Trabajo por amor
"No siempre nuestras decisiones suelen ser las correctas" Este es un relato que empece hace un tiempo atrás, pero aprovechado la cuarentena, pues lo he terminado, espero les guste.
El frente frio que caracteriza el mes de diciembre se hacía sentir con mayor intensidad que años anteriores en el hotel donde Sophie trabaja desde hace cinco años, y gracias a su excelente desempeño este sería su segundo año como chef de cocina.
Ya faltan pocos días para que el año llegue a su fin, y por su cargo debe tener todo listo para la celebración de fin de año, y las antesalas de fin de año que se realizan en el hotel, así que debe estar pendiente de entradas, platos fuertes, postres, bebidas, en fin de todo lo relacionado a lo que los invitados comerán y queden satisfechos deseando regresar, el hotel no solo era uno de los mejores de la zona costera pos su gran capacidad y ubicación sino también por los diferentes platillos que se degustan en su restaurante, y eso a incrementado desde que Sophie esta a cargo de ello, pues es especialista en lo que hace.
Carlos:
Señores les he mandado a reunir porque debo darles unas instrucciones –Carlos es el gerente general y dueño del hotel- este año ha habido un cambio para nuestra celebración de fin de año y es que la familia Evora realizo este día la reservación del 100% del hotel
Sophie:
¿Este día? Pero Carlos eso nunca lo hemos hecho, el hotel tiene de 3 a 5 fiestas diferentes
Carlos:
Si Sophie, pero esta vez es diferente, tú ya no tendrás que encargarte de 5 platillos fuertes diferentes, sino de uno solo todo lo demás si va seguir igual ya que las bebidas postres y demás debe haber en variedad.
Sophie:
¿Y qué menú escogieron los Evora?
Carlos:
Ahí viene la otra diferencia, tu organizaras todo, pero Montserrat será quien te supervise y de las instrucciones del menú
Sophie:
¿Qué Montserrat?
Carlos:
Montserrat Evora, la hija de nuestros clientes
Sophie:
¡ah! ¿O sea que a mi alguien me va estar diciendo que hacer y todo eso?
Carlos:
No solo a ti, ella se encargará de la supervisión total de todo el evento, pero en especial de ti, ya que tiene excelente referencia tuya y quiere que tú cocines para ella.
Sophie:
Ni modo creo que no me puedo reusar
Carlos:
Así es, no tienes nada más que hacer que lo que ella te diga
Carlos continúo dando instrucciones a los diferentes jefes de áreas, esta familia era muy importante y deben dar su mejor servicio para que queden satisfechos, mientras esto sucedía un pensamiento recorrió la mente de Sophie.
-¿Mi amor que haremos para celebrar este fin de año y recibir el nuevo?
-Aun no lo sé mi amor, sabes que debo trabajar
-Sophie, pero tú me prometiste que estaríamos juntas este fin de año
-Lo sé Ale, pero debo trabajar, ¿qué te parece si vienes conmigo al Hotel y la pasamos las dos ahí?
-No, no y no, sabes bien que no lo hare, tú me prometiste que, si trabajabas en navidad, el fin de año estarías junto a mí.
-Mi vida, pero ya te expliqué que Carmen, la chef de cocina anterior, se tuvo que ir del hotel, mataron a su esposo y ha tenido que huir, ahora la encargada soy yo.
-Pero yo quiero pasar junto a ti, ¿No entiendes eso?
-No me lo digas así que me haces sentir como que yo soy la que no quiere estar junto a ti, cuando sabes bien que me muero del deseo por estar cada día a tu lado mi amor.
-Pues creo que te morirás de verdad porque tu no haces nada para pasar junto a mi”
Carlos:
Sophie por Dios muchachita en donde andas –El grito de Carlos hizo dar un pequeño brinco a Sophie la cual la hizo regresar a su entorno y dejar a un lado ese pensamiento que inundo por un momento su ser.
Sophie:
Em!! Perdón Carlos ¿me decías?
