que no se fuera tan caliente, pero que yo ya me quería ir. Buscamos un lugar seguro y nos paramos a cachondear, se la sacó y se la jalé un rato mientras lo besaba y me dejaba agasajar, me sacó las chiches y me las empezó a chupar. Así hubiera terminado, pero como yo también andaba caliente por lo que pasó en el día y además la traía tan parada y rica, no me aguanté y me bajé a mamársela. Nombre papi, la traía bien grande, bien gruesa y rica, además bien mojada, yo creo que por andar conmigo todo el día, la trajo bien parada y se le chorrreaba, verdad mi amor. Cómo ven, hasta papi y mi amor me seguia, y me sigue, diciendo cuando me platica sus hazañas. Y hasta me pregunta por qué se ponen así o asá los hombres. Hija de su pinche madre.

Es que con las agarradas de piernas que te dio, debe haber acabado bien cachondo el guey, le dije queriéndome poner a tono, con sentimientos encontrados dentro de mí, porque me dolía y me duele bastante lo que me confiesa, pero también gozo, de cierta manera algo masoquista con lo que me dice que hace y le hacen.

Si papi, porqué será. Todos se ponen bien locos con mis piernas, las tengo bonitas verdad mi amor. Cuando voy con alguien en su carro, si no es nada mío me las va mirando como bobo, hasta tengo miedo de que choque. Y si sí, o sea si ando con él, me las va tocando y chuleando, papi. Me dijo subiéndose la falda y acariciándoselas ella sola en el colmo de la desfachatez. Pero yo que podía hacer, solo seguirle la corriente y reconocer que me casé con una perfecta putota, qué mas.

Bueno pero sígueme contando, le dije.

Pos nada papi, que se la empiezo a mamar. Nombre mi amor, la cabezota no me cabía en la boca, la tiene bien grande y andaba bien cachondo. Se la mamé un rato, como 10 minutos y se la jalaba para que terminera mas rapido, yo tenía miedo que llegara la policía. Hay papi, qué vergota, la tiene bien rica. De repente se lo hacía más lento porque luego no quería que acabara tan rápido me valía la policía, la tiene deliciosa. Cuando sentía que estiraba las piernas, me subía a su boca a besarlo para que se viniera, pero aguanta bastante, mi amor, me volvía a bajar a seguirle otro ratito hasta que se estiró otra vez y me dijo que ya. Me senté y nos besamos bien fuerte y le daba mis chiches en la boca, mientras se la seguía jalando. Nombre papi, mi manilla apenas se la rodea, la tiene bien gruesa. Se la jalé mucho, ya no me quería bajar, tenía miedo de la poli. Hasta que por fin se vino, ya traía el brazo bien cansado. Agarró un trapillo que traía y se vació en él. Nombre papi, yo voltié para abajo para ver como le salían y nombre papi, parecía una jeringa echando mecos. Bastantes mi amor. En mi mano sentía como presionaban los chorros de leche, pero bastante, mi amor. Hasta salpicó el tablero del carro. Hay papi, ya hasta me dieron ganas, nomás de acordarme.

Pos sufres porque quieres, le dije, aquí está tu viejo. Se me quedó mirando, entre divertida y pensativa. Qué gacho sentí, su cara dibujó una mueca como de poco convencimiento. Feo que sentí, se los juro.

Hay papi. Es que no es que no quiera, te lo juro, pero me vas a dejar peor.

Bueno, sigueme contando. A lo mejor si te sigues acordando de algo te pones mas cachonda y te convenzo, le dije ya al máximo de mi indignidad.

Okey, qué más quieres saber, me dijo con cierto tono entre amigable y descarado.

No sé. Haber, haber, desde que entraste a trabajar aquí en las afores, cuántos llevas.

Tres, respondió. Sin contar este de hoy. Primero fue un compañero promotor, soltero y más joven que yo. Desde que empecé a trabajar alli le eché el ojo. Alto, como veinte centímetros mas que yo y bien fuertote. De 22 años. Empezamos como coqueteando nadamas, pero poco a poco me fui emocionando. Una vez organizaron un torneo de futbolito en el estacionamiento del banco y lo vi en chorts y sin camisa. Nombre papi, bien bueno que esta. Aperlado, peludito del pecho y bien musculoso. Todas nos quedamos babosas con él. Las piernotas bien buenas y las nalgas bien paraditas. Además con el chort se le notaba bastante la cosota, bien rica. Nombre dije, me lo van a querer ganar. Es que nombre papi, las viejas allí son bien putas. Nooo, tú no, pensé yo. Mendiga piruja.

Y cuándo te lo echaste, le pregunté.

Esa misma noche papi, esa misma noche cuando acabaron de jugar, me acerqué y le dije que un cliente me había hablado al celular para decirme que ya me tenía la papelería lista, que si me llevaba por ella a recogerla, que le pagaba la gasolina porque era muy buena afiliación. Se la creyó y nos fuimos en su carro, nadie lo tomó en cuenta, eso es muy común entre compañeros. En el carro me preguntó que a dónde le daba y yo le dije que no era cierto lo del cliente, que le diera a donde quisiera. Sin creérsela del todo, me miró y yo me le acerqué y le di un besito en los labios diciéndole que de veras, que le diera a donde quisiera. Haciéndome la acalorada me alcé la falda hasta la cintura y me quité las medias. Así me las dejé y le agarré la mano libre y me la puse en las piernas. Nervioso pero sin perder el tiempo, me las empezó a acariciar. Me abri de piernas y lo deje meter sus dedos entre ellas y me hice el calzón a un lado para que me agarrara la cosita y sintiera como andaba.

Eres bien aventada, Lupita. Eres una cabrona, le dije casi sin poder aguantar mi enojo.

Si papi, cuando se trata de un bato que me gusta, no me mido. Cuando sentí su dedote que me entraba me recargue en su hombro y le puse la mano en la cosa. Nombre papi, qué vergota. Se la toqué bien grande sobre el chort. Se paró en un alto y le dije que la sentia muy grande, que si era el calzón. Me dijo que no traía, que jugó sin calzón para no sudarlo. Mentiroso le dije, y se la sacó por un lado del chort y me dijo que se la viera, que era de a de veras. Nombre amor, nombre papi, una vergota pero bien grande, como de mas de 20 cms, mas grande que la de aquel, el gerente. Se la vi y se la agerré incrédula. La tiene gordísima y muy dura. Le dije que a dónde ibamos a ir que ya me andaba porque me la diera toda y me dijo que a un autocinema. Bueno le dije, pos dale. Y ahí vamos, mi amor, él metiendome un dedo y yo jalándosela encantada como sentía que le iba creciendo bastante y babeando porque ya lo llevaba bien caliente jalándosela con mi mano izquierda y él metiéndome la mano derecha.

Ah chingas, y cómo metía los cambios. Pregumté.

Era automático el carro, papi. Traía una mano libre siempre. Bueno ni tan libre, la tría bien metida entre TUS piernas, jajaja. Hay no te creas, es broma. No te enojas, verdad amor.

No mi cielo, cómo crees. Le dije, y pensé chingas a tu reputa madre pinche descarada. Y luego qué pasó. Siguele.

Bueno pos llegamos al autocinema y le dije que llegaramos al baño antes porque me andaba haciendo. Me metí al baño y me senté a orinar. Cuando me limpié me traje bastante moquillo, pero bastante papi., una hebrota bien larga. Hay chiquito, pensé, no sabes la que te espera, te voy a exprimir todo. Salí y nos fuimos al fondo. Todavía ni llegábamos cuando yo ya iba encuerada papi, ya sin nada de ropa, solo con calzón y brasier. Nos estacionamos y él me quiso besar, nombre le dije, quitate la ropa ya quiero que me la metas. Se encueró, bueno es un decir porque solo traía el chort y nombre mi amor, que se la voy viendo. Bien buena, bien paradota. Se la agarró y como que se la sacudió y me dijo que si me gustaba. Me encanta le dije, la tienes rica papito. Me metió entre el tablero y el asiento, hincada en el suelo del carro y me hizo que se la chupara. Hay amor, que rica la tiene. Bien joven, sin nada de panza, hasta le sabe a jovencito, pero bien dura y gruesa. Aunque olía a sudor era como de ese sudor limpio, suave y sabroso papi, me entiendes. Se la mamé bastante amor, con ganas. Me sentía muy bien allí, entre sus piernotas chupándosela. Perdoname mi amor, perdoname por favor, pero la tiene bien buena.

Yo estaba mudo. Exageró en los detalles. La opresión que sentía en el pecho y el dolor de cabeza que traía al imaginármela haciendo tantas cochinadas me estaban matando, me sentía mareado. Ella lo notó. Se me quedó mirando en silencio, con cara de lástima, primero, y luego de nada, inexpresiva. Yo ya estaba sentado en el piso del cuarto y ella acostada de lado sobre la cama. Nos mirábamos fijamente a los ojos. Yo quería saber quién era. Con quién me había casado. A quién le había entregado mi corazón, mi alma y mi apellido. Como era posible que existieran mujeres asi tan reputas en el mundo. Desde que éramos novios ya me veía la cara de pendejo. Ahora se abría conmigo. Incluso yo mismo se lo pedí, que me diera detalles, pero exageró de a madre. Sentía mi corazón oprimido. Mi cerebro no daba para mas. No soy un hombre preparado, no soy un hombre culto, soy un hombre enamorado, desde hace 15 años que estoy muy enamorado de esta mujer que ahora me confía que se pone feliz cuando está hincada entre las piernas de otros hombres mamándoles la verga, haciéndoles los honores a esos hijos de su pinche madre. De esta mujer que por las noches después de haber estado jalando y mamando vergas ajenas llega a su casa y besa a sus hijos con esa boca verguienta y les prepara la cena con esas manos llenas de mecos.

CHINGAS A TU PUTA MADRE MIL VECES, SEGURAMENTE IGUAL DE PUTISIMA QUE TÚ, si no de dónde lo heredaste, jija de la chingada.

Al verla así. Explorándome callada lo que estaba pensando, caí a la cuenta de que debía despistarle, disimular mi dolor o ya no iba a querer contarme sus puterías.

Luego qué pasó, síguele, cuéntame.

Hay Rafa, pero mira como te pones.

Pos sí, siento feo, pero ya quedamos no, venga síguele.

Bueno, que conste que tu quieres saber. Pero ya no te pongas triste, entiéndeme por favor.

No, no me pongo triste, te lo prometo. Andale dime lo que pasó después.

Okey. Pos ya se la estuve chupando así, rico un rato y luego cuando vi que la tenía todavía mas grandota y dura me levanté y me le monté en su cosa. Nombre papi, bien gruesa. Se me salió un pedito, te le juro. Nos reímos y le seguimos. Me la metió toda, mi amor, hasta que quedé pegada en su vientre y mis nalgas en sus piernas. La sentía deliciosa, me llegaba bien adentro y la sentía muy firme. Como está bien chiquillo y fuerte se la sentía toda papi, y sin panza y atlético, nombre bien sabroso que lo sentía. Me empecé a azotar encima de él bien recio, hay Diosito sentía que me destripaba mi amor. Me vine como loca y sin dejar de cogérmelo me vine otra vez, y otra, y otra. Me quitó y me puso de ladito en el asiento de enseguida y me la metió por atrás, hasta que descansó bastante adentro de mí.

Por el culo, le pregunté esperando lo peor.

No Rafa, por adelante pero desde atrás.

Y ya te la han metido por la cola?, le pregunte. Ya que más, ye estabamos en eso no.

Hay papi. Para que preguntas cosas que te duelen, mi amor. No te entiendo a veces, te lo juro.

O sea que si te han dado por colonias, mi cielo, respondeme y ya mujer, no me hagas sufrir mas.

Hay amor.

Andale, responde. Si te han dado por ahí, vedad?.

Sí mi amor, si me la han metido por allí. Ya estas contento?

Jesús bendito. Qué más podía saber esa maldita noche?. Era terrible. Era una pesadilla. Pos ni modo a aguantar vara si no ya no me seguiría contando.

Y quién fue el primero que te la metió por el culito, aquel el gerente de la tienda?

Hay Rafa, sigues.

Andale, que tiene de malo. Dimelo.

Pues sí, él fue el primero que me dio por allá.

Y desde entonces, supongo que todos los demás?

No. No todos, pero casi todos. Es que sí me gusta que me lo hagan por allí. Entiéndeme, por favor. Y como ya sé que vas a preguntar. Necesitan tenerla muy buena para que me den ganas de metermela por la colita.

Buena es grande?

Sí papi, buena es grande, y gorda. Me gusta que me lo abra y sentirla como se me va metiendo. Aunque sólo me meten la mitad. No dejo que me metan más. Me da miedo, dicen que hace daño. Que te pueden reventar algo por dentro y ya no quedas bien, quien sabe si será cierto, pero no me quiero arriesgar. Tú cómo ves, será cierto?

Ya me veía yo diciéndole que eran mentiras, para que mañana que vea a su amante le diga que se la meta tocha por el culo. Está pendeja, verdad?

Qué cosas. Echando cuentas, yo si acaso había cogido con ella no mas de unas 150 veces desde que eramos novios y con 12 años de casados, y resulta que ya hasta por el culo le habían dado casi todos sus amantes desde entonces, desde que eramos novios. Chingas a tu madre otra vez.

Pos se me hace que debe hacer daño, por eso le llaman contranatura, no? O sea en contra de la nturaleza. Creo yo.

Hay amor. Ya me asustaste. Ya no me voy a dejar que me la metan por allá. Pero es que me gusta mucho papi, de veras!. Me dijo haciendo pucherillos. Jija de la chingada, qué puta se veía, pero qué linda también.

Pos tú sabes, pero cuídate, no te vayan a lastimar.

No creo, ya me hubieran lastimado, no? algunas cosas de hombre que me han metido, han estado bien grandes Rafa, y no me han hecho nada. Si me duele unos días, pero se me pasa.

Ha vaya, a sea que las de estos tres no han sido las más grandes que has tenido?

Nombre amor, me han tocado más grandes. Pero grandes de a de veras papi. Hay, no sé si platicarte, te lo juro. Bueno ahí te va. Un brasileño que vino a capacitarnos, de veras que la tiene grande no fregaderas. Como de 25 cms y gordísima. Cuando se la vi casi me le rajo, pero ya estábamos ahí, en el hotel donde se hospedó, ya que mas le hacía.

Cuándo fu eso?

Hace como un año. Te acuerdas. Que vinieron varios españoles y ese brasileño a darnos una capacitación. Nos invitaron al loby del hotel a beber algo cuando salimos de la oficina y yo me clavé con él. Cuando todas nos ibamos, él al despedirse de beso, me dijo al oído su numero de cuarto y yo me salí con las compañeras, pero cuando todas se fueron yo me regresé y le fui a tocar la puerta y nos dimos rico y bastante desde como las 9 de la noche. Te acuerdas que llegué como a las 4 de la mañana. Tú te enojaste bastante y yo solo te dije que eran cosas del trabajo y de ahí no me sacaste.

Hasta internacional me saliste, pinche putota!, pensé. Perra maldita y caliente. Chingada madre. Chingada madre.

Y era negro? Le pregunté.

No, es blanco, bueno moreno, pero no es negro. Es así como de tu color, pero alto como de 1.90 y con un vergón que nombre, ese si me hizo ver estrellitas papi, te lo juro. Por delante y por detrás se la sentí bien gigantesca y gordísima, pero me hizo venir riquísimo, haz de cuenta. Bien buenote que está ese brasileño. Todavía cuando habla por telefono de donde esté, porque viaja por todo el mundo, pregunta por mí, que si no ando por ahí y me lo comunican, que porque me quiere saludar. Le tomo la llamada y me empieza a decir bastantes cosas por el telefono, que si sigo estando tan buenota, que si sigo cogiendo tan sabroso, haz de cuenta. Yo le digo que si todavía la tiene tan grande y rica como antes y me dice que más. Tú crees, está bien loco. A veces esta en España y aquí son la 4 pm y allá pos de noche, no?, como las 11 o 12 de la noche y habla y pregunta por mí. Y ahí estamos hablando como media hora, como que él ya esta en el hotel, porque me dice que se la está jalando, que le diga lo que quisiera yo hacer con él. Pues no sé como la traerás, le digo y él me dice que bien parada, que le llega mucho más arriba del ombligo. Papito, te imaginas! Le empiezo a decir que me gustaría comérsela toda, mamarsela y que me los eche en la boca y pararsela otra vez con la boca y subírmele a que me coja por adelante y por atrás. Pos aunque no me lo creas, el pinche brasileño se viene, se está masturbando con lo que le digo. Esta bien loco!

Se han venido en tu boca mami? Pregunté, ni pedo no se me quita lo animal.

Hay Rafa, porqué te gusta mortificarte y mortificarme?

Dime.

Si mi amor, sí se han venido en mi boca, muchas veces y sí, ya sé que lo vas a preguntar, sí me gusta el sabor de los mecos. De algunos mas que de otros, pero en general me encanta la lechita de los batos. Y desde hace años, desde que era tu novia que los empecé a probar, con nuestro gerente de la tienda del centro, con ese. Ha veces me llamaba a su oficina, en horas de trabajo y nos encerrábamos y me hincaba en la alfombra y él sentado en su sillón ejecutivo y yo mama y mama. Hasta que no se venía el cabrón en mi boca, no me dejaba salir de allí. Por qué te gusta maltratarte tanto? No estarás loquito? Haber ven acá. Me dijo mientras me extendía los brazos.

Me deslicé sobre la cama y me recosté en su pecho mientras ella me acariciaba la cabeza y la cara, diciéndome lo feo que sentía al confesarme todo eso. Que bien o mal yo era el padre de sus hijos y le dolía todo esto, pero que sentía también un descargo de conciencia muy grande de ya no estarme engañando a mis espaldas. Incluso me dijo un quedo y según yo sentido: TE AMO, RAFA, mientras me abrazaba fuerte contra su pecho. Y por último me dijo algo que nunca pensé escuchar.

Hay amor, con todo lo que te platiqué ya me calenté mucho. Andale, cómeme, cómeme la cosita, no quieres? Te da asco? Andale, la tengo bien rica, mira, tócala.

Se quitó los calzones, me jaló hacia abajo y se abrió de piernas muy cerca de mi cara, pasándose las manos por allí y abriéndosela para que viera como estaba mojada.

Mira mi amor. Mira papi como la traigo de abierta y jugosa. Andale, come, come que otros se la quieren comer siempre a todas horas. No sé porque papi, a donde quiera que voy siento que los hombres que me ven me la quieren comer. Cometela ya, mi cielo mira como ando, no seas malito. Me la lavo bien todos los días. Andaaale!

Metí allí toda mi cara, me valió madre que tantos y tantos se hubieran vaciado ahí. Se la lamí y se la chupe con amor, con enojo, con furia. Le olía muy fuerte, seguro por las secreciones y el sudor de todo el día, y quién sabe, a la mejor sí se la cogió el bato ese y no solo la hizo que se la chupara, cómo saberlo. Sin embargo, pensando esto se la mamé con más devoción. Quería limpiársela, lavársela, de alguna manera quería dejársela aseada de tanto pecado y promiscuidad. La hice venirse varias veces y volvía a empezar. Quería que le gustara como se la mamaba para que me dejara hacérselo mas seguido. Después me jaló hacia arriba y me desabrochó como maestra los pantalones y me bajó los calzones y ella misma me enterró entre sus piernas. en menos de 5 minutos acabó con migo. Sin dejar que se la sacara me la volvió a para solo con las contracciones de su vagina, impresionante! Y otra vez, ahora en 10 minutitos me exprimió hasta la ultima gota de semen. Le pregunté que si no se embarazaría y me dijo que se estaba inyectando. Que a todos les gustaba venirse dentro de ella, que le decían que era como tocar el cielo con las puntas de los dedos. TODOS tienen razón.

Luego le seguimos, ya les quité mucho tiempo. Ya le entendí a esta cosa, computadora. Todavía hay muchas cosas por contarles y vaya cosas. Ya mejoré mi ortografía, pero todavía me tardo mucho en escribir. Gracias. Atentamente Rafael.