Tradiciones Addams Parte 2 de 4
Morticia le muestra a sus hijos el álbum familiar para comenzar su lección en las profundidades de la lujuria, la lascivia y las más perversas costumbres de los Addams.
Recordar que este relato contiene los nombres según latinoamérica: Gomez es Homero, Purgley es Pericles, Miércoles es Merlina, Cosa es Dedos, Lurch es Largo.
CAPÍTULO 2
Las manecillas del reloj hicieron eco a través de la casa al momento en que los jóvenes Addams caminaron por la escalera y, a través de pasajes secretos, llegaron al profundo, acorazado subterráneo. La enorme puerta que llevaba al calabozo tenía un brillo anaranjado así como la aterradora, sucia y macabra atmósfera del salón. Largo estaba de pie al lado de la puerta cuando llegaron los jóvenes. Lanzó un sonido gutural.
-Hola Largo, ¿Está mi madre adentro? -preguntó Merlina.
-Vengan niños, la lección está a punto de comenzar -la voz de su madre venía de la cámara. Los chicos entraron entonces. Eran muy familiares con todas la bizarras cosas de la mansión, y el calabozo no era la excepción, habiendo jugado ahí muchas veces. Unos pocos candelabros iluminaban la habitación, y un viejo y polvoso sillón estaba al centro, con una pequeña mesa al frente. En ella había un libro de cuero y la mano “Dedos”, el leal compañero de los Addams. En una esquina de la habitación había un pizarrón y una pantalla de proyección. Incluso con velas, las sombras dominaban el lugar.
Morticia se sentó en el sillón y observó a los niños emerger por la puerta. Largo pasó después que ellos y cerró la puerta.
-Bienvenidos mis niños -dijo Morticia, su expresión no revelaba emoción, su voz era fríamente seductora. Llevaba su tradicional largo vestido negro, y en la oscuridad, su pálida y blanca piel casi no se veía -Siéntense y comenzaremos. Largo y Dedos han aceptado ayudarme.
Así lo hicieron. Merlina se sentó a su izquierda y Pericles a la derecha.
-Bien, creo que la mejor forma de empezar es con un poco de historia. Por eso su padre y yo encontramos esto en la biblioteca- Tomó el libro de la mesa, y después de soplar una gran nube de polvo de la cubierta, leyeron el título. “EL LIBRO ADDAMS DE PERVERSIÓN, LUJURIA Y LASCIVIA”. Sus ojos se abrieron con excitación -Este libro contiene generación tras generación de actos sexuales, fetiches, orgías... Aquí hay Addams, Frumps y otras familias tan viejas como la nuestra.
Movió la cubierta, haciendo sonar al libro por su antigüedad. La primera página tenía una ilustración de un bosque donde muchas mujeres estaban en varios estados de desnudez, sus caras con placer, bailando y abrazándose alrededor de una fogata.
-Esto -dijo Morticia bajando lentamente su mano a su entrepierna, sobre el vestido- muestra a algunas de sus más viejas familiares, jovencitas en una villa de Francia. Se cree que fue en algún momento de la Edad Oscura. Se dice que a la luz de la luna encendía el fuego hacia el cielo, se quitaban la ropa y bailaban desnudas en rebeldía, antes de ofrecerse a Lucifer y descender a una orgía sin frenos -su voz estaba llena de orgullo. Los ojos de los niños crecían con excitación como miraban la foto.
Un cosquilleo corrió a través del cuerpo de Merlina. Pericles sintió un movimiento entre sus piernas. Después de un rato, Morticia, que acariciaba suavemente sus partes recorrió muchas páginas antes de llegar a una foto de aceite. Cuando Pericles iba a preguntar sobre lo que hacía su madre, ella se mostró seria.
-Lo que hago ahora es para comprobar su capacidad de autocontrol. Voy a tocarme suavemente sobre mi ropa, y hasta que no les diga, no pueden hacer nada ni conmigo, ni con ustedes, ¿Está claro?
-Sí Madre -respondieron al unísono más excitados que molestos por la orden.
La siguiente página mostraba una mujer desnuda, llevando una camiseta negra. Su cabello negro estaba hecho al estilo del Renacimiento, y su cara estaba rígida. En una mano tenía un látigo y en la otra una cadena atada a dos hombres de rodillas, en un calabozo gótico.
-Aquí -dijo Morticia llevando la mano a una de sus tetas, acariciándola como si no sucediera nada- nos encontramos a la Condesa Úrsula Addams. La historia nos cuenta como tenía legiones de sirvientes masculinos y esclavos que satisfacían su insaciable lujuria hasta que fue colgada en 1602.
Volvió a recorrer las páginas. Movía su mano con un perfecto control, sin dejarse llevar. Los chicos no podían evitar respirar entrecortadamente por el calor que recorría sus cuerpos. Esta vez, Morticia llegó a la ilustración de un chico desnudo sentado en un lujoso sofá, siendo atendido por varias mujeres.
-Mmm, este es uno de mis favoritos -suspiró Morticia, llevándose un dedo a la boca -Ese chico es su tatara, tatara, tatara tío abuelo Horacio Addams. Las mujeres son su madre, tía y hermanas. Lo sedujeron. Lo desnudaron y procedieron a masturbación, felación, y violación por horas hasta que se volvió completamente loco.
-¿Madre?
-¿Sí, Pericles?
-¿Qué es felación? -Morticia sonrió suavemente y buscó en el libro. Entre las muestras históricas había páginas y páginas de notas y definiciones.
-Fornicación... falo... fetiche... ah, felación -Bajo la palabra había una detallada foto de una mujer desnuda de rodillas frente a un hombre con una gran erección. La boca de la mujer estaba totalmente abierta y descendía sobre su pene. Su lengua se extendía sobre la punta, mientras su mano trabajaba en las bolas.
-Guau -dijo Pericles lentamente. Merlina estaba callada pero sus ojos eran enormes, y puso una mano en su boca. Podía sentir sus pezones comenzar a endurecerse, y el cosquilleo recorrer su cuerpo otra vez.
-También se le llama “chupada” -se giró y miró atentamente a su hijo, levantando inquisitivamente una ceja -Bueno Pericles, ¿Cómo supones que se debe sentir?
Pericles no dijo nada, la sangre comenzó a fluir directamente a su ingle.
-Supongo que es suficiente de historia por ahora. Tendremos esto a mano en caso que lo necesitemos de nuevo, pero por ahora creo que nos podemos mover a algo más contemporáneo- Ella cerró el libro y se sentó en la mesa- Ahora, respóndame algo niños. Me vieron tocarme y acariciarme. ¿Ustedes lo han hecho?
Los chicos se estremecieron ante la pregunta.
-¿Masturbarnos?
-Así es mi niño.
-Pues... sí, en la noche, a veces... me toco -respondió colorado el chico, aunque con una sonrisa de calor.
-¿Solo? ¿No te ayuda tu hermana? -le pregunta esta vez la dirigió a Merlina, quien miró directamente a los ojos brillantes de su madre.
-Nunca nos hemos visto así. Yo me toco sola en las noches de luna llena, siento más comodidad cuando la pálida luz hace notar mi entrepierna. Pero nunca lo he hecho cerca de él.
-Bueno, tendrán que acostumbrarse. La familia Addams nunca ha sido reconocida por la individualidad. Quiero que después de lo que pase hoy, se masturben en el mismo lugar, mirándose, y se exciten lo suficiente para llegar a tocarse el uno al otro, como buenos hermanos, ¿Está claro? -preguntó la matriarca con frialdad y seducción.
-Sí Madre.
-¿Largo? Por favor. Y chicos, por ahora no voy a tocarme de nuevo. Quiero que se concentren en esto.
Alejándose del tema, se encendió la pantalla de proyección.
-Gracias, ¿La primera? -Dedos de repente tomó un aparato y apretó un botón. La primera imagen tenía un letrero que decía “Fotos familiares”.
Volvió a apretar el botón. La siguiente decía “Morticia Frump”.
-Estas son de cuando crecí -dijo Morticia con nostalgia, e hizo un gesto a Dedos. La imagen cambió. La primera foto era en blanco y negro y mostraba a una joven Morticia, vestida similar a Merlina, sonriendo seductoramente a la cámara mientras sostenía un largo y delgado cigarro entre sus labios. Una versión joven de la Abuela estaba cerca de ella y miraba con orgullo -Mi cumpleaños número 13. Fue mi primer cigarro. Mamá y Papá estaban tan orgullosos.
En la siguiente foto, Morticia estaba al lado de su madre, quien la miraba con excitación, mientras Morticia tenía en su mano un largo y decorado consolador.
-Mamá me lo pasó cuando cumplí 13. Fue hecho a mano hace casi un siglo por un chamán de la costa india. Estaba adornado con hechizos y encantamientos oscuros, y escenas de placer sexual. Mamá me dijo que estaba maldito, que le daba a cualquier mujer el más inspirador orgasmo de su vida, pero solo una vez y que nunca llegaría a tal punto otra vez.
-¿Lo usas a menudo madre? -preguntó Merlina. Morticia cerró sus ojos con añoranza. El color apareció en sus mejillas fantasmales. Se movió en su asiento cuando llegó el recuerdo. Pasó un momento y miró a su hija.
-Oh... sí querida, pero esa es historia para después. Ahora, la próxima -La siguiente mostraba a Morticia, tal vez un año después. Aún vestida igual, sentada en una silla mecedora en lo que podría haber sido una cocina. El vestido estaba a la altura de la rodilla mostrando sus muslos. Sostenía una botella vacía de vino entre sus piernas, y un cable salía de debajo del vestido llegando a su boca -Aquí estoy en la cocina familiar haciendo un favorito de los Frump, el “Vino dell’urina”. Mamá y yo tomábamos turnos. Una vez cuando teníamos una fiesta, nos tomó a ambas tres días enteros para hacer suficiente para todos los invitados. Mamás insistía en que fuera pura.
-¿Cómo sabe? -preguntó Pericles con curiosidad.
-Agrio, picante e tóxico -ella sonrió y lo miró -Aunque, es mejor cuando viene directo de la fuente. Si quieres, podemos hacer algo alguna vez.
Los dos niños se miraron con excitación.
-Excelente, ahora la siguiente por favor -las imágenes pasaban y pasaban, mostrando a Morticia creciendo, a Lucas y Homero pasando de niños a hombres, entre otras cosas. Las imágenes entregaban más y más excitación en los jóvenes. Si había alguna inseguridad antes, se había ido. Querían comenzar más que nada. El suspenso era terrible. Merlina tenía la sensación de que su madre sabía de esos cosquilleos en su cuerpo, y Pericles estaba deliberadamente expresándolo tratando de aliviar la tensión. Era casi una tortura. Merlina amaba eso. EL proyector se apagó.
-¿Encontraron esto interesante, niños?
-Sí madre, mucho -respondió Merlina.
-¿En serio? ¿Y tú Pericles?
-¡Sí! En serio quiero probar ese... ¿Vino de-um?
-Jeh, Vino dell’urina, querido. Y te prometo que lo probarás pronto. Por mientras quiero que ambos se paren- Los tres lo hicieron, y Pericles miró hacia abajo, el bulto que se formaba en su ingle. Morticia vio esto.
-Mi Pericles, parece que ponías atención - sonrió -¿Una pequeña erección, cierto?
Pericles sonrió y la miró lentamente.
-Sí Madre.
-Bien, tienes toda la razón para estar excitado justo cuando vamos a tener más diversión. Ahora, síganme ambos.