Carlos:
Te digo que esta tarde tendrás que salir a la capital, a reunirte con la señorita Evora, para planear lo que harán para el fin de semana, sé que es pesado, pero solo tienes 5 días para organizar todo, ella te dará el listado de todo lo que necesitaran luego tú ya sabes dónde debes ordenar todo.
Sophie:
¿Pero porque no viene ella acá?
Carlos:
Es una orden Sophie, tú obedece y haz lo que ella te ordene
Sophie asintió con la cabeza, aunque no estaba nada de acuerdo con la idea que alguien más la supervisara, tomo el número telefónico de Montserrat y se dirigió al lugar que ella le había indicado a Carlos que se reuniría con Sophie, luego de una hora manejando llego a un centro comercial, de esos donde solo niñitos de cache llegaban.
Sophie:
Buenas tardes señorita Evora, le saluda Sophie de Wabiie´s Hotel, ya estoy en la Gran Vía en el lugar donde usted acordó con el Señor Carlos para reunirse conmigo.
Montse:
Ah sí ya sé quién eres, llego en cinco minutos, espérame ahí, dime con que color de blusa andas para reconocerte mejor
Sophie:
Una camiseta azul y jeans negros
Montse:
Con esa descripción seguro doy rápido contigo, tú no te muevas ya llego por ahí.
Luego de casi media hora esperando apareció una chica con unos jeans negros ajustados, una camiseta sin mangas gris un tanto floja y que le llegaba a media cadera, unos botines que hacían juego perfecto con el tono de la camiseta, gafas oscuras, cabello caoba muy liso con un fleco hacia un lado en su frente, unos labios muy bien definidos y resaltados con un color rosado por el labial, la cual se dirigía a Sophie, ella empezó a ponerse muy nerviosa, la chica la ponía nerviosa, “¿Qué me pasa, desde hace mucho tiempo nadie me pone así de nerviosa?” pensaba mientras la chica se acercaba a ella.
-¿Tú debes ser Sophie? -Pregunto la chica con un tono de altivez en su voz, “típica niña rica” pensó Sophie, mientras respondía con un sí y esperando las disculpas por la llegada tardía de la señorita, las cuales nunca llegaron.
Montse:
La verdad es que no le haces alusión a tu nombre
Sophie:
¿Cómo así?
Montse:
Es obvio, tu nombre es muy lindo para ti
Sophie:
Uy si me dejara guiar por el nombre le aseguro que no vengo
Montse:
¿Qué me quieres decir con eso? ¿Qué mi nombre es feo?
Sophie:
Analícelo y compréndalo, que no estoy aquí como su traductora
Montse:
Oye chiquilla bájale a tu humor, y a mí no me hables como a cualquiera, ¿acaso no sabes quién soy?
Sophie:
Muy bien señorita Evora, disculpe por el trato, y vamos a lo que hemos venido, a trabajar.
Montse:
Pues no, si quieres que te disculpe me tendrás que acompañar
Sophie:
¿Acompañar a dónde?
Montse:
Iré a comprar un par de zapatos, estos ya me están molestando y harán que me dañe el pie
Sophie:
¿El queeeeeeeeee? No señorita, eso no, yo debo regresar al hotel, así que siéntese en una banca y sentadita no le dolerán los pies, pero de compras no iré con usted, que seguro se me va toda la tarde y usted no se decide por ningún par
Montse:
Ash!!! No seas tan aburrida chica, venga vamos, que tú me debes unas disculpas
En ese momento resonó en su mente las palabras de Carlos “Tú obedece y haz lo que ella te ordene” así que no tuvo mayor remedio que acompañar a la niñita hacer sus compras, era gracioso verla escoger un par de zapatos, veía un par y le sacaba todos los defectos, tomaba otro y le sacaba más defectos que el anterior, hacia muchos gestos mientras observaba los zapatos, uno tras otro, y Sophie no podía evitar reírse mientras eso pasaba, aunque se reía discretamente para no hacerla enojar, llegaron a una tienda bastante grande, donde seguro pasarían mucho tiempo ya que habían infinidad de zapatos a los cuales Montserrat criticaría antes de decidirse por comprar un par, así que Sophie se acomodó en un sofá y nuevamente un pensamiento rondo por su mente.
-Ale, ¿Qué te parecen estos zapatos con este vestido?
-Bien
-¿O mejor este otro amor?
-Podría ser.
-¿O con este vestido cielo?
-Los dos te queda bien
-Ale, amor ¿qué tienes?
-¿De qué?
-Andas muy indiferente, dime que tienes.
-Sophie es obvio ¿o no?
-¿El que es obvio Ale? ¿Qué te da igual cómo me vaya?
-Sí, me da igual cómo te vas a ir vestida para tu celebración
-¿Pero porque te da igual?
-¿Cómo que porque? Sophie es obvio que me de igual porque tu no estarás conmigo en la celebración, me da igual que lleves esos zapatos con ese vestido, o si te vas con los converse y con el otro vestido, me da igual cómo te vas a ver, si te verás hermosa o no, me da igual porque yo no te estaré viendo, porque no te podré contemplar, porque tú no estarás junto a mí ni siquiera para recibir el nuevo año, por eso me da igual, ¿te parece motivo suficiente?”
Una lagrima rodo en la mejilla de Sophie y un grito de alegría la regreso a su realidad
Montse: Estos, ¿qué te parecen estos?
Sophie:
Si están lindos
Montse:
¿Lindos? No chica tú sí que no sabes, estos están divinos, me los llevo, espera aquí iré a pagar
Sophie:
Claro yo aquí te espero
Dijo sonriendo al ver la cara de emoción que tenía Montse al haber encontrado un par de zapatos, “parece una niñita tierna con un nuevo juguete” pensó Sophie mientras sonreía al ver lo tierna que se ve la chica mal educada y consentida con la que tendría que trabajar.
Montse:
Bueno señorita, emmmm ¿Cuál me dijiste que es tu nombre?
Sophie:
Sophie Maradiaga
Montse:
Muy bien Sophie, tú eres la encargada de la cocina, así que te daré el menú que debes preparar para nuestra fiesta
Sophie:
Esta bien, ¿Dime cual será?
Empezaron hablar de negocios, prepararía una cena típica, un pavo relleno, horneado a leña, aunque bueno por la cantidad de gente que llegaría no sería un pavo, sino como mínimo 8 pavos, Sophie tomaba nota de lo que Montserrat quería, como boquitas, postres, bebidas, quedo sorprendida al ver que la niñita rica, no solo era prepotente y orgullosa, sino que sabía bien todo lo relacionado a la cocina, no podía imaginar a la niñita fresa metida en una cocina, aunque por su modo de expresarse conocía muy bien del tema y no era una simple lectura de alguna receta en internet, lo que no le gusto para nada, es que no la dejo opinar sobre la comida, Montse quería que se hiciera cada platillo tal como ella lo quería, con los granos de sal que ella indicaba, la temperatura que ella decía, en fin, ella dirigía y Sophie solo tenía que aceptar las ordenes, y así lo hizo, luego de casi dos horas de hablar de diferentes menú llegaron a un acuerdo, dentro de dos días Montse llegaría al hotel para tener las degustaciones de los diferentes platillos y a preparar todo lo demás para la fiesta.
Montse:
Ya tienes las indicaciones Sophie, será un gusto poder probar lo que tú preparas, y quien quita y pueda probar alguna otra cosa
Sophie:
¿Perdón? –Sophie se puso muy nerviosa con estas últimas palabras
Montse:
Claro alguna bebida que sea tu especialidad o algún postre, que sea tuyo y lo quieras compartir conmigo, yo feliz de probarlo, eso sí, yo no me conformo con cualquier cosa, mis gustos están muy arriba de las expectativas de los demás
Le guiño un ojo y le dijo –te veo en dos días hermosa –se acercó a ella, le dio un beso por la comisura de sus labios, se dio la vuelta y se fue